Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Culpable

Iba corriendo muy de prisa, jalando consigo a un muchacho de cabellera rubia el cual estaba riendo. Ella se encontraba preocupada, pues pronto llegaría su jefe a su única casa y si él notaba que ella no estaba, se iba a enfurecer demasiado, prohibiéndole así quedarse sola nuevamente. 

—¡Ya Félix! No es gracioso —resopló la chica, sin dejar de correr ni soltar de la mano al chico que venía tras de ella—. Me van a regañar si no llego.

—Perdón, perdón; es que nunca me había divertido tanto como hoy. —la azabache sonrió de lado, con complicidad. Definitivamente Félix, al ser un chico rico, no tenía la necesidad de robar como ella.

—Te dije que no era tan malo como parecía —contestó, por fin deteniéndose frente a su casa—. Como sea, gracias por acompañarme.

—No hay de qué Bridgette, para eso estoy. —ambos se sonrieron y se despidieron, prometiéndose volver a verse de nuevo.

Félix y Bridgette se conocieron una tarde no muy lejana, en la que el rubio paseaba sin sus guardaespaldas; era la primera vez que él salía solo en mucho tiempo y quería disfrutar de su soledad en un día tan bello como ese, sin embargo, de pronto se dio cuenta de que alguien lo seguía; comenzó a caminar rápido pero quien iba detrás de él era más veloz, siendo así que aquella persona con capucha y antifaz rojo, le arrebató su preciado anillo. Pero Félix no iba a dejar que eso ocurriera, así que utilizó algo de sus artes marciales para recuperar el objeto y fue ahí donde conoció a Bridgette.  

Al principio ninguno de los dos se caía bien, sin embargo, debían admitir que desde la primera vez que sus miradas se cruzaron sintieron una especie de interés el uno por el otro y fue por eso que se continuaron hablando hasta que por fin, dejaron salir su verdadero ser y llegaron a confiar plenamente en el otro. Incluso Félix sabía que Bridgette había perdido a su familia a manos aquel para quien trabajaba ahora y era por eso que la de ojos azules actualmente estaba enredada en cosas de la mafia; lo más lógico hubiese sido huir, pero a Félix no le importó lo que ahora realizaba la azabache, al contrario, le ofreció su pura amistad, amistad que con el tiempo se fue convirtiendo en un romance.

Al entrar a casa la joven chica se espantó al ver una sombra, eso significaba una sola cosa: su jefe estaba ahí. Comenzó a llorar y tapó su boca, seguramente iba a recibir un castigo por haber faltado a las reglas y bien conocía cómo eran esos crueles castigos, así que no pudo evitar sentir miedo.

—Bridgette... —habló Le Papillon, con esa gruesa voz que ella tanto repugnaba— Por fin llegaste de con tu amigo, pequeña.

—Po-por favor, no me haga nada, se lo suplico. —pidió de rodillas, casi ahogándose en su propio llanto.

—No te haré nada Bridgette, tranquila. —comentó el hombre, levantándose del sillón en el que estaba y caminando hacia la azabache; al llegar con ella, sujetó el rostro de la chica entre sus manos y le dijo—: Pero tengo un trabajo muy importante para ti. 

—¿De qué se trata? —preguntó con la voz entrecortada, levantándose lentamente del suelo. 

—Mañana en la noche habrá un baile con antifaces en la mansión Agreste; necesito que vayas y, escúchame bien, mates a Chat Noir, tú sabrás quién es él. 

—¿Ma-matar? —cuestionó dejando salir lágrimas de sus ojos y negando con la cabeza— Pero yo nunca he matado a nadie...

—¡Pues lo harás!, a menos que quieras recibir un castigo, claro está. 

—¡No, no, no! Haré el trabajo, ¡claro que lo haré! 

—Así me gusta, pequeña.

Le Papillon acarició la mejilla de Bridgette y besó la cabeza de ésta. 

Estaba ansioso por ver los resultados de su maravilloso plan.

La noche en la que esa gran fiesta en la mansión de los Agreste se llevaría a cabo llegó y Bridgette se hallaba preparándose para asistir y verse como cualquier otra persona de alto rango, sólo que tenía escondida una filosa navaja en su pierna, para que cuando al fin se quedara sola con Chat Noir lo pudiese asesinar.

Arribó al lugar; todo se veía demasiado sofisticado y bello, era la primera vez que se encontraba en un lugar similar y, dejando de lado el crimen que iba a cometer, se comenzó a emocionar. Trató de ser lo más discreta posible, pero no pudo evitar darse un recorrido por aquel costoso lugar, hasta que...

—¿Se le perdió algo por aquí señorita? —preguntó un joven rubio con máscara negra, la cual resaltaba el color verde grisáceo de sus ojos. 

—Ah, no, yo... sólo estaba viendo. —contestó Bridgette, nerviosa.

 —He de suponer que usted no está muy acostumbrada a esta clase de cosas.

—La verdad no —¿Qué estaba diciendo? Se estaba delatando ella solita, pero es que había algo en ese sujeto que la hacía entrar en confianza; no lo entendía—. Pero es maravilloso.

—Me alegra que esté disfrutando esto, a mí... a mí la verdad no me gustan estas cosas por más acostumbrado que esté a ellas. 

—Bueno, supongo que debe cansar asistir a eventos así ¿no?

—Exactamente. ¿Cómo se llama?

—Ah... Ladybug, me llamo Ladybug.

—Mucho gusto, yo soy Chat Noir.

Al escuchar ese alias el corazón de la azabache se estrujó y comenzó a sudar sutilmente. ¿Acaso debía matar a ese chico que se estaba portando tan bien con ella? No quería, se negaba. No obstante, si no lo hacía iba a recibir un castigo y lo mejor para ella era no meterse en problemas.

—¿Sucede algo?

—No, no. Yo... sólo necesito aire.

—¿Gusta que la acompañe afuera?

—Por favor. 

Bridgette suspiró y, cuando por fin estuvieron solos, se acercó a él para abrazarlo y susurrarle "perdón", justo antes de sacar la navaja de aquella pequeña bolsa que traía amarrada a su pierna y enterrársela al chico directo al corazón.

—Te perdono, princesa. 

Al escuchar ese apodo Bridgette se dio cuenta quién estaba detrás de la máscara y para confirmarlo, le quitó el antifaz a su amado Félix, por lo cual comenzó a llorar y a maldecirse, antes de tomar la navaja y enterrarsela a ella misma.

Ella había sido la propia culpable del asesinato de quien amaba y por lo tanto, debía pagar.




Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro