Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

• Alianza •

Isabella Jones

—Oh, vamos, ¿seguirás enojada todo el camino a la escuela?

—Lo has hecho para que Eli se enoje, es muy inmaduro de tu parte, Austin.

El hecho de haberme tomado la cintura y luego besar mi mejilla, casi tocando mi comisura, para darle celos a mi hermana es lo más bajo que le he visto hacer a Austin. Aunque también me he sorprendido un poco al ver de lejos lo irritada que se encontraba mi hermana.

Sus hombros tensos, sus puños apretados y la mirada perdida pero en alto, era evidente que estaba muy furiosa. Y eso yo no lo entendía muy bien, ya que ella me contó algunas cosas de Jeremy, su primer y único novio, y pude ver cómo sus ojos se iluminaban como nunca al hablar de aquel amor perdido. Pero también tuve que ver cómo ese brillo segador se opacaba por una oscuridad fría al contarme sobre su muerte y hablarme sobre los abusos de papá y Daniel.

Aún estoy procesando el hecho de tener que vivir en la misma casa con dos abusadores de niños. El simple hecho de pensar eso me pone los pelos de punta, no sé cómo hace Elisabeth para poder sentarse frente a ellos y mantener la calma ante todo. Esa chica es de acero, pero la han obligado a ser así y eso no es tan bueno como suena. Elisabeth se ha cerrado por culpa de los abusos, no confía ni habla con nadie. Y yo siempre pensé que era su forma de ser, que tan solo era fría sin ningún argumento válido. Qué estúpida que fui. Aún lo soy, pero lo intentó remendar.

—Solo quería saber cómo reaccionaría. —Se defiende en un murmullo. Algo a la defensiva, como si estuviera enfadado, y borra por completo la sonrisa que tenía segundos atrás.

Pongo los ojos en blanco.

—Eso es lo más infantil que ...

—Para ti será infantil, pero para mí es la única manera que hay para que tu hermana me preste algo de atención y me muestre algo de interés. No todos tienen la suerte de tener alguna estúpida relación sana, con sentimientos mutuos, y toda esa mierda, Isabella. A veces hay personas que se humillan y hacen cosas estúpidas para lograr tener una pizca mezquina de afecto.

—La atención y el amor jamás se deben de mendigar. Si en un principio no eres su prioridad, no lo serás ahora. Te lo dice alguien con experiencia.

Austin no me responde, tan solo maneja en un completo silencio. No lo culpo, entiendo a la perfección el sentimiento que tiene él por mi hermana. Pero este no es sano y no es correspondido.

Tal vez Elisabeth sienta algo por Austin, pero es obvio que no es el mismo sentimiento que siente Austin por ella. Es algo triste de ver, algo que me ha pasado a mí por años. Y lo único que puedo hacer es decirle una estúpida frase que sé muy bien que ignorará.

No soy una cercana amiga de Austin. No soy su confidente, pero estamos trabajando juntos, y no me gustaría verlo sufrir por un amor adolescente no correspondido. Tampoco quiero verlo dolido por años, preguntándose qué cosa puede cambiar para recibir algo más de la atención de mi hermana. Odiándose por no ser otra persona, queriendo ser una copia de alguien más y culpando a otros por no hacer ciertas cosas bien.

Ese dolor, el dolor de odiarte a ti mismo para complacer a alguien más es el peor dolor que puede existir. Porque nada se compara con odiarte a ti mismo. Nada. Pero, por desgracia, el querer ayudar a Austin a esquivar ese pozo negro que tenía adelante no estaba en mis prioridades. Ahora mismo todo lo que tengo en mente es mi hermana, y este es mi motivo para seguir avanzando con mis planes. Ya no pensaré en mí o en nadie más. Se lo debo, le debo mucho a Elisabeth, y, aunque creo que es tarde, intentaré ayudar en todo lo que pueda en su venganza contra las personas que la han lastimado.

Jamás me iba a perdonar a mí misma el haber estado tan ausente en su vida, el haber preferido mi ya deteriorada salud mental antes que la suya. Me preocupé por sanar mis pequeñas heridas y no me di cuenta de que ella ya se estaba desangrando con las suyas. No soy tan fuerte como mi hermana, pero aun así daré todo de mí para que ella pueda volver a sonreír. Y empezaré destruyendo a todo aquel que la haya dañado en su pasado.

—Hoy iremos de compras.

—¿Iremos?

—Iremos. Pretendo comprar el vestido de Eli y el mío, además de...

—Aguarda, aguarda. ¿En verdad es necesario que yo vaya? Ya hice lo que me ordenaste al llevarte a la escuela y ahora quieres que te lleve de compras. Creo que abusas de mi bondad, me siento abusado.

Responde con total indignación, llevando una mano a su corazón y poniendo una exagerada mueca de tristeza.

—Irán Daniel y mi padre. —Los menciono y hago que Austin borre su sonrisa—. Conociendo a Daniel, no se despegará de Elisabeth y ese será un buen momento para quitarle su celular. Bred podrá acceder a su información y sabremos más sobre sus negocios.

—¿Y Adam? —pregunta serio.

—Uno a uno, Austin. No te apresures, tenemos el tiempo a nuestro favor...

Nunca me equivoqué tanto en toda mi vida como lo hice en ese momento. 

###

—Lamento la demora, Jackson.

Me disculpo al momento de llegar a su casillero, en donde él me observa con los ojos achinados y su frente arrugada. Mi idea era acercarme un poco a él para darle un suave beso, pero Jackson me toma de la cintura, la aprieta un poco y deposita un brusco beso en mis labios.

Ahora es mi turno de fruncir el ceño.

—¿Por qué has venido con Austin, Isa? me dijiste que vendrías con tu hermana.

Su enojo es evidente, al igual que mi desconcierto.

—¿Acaso estás celoso de tu hermano mayor? —Finjo una risa y doy un paso hacia atrás, alargando nuestra cercanía.

Jackson me suelta la cintura y permite alejarme otro paso.

—Soy una persona celosa. —Al tiempo que responde con simpleza, se encoge de hombros y quita peso a su espeluznante respuesta.

—No soy muy fanática de los celos en una relación. He visto que eso solo trae problemas...

—No exageres, son algo normal si los sabes controlar. —Rueda los ojos con claro fastidio.

Decido evadir este tema para no complicarme la mañana y para evitar responder más preguntas absurdas con respecto a mi llegada con Austin.

—Hoy iré a comprar mi vestido para la fiesta, ¿quieres acompañarme?

—No.

Me trago mi suspiro de cansancio, estiro mi sonrisa y lo vuelvo a intentar. Poniendo un tono más divertido.

—¿Estás seguro de que no quieres ir? —Él me ignora, determinado a no ir; yo me acerco a él y pico su mejilla con mi dedo para molestar. Cosa no muy recomendable—. Vamos, Jack. Los vestidores de la tienda son muy grandes, apuesto que puedes entrar allí conmigo para ayudarme a ponerme el vestido... o quitarlo. Me acerco a él, lo abrazo de la cintura y aprieto más mi cuerpo contra su pecho.

—Te has vuelto más atrevida estos últimos días, Isa. ¿Ocurre algo? —Sus manos bajan por mi cadera hasta llegar al dobladillo de mi falda y tocan mis muslos desnudos—. No me malinterpretes, no me quejo, pero tú no sueles ser así.

Me cuesta seguir fingiendo la sonrisa que tengo, por lo que opto por pararme de puntillas de pies para besarlo, mientras, le quito importancia a su buen argumento al encogerme de hombros.

—Entonces, ¿vienes?

—Esta bien, pero más te vale que tengamos sexo en ese estúpido vestidor. —Sonrie abiertamente, lo que le provoca un pequeño salto a mi corazón.

«Calma, calma...».

Okey, okey. Ahora me voy, tengo que ir al baño antes de ir a la clase de Arte. —Beso por última vez sus labios mientras me despido con una sonrisa, que, por primera vez en toda la mañana, es genuina.

Pero esta inocente sonrisa se va borrando con cada paso que me separa de Jackson, y al final queda una línea recta reemplazándola.

En estos últimos días he pasado la mayoría de las horas junto a Jackson en su casa. Pude interactuar más con toda la familia Williams, aunque Jackson deseaba que eso no pasara. No solo me lo dijo, sino que lo demostraba con todas sus acciones; por lo que entendí que era evidente que todos ellos ocultan algo.

Un rostro oculto bajo muchas máscaras que poco a poco se iban cayendo por descuido de toda su familia. Había ocasiones en las que el ambiente era insoportable, tenso e incómodo y eso ocurría al momento que intentaba preguntar algo con respecto al pasado general de los Williams. Casi siempre recibía respuestas vagas, la mayoría del tiempo no eran respuestas con un tono agradable. Cada vez que le preguntaba algo, la respuesta ocultaba cierta mala intención. Una frase que podía leer claramente entre líneas: "Deja de preguntar tanto porque no te gustará la respuesta".

También me di cuenta de lo interesado que se encontraba Jackson al momento de hablar sobre mi familia, sobre todo al momento de hablar de Elisabeth. Era sutil al hacer sus preguntas, pero su curiosidad a veces le jugaba una mala pasada, por lo que me terminé dando cuenta lo cautivado que estaba por ella. Pero dudo que él se haya percatado de esto.

Al abrir la puerta del baño, la sorpresa me atrapa al segundo de fijar mi vista sin querer en la suya. Quedo petrificada en la puerta al verla por el espejo gigante que hay frente a mí. Ella también me mira por el espejo, sin demostrar nada ni decir nada. Tal y como siempre. No aparto mi vista de sus ojos verdes, aunque las ganas están. Debo admitir que me siento culpable al verla a los ojos, porque lo único que veo son dos lagunas verdes y azules llenas de oscuridad, y esa oscuridad está ahí por mi culpa.

—¿Qué haces aquí?, no sueles llegar tarde a la clase de Arte.

No respondo, camino al grifo que tiene a su lado y lavo mis manos bajo su atenta mirada.

—No me ignores, Isabella... —Parece súplica, pero es una orden.

A los segundos de terminar de lavarme las manos, logro sentir su mano en mi hombro, y luego un gran empujón por su parte que me deja arrinconada contra la pared, sintiendo un leve dolor.

—¿Qué mierda haces, Elisabeth? —Me apresuro a gritarle con total desconcierto y molestia.

—Te ves patética fingiendo ser alguien que no eres. —Frunzo el ceño al escuchar aquellas palabras, ya que no logro comprenderlas—. No vuelvas a intentar ser como yo, Isabella. No caigas tan bajo...

Nos miramos nuevamente, ella con enojo y yo con dolor y frustración. Aunque no digo nada, ella aprieta sus labios, evitando así soltar uno de sus hirientes comentarios. Se aleja de mí y sale por la puerta de salida; me deja sola, dolida y con una culpa más grande.

Caigo al suelo frío, con las lágrimas a punto de brotar, con el odio de mi hermana en mis hombros y una tristeza inmensa.

«Es mejor de esta manera. Así que odiame, hermana mía. Merezco tu desprecio, porque, a fin de cuentas, yo soy la culpable de tu destrucción».

Aún sintiéndome una desdicha andante, tomo mi celular, busco su número y mando un corto pero informativo mensaje, que no tarda en tener su respuesta.

—Todo va saliendo como lo planeamos.

—Perfecto. Nos vemos en el local.

###

—Lo siento, el tránsito es un desastre según mi chofer. —Me disculpo al llegar a la ubicación de los Williams y les sonrio a todos. —¿Tu padre vendrá? —pregunta Clara, y se lleva una mirada extraña por parte de su esposo, que estaba a su lado.

—Creo que solo vendrán Daniel y Elisabeth, papá está bastante ocupado con su empresa. —Me limito a decir, ya que el tema del trabajo también es algo delicado para ellos.

Jackson deja de ver unos esmóquines azules y se acerca a mi lado. Borra su mueca de asco para darme una leve sonrisa. Al llegar a mi lado, pasa su mano por mi cintura y me besa ruidosamente en la mejilla. Una acción que me deja sorprendida, por lo que me limito a sonreírle. La sorpresa se esfuma al sentir un aura ciertamente amenazante, además de una mirada densa pegada a mí, sigo aquella sensación y mis ojos se posan en ella. Clara nos ve con una sonrisa gigantesca pero falsa, la reconozco con rapidez, ya que yo usaba la misma sonrisa cuando Caín estaba con otra mujer. Esta acción celosa por su parte no es algo nuevo; ya que, en el tiempo que pasaba con ella organizando mi cumpleaños, pude notar lo atenta que es cuando Jackson se me pega como chicle.

—¡Hola, familia Williams! —Daniel aparece con su usual elegancia, caminando con una enorme sonrisa. Atrás de él puedo ver a Elisabeth y Austin, ambos con un notable enojo.

Todos se saludan; por costumbre me quedo hablando con Daniel de cosas triviales, hasta que noto por el rodillo del ojo la silueta pequeña de mi hermana y la de Jackson. Ambos frente a frente, sonriendo y saludándose con un tono demasiado extraño e inquieto para mi gusto.

—Ha pasado un tiempo, Jones.

—Ha pasado, Williams.




















𝗖𝗢𝗠𝗢 𝗖𝗢𝗡𝗦𝗘𝗚𝗨𝗜𝗥 𝗘𝗟 𝗟𝗜𝗕𝗥𝗢 "𝗖𝗨𝗟𝗣𝗔𝗕𝗟𝗘" 𝗘𝗡 𝗣𝗔𝗣𝗘𝗟

El libro CULPABLE está en PREVENTAS en la página oficial de la Editorial Tinta Libre: «http://www.tintalibre.com.ar/book/1207/Culpable»

MÁS INFORMACIÓN EN MI INSTAGRAM: @darinavdt

Recuerden, voten, comenten y COMENTEN

Jeremy y Elisabeth todo felices juntitos ಥ⌣ಥ <\3

©

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro