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Capítulo 60

Un merecido descanso

El río que separaba a la castaña de un hermoso campo de flores la tenía hipnotizada, pues su sonido era muy relajante, ella se encontraba en un pasto verde y frío, mientras que el que lograba ver estaba adornado por cientos de flores de colores que eran bañadas por los rayos del sol, más aparte había mucha gente vestida de blanco, parecían convivir alegremente, el ambiente de fiesta la hizo mirarse detenidamente.

Tenía un vestido largo blanco, descubierto de los hombros pero una tela superior adornaba el blanco con perlas rosadas, su cabello estaba suelto y se sentía bastante tranquila mientras se sentaba.

Desvío la mirada de las personas alegres para ver un grupo de animales que jugaba normalmente, habían varias especies de perros, gatos e incluso aves, entre ellos logro identificar a aquel canino que la hizo feliz durante catorce dulces años.

-¡Guardián! ¡Soy yo! ¡Guardián! -se levanto enseguida y comenzó a llamarlo.

Corrió hasta la orilla del río, pensaba en aventarse, pero su propio cuerpo la retenía. El can había obedecido a su llamado e incluso también el estaba a la orilla del río por su lado.

-¡Ven por mi! ¡Te extraño mucho! -alzo las manos en dirección al can- Por favor...

El can había emitido un sonido triste y en sus ojitos se podían ver algunas lágrimas. Pronto comenzó a ladrar y a mover la cola, saltaba y se movía a todos lados.

-También te extraño, te lo ruego, quiero ir contigo -seguía con las manos alzadas.

El can nuevamente emitió ese sonido triste.

-Los perros no hablan, pero está tratando de decirte que aún no es tu momento -alguien llegó a acariciar la cabeza del can.

Quién lo había hecho había Sido su abuela paterna.

-¡Mamá Isabela! -la mujer mayor le saludo dulce- ¿Cómo que todavía no? Estoy aquí ¿Por qué no cruzo ya?

-Porque eres muy jóven aún mi niña ¿Qué no te acuerdas lo que dijo aquel jóven? Todavía te faltan muchos años por vivir.

-Pero... extraño mucho a mi Guardián... quiero acariciarlo cada vez que veo su foto en mi celular y quisiera meterme en los vídeos que tengo de el para convivir y jugar una vez más... Te extraño mucho -el can volvió a emitir ese sonido triste- A ti también abuela, te extraño bastante... mi papá a estado muy triste desde su partida aunque nunca lo demuestre.

-¿Y como crees que se pondrá con tu partida? Si ya no regresas se le romperá el corazón -hizo un puchero- Me va a regañar si me quedo contigo.

-He mija ¿A poco va a llorar si se queda Guardián aquí? Nombre si nosotros lo vamos a cuidar re bien ¿Verdad perrito? -el abuelo paterno de la castaña había aparecido y el can comenzó a jugar con el.

-Papá Juan -se limpiaba las lágrimas que le nublaban la vista- Es que los extraño mucho... me sigo sintiendo mal por su partida... pero se que debo seguir adelante... es una cicatriz que ya nunca se va a borrar... pero aún así duele tocarla -se limpiaba las lágrimas con los brazos para que dejarán de salirle.

-No llore mija, acá va a venir cuando Dios diga, no ahorita, además, acuérdese de nuestras tradiciones, nos vemos en cada año el dos de noviembre ¿Qué ya no se acuerda mija? -agarró al can para acariciarlo en la cabeza- ¿Y quién cree que nos guía? Pues este perrito ¿Va qué si mijo? -el can ladro en respuesta afirmativa. 

-Mi niña, ya debe regresar, saludame a tu mami y a tu papi -le lanzó un beso la mujer mayor que procedió a despedirse moviendo la mano.

-Cuídese mucho mija, ahí nos vemos pasado mañana -su abuelo se despedía igual moviendo la mano.

El can se despedía de ella ladrando y saltando pronto todo a su alrededor empezó a desaparecer en la neblina.
°
°
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-Me siento mal...por mi culpa te enfermaste -la voz de una pequeña niña resonaba en su cabeza.

Veía todo borroso, pero detectaba los colores, la pequeña que tenía enfrente era de piel clara, cabello castaño y ojos morados ¿Sería ella de otra vida?

-Eso no es verdad...me he mojado por la lluvia y por eso me he enfermado, no es tu culpa -la voz de un jóven adormecido sonó otra vez en su cabeza.

-Pero hermano...se que pusiste un símbolo de intercambio en mi garganta la noche anterior y ahora tu estás enfermo...si fue mi culpa -un brazo de piel clara había silenciado a la de ojos morados con una caricia en la cabeza.

-Ya te dije que no...deja de culpar te...ahora dame un poco de medicina...y cambia mi trapo por favor, este ya está caliente -le pidió con una dulce voz.

-Enseguida hermano.

La pequeña había retirado el trapo, el sonido leve del agua golpeada y estrujada se escuchaba leve, nuevamente la pequeña apareció a la vista para ponerle el trapo ahora frío en la cabeza.

-Eres muy fuerte hermano, vas a sanar muy rápido -le acariciaba la mejilla con suavidad.

En aquella caricia había un poco de humedad y seguido de aquello un suave pelaje, lentamente el ambiente empezó a tener definición, mostrando de primera un gato restregando su cabeza contra el rostro de la castaña. Después miro un techo blanco y un sonido de pitido lento la hizo girar la cabeza para ver una caja blanca que llevaba el registro de su pulso, tras girar al lado opuesto la cabeza miro un par de bolsas colgadas conectadas a tubos, estos tubos la guiaban a sus brazos y nuevamente posó su vista en el felino quien la miro hasta que pronunció su nombre escrito en su collar.

-¿Zalhin? -el felino de morados ojos y pelaje en mezcla de castaño oscuro con negro ronroneó en respuesta afirmativa para después acostarse en su vientre.

Tras retirarse de su vista, pudo observar a alguien más en la sala, se trataba del sacerdote y este rezaba en voz baja mientras estaba de rodillas con la cabeza agachada.

-Santa María... Ruega por ella...-el susurro del sacerdote se escuchaba en la solitaria habitación.

-Señor Luciano...-le tocó leve el hombro para no asustarlo.

Con ello notó que su voz estaba bastante baja. El sacerdote levanto la mirada y con un brillo de esperanza oculto sus ojos con su mano, el sonido del sollozo era bajo pero la castaña lo escuchó.

-Gracias a Dios estás viva...-el sacerdote aún no retiraba la mano de sus ojos.

La castaña pensaba en consolarlo, pero el repentino tono de llamada de su celular espanto a ambos, así que la castaña decidió contestar cuanto antes.

-¿Bueno? -preguntó con su débil voz.

-¿Qué pasó mija? ¿Cómo le fue en la fiesta de ayer? -era la voz de su padre- ¿A poco se acaba de levantar? Ya levántese no sea huevona -soltó una pequeña risita.

La castaña miro su celular y notó que era medio día del primero de noviembre, así que procedió a responderle a su padre.

-Es que nos dormimos hasta que escuchamos a la llorona, corrimos para abajo de la cama como los valientes que somos -su débil voz daba un tono dulce y alegre.

-¿Se escuchaba cerca o lejos?

-Cerca -se rió un poco.

-Ah entonces está bien, nos vemos en la tarde mija, mañana desayunamos pan de muerto con chocolate calientito ¿Va?

-Si Papá... ¿Ya puso el altar?

-Clarines mija, todo para ver a tus abuelos y tu perrito ¿Le ponemos croquetas?

-Ponga le un bistec así bien grandote y a mi papá Juan un tequila así bien gigante.

-Para el tres de noviembre ya no va a haber nada ¡Y vinieron nuestros familiares! -hizo referencia a que el se comería la comida- Ja ja ja no cierto mija, dejé le sigo adornando que su ama fue por el cempasúchil, ahí nos vemos al rato.

-Nos vemos Papá -decidió colgar.

No hizo esperar más al sacerdote y lo abrazo, pues realmente se había preocupado por ella.
Más tarde procedió a descansar el hombre y quién cuidaría de la castaña sería la pelirroja, después de haber Sido revisada por un doctor.

-Amiga... lo que pasó ayer no no no -se llevó los dedos a la base de la nariz- Nunca pensé vivirlo, pelear contra brujas y quemar sabe que madres para salvar a todos fue épico.

-Imagino que estás muy emocionada por ayer... ayer... es increíble que tanto descontrol hubiera pasado en un día.

-Sobre cortos periodos de tiempo... amiga... el doctor dice que estabas... embarazada... pero lo perdiste por el desangro... quieres... ¿Hablar de eso? -no sabía cómo darle la noticia ni como reaccionaria, ni siquiera sabía cómo reaccionar ella.

-... -la castaña se había quedado callada y se llevó una mano al cuello para verificar que su cicatriz ya no estaba, ahora su piel estaba intacta- Recuerdas... ¿Cómo se embarazo Coatlicue de Huichilopochtli? 

-Si ¿Plumas?

-Plumas -afirmo con toda naturalidad.

-Cool {Está bien, no voy a preguntar...} ¿No como la virgen María?

-Plumas, las plumas vienen de un ave -se puso pensativa- Las religiones se parecen... Cómo sea ¿Cómo están los demás? ¿Qué pasó? ¿Todos están bien?

-Tranquila, estamos en el hospital que alguna vez te trajo Kliment, los demás también están aquí, todos bien, descuida. Anthony y Enzo... se rompieron una pata.

⇀En otra habitación↼

-¡¿Quieres cerrad el pico un rato!? -el castaño estaba en la camilla con la pierna derecha enyesada.

-Oh c'mon! No me has dejado ver nada en la tv, estoy aburrido de las noticias ¡Pon le en las caricaturas! -el rubio tenía la pierna izquierda enyesada.

-¡Ni de coña! ¡Los dibujitos actuales no son más que basura! 

-Chicos... lo siento... realmente me siento mal el haberlos dejado -el pelo azul estaba en su habitación lamentando se por su estado.

-Don't worry, that's fine, no fue tu culpa... ¡Fue de este quien se me cayó encima! -le reclamo el rubio a su compañero.

-¿¡Pero que dices?! ¡Si tú haz Sido el que se me ha caído encima! ¡Menuda suerte la mía! Me rompes la pierna y encima tengo que compartir habitación contigo, gilipollas.

-Pero ¿Cómo paso todo eso? -el pelo azul había tomado asiento.

-Al final de la batalla nos disponíamos a ir en dirección de Little Lady, but unas brujas nos raptaron y el Amini tuvo que arreglárselas el solo para ayudarnos, desafortunadamente cuando nos libero las brujas nos habían dejado caer desde muy alto.

-Yaotzin fue muy fuerte, aún cuando el cansancio nos estaba acabando a todos -reconoció el pelo azul.

-A propósito ¿Qué tú no sufriste daño? -preguntó el castaño.

-En realidad si, mi espalda la llevo bastante, así que pronto volveré a la cama para descansar un poco más -el pelo azul se había recostado en el sillón- Pero iré a ver a los demás para ver cómo están

⇀De vuelta con la castaña↼ 

-Sobre Qian, Luciano y Kliment, bueno ellos fueron por ti así que no recibieron tanto daño, Luciano tiene vendado el cuerpo pero nada grave, decidió cuidarte a pesar de que el debía estar en cama. Kliment lleva rato despierto y acompaño a Luciano a cuidarte, el solo tiene una superficial lesión en la espalda. Mientras que Qiang se fracturó un brazo, pero nada que no pueda mejorar -comento la pelirroja.

⇀En otra habitación↼

-Así que el muchacho te protegió -el de piel oscura le servía agua al de ojos rasgados.

-El muchacho hizo todo para protegerme, incluso cuando una bestia me fracturó el brazo, el me llevo a la punta de un árbol para ponerme a salvo -tomo el agua tranquilo con la mano derecha mientras mientras que el brazo izquierdo lo tenía con yeso- Por cierto gracias por ir por mi, creí que su venganza iba a ser dejarme ahí.

-No hay que agradecer, me siento mal por haber dejado a los muchachos.

-Esos idiotas llevan toda la mañana discutiendo sobre quién cayó sobre quién para haberle roto la pierna al otro -dejó el vaso en una mesa cercana a el- Por cierto ¿Qué hay de Dulce? ¿Y Paulina?

Con la amable mirada del de piel oscura sabía que ambas estaban bien.

⇀De vuelta con la castaña↼

-Akadjé obviamente también tiene algunas lesiones y cansancio, pero está bien, de hecho a ayudado para ver cómo se encuentran los demás, pero esa muchacha Dulce... pues... Yaotzin se sigue sintiendo culpable -dijo cambiando su expresión a una de lastima.

-¿Ella está bien? ¿Qué le pasó? -le preocupo su rostro. 

-Ella está viva... pero...

⇀En otra habitación↼

-¡Pero si ya le dije que usted no tiene la culpa de nada pues! -la pelo naranja no sabía cómo calmar al pelo gris.

-¡Fue mi culpa! ¡El que Anthony, Enzo y tu estuvieran en peligro fue mi culpa! ¡Te rompieron el brazo por mi culpa! Y tu dedo...-miraba con pesar su mano derecha enyesada.

⇀Flash back↼

-¡Suelta me! -la pelo naranja forcejeaba con el agarre de la pelo rosa.

-¡Aquí está la maldita que casi me mata! ¿¡Creiste que nunca daría contigo?! ¡Perra! ¡Por tu estúpido veneno casi me muero! -jugaba con ella y ahora la tenía tomada de un brazo amenazando la con la altura- ¿Pero que crees? Yerba mala nunca muere -la tenía de la mano derecha y la jaló hacia ella.

Llevó su dedo medio a su boca, al arrancarlo, con su fuerza le rompió el brazo a la chica, antes de dejarla caer la tomo de su mano izquierda y procedió a burlarse.

-¡Jodete! -le levanto el dedo medio y la lanzó.

Realizó aquella acción debido a que venía a ella una lanza bañada en fuego sagrado y decidió que la trayectoria se viera afectada para que el pelo gris salvará a la chica.

⇀Fin del Flash back↼

-Lo siento... ahora ya no podrás... usar el arco nunca más -la decepción en la voz del pelo gris era notoria.

-En realidad puedo disparar con ambas manos -le confesó- Si esa bruja pensaba en perjudicar me pues no lo logro -le regaló una sonrisa- Venga pues ¿Vos no me vas a regalar una sonrisa también? 

El pelo gris sonreía apenado por tales palabras, pero decidió esforzarse un poco más y regarle una sonrisa sincera.

⇀De vuelta con la castaña↼

-Perdió un dedo y Yaotzin está bien, de hecho solo se durmió como una hora en cuanto llegamos al hospital. Didier, Ian, Werner y yo nos encargamos de traerlos aquí, junto con este puma -agarró al gato y lo alzó- ¿Verdad que eres un puma pequeñita? -el gato maullo en respuesta afirmativa- Ah, también tu compa el Gera.

-¿Gerardo? ¿El está bien? Oye...y ...¿Sabes algo de Marcel? O de ¿Marigold? -estaba un poco temerosa.

-Didier no me contó nada de Marcel, dice que ya no lo vió y de hecho Marigold fue quien le quitó el dedo a Dulce, dice Yaotzin que a lo mejor no la volvemos a ver... eso espero, estoy harta de las brujas, una casi quema a mi viejo -hizo puchero al recordar.

-¿Werner está bien? 

-Si, no sufrió mucho daño, ahora el y Gerardo están cuidando sus habitaciones, han estado alerta desde que llegamos, pero parece que no ha pasado nada. Tal parece que al fin llegó la calma -la pelirroja fue abrazada por la castaña.

-Eso espero...-la abrazo por un largo rato.

⇀En otro lado↼

-Así que eso fue lo que pasó -el de ojos miel confirmaba la información.

-Así es... la familia de Ariatna jamás fue lastimada, en la madrugada ellos salieron iban a un parque temático, el taxi vendría por ellos temprano así que no se molestaron en despertar a Ariatna y entre ellos dijeron que le dejarían un mensaje. Tal vez no se lo dejaron o si fue una nota ese demonio solo hizo desastre material, en cuanto el hombre de traje intervino yo también iba a hacerlo, pero de rato el demonio salió y me ató a mi, me dejó tan herido a tal grado de no pudiera hablar -se sentía avergonzado- Eres el único que sabe que yo soy uno de los traidores... tú y el sacerdote, pero el sacerdote ha decidido guardar mi secreto. Hicimos un trato.

-El líder estaría muy feliz de saber que están vivos -le trataba de convencer.

-El líder de todas las manadas lo sabe y le pone triste que estemos bajo el mando de los enemigos... sin embargo sabe que no puede hacer nada... si regresamos... a ustedes los asesinaran -dijo amargamente- Cometerán un gran genocidio en el cual parezca que los hombres lobo están a punto de desaparecer. 

-Eso...

-Fue difícil regresar a los sobrevivientes con sus familias -el pelo verde venía platicando con el azabache.

-La verdad si, pero apartir de ahora la policía se hará cargo -el azabache se había parado frente a los otros dos grandes hombres.

-Contraseña -dijo el de ojos miel.

-¿Es en serio? -preguntó el azabache.

-Contraseña -volvió a decir.

-Helado de fresas -dijo el azabache.

-Con crema -dijo el pelo verde.

-Pasen chicos -el de cabello castaño les había abierto la puerta.

El pelo verde y el azabache habían pasado, se encontraron con el pelo azul que les había informado que todos se encontraban bien, de rato el pelo verde se había ido a la habitación de la castaña, este apenas se había enterado que había despertado.

Después de unas horas habían salido la pelirroja y el pelo verde de la habitación porque se lo había pedido la castaña ya que ella se quería ducharse.

Tras hacerlo, la castaña estaba en su habitación sola, recién bañada y desnuda frente a un espejo, miraba su cuerpo intacto de cicatriz alguna.

-¿Y si todo esto es un sueño? -se recorrió el pelo mojado para ver su cuello.

Procedió a respirar profundo y volver a mirarse, está vez en su ojo izquierdo estaba una rama de jacaranda, miró su cuello con una cicatriz de polilla y en su vientre la cicatrización de lo que fue un ataque de garras.

-Tal vez no es un sueño... mis cicatrices son símbolo de lucha... aunque mejor las tapare con flores de jacaranda, le pediré a Yaotzin un poco de su tinta -relajó su cuerpo y nuevamente las cicatrices desaparecieron e incluso el tatuaje del ojo pero no el del hombro.

Había decidido cubrirse nuevamente ya que quería ir a ver a los demás por su propia cuenta, al abrir la puerta se encontró con el azabache, el pelo gris y el pelo azul. Estos decidieron entrar de manera silenciosa y tranquila, se quedaron un rato mirándose entre si pues no sabían cómo iniciar una conversación.

-{Estabas embarazada desde...} -el pelo gris pensaba.

-{¿Por qué no me dijiste que estabas embarazada? Desde esa noche...} -el pelo azul se sonreía.

-{Idiotas... no le pregunten nada de eso o no nos va a hablar jamás} -el azabache había escuchado los pensamientos de ambos- ¿Cómo sigues pequeña Ari?

-Estoy bien, mis papás están preparando el altar para mañana que es el día de muertos e incluso vamos a desayunar pan de muerto... aunque...-la castaña no sabía cómo continuar.

Los tres hombres sin previo aviso abrazaron a la castaña, la chica se había reservado algunas lágrimas, pero otras salieron sin su permiso, acepto el abrazo de todos y después de un rato volvió a su diálogo.

-Aunque... tengo una mejor idea ¿Y si invitamos a mi familia a la casa? -se limpiaba delicadamente algunas lágrimas.

-Me parece buena idea -dijo el azabache.

-Conozco a un panadero que puede hacer grandes cargas de pan de muerto, le llamaré -dijo el pelo azul.

-¿También habrá chocolate caliente? -dijo el pelo gris.

-Por supuesto que si -sonrió.

-Entonces hay que trabajar -dijo el pelo gris pero fue detenido por la castaña.

-Ustedes dos -tomo del hombro al pelo gris y pelo azul- Deben descansar, ya me chismearon que no lo han hecho, Didier avisa a Ian que tienen que limpiar la casa, le pediré de favor a Paulina que consiga chocolate y mañana pasaré por las órdenes de pan ¿Entendido?

-Como usted ordene -dió una reverencia y mostró una sonrisa traviesa el azabache- Los regañaron -cantoneo en burla a los otros dos.

⇀Al día siguiente↼

Para el día siguiente la castaña le había notificado a su familia sobre el cambio de planes, ellos aceptaron a excepción de su abuela que se iría a desayunar con otro de sus hijos. El castaño de cabellos cortos había accedido a ser chófer de la familia para más seguridad, la castaña les dió la bienvenida a su "casa de estudiantes" a sus padres.

-Ya llegamos mija -dijo el padre en la entrada.

-Hola Apa, pasen le -les guío a la sala.

En la sala se encontraba el resto de cazadores, obviamente sin sus ropas de batalla, si no que traían ropa de civil, la castaña les presento a los chicos.

-Son los chicos que viven aquí -comenzó a señalarlos y empezó con el de ojos rasgados- Ese de ahí es Qiang.

-Buenos días señores -saludo sentado en un sillón.

-Los de allá son Anthony y Enzo -señaló al castaño y al rubio que estaban juntos en un mismo sillón.

-Good Morning!!! -dijo el rubio.

-¡Buenos días! -dijo el castaño.

-Ella es Dulce -señaló a la pelo naranja.

-Buenos días -dijo la pelo naranja y la pelirroja le había ofrecido una taza de chocolate- Gracias.

-Ella es Paulina -señaló a la pelirroja.

-¡Hola familia de Ariatna! -sonrió la pelirroja mientras repartía el chocolate a los cazadores.

-Hola buenos días -dijo el pelo verde mostrándoles una charola con vasos de chocolate para ofrecerles.

-El es Ian -sonrió la castaña.

-Gracias mijo -tomo un vaso el padre de la castaña- Buenos días a todos.

-Gracias -dijo la madre de la castaña- Y... ¿Ustedes son...? -no sabía cómo preguntar la presencia del de piel oscura y el sacerdote.

-Una disculpa, somos profesores de la universidad, soy Akadjé, un gusto -se acercó a darles la mano.

-Mi nombre es Luciano, aunque sacerdote también soy profesor -igualmente se acercó a darles la mano.

-¡Chicos! ¡Ya sale el pan! -el grito del pelo gris aviso que vendría, este salió de la cocina con una charola con panes de muerto en un plato de plástico- Uno para ti -empezo a repartir apartir de la pelo naranja. 

-El es Yaotzin -le señaló la castaña.

-Mucho gusto -el can pasó de el para encontrarse con la familia.

-¡Michi! ¡No los molestes! -el pelo verde lo tomo del collar pero no de manera brusca.

-¡Mira que bonito! -el padre se aventuró a acariciarlo.

-Se parece a Guardián, está bien grande -también lo acarició el hermano de la castaña. 

-¡Todo chiquito todo bonito! ¿Verdad que sí chiquito? -la madre también lo acarició.

El minino de pelaje café y negro se acercó a pasearse por las piernas de los recién llegados.

-¿Este se llama Dogo? -el padre también acarició al gato.

-Ja ja ja no, se llama Zalhin, Zalhin ven aquí, llévate a Michi y juega con el -le llamó el pelo gris y obedeció a sus órdenes.

Pronto los animales se retiraron. El pelo azul había salido con una charola y le ofreció pan a la familia de la castaña.

-Hola de nuevo muchacho -dijo el padre tomando un pan.

-Hola compa -dijo el hermano tomando un pan.

-Hola Kliment -saludo la madre y tomo un pan.

-Hola familia, espero que les guste el pan, es el mejor de por aquí -se sonrió un poco nervioso.

-¡Oye Ariatna! ¿Quieres crema de café y fresas? -la voz del azabache se escuchaba en la cocina.

-Este... si... si tú te lo vas a hacer igual si -dijo la castaña.

-¡Tráeme mi pan! -dijo el pelo azul.

-¡Y el mío! -dijo el pelo gris.

-¿Me traes el mío por favor? -dijo el pelo verde.

-Pues ya que estás allá traeme el mío porfa Didi -dijo la pelirroja tomando asiento en la sala.

-¿¡No quieren un pollo?! -dijo el azabache.

-¡No, nomás el pan! -dijeron el pelo gris, el pelo azul y la pelirroja al mismo tiempo.

El azabache había salido de la cocina con una charola de pan de muerto relleno de crema de café con fresas cortadas y chocolate caliente, le entrego cada pan a quien le había pedido.

-Hola muchacho, hace mucho no te veía -le saludo la madre de la castaña.

-¿Quién es el? -dijo el padre.

-Es Didier -dijeron madre e hija.

-Mucho gusto señores -saludo el azabache.

Sus ojos verdes habían tomado su pupila normal así que se veía igual que un humano.

-La fiesta estuvo chida ayer ¿Verdad? -el padre señaló las extremidades heridas de los chicos.

Los jóvenes se rieron y cada quien se excuso de una manera diferente.

-Me cai de la bicicleta -dijo el rubio.

-Me descontrole en la patineta -dijo el castaño.

-Jugué como nunca en mi equipo de básquet -dijo el de ojos rasgados.

-Yo juego futbol americano -dijo la pelo naranja- Ya estoy acostumbrada.

La familia y los amigos de la castaña comenzaron a convivir mientras desayunaban. Fuera de la casa, vigilaban dos lobos de gran tamaño que no resaltaban mucho, ya que de vez en cuando se hacían los dormidos.

Muy a lo lejos, veían la tranquilidad en la que estaba la casa, el rubio de ojos azules decidió estirarse.

-Parece que ahora serán súper aburridos -se giró para dirigirse al pelo lila- ¿Entonces? ¿Qué hacemos ahora?

-¿Ya sanas te? -le preguntó el pelo lila.

-Lo hago poco a poco... esas balas especiales me dañaron de verdad... pero no de muerte.

-Vamos a divertirnos, mientras nuestra señora y sus hermanos están en junta, nosotros podemos hacer cuánto desastre nos plazca. Aún no terminan los tres días de oscuridad, vamos -comenzó a caminar colina arriba.

-Me encanta cuando dices más de dos palabras, vámonos -sonrió el rubio y comenzó a seguirlo no sin antes dar un último vistazo rápido- Ya lo recordé.

-¿Qué cosa? -preguntó el de cabello lila sin dejar de caminar.

-Mi apellido... Desde que ví morir a mis padres lo había borrado, su muerte fue como un bloqueo para mi... Y cuando conocí a Didier me preguntó mi apellido, le dije que no tenía importancia pero en realidad no lo recordaba.

-¿Y cuando lo recordaste?

-Cuando tuve mi experiencia de muerte.

-¿Contra los otros dos candidatos o contra el sicario?

-No, el sicario no me hizo tanto daño y los otros dos me hicieron recordar solo mi muerte como humano. En realidad fue contra la anterior mano izquierda, ese tipo era mucho más brutal que yo, puedo decir que hasta ví a mis padres en el otro lado.

-Ese tipo casi asesina a nuestra señora siendo solo una niña, no te sorprendas, además el que salieras vivo de ese encuentro fue un milagro -noto que el rubio se había detenido, seguía mirando en esa dirección- Vamos, Dupont

-Nos vemos después amigo -susurro al viento y continuo su camino.
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¡Esto ha Sido todo!

La próxima que nos veamos será en un fanfic pero traeré otra historia original
¡Nos vemos en otra ocasión!
See you!

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