Capítulo 5
Tentacular: ¿Por qué se tardará tanto?.
Se pregunto a si mismo, mientras miraba a un punto fijo en aquel gimnasio, no tenía ganas de estar horas sentado. Pero su reputación, tampoco le permitía estar a las afueras, sabía que era odiado en todas partes. No por qué había perdido aquella pelea, si no. Por la traición que cometió.
No era bienvenido en el pueblo que creció y lo entrenó. Ni tampoco, en la ciudad, lugar que mancho su reputación, después que la noticia les llegó.
Ahora estaba ahí. Solo, sentado en el gimnasio que alguna vez. Había jurado destruir. Quién iba a imaginar. Que su único refugio, fuera ese.
Tentacular: Patético.
Aquel seguía caminado al rededor del lugar. Mirando cada cosa que había, no había visto su interior tan detallado. Únicamente, lo que se le venía a la cabeza, eran esos días largos de entrenamiento, siendo insultado por aquel entrenador, que lo único que hacía, era ponerlo por los suelos. Comparándolo siempre con el padre. De aquel kaiju, que desde hace horas desapareció.
Aún cuando trataba de recordar algo bueno. Eran marcas en las paredes que le llamaban la atención, la mayoría, siendo dibujos extraños. No era de imaginarse de quién pudieron ser.
Pero al dar un paso en falso, termino derribando una caja, la cual tiro otra, en un especie de dominó. Hasta llegar un altavoz, que al momento de tocar el suelo, este comenzó a sonar. Se escuchaba un pitido muy agudo, provocando molestia en el enorme tiburón, que la única solución. Fue despedazarlo. Así quedar nuevamente en el silencio absoluto.
Y sin tardar dos segundos. Este se llevó sus tentáculos a la boca. Por qué en ese momento, se dió cuenta de lo que había hecho. No sabía que hacer en ese momento, estaba alterado. ¿Como explicarlo?. Por curioso, termino rompiendo algo.
Lo único que pudo hacer, era reunir todos los trozos de aquel aparato y terminar escondiendo en un casillero. Qué gracias al cielo, al abrirlo este. Estaba completamente vacío. —¡Ya estoy aquí!.
Se escuchó un grito que inundó el gimnasio. Sabía a la perfección de quién se trataba, y lo único que se le ocurrió. Fue tomar una escoba y comenzar a barrer en cualquier dirección.
Steve: ¿Qué estás haciendo?.
Tentacular: Nada. Me aburrí de esperar y no sabía que hacer. — Dejando la escoba recargada en la pared.
Steve: No tienes por qué limpiar. De eso se encarga alguien más.
Tentacular: ¿Enserio?. Estuve en basureros más limpios que esto.
Steve: ¡No es mi culpa!. — Molesto. — El lugar es muy viejo. Winnie no quiere reparar el lugar. Por qué dice que perdería los recuerdos del lugar.
Tentacular: Entiendo... — Evitando tocar más el tema. — ¿Trajiste lo que dijiste?.
Steve: ¿Qué...?. ¡Oh!. ¡Si!. Ven están aquí.
Steve. Se dió la vuelta, mostrando entusiasmo. Mientras que tentacular, dió un vistazo nuevamente al casillero donde había escondido los parlantes arruinados. Pero en eso que seguía al mounstro mucho más pequeño, termino recordando lo que había dicho. Y dando un vistazo a aquellos dibujos. Pudo imaginarse por qué, aquella humana había dicho algo como eso. Pero también Steve tenía un punto. Lo mejor es reparar el lugar, antes de que todo se venga abajo.
Pero mientras más meditaba algo. Sintió algo suave tocar su pecho. Y al levantar su mirada, se interceptó, con aquellos ojos de color avellana. Que lo miraban de una manera extraña. Sus ojos estaban entrecerrados. Pero al abrirlos, se podía distinguir que aquel mounstro con cuernos. Mostraba preocupación.
Steve: ¿Te encuentras bien?.
Preguntó Steve con curiosidad. Sin dejar despegar ahora ambas manos. De el pecho del tiburón. Quién al sentir la suavidad de sus manos. Únicamente sentia como un malestar, un sentimiento extraño.
Tentacular: Si. —sujetando las manos del otro. — Sólo. Para la próxima, no toques.
Steve: Estabas callado. Pensé que podrías sentirte mareado.
Tentacular: ¿De dónde sacas esa idiotez?.
Steve: Mirabas de izquierda a derecha muy rápido. Pensé que aún seguías con algo de fiebre. — Mirando el rostro de tentacular. — Aparte, tus mejillas están rosas.
Tentacular: ¡Déjalo!. — evitando la mirada de este. — Solo veamos la película.
Dijo el tiburón. Alejándose lo más rápido que podía, Sentándose en aquel suelo de madera. Mientras que Steve, solo observaba con detenimiento y trataba de buscar. Una idea de lo que había pasado, pero únicamente decidió, que lo mejor sería es dejarlo de lado. Ahora se dedicaría a instalar lo que había traído.
Mientras que Steve. Quién hacía todo el trabajo.
Aquel tiburón únicamente de había quedado sentado. Observando de arriba a abajo, todo el cuerpo de Steve. Lo analizaba con detenimiento, por alguna razón. No entendía como era físicamente, de lo que podría ser la cintura para arriba. El cuerpo de Steve era corpulento. Se miraba que estaba entrenado, ya que sus brazos eran grandes. Pero de la cintura para abajo. Era totalmente diferente. Desde sus pies a su cola. Eran reglamente únicas.
Pero entre más se ponía a analizar el cuerpo de Steve. Sentía un calor inmenso. Tratando de evitar todo contenido de su mente. Ahora salió una nueva duda.
Tentacular: Tus amigos humanos. ¿No sé enojaran por qué les quitaste su cine?.
Steve: No. Le pregunté a Winnie si podía tomar la pantalla del auto-cinema . Dijo que sí.
Tentacular: ¿Enserio?.
Steve: Si. Solo tengo que devolverla en la madrugada.
Termino de conectar todos los cables. Y al terminar con uno de color amarillo, esta dió imagen. Lo cual alegro al mounstro de cuernos, quien alegre se alejo. Ahora buscando entre las cosas, el aparato que su amiga le había dado. Siendo este una especie de antena. Hecha con la mitad de un letrero en forma de domo. Y la otra. Hecha con caucho. Formando una antena parabólica casera. Y al momento de acercarla.
Como así amiga le había dicho. En aquella pantalla. Comenzó a dar señal. Dando la imagen de un partido de fútbol. Ambos monstruos estaban expectantes, pero no era algo que les llamaba la atención. Y al girar un poco en otra dirección. Y presionando un costado. En aquella pantalla. Apareció el canal de cine. Sabía a la perfección que era el correcto. Había pasado noches mirando a través de la ventana de Winnie. Mirando películas de vaqueros, al igual que algunas sobre el espacio. Y la que estaba ahora, era una de sus favoritas.
Lacrimosa.
Una película que sigue a un científico llamado David, quien ha estado trabajando en un proyecto de viajes en el tiempo durante años. Finalmente, logra construir una máquina del tiempo funcional y decide hacer una prueba en el viejo oeste americano.
Después de un viaje al pasado, David se encuentra en un pequeño pueblo del oeste. Decide explorar la ciudad y entra a una casa, donde descubre un gran espejo antiguo. Al mirarse en el espejo, ve imágenes de su hogar y familia en el futuro.
David se da cuenta de que el espejo no solo le permite ver el futuro, sino que también le permite cambiarlo. Decide usar su conocimiento del futuro para intervenir en diferentes situaciones del pasado y tratar de cambiar el rumbo del futuro.
Durante su viaje, David se da cuenta de que cada acción que realiza en el pasado tiene consecuencias impredecibles y a menudo desastrosas en el futuro. Eventualmente, se da cuenta de que el cambio más pequeño en el pasado puede tener un gran impacto en el futuro y se enfrenta a una difícil decisión: ¿debe seguir manipulando el pasado y el futuro, o dejar que la historia siga su curso natural?.
Tentacular: ¿De que va la película?.
Steve: Tienes que verla. Es de viajes en el tiempo. Es de mis favoritas.
Tentacular: Qué más da. — Mirando como Steve se sienta a su lado.
Steve: Se que te gustará. — Dijo emocionado.
Tentacular no entendía la emoción por parte del otro. Pero sin tener a otro lugar a dónde ir. Decidió quedarse un día más, al menos así tendría algo para recordar. Pero con cada minuto que pasaba, la nueva película se sentía eterna. Únicamente mostraban las malas decisiones del personaje principal. No entendía en qué momento este viajaría en el tiempo, sin embargo, se sentía cada vez más incómodo a medida que avanzaba la película, no por la trama, sino porque, ahora estaba una escena en la que el protagonista, estaba viendo a su compañero de trabajo, ambos estaban ebrios y de una escena para otra. Ya estaban besandose. Incluso mostrando como estos se estaban quitando la ropa.
Pero se tranquilizó. Por qué al momento en que ambos personajes cerraron la puerta del cuarto. Cambiaron de plano, ahora siendo está en el viejo oeste.
Mientras veían la película, sentía que toda aquella tension había terminado, pero esa no era la única escena. Ya que llegó una escena de amor entre los personajes principales. Tentacular se sintió abrumado por sus sentimientos y, por un momento, al mirar a Steve. Fijando mirada con la de el. Sintió un poco de gracia, ya que este estaba llorando. Y dejando soltar una pequeña risa. La cual Steve escucho. Y molesto comenzó a dar golpes suaves en el brazo de tentacular. Quién ahora reía a carcajadas.
Steve: ¡Deja de reírte!.
Tentacular: No puedo evitarlo.
Steve: Es una escena muy triste. No pueden quedar juntos por qué son de épocas distintas.
Tentacular ahora tenía a un Steve molesto. Pero no podía evitarlo. Así que con delicadeza, sujeto una de las mejillas de este. Y termino juntando sus labios con los de Steve. Formando un beso.
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