• One shot corto.
• (T/n) tu nombre.
• Pequeña escena smut.
• Espero disfruten la lectura. No olvides votar y comentar si quieres más contenido.💗
• Estoy bastante perdido con el Lore por lo que evite profundizar demasiado algunas cosas.
• Disculpen si hay alguna falta de ortografía.

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 El antiguo símbolo de la paz se encuentra sentado observando a su “alumno estrella”. Piensa en lo rápido que avanza el tiempo, en cómo el chico ha mejorado y superado cada obstáculo con éxito a pesar de las dificultades emocionales y físicas que conlleva su poder. Y en cómo mientras Midoriya vive su propia historia, él se queda ahí, estancado, apagándose lentamente.

Divaga en todo lo que hizo bien, y en todo lo que hizo mal. Ser un héroe no es solo felicidad y derrotar villanos. Trae consigo pérdidas y lo más complicado, llevar una vida normal.

A su edad muchas personas ya están casadas o con una pareja estable, incluso ya son abuelos. Y él, a pesar de que intentó tener eso, fracasó dolorosamente.

Fue a lo más profundo de sí mismo y se vio de joven. Una vida brillante le esperaba. Y de pronto…

Oscuridad y dolor le rodeaba. La vio a ella, su todo, su amada. Esos ojos.

La culpa llegó tan rápido que poco pudo asimilar el dolor. Si tan solo hubiera sido más astuto. Tal vez ella y su maestra estarían a su lado aún.

– ¿Estás bien? –

No se había dado cuenta de que pequeñas lágrimas salían de sus ojos. Estaba inmerso en el pasado.

– Si, no pasa nada – Respondió con su mejor voz. –  El entrenamiento de hoy estuvo increíble, bien hecho –

– ¡ Gracias!, la verdad me siento agotado después de todo esto, uf – Suspiró el joven. Se sentó al lado del rubio para después sacar su libreta y lápiz de su bolso. – Anotaré los avances de hoy, estaba pensando en nuevas técnicas y…–

Toshinori dejó de escuchar, solo veía como movía sus labios y lo emocionado que estaba. No tenía ganas de hablar hoy.

– También descubrí algo sobre (T/n)(T/a). Escuche ese nombre la última vez que nos enfrentamos a la liga de villanos, investigando descubrí que estudió acá y es de tu año, ¿También peleaste contra ella? !¡Tenía un quirk increíble!

Salió del trance al escuchar aquel nombre.

– Perdón,¿Quien? – Su voz tembló. No esperaba que nadie recordara quien era ella, quedaban pocos datos sobre su vida. Él mismo se había encargado de ello.

– Su nombre de villana era Silver eyes. Mira, escribí de ella también – Le enseño su libreta a Toshinori, quien aún aturdido, sostuvo con recelo el objeto. Leyó palabra por palabra. Había bastante desinformación.

– Esto está mal. Su Quirk era su única defensa, no era buena en combate cuerpo a cuerpo. Y su traje no era de ese color. Tampoco media eso de estatura.

– !¡La conociste! – Chillo emocionado Midoriya. – ¿Puedes hablarme de ella? - Preguntó ilusionado.

– Si puedo…pero – Su estómago se contrajo y las náuseas aparecieron. Se quería negar, sin embargo, el entusiasmo de Midoriya le hizo reflexionar. Quizás no sea tan malo recordar un poco más. – De hecho, sé dónde se encuentra – 

– !¡No puede ser! Pensé que estaba muerta – 

Toshinori frunció el ceño. – No, la …”salve”–

– Increíble, ¿Por qué?

Entonces Toshinori pensó en silencio. Observó seriamente a Midoriya, él no lo traicionará. Además, es algo que posiblemente le pueda ocurrir. Debe protegerlo. 

– Midoriya, debes prometer que esto no se lo dirás a nadie, jamás. 

El joven tragó duro, y asintió sin dudar. – Lo juró.

– Ah,no puedo creer que haré esto – Suspiro con pesadez el adulto. – Ven, acompáñame.

– P-pero está anocheciendo – Habló preocupado por las consecuencias. No quería otro castigo.

– Hablaré con Aizawa después, no te preocupes – Dijo mientras avanzaba a la salida. Midoriya le siguió.

– Y …¿Dónde vamos? –

– La vas a conocer. Ella no está muerta como aparece en internet o en los diarios. Fue una pelea difícil. Perdí muchas cosas, demasiadas – Su tono fue melancólico. El joven dudó en responder.

– Lo lamento mucho –

– No tienes por qué. Bien, creo que en lo que caminamos te contaré nuestra historia.

– ¿N-nuestra?

– Ella, Silver eyes, esa villana devota a All for one, era mi novia.

Midoriya ahogó un grito de sorpresa. Toshinori sonrió melancólico. ¿Por dónde debería comenzar?

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Se corrían rumores sobre una supuesta impostora en el instituto. La chica en cuestión era una alumna de último año. En sus estudios era ejemplar, se esforzaba en sus entrenamientos y juraba que un día sería una heroína famosa. Lamentablemente su timidez le trajo consecuencias negativas, al igual que su Quirk. 

Al activar su Quirk sus ojos se volvían plateados, estos le permitían predecir solo por unos segundos los movimientos del enemigo. Podía ver sus músculos, frecuencia cardíaca y respiración. Su desventaja era que solo se podía concentrar en un contrincante a la vez y si su uso era prolongado, el dolor de cabeza era tan intenso como una migraña, incluso, podría llegar a perder sus ojos.

Toshinori solo veía a esa chica como una persona dulce y alegre. Había tenido encuentros con ella, debía admitir que se dejaba ganar por solo ver su sonrisa. Si, se había enamorado de ella por su actitud, además de tener curiosidad en cómo desempeñaría su Quirk en una batalla real.

Pocas veces habían platicado directamente, hasta que un día se animó y la invitó a salir. Desde entonces mantenían una relación normal, donde Toshinori la visitaba casi todos los días en su casa. Y ella le esperaba sola, pues sus padres trabajaban, según sus palabras.

Toshinori estaba cegado de amor, se dejó seducir. Cayó en sus encantos.

La dejó escarbar en sus pensamientos, en sus entrañas. Le desnudo, lo llevó al límite y consiguió todo lo que quiso.

– ¿Cómo es tu maestra? – Pregunto (T/n), abrazando a Toshinori luego de haber hecho el amor. Se cubrió con las mantas. – Se ve increíble – La mujer acarició con sus dedos los pectorales del rubio, apretó uno en forma de juego y después le dio un beso.

Toshinori se dejó llevar por los mimos y el sueño. Se encontraba muy relajado. – Ella es fantástica, muy fuerte e inteligente.

– Y…sobre su poder, ¿Tiene alguna desventaja?

– No quiero hablar de eso ahora, ¿Por qué no dormimos un rato? – Rodeo con un brazo a (T/n) y la atrajo a él, juntando sus cuerpos desnudos y sudados. La chica hizo una mueca.

– Vamos amor, por favor – Sus manos se deslizaron por el abdomen tonificado. – Si me dices, quizás yo podría…– Palpó el semi flácido miembro del rubio. Yagi gimió ante el tacto – Hacer algo que te guste –

– Mmh, quizás si pueda decirte  – La fuerte mano del rubio se posó en la nuca de su novia, jalando de su cabello.

Ella le sonrió, y sin esperar comenzó a bajar, lamiendo la piel salada.

Apretó los pectorales, beso y chupo el abdomen con devoción. El sabor, el calor, la lujuria de más de él. Parecían caníbales.

Siguió el camino hasta el ya erecto miembro que le esperaba ansioso. La punta mojada en pre-semen, y el tallo venoso.

Lamió en círculos el glande, repartió besos y lengüetazos por el mástil.

– Vamos cariño, habla.

– Ah…si – La mano del rubio hizo presión en la cabeza contrario. (T/n) Entendió, y después de observar los ojos azules que tanto amaba, comenzó a engullir el pene frente a ella. Chupando con glotonería. Acarició las pelotas mientras devoraba el suculento pollón.

– Yo…en realidad no tenía Quirk – Confesó perdido en el placer. – E-ella me lo “transfirió” ¿Sabes? – (T/n) escuchó sorprendida, pero no tuvo tiempo de preguntar nada más. Yagi movió sus caderas al ritmo de la mamada, follando la boca de su novia.

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– ¿Le pasa algo?¿Está bien? – Cuestionó preocupado Midoriya. Toshinori había comenzado a toser y su rostro se tornó tan roja como un tomate maduro.

– S- si, yo solo…la invité a salir y le confesé mi secreto porque la amaba mucho. No pasó nada más ese día – Tartamudeo. El peliverde no lo cuestionó. – Y después… llegó ese día – Hablo con pesar. – A veces Midoriya, confiamos tanto en otra persona. El amor te ciega y dejas de creer en otras personas que no sea ella. 

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Todo ocurrió tan rápido que no le quedó elección. Su maestra de había sacrificado por él.

Se encontraba devastado, observando lo peor que en su corta vida pudo haber presenciado.

En medio de todo el caos, los gritos, el humo y escombros, una voz conocida apareció. Aquellos ojos plateados se posaron en los suyos.

Sonrió burlona. Su risa aguda le hizo hervir la sangre.

– Todo este tiempo, fuiste tú – Sus palabras hicieron reír a la contraría. Se acercó peligrosamente a él, casi juntando sus rostros.

– Fuiste tan…inocente – Ella siguió riendo. Toshinori sin pensar, actuó y…

¡SMAAASH!

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– Perdió sus ojos…– Confesó. Las lágrimas de culpa aparecieron otra vez. Midoriya le miró sin saber qué decir.

El adulto dejó de caminar hasta que llegaron a su destino.

– ¿El hospital psiquiátrico? 

–No valía la pena enviarla a la cárcel, sin sus ojos es inofensiva…hasta cierto punto. Está bastante dañada emocionalmente. – 

Entraron y tras preguntar por ella, caminaron hasta la habitación asignada. 

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Fue una pelea difícil para ambos. Ella no quería hacerle daño, debía actuar como villana si no quería perder la vida por uno de sus “compañeros”. Se había enamorado de Toshinori, pero ya no había nada que hacer. 

Esquivó como pudo los golpes, sus ojos empezaban a arder. No podía desviar la mirada o sería su fin.

 La sangre empezó a brotar de sus ojos cada vez más cansados. Su Quirk estuvo activo por mucho tiempo.

Un golpe llegó a su estómago. Cayó rendida en el árido suelo. La visión comenzaba a nublarse. Veía con dificultad la silueta de Toshinori.

– Yo realmente estaba enamorada. Al principio lo hice por él…no quería morir – Pronunció con dificultad – Ella era el objetivo, no tú, Toshinori.

El rubio no respondió. Su corazón herido quería odiarla, sin embargo a pesar de lo que hizo, no podía simplemente hacerlo. En silencio, tomó en brazos a la inconsciente chica.

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– La salvé, en parte. Me encargue de limpiar su imágen y ella fue derivada a cuidados intensivos. El daño de perder sus ojos fue irreparable. Ambos perdimos mucho ese día.

– ¿Por qué no siguieron juntos? – Se atrevió a preguntar.

– Supongo que en el fondo, no fui capaz de perdonar. Si bien hasta el día de hoy siento algo, es porque decido recordar su parte “buena”. Sin embargo, cuando recuerdo aquello es… difícil. Me hubiera gustado que las cosas fueran diferentes. – Sus pies se detuvieron frente a la puerta con un cristal en medio que le permitía ver dentro de ella. 

Ahí, sentada con una camisa de fuerza estaba (T/n). Se veía tan diferente. Los años le contaron factura.

Su cuerpo delgado se podía divisar incluso en la ropa holgada que traía. Su cabello con canas caían como cortinas en su rostro.

– Se ve tan… triste – Habló Midoriya. Toshinori asintió.

Como si los hubiera escuchado, (T/n) levantó su rostro. Sus párpados cerrados no tenían motivos para abrirse. 

– ¿Toshinori? – Pregunto al aire.

El estómago del aludido se contrajo. Y pensó nuevamente, quizás nunca sea tarde para perdonar o intentar algo otra vez.

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