Ryujin se encontraba sentada sobre su cama, pensando en qué pasaría de ahora en adelante con Yuna y Wonyoung después de soltar semejante dato. Un déjà vu vino a ella, desde que pasó aquel momento con Minjeong, había prometido no ser tan idiota como su maknae.

Lastimosamente lo fue.

—¿De verdad, unnie?. No puedo creer que hayas cometido el mismo error que Yuna.—niega Yeji sobando su sien impaciente.

—No era mi intención hacerlo… Se me chispoteó.—justifica mordiéndose las uñas.

Sabía perfectamente que Shin no tardaría en llegar al apartamento grupal, la muerte estaba a punto de cruzar su puerta y ni siquiera ha dejado descendencia todavía.

—Calma, buscaremos la manera de solucionar el problema. Ojalá Wonyoung logre convencerla de darte unos días más de vida.

Esa era otra historia, tal como sucedió hace meses, las redes sociales no se quedaron quietas. El odio hacía Wonyoung aumentó, el repudio otra vez se lo llevó ella. Maldecía la hora que su boca pronunció tales palabras.

No sólo se disculparía con Yuna, también con Wonyoung.

—¡Espera Yun!.—oyeron el grito de Yunjin desde abajo. Ryujin entró en pánico y miró reiteradas veces a Yeji.

—¡¿Dónde demonios te escondes, Shin Ryujin?!.—exclamó furiosa.

Los pasos de la maknae cada vez se acortaban, bastaron segundos para que la puerta se abriera bruscamente de una patada.

—¡Tú!.—señaló Shin hacía Ryu.

Yeji de pie, trata de calmar la situación tomando a Yuna de los hombros. Instantes después, Yunjin llegó a la par de sus demás compañeras. No podían permitir que una masacre sucediera allí.

—Quédate quieta, Shin Yuna.—ordena Minjeong, la cual no venía sola.

Wonyoung a tiempo, retuvo a su pareja tomando sus mejillas, obligándole a verla.

—Hey! Estoy aquí, tranquila. ¿Me ves?, cálmate conejita.—menciona sonriente.

De un momento a otro, Yuna queda absolutamente inmóvil. Si alguien fuera capaz de darle paz a una persona tan temperamental como Shin, era Wonyoung.

—Juntas resolveremos esto, ¿sí?.—comenta abrazándola.

—Siento haberlas metido en esta situación, no era mi intención.— habló Ryujin apenada.

Minjeong sostenía a su pareja del brazo. Todo volvió a tonarse silencioso, Yuna no apartaba a su novia de ella y el resto sólo se miraban con lástima. Nuevamente se volvía a repetir el capítulo, a excepción que ésta vez, ambas partes estaban enteradas y desde luego, con una relación romántica de hace un tiempo.

—¡Culpa de Unnie!.—acusaron todas al unísono segundos más tarde.

Aish!. Pensó Ryujin en negación.