Capitulo unico
Dominique amaba sus cumpleaños porque siempre tenía una gran fiesta y algo planeado. Y su cumpleaños número 23 no sería la excepción. A la noche tendría una gran fiesta en la casa de sus suegros en Inglaterra, y durante el día estaría con sus amigos del Instituto.
Se levantó a las diez y media de la mañana en su casa. Se vistió y encontró un desayuno de sanguchitos de miga, café y una carta de James.
Niky. Primero que nada muy feliz cumpleaños, se que odias despertarte temprano y que tus cumpleaños los tienes libres asique no quise despertarte. Le puse un hechizo al café para que no se enfrie, hoy tienes planes con los chicos ¿no? Nos vemos a las siete en casa.
Buena suerte. Te amo princesa.
James.S
Al comedor entraron Wiiam y Shira y se enroscaron en sus brazos.
Feliz cumpleaños Dom—la felicitó Shira mientras que William asentía.
Gracias—les respondió Dom en pársel
Tambien su perra Lambie salió de su "habitación" de abajo de las escaleras para felicitarla y darle unas lamidas en el rostro.
—Hola a vos tambien Lambie—dijo Dom con una enorme sonrisa mientras la acariciaba.
Antes de ir a la habitación a cambiarse decidió ir a ver a su gata. Sabía que sino había ido a por ella en busca de mimos era porque estaba o durmiendo o trepando. Fue a donde dormía y, efectivamente, se acababa de levantar.
Kitty era muy cariñosa con ella y normalmente solía dormir en su cama, pero estos días había estado menos independiente. Era una hermosa gata de color negro y ojos verdes.
Kitty la siguió hasta su cuarto y Dom se vistió. Miró la hora y eran las once y media. Tenía media hora más para ir al Instituto y después de ahí a un restaurante mundano.
Narra Dom:
Abrí las puertas al jardín trasero y Kitty y Lambie salieron al enorme jardín. Lo primero que hizo mi gata fue a sentarse abajo de la reposera, Shira y William y Shira estaban en los árboles.
Me quedé jugando con Lambi hasta que sonó una alarma de mi celular. Eran las doce menos cinco. Llamé a Lazie y a Kitty y ellas entraron. Shira y William se metieron en mi cartera y fui al garage a sacar mi auto. Tardé unos diez minutos en llegar al instituto. Al entrar todos estaban ahí.
—¡Feliz cumpleaños!—dijeron todos a la vez.
Los primeros en abrazarme fueron mis amigos: Jo, Clary, Max, Rafael y Coral. Aunque Jo se apartó rápidamente. Y pude ver a los adultos: Jace y Clarissa Wayland (los padres de Jo y Alana), Magnus y Alec Bane (los padres de Max y los mellizos) y Simon e Isabelle Lewis (los padres de Clary).
—Feliz cumpleaños Dom—dijo la señora Lewis abrazandome.
—Gracias seño... Isabelle—agradecí incomoda.
—Bueno, nos tenemos que ir—dijo Max.
Todos nos subimos a mi auto y fuimos hasta el Restaurante en el que Clary había reservado. Nos sentamos en las mesas asignadas y charlamos mientras esperamos la comida. Era un restaurante de comida argentina. Pedí un buen matambrito a la pizza y provoleta.
Cuando nos trajeron la comida estabamos tan entusiasmados conversado que no nos dimos cuenta hasta que el mozo llegó media hora más tarde preguntando si la ibamos a comer o nos traían la torta. Muy avergonzados nos disculpamos y con disimulo volví a calentar la comida usando magia. Comimos y después de eso me cantaron el feliz cumpleaños con entusiasmo. Max y Rafael se despidieron de nosotras a la salida del restaurante. Mis amigas me acompañaron a casa y nos fuimos a la pequeña sala de cine que había allí.
—¿Que pelicula pongo?—pregunté mientras entraba a la salita donde se proyectaban.
—Alguna de Marvel—dijeron Clary y Coral. A Jo no le gustaba nada de los mundanos, aunque lo veía y utilizaba sin problemas.
Estuvimos viendola hasta las cinco y media cuando salimos del cine y las chicas me acompañaron a mi habitación a prepararme. Cuando me terminé de bañar desfilé un par de outfits hasta que eligieron el siguiente:
Las chicas se despidieron justo cuando llegaba James. Me besó en los labios antes de meterse a la ducha. Cuando salió ya estaba en jeans y una remera.
—¿Cómo te fue, amor?—preguntó sentandose en la mesa.
—Genial comimos con los chicos y después con las chicas vimos End Game—dije mientras me preparaba para usar el traslador.
—Me alegro—ambos nos sonreimos—¿Nos vamos? Shira... William
Sin más las serpientes se enroscaron en nuestros cuellos y tocamos el traslador. Aparecimos en el salón que habíamos alquilado. Ni bien pisamos Londres unas manchas borrosas se abalanzaron sobre nosotros tirandonos al suelo: los Merodeadores II, Scarlett y Cassie.
—Oigan—dijo una voz—. Que no quiero que se arruine ese hermoso vestido.
Y sí, Alex nunca cambiaría. Después de sacarmelos de encima abracé a mi amiga rubia. Poco a poco fueron llegando todos mis amigos y familia. En uno de esos momentos que fui por unos tragos para mi y para mi madre me choqué con la persona que no tendría que estar ahí.
—Fleur—dije con desprecio y cautela retrocediendo unos pasos y con mi mano tanteando la liga que tenía debajo del vestido con mi varita (truco que aprendí en el Instituto por Isabelle Lewis).
—Veo que sigues din sabeg modales, te sigues vistiendo como una cualquiega—me dijo con despeecio.
—Y no se si sabés querida—dijo una fría voz a mis espaldas, pero sabía de quién se trataba por la cara que puso Fleur—que colarse en una fiesta e insultar a la cumplañera es de mala educación. No se que modales dices tener, pero estamos en el siglo XXVI querida, y sino te diste cuenta ella puede hacer lo que quiera. Ya es mayorcita y no eres nadie en su vida—dijo poniendose a mi lado.
Ya se venía una gran pelea. El primero en acercarse a nosotras tres fue Bill, quien había reconocido los gritos de la francesa insoporta... quiero decir, de Fleur. Pero se quedó en shock al ver a mi madre allí.
—Weasley—saludó con frialdad mi madre.
Ya la mayoría de los invitados se habían acercado a ver lo que sucedía. Los más cercanos a mi eran James, Freddy, los gemelos, Ab y Louis, quiénes estaban dispuestos a intervenir para defenderme de ser necesario. Era evidente que mi padre no esperaba verla ahí, asique mamá tomó esa ventaja.
—¿Están celosos de que sus hijos me consideren una madre y no a ustedes? Digo ¿cuando fue la última vez que escucharon un "papá" o "mamá"?—y ahí fue de donde saqué mi sentido del humor retorcido.
Fleur iba a responder de alguna manera cuando la tía Gaby intervino.
—Fleur, creo que es mejor que te vayas—dijo mientras la arrastraba.
—¿No vas a ir con tu "tan querida esposa"?—preguntó otra vez mamá ¿ahora que estaba tramando? No lo sabía, pero era divertido presenciar las peleas de mi familia.
Will ¿me podrías traer pochoclos?—le pedí en parsel a mi serpiente.
Mi serpiente se fue entre risas, esto iba a estar bueno. Ya escuchaba a Lorcan apostando con Hurón sobre lo que iba a pasar a continuación.
—¿Que? ¿No me decías en la cama que la ibas a dejar por mi? ¿Y que más era...? Ah ya me acordé. Que había sido un error casarse tan jóvenes y no se que más—Bill estaba rojo de la vergüenza y de la furia—Que pena ¿el pequeño Billy se asustó? Y ahora si me disculpan no le voy a arruinar la fiesta a mi hija ¡que siga la fiesta!
Y tambien teníamos ese poder. De un momento a otro fue como si nada hubiese pasado. La fiesta terminó y James y yo volvimos a Estados Unidos.
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