Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

• Encuentro •

—¡Con permiso! —grita a la vez que abre mi puerta y me llevo un susto por la sorpresa—. Supuse que te habías olvidado de la cena, así que vine a recordarte que es en veinte minutos —exclama apenas entra.

—Isabella...—comprende mi tono de voz y suspira con culpa—. Ya hablamos de estás cosas.

—Lo siento, pero quería recordarte el evento de esta noche—su azulada mirada me pide perdón y también me pide permiso para poder sentarse en la cama.

Asiento una vez e Isabella se sienta casi en la punta de la cama, algo lejana, pero con su suave mirada.

—Cuando tengas sexo con Caín, interrumpiré en tu habitación para que veas lo que se siente... —bromeo, aunque no sonrío al hacerlo.

De inmediato sus mejillas y nariz se tiñen de rosa, además de apartar su mirada al otro lado de la habitación.

Supongo que aún no lo han hecho. Eso me tranquiliza un poco.

—Cállate, eres una asquerosa —me reprime como una niña pequeña.

—¿Y los vecinos nuevos? ¿cuál era la razón de su visita?

—Sabía que lo habías olvidado...—vuelve a repetir—. Papá los invitó a cenar. El señor Williams es el jefe de la empresa Smarck, de computadoras y esas cosas. Se unirán a la empresa Jones, por lo que papá los invitó a festejar.

—Detesto las cenas de negocios. Es mejor que no asista, no quiero verle la cara—la última frase la digo más bajo, pero por su mirada sé que lo escuchó.

—Sé que papá y tú no tienen la mejor relación y más después del fallecimiento de mamá, pero esta cena es importante y él quiere que vayas—su mirada es una súplica e intento no caer en sus ruegos—. Además... ¡Los vecinos no están nada mal!

—¿Y cómo lo sabes? ¿Ya los has visto? —pregunto sin interés, acomodando mi cabello largo en una trenza.

—Sí, ayer los vi salir de su casa y están buenísimos—ríe un poco.

—Aún no han venido a casa y tú ya los estás acosando... eso no es propio de ti, hermana —jugueteo y reímos mientras se vuelve a sonrojar.

He estado extrañando esto. Pasar estos buenos momentos con ella, sin preocupaciones, sin temor a que algo pase, tan solo nosotras dos siendo ─o intentando─ ser felices.

━─━──── ༺ ༻ ────━─━

Bajo las escaleras, la ducha tardó un poco más de lo que había planeado, pero los recuerdos me atormentan cuando permanezco tranquila.

Al llegar a la sala, puedo ver a Adam e Isabella hablando con sosiego, muy común entre ellos dos. En esa habitación, o en esa casa, mi presencia pasa desapercibida; soy una extraña viviendo en una casa lujosa.

Antes de dar un paso hacia la dirección de ellos, un pequeño flashback viene a mi mente al instante que escucho sus risas.

10 años antes

—¿Por qué haces las cosas tan difíciles, pequeña Beth?—sus ojos me observan con dulzura, pero yo puedo ver a través de su máscara y aquella sonrisa era solo eso: una completa farsa.

—Ese hombre volvió a lastimarme... es que... tengo mucho miedo—siento las lágrimas caer de mis pequeños ojos e intento frenarlas antes de que se enoje.

—Si tú no lo haces, lo hará Isabella. Eres tú o ella. ¿Acaso quieres que tu hermana sufra, pequeña Beth?—mi mente quedó en blanco por unos segundos. Dudo, pero niego la cabeza con lentitud.

Me separo de ella y aprieto con fuerza el vestido azul que llevo puesto mientras doy unas respiraciones profundas para poder aliviar mi agitado corazón.

—¡Muy bien!—festeja contenta—. ¡Esa es mi niña! —me da un pequeño beso en mi frente y me sonríe—. Ahora sube las escaleras para pedirle perdón y promete que lo harás mejor la próxima vez.

Subo las escaleras, tal como ella me ordena, pero me detengo al oír unas graves y roncas risas en ese cuarto oscuro. Dándome a entender que se habían sumado más demonios a la tortura.

—¡Elisabeth! —Un grito de enojo me hace salir de aquel horrendo trance.

—¿Qué?—balbuceo hasta comprender la situación.

Adam me observa con enojo y odio, como todos los días, da algunos pasos hacia mí para poder quedar frente a frente.

—¡Te he llamado cientos de veces! Los vecinos pronto estarán aquí y tú te quedas como estúpida mirando a la nada—no digo nada, tan solo lo observo con neutralidad y provoco que su enojo aumente.

«No sirve de nada volver a esos recuerdos. Contrólate, Elisabeth».

El timbre suena por toda la sala y pone fin a la discusión con Adam, salvándome de oír su molesta voz.

Todos nos dirigimos a la puerta, Adam acomoda su sofisticado traje negro y practica algunas sonrisas falsas antes de abrirla. Puedo notar cómo Isabella se pone al lado mío, a la vez que acomoda su vestido rosado pastel largo hasta los tobillos y con mangas.

Dejo de ver a mi gemela cuando escucho las voces de los nuevos vecinos. Era una familia de cuatro integrantes: el señor Gregory, su esposa Clara y dos grandes chicos, muy distintos el uno del otro.

El señor Williams se veía de unos cuarenta años, alto, con ojos marrones y cabellos de igual color, pero con algunas canas en las patillas. Este saca sus manos de los bolsillos de su traje azul y comienza a saludar a mi padre. La señora Clara parece más joven que su esposo, cabello corto del color de una naranja, con una enorme sonrisa y un vestido azul apretado a su figura. Luego los dos muchachos. Isabella no me ha dado sus nombres, ya que solo oyó hablar de los señores Williams por Adam.

Ambos chicos lucen con uno o dos años de diferencia que nosotras. El más alto era rubio, ojos azules claros, con músculos y bronceado: típico bad boy tóxico de secundaria, muy común. Acomoda su camisa negra para que las mangas no se salgan por debajo de sus codos. El otro era más bajo, cabello negro, ojos de un color que no pude observar bien ─creo que eran color avellana─, con quijada marcada y una camisa muy mal planchada. Algo atractivo, pero se ve como el emo de la clase.

«Así que esta es la familia Williams, no se ve para nada especial».

Con el chico de cabello negro cruzamos miradas, él también me analiza. Siento cómo sus ojos bajan por mis pechos descaradamente. Ahora mismo, bajo sus miradas, puedo decirme mentalmente que ponerme un vestido con escote no fue mi mejor opción. También noto cómo levanta una ceja cuando sube su vista de nuevo a mis ojos, algo sorprendido. Ignoro al emo virgen y comienzo a prestarle más atención a los señores Williams, que ya habían comenzado su presentación.

—Mucho gusto, familia Williams—expreso mientras maldigo al oír cómo mi voz se mezcla con la de Isabella al mismo tiempo.

—¡Eso fue muy tierno! son gemelas —la señora Clara viene a nosotras y de inmediato planta un beso en nuestras mejillas con un abrazo a cada una.

—Soy Isabella—mi hermana le devuelve el abrazo sin pensarlo y yo contengo mis ganas de mirar con recelo a la mujer.

—Y yo, Elisabeth—intento devolverle el abrazo de una buena manera, pero no puedo. El contacto físico no era mi fuerte.

—Soy Clara y él es mi esposo Gregory. —por fin se me despega para señalar a su familia.

—Me llamo Austin, es un gusto conocerlos. —El bad boy nos da una sonrisa falsa y un apretón de manos a mi padre.

—Yo soy Jackson —dice el emo, se encoge de hombros y solo mueve la cabeza una vez como saludo.

Yo lo observo con burla al ver cómo Clara lo regaña con la mirada por ser tan maleducado y Jackson levanta su mirada a mí, como si me estuviera retando. Nos dirigimos al salón y, al pasar por mi lado, me es inevitable murmurar por lo bajo:

—Si me vuelves a mirar los pechos, te arranco lo que te cuelga, idiota —camino a su lado, pero él se mueve rápido y termina delante de mí. Baja un poco su cabeza para quedar a mi altura, estira un poco las comisuras de su boca y murmura:

—No te emociones, las he visto más grandes. Las tuyas no son para nada especiales.




Corregido

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro