Capítulo 58
Los problemas terminarán (segunda parte)
Un rayo de esperanza se había asomado para todos, ya que los comunicadores nuevamente sonaban, aquello continuo en que la pelo naranja se comunicara con el resto.
-¿Están todos bien? -se le escuchaba agitada.
-¡Aquí! ¿Han visto que las bestias han incrementado? -la voz del de piel oscura se hizo presente.
-No falta mucho para media noche, esa festividad de las brujas pronto comenzará -unos golpes de espada sonaban de fondo con la voz del sacerdote.
-Venga el sol es una oportunidad ¿Qué no? -el español se había unido a la plática.
-Me temo que no -la voz del asiático se unió- El sol no nos va a ayudar está vez y si no rompemos esa barrera todos los humanos aquí adentro incluyendo nos, vamos a morir.
-What?! Why?! -el rubio con su fuerte voz había entrado- What are you talking about?!
-La barrera fue creada por un pentagrama y quién lo hizo es bastante fuerte, aquí no va a haber sol, puede que los próximos días, es decir 31, 1 y 2... puede que esos días sean los tres días de oscuridad para que las bestias sacien su hambre -fue interrumpido.
-Eso significa ¿Qué Paulina no tiene oportunidad de quitar la barrera? -dijo el pelo azul interrumpiendo la plática.
-Yo nunca dije eso, Paulina ¿Tienes el agua bendita que te dió Luciano? -preguntó a la pelirroja.
-silbó fuerte para que todos la escucharán- A huevito con jamón y queso mi buen.
-Enzo ¿Le diste los fósforos? -preguntó al español.
-Si claro ¿Por qué? -contestó este- Ah... los fósforos de la llama sagrada ¡Claro!
-¿Los que? -dijo el pelo azul.
-Los fósforos de la llama sagrada, son fósforos hechos con la misma madera que mis estacas, estos pueden quemar a cualquier ser maligno, el fuego que crea es purificador -explicó el español.
-Y el agua bendita con esos fósforos funciona como combustible, Paulina, quema todo lo que crea la barrera, objeto o persona que encuentres, quema la -dió la orden el asiático.
-A la orden mi buen, ¿Están todos bien allá? -su pregunta fue interrumpida por otras voces.
-En tu vida me vuelves a poner una mano encima, miserable mal nacido -la voz seria del pelo gris se había hecho presente.
-Agradece que no tengo tiempo para sacarte los órganos miserable bestia -la voz del azabache también había entrado.
-Pero no se enojen -se le escucho la voz a la pelirroja nuevamente.
-¿Paulina? -preguntó el pelo gris.
-Por fin funciona esta cosa, te estafaron sicario, no sirve para acampar -dijo el azabache.
-Y eso que no gastaste tu -le reclamo- A todo esto ¿Dónde está Ariatna? De hecho no he escuchado a Ian -fue interrumpido.
-¡Suéltame! ¡Suéltame! -una voz femenina gritaba desesperada- ¡Maldito desgraciado! ¿¡Cómo puedes?! -el sonido de varios huesos rotos habían acompañado a otra voz- ¡Infeliz! ¡Infeliz! ¡Alejate de mi! ¡No! ¡No! ¡No! ¡AHHHHH! ¡¡¡AHHHH!!!
Unos terribles gritos femeninos no solo se escucharon por los comunicadores, si no que también en las afueras, en la punta del cerro era de dónde provenían tan terribles y desgarradores gritos. Aquello tensó el ambiente e incluso erizo la piel de todos los oyentes.
-¡Basta! ¡Deberías estar a mi merced! ¡Yo soy superior a ti! -otra voz diferente a la principal se le escuchaba sufrir antes de terminar sin aire, ahora balbuceaba cosas que no se lograban entender.
-¿Me pides piedad con falsas palabras de superioridad? Que patética miserable bruja, el querer seducirme con tu vulgar cuerpo solo hizo que me generarás asco, voy a hacer que conozcas a tu deudor, ya que tu creador te abandonó hace siglos -el sonido de un cuello roto de fondo había dado fin a las palabras del pelo verde- Y con esa fueron diez.
-¿Ian? -habló el pelo azul impresionado.
-¿Kliment? ¿Ya funciona esto? ¡Dios mío! ¿¡Todos se encuentran bien?! ¿¡Qué pasó?! ¿¡Dónde están?! ¿¡Por qué no se comunicaron conmigo?! ¡Los estuve esperando y nadie me habló! Entré porque tardaban y me encontré con un Akelarre de brujas que querían comerse a los humanos, afortunadamente pude salvarlos... pero todos están inconscientes -la voz del chico había cambiado a su tono normal.
-¿Dónde estás exactamente? -habló el pelo gris.
-No sé exactamente, creo que es la punta del cerro... sí veo todo desde aquí, es la punta del cerro.
-¡Ian! Desde tu posición y con tus habilidades puedes ver mejor ¿Ves a Ariatna por ahí? -habló el azabache.
-¿¡Están todos separados?! ¿¡Por qué?! ¿¡Por qué no me dijeron?! ¿¡Por qué no se comunicaron conmigo antes?! ¿¡Por qué...?!
-¡Hazlo! -gritó el azabache.
-Espera... casi... cerca de... no sé cómo decirles, yo estoy en la punta y ella está al otro extremo, me voy a apurar para ir a ayudarla -dejo de escuchar voces- ¿Chicos? ¿¡Chicos?! ¿¡Me oyen?! Ah... ya no me oyen...
⇀Con la pelo naranja↼
-¿Iremos por Ariatna? -preguntó mientras disparaba flechas desde la punta de un árbol.
-No -dijo el de ojos rasgados en otro árbol esperando- Ella se puede defender sola.
-Pero es una descendiente que no lo sabía hasta hace poco, dudo mucho que sepa defender se, no sabe usar armas Amini ni sus símbolos.
-Nosotros debemos reunirnos con los demás -miro hacia arriba notando la barrera- Con el problema que se viene no será bueno estar separados, vamos a movernos -se levanto- vamos -miro que todavía no se movía.
-Vamos, te cuido la espalda.
⇀Con la pelirroja↼
-Oye viejo ¿Por qué vienen tantos lobos? ¿Los conoces? ¿Son aliados de tu manada? -la pelirroja buscaba los pilares que habían hecho la barrera.
-Muy pocos, de hecho hay manadas de otros países -el lobo iba detrás de ella cuidando la aunque no la veía, la seguía por los ruidos que hacía al caminar.
-¿Por qué? ¿Por qué hay de otros países? ¿También vampiros? -la pelirroja no era vista por su pareja ya que tenía dos inciensos atorados en su chongo.
-La verdad no lo sé, pero puedo intuir que si, esto es cada año, las brujas secuestran personas para comérselas o sacrificarlas, como la delincuencia de este país y otros latinos no hacen mucho por los desaparecidos, pues aprovechan la delincuencia para saciar su hambre.
-No manches ¿A poco si?
-Es la verdad, de hecho muchas bestias de otros países vienen para comer ya que en los países de primer mundo es más difícil desaparecer gente.
-¿Y tú haces eso? ¿Secuestras gente para comerte la? -seguía moviéndose e incluso estaba más lejos de él.
-Yo... pertenezco a la manada "civilizada" así que yo me alimento de... quitar la grasa mediante operación... técnicamente yo no secuestro gente aunque si se cazar.
-De todas maneras, que feo... toda esta gente de seguro lleva tiempo sin ver a sus familiares y la gente antes de ellos... de seguro no tuvieron oportunidad de asimilar todo...-sentía verdadera pena- ¡Oye! Veo algo, tu sígueme chulo.
⇀Con el pelo gris↼
El pelo gris no se contenía y mataba de manera rápidamente violenta a toda bestia que se le acercaba, su coraje le daba impulsó para continuar sin cansancio, aunque como pintaban las cosas y el creciente número de bestias pronto debía hacer algo.
-Dime ¿A qué te refieres con que se hace tarde? ¿Qué prisa llevas? -tenía contra el suelo a un lobo mientras le apretaba el cuello con el pie.
-El... el... el nos dijo que consiguiera a la fuente para distribuirla... necesito... sangre divina -la bestia ya deliraba por la perdida de sangre.
-¿Quién es el? ¿Qué fuente? -no estaba solo, ya que la manada del lobo había aparecido.
-¡Detente! ¡Desgraciado! ¡Suéltalo! -los lobos que llegaron lo habían rodeado- ¡Si lo matas sufrirás la ira de...!
-Ah... con que llegaron más -ahora mirando al recién llegado cortó la cabeza del lobo con su Teputzopilli- Ustedes se ven más cuerdos ¿Quién es el? ¿Quién es la fuente? ¿También buscan a una mujer Amini?
-¡Te lo advertimos! -con aquel grito los demás lobos se abalanzaron.
Había un total de doce lobos, los esquivaba de principio para preguntar si podrían saber el paradero de la castaña, pero nadie parecía responderle y aparte que había notado que los recién llegados se veían diferentes a los lobos con los que se había enfrentado.
-La sangre que curará nuestros pecados, la carne que aliviará nuestros pecados, la vida de una mujer pura y virgen, es algo por lo que nos hemos reunidos varios de nosotros aquí -un lobo había hablado.
-{¿Hablarán de Ariatna?} ¿¡Y quién es el?!
La revelación de información no fue porque el la pidiera, si no para que bajara la guardia y aquello fue posible ya que varias rasgaduras había sufrido el hombre en su traje, eso le lleno de rabia y procedió a defenderse está vez ya no solo iba a esquivar. Obviamente el número era injusto y logro dañar algunos lobos, pero sus heridas iban en aumento, un botón de pánico sonó en su cabeza al ser derribado por un lobo, afortunadamente escapó transformándose en un águila.
-¡Zalhin! -gritó pero en vuelo fue atrapado- ¡Zalhin! -tomó rápidamente su forma humana.
Fué para sacar un Macuahuitl y arrancarle una pata a quien lo había atrapado, se reincorporo para despojarlo de su cabeza y hacer lo mismo con los otros tres lobos que estaban más cerca.
-¡Zalhin! -un lobo había atacado de frente y le dió una fuerte patada en la nariz para desorientar lo, tras hacerlo le cortó la cabeza- ¡Zalhin! -tras asesinar al lobo eso le dió ventaja.
Logró huir corriendo de la manada pero los que quedaban le seguían e incluso tuvieron la maldad de llamar a más lobos para que les ayudarán.
-Esto se está poniendo feo -se estaba acercando a un árbol y tuvo la oportunidad de cortarlo para que el tronco cayera sobre algunos lobos.
Se apoyo en el tronco para convertirse en águila y esparcir ácido por las bestias, cosa que solo hizo enfurecer los más y los que no fueron rociados atacaron con violencia. Tomó nuevamente su forma humana para caer a las bestias y partir a la mitad el hocico de varias con su espada.
-¡Zalhin! -cayó dando una voltereta y huyendo nuevamente.
-¡Deja de llamar a otros! ¿¡Qué acaso eres un cobarde?! -un lobo gritó enojado a punto de embestirlo.
⇀Flash back↼
El ambiente era su antiguo hogar, sabía que era un sueño porque se remontaba a su época de estudiante, solo que era el último día, lo celebraba con su amigo y familia, solo que la hermana del de ojos rosa lo separó del grupo.
-¡Yaotzin! -la chica castaña de ojos morados le miraba con alegría- Felicidades, al fin lo lograste.
-Zalhin...-abrazó a la chica y el resto del ambiente se vio difuminado- Pude encontrar a Ariatna a salvo, estoy muy feliz de recuperarla.
-Lo sé, te he visto últimamente y me alegra que todo vaya bien, fuí a ver a Ariatna y ella es muy feliz con su familia... me recordó a mí cuando estaba viva -correspondió el abrazo- Este sueño... es... ¿Lo que querías? ¿Quieres sentirte como en casa ahora que Ariatna está a salvo? ¿No te sientes querido por los otros cazadores?
-Ya se que soy patético al llorar todavía la muerte de Yoltic -apretó el abrazo- Pero si quisiera... volver a sentirme así... en familia... con todos.
-¿Piensas... estar con Ariatna?
-Me siento bien a su lado, es como si los Amini no hubieran desaparecido por completo.
-No... no así... si no que... ¿Estarás con ella? Es decir... eres un Amini puro... hombre... y... ella... pues una chica...-no sabía cómo expresarse.
-... ¿¡Qué?! ¡No! No no no no ¿C...cómo crees? Es decir... Ariatna es bonita... pe... pero no la quería de vuelta para eso -con la cara roja de vergüenza se separó de la de ojos morados.
Notando que no lucía como cuando estaba viva, si no que su ropa estaba sucia y parecían harapos, su cabello estaba maltratado, mal atado en una coleta y su rostro ensuciado de tierra.
-Zalhin ¿Qué te pasó? No te veías así la última vez que te Vi en mis sueños -le extrañaba su aspecto.
-Pues... al fin cumplí... hice sufrir a ese vampiro... pero pues obviamente mi rencor me generó esto... tengo que pagar por hacer mal... me quedaré penando en la tierra...-ya no tenía cadenas en sus tobillos.
-Pero... ¿No puedes hacer nada? -la de ojos morados le negó con la cabeza- ¿Puedo yo hacer algo?
-Puedes ponerme una vela e incienso y tal vez cuando tengas ochenta años puede que se reduzca mi tiempo aquí... pero al morir tú ya nadie más se va a acordar de mi...-bajo la cabeza e intento no hablar tanto.
-¿Estás llorando? -le buscaba la mirada pero la de ojos morados se alejaba de el- Ay... Zalhin... pequeña, no llores -le tomo de las mejillas para limpiarle las lágrimas- Debe de haber solución... no hiciste mal... solo que tú rencor te siguió por muchos años.
-Hay... una manera... pero no sé si sea efectiva...-respiraba entrecortado tratando de retener algunas lágrimas- Cuando estaba viva, me dedique a buscar más información... viaje al extranjero ya que conocí a un hombre que estaba interesado por la antigua cultura... en esa búsqueda encontré algo que entre voces escuché cuando niña... y es que hay un símbolo prohibido... uno que da una segunda oportunidad a almas en pena como yo.
-¿Y como es ese? -con su capa le limpiaba la cara de suciedad.
-Debes... debes de ponerte mi símbolo cuando me transformaba en nahual y debajo de este mi nombre... podré regresar para tener una segunda oportunidad y está vez... en esta vida hacer el bien... haré el bien, ayudándote -tomó las manos del pelo gris- Podré tocarte así, fuera del sueño -sonrió alegre- Pero... deberás llamarme diez veces... espero... que no te de pena repetir mi nombre tantas veces...
-Zalhin... Zalhin... Zalhin... Zalhin... Zalhin -le beso la frente- Zalhin... -vio como a la chica se le llenaban los ojos de lágrimas y su sonrisa se volvía amplia- Zalhin -sus mejillas se coloreaban de timidez- Zalhin... Zalhin -la chica le tomo de las manos- Zalhin -la última vez que repetía su nombre.
La chica lo besó, aquel tierno beso pudo sentirlo tan firme y cálido incluso al despertar.
⇀Fin del Flash back↼
-¡Zalhin! -iría colina arriba convertido en águila- ¡Zalhin!
Repitió la acción de cortar árboles, solo que cuando los troncos aplastaron a las bestias, ahora les prendió fuego. No acabó con todas obviamente, las que quedaban rodearon las llamas para alcanzarlo y nuevamente fue atrapado por un lobo.
-Eres el cazador que ha dado más problemas -el lobo le aplastaba el cuerpo con su pata por lo grande que era.
-¡Zalhin! -se transformó en humano nuevamente- {Falta poco...}
-¡Ya basta! ¿¡A quien llamas?! ¡Nadie vendrá a ayudarte! ¡Está noche es de las bestias y tú eres la cena! -abrió el hocico para comerle la cabeza.
El pelo gris tuvo la oportunidad de tener libre su mano derecha para rociar ácido, el lobo agonizaba de dolor y retrocedió, con ello otros lobos se dispusieron a hacer su trabajo.
-¡Zalhin! -tras tener poco tiempo para levantarse tuvo que retener al lobo de una patada y enterrar la espada en su hocico- {Ya no aguanto} -respiró hondo- ¡ZALHIN! -un lobo logro rasgar le el hombro haciendo lucir su símbolo.
Tenía el símbolo de un felino en el cual por debajo tenía el nombre de la de ojos morados, este se iluminó y de inmediato apareció un puma que embistió al lobo que estuvo a punto de comer le. Los que estaban más cerca los termino matando de un mordisco e incluso con algunos solo bastó con un zarpazo.
-Zalhin... estás aquí... estoy... muy feliz -sonrió animado limpiándose la tierra del rostro.
El puma le lamió la cara y meneo la cola alegre.
Ambos no notaron la presencia de una nueva amenaza, pero está no duró mucho tiempo ya que un disparo en la cabeza hizo caer su cuerpo de manera tan absurdamente rápida.
-¿Eso era una bruja? -el pelo gris estaba desconcertado.
-¡ESO FUE AWESOME! ¡AMINI! I'M HERE! ME AND MR KLIMENT!! -el rubio movía la escopeta para que los viera.
-¡Venga! ¿¡Estoy pintado o que?! -el castaño estaba a su lado y le golpeó la cabeza.
-¡Chicos! -el pelo gris los llamó con una sonrisa- ¡Ya voy! ¡No se muevan! -se levanto, pero el temblor de sus piernas lo hizo caer, aunque el puma puso su cabeza para evitar la caída- Gracias Zalhin -le beso la cabeza.
Los morados ojos del puma soltaron lágrimas de alegría.
⇀Con la pelo naranja↼
-Que bueno que te encontramos aquí cerca y que no estabas solo -el de ojos rasgados tenía en su espalda cargadas a dos personas.
-Hemos estado bajando, no sabemos dónde podría estar la descendiente, pero es mejor movernos, Akadjé me ha estado ayudando con las personas -el sacerdote señaló al de piel oscura.
Este traía cuatro personas a su espalda, atadas con una cuerda mientras que traía otros dos en sus brazos.
-Me haz cuidado el frente mucho tiempo ¿No quieres que te ayude con la señorita? -preguntó el de piel oscura al sacerdote quien traía a una joven inconsciente en el hombro.
-Descuida -sonrió el sacerdote.
-Dulce me ha estado protegiendo, no sería hombre si le dejo una carga cómo está a ella -dijo el de ojos rasgados un poco avergonzado por lo que cargaba.
-¡Los cazadores! -escucharon la voz del pelo verde y enseguida muchas piedras con tierra cayeron- No están todos, pero me alegra haberlos encontrado -bajó al menos con unas diez personas atadas a su espalda y cargando otras cuatro en sus brazos- ¡Ustedes también rescataron gente! Me alegra mucho... pero... traté de sacarlos y ellos no pudieron pasar la barrera.
-¿No escuchaste? Los humanos no pueden salir de la barrera, solo las bestias, además ¿No lastimaste a ningún humano? Estás sucio -el de ojos rasgados señaló con desprecio su aspecto sucio, en su ropa había manchas de sangre.
-Tranquilos, está sangre no es de humano, son de brujas y vampiros, varios quisieron quitarme los, pero los aparte de mi camino -sonrió esperando una recompensa pero solo recibió una mirada de desconfianza por parte del de piel oscura- Es verdad, no he dañado a nadie ¿Por qué no me creen? -puso a los humanos en el suelo- Revísenlo si quieren.
-Escucha muchacho... para nosotros es difícil tenerte confianza -también bajo a la gente que tenía cargada, pero este fue por cansancio- Eres... un vampiro y nosotros asesinamos a los tuyos.
-Yo lo hago -la pelo naranja guardó su arco y se acercó a la gente inconsciente- Pero no te me acerques -dijo al ver que el pelo verde se acercó a ella.
-Solo les iba a quitar la cuerda, tuve que apretarlos un poco para que no se me cayeran -dijo con un poco de pena.
-Escucha niño, no nos agrada que estés aquí, no nos agrada tu presencia, al menos a mí no me agradas y si por mí fuera te hubiera matado -el de ojos rasgados puso a los humanos en el suelo, esto para tomar ventaja.
-Tus palabras fueron muy crueles -intervino el sacerdote- Pero es verdad, pequeño, por favor no te acerques tan despreocupado a nosotros... no vamos a reaccionar bien -puso a la jóven que traía en el suelo.
-Ahora son muchos humanos, no podemos cargarlos a todos, seremos carnada fácil para los monstruos -se dirigió el de piel oscura al de ojos rasgados.
-Puedo crear una protección para ellos, pero debemos protegerlos con algo, tal vez puedan funcionar los árboles, aunque los cactus podrían servir -de entre sus ropas sacaba unos papeles.
-Son nopales -dijo el pelo verde.
-No te pregunté -dijo el de ojos rasgados- ¿Qué sigues haciendo aquí? Vete con el otro vampiro o se útil y salva a más humanos, pero no te los comas. Aunque no dudo que ya lo hayas hecho.
-¡Yo no me comí a ningún humano! He tratado de protegerlos y reunirme con ustedes porque debíamos reunirnos -levanto la voz el pelo verde.
-No -interrumpió- Nos debíamos de reunir nosotros los cazadores, ustedes las bestias pueden defenderse solas, además de que solo traen problemas, así que vete, largo de aquí que no nos sirves a nosotros.
-¡Yo no les estoy haciendo nada! ¿Por qué son tan crueles conmigo? -el de ojos rasgados comenzó a ignorarlo y el resto no hablaba- ¡Yo también fuí humano! Y... -fue interrumpido.
El de ojos rasgados había pasado por sobre la pelo naranja y tomo del cuello al pelo verde, lo alzó un poco, el pelo verde no se había dado cuenta en qué momento le había rasgado la mejilla. La herida fue provocada por uñas plateadas que traía el asiático.
-Te lo diré una vez más, largo, no te quiero ver cerca de mi, no te he matado porque conoces a Ariatna, pero fuera de lo que dijo Yaotzin yo no te considero un aliado, si Enzo te acepto fue porque se le está pegando lo idiota gracias a Anthony y los demás que si pensamos es obvio que no te queremos cerca -lo levantó un poco más, solo para arrojarlo lejos del grupo- Largo, nosotros nos encargamos de los humanos, tu mientras mata a las bestias.
El pelo verde nuevamente podía respirar y se levantó de inmediato para salir corriendo, ya había Sido estrangulado antes, pero ni siquiera Marcel le había dejado los dedos marcados.
⇀Con el azabache↼
-A ver si entendí ¿Estás buscando una fuente? Y está fuente es de sangre divina ¿Quién te la ofreció? -el azabache tenía el brazo del hombre a quien interrogaba, aunque no lo separaba por completo.
-Un humano... me lo ofreció un humano de cabello corto... el era distribuidor de droga y un día me ofreció algo diferente... creí que sería una nueva sustancia... pero me ofreció sangre... fue muy deliciosa, pero yo quería más y más... así que me dijo que viniera este día para obtener más sangre sin ningún precio -explicaba apenas con cordura por la perdida de sangre.
-¿Te cobraba? -preguntó con indignación.
-Si... como unos 3000 pesos por diez mililitros de sangre.
-¿Solo le vendía a vampiros? ¿Por qué hay hombres lobo aquí?
-No lo sé... pero escuché a algunos perros decir que también probaron la sangre... supongo que se lograron contener hasta este día para probar su carne -escupió sangre- Se que me burle de ti en un principio... pero...¿Podrías devolver me...? -señaló con sus casi muertos ojos su brazo.
-No -se lo arrancó por completo pero no hubo gritos- Te di muchas oportunidades para no llegar a esto, pero tus palabras me molestaron, la persona que buscan no es una fuente -le tomo de la cabeza- Y definitivamente no la voy a compartir -le arranco la cabeza de un solo movimiento- Mínimo este si me explicó.
Arrojó la cabeza detrás suyo y alrededor se notaba un montón de cuerpos decapitados, al parecer se había ocupado de varios vampiros el solo e incluso había acabado con la vida de los que ahora eran su mismo rango.
Probaba el comunicador y el molesto ruido blanco lo hizo bufar, procedió a seguir adelante, se movía más rápido que antes y debía aprovechar su velocidad, pues ya había pasado mucho tiempo de que no veía a la castaña, de hecho hasta ese momento se percató de la hora, la hora en la que terminaba el juego de la bruja ya había pasado e incluso ya faltaban quince minutos para que se dieran las dos de la mañana.
⇀Con la castaña↼
Trataba de mantenerse atenta y se defendía con los movimientos que había aprendido con el de cabellos negros, no era muy eficiente atacar, ya que su fuerza no se comparaba con el ahora violento rubio.
-No sé que hiciste para que no viera tus pensamientos... pero eso no va a detenerme, se leer el lenguaje corporal y veo que ya te desesperaste -sonrió burlón sin demostrar cansancio alguno.
-Eres un loco ¿Por qué quieres transformar me? ¿¡Por qué querría ser un vampiro?! -se alejaba cada que el rubio daba un paso al frente.
-Ja ja ja... quiero fastidiar a Didier... quiero fastidiar al Amini... quiero fastidiar a tu árbol genealógico entero ¡Tus ancestros se van a retorcer en sus tumbas cuando sepan que una Amini se convirtió en vampiro! -se daba la libertad de jugar con ella acercándose peligrosamente.
-¡Ni madres! ¡Yo no quiero convertirme en vampiro! -se giró rápidamente para darle una patada y alejarlo- ¿Por qué quieres fastidiar a Didier? ¿No era tu primo?
-¿Primo? ¿Sigues creyendo esa mentira? ¡Eres una tonta! Obvio que no somos primos, además Didier me debe algo -rápidamente le acarició la cabeza antes de recibir otra patada- También hay otro motivo por el cual quiero convertirte. Tengo la teoría pequeña de que... tal vez puedas ser una reencarnación de Isabelle -la tenía del brazo apretándola del cuello- Piénsalo conmigo, Isabelle, María y Tú han estado en la vida de Didier en diferentes épocas, curiosamente una muere antes de que conozca a la otra y si eso es verdad, puedo hacer esto -comenzó a ahorcarla con fuerza- Eres una hipócrita Isabelle, Didier estuvo mucho tiempo saliendo contigo para que le mintieras de esa forma, miserable bastarda, ¿No le pudiste decir antes que estabas embarazada?
No fue por su fuerza, pero libero a la castaña tras ser rasguñado solo para aventarla, creyó tener la oportunidad de escapar, pero el rubio le tomo de los cabellos.
-Una hermosa trenza ¿Verdad María? -entrelazó los dedos en su cabello para tomarla mejor- Siempre quise hacer esto -sacudió la cabeza de la chica con brusquedad- Siempre estuviste protegida por Didier, maldita engreída, además con tu estúpida lucha por salvar gente -le susurro al oído- No te iban a canonizar si eso era lo que buscabas.
La arrojó al piso para patear la, intentó detenerle el pie pero igual fue pateada en el brazo.
-¡Ya basta! ¡Basta! -antes de que pudiera hacer algo fue nuevamente golpeada por el rubio.
-¡Cállate! -se quedó en cunclillas a su lado- Ya no escucho gritos...-dijo para si- ¿De verdad lo habrá hecho?
No le había puesto atención a la castaña y es que está aprovechó su distracción para golpearle con un Teputzopilli, la punta de obsidiana logro rasgar le la mejilla.
-Te tengo una propuesta, luchemos y si ganas te dejare en paz, al menos hasta que tengas crías, pero si pierdes... te hago mía -lamió su pulgar para pasarlo por su cortada y sanar- Te haré una vampira y me tendrás que obedecer por toda la eternidad.
-De ninguna manera, en ambas partes salgo perdiendo, esto es absurdo ¿Solo me golpeas por qué fuí pareja de Didier? Además ¿Por qué querría perder mi humanidad? ¡Esto es el colmo! -ahora estaba a la defensiva cubriéndose con el arma.
-Ja ja ja... algo así... ¿Humanidad? ¿Que es humanidad? Esa palabra está muy romantizada ¿No te parece? -dijo al pie de la letra las palabras que había escuchado hace varios años- Haber dime. Escoges tu comida, como nosotros. Ustedes los humanos forman lazos con animales que tarde o temprano se van a comer, como nosotros. Hacen guerras, asesinatos y genocidios por diversión, como nosotros. De hecho, hay una comida que es a base de sangre de cerdo ¿No? -se burló- Ustedes los humanos son como nosotros, así que no me vengas con que perderás tu humanidad -fue con una gran velocidad hasta ella para romper la lanza, pero la madera no fue quebrada e incluso el rubio fue alejado con el arma- Mira nadamás, vamos a divertirnos en serio.
-Esto es el colmo, Marcel, quiero saber dónde está mi familia, ya pasó el tiempo límite y aún no los encuentro -se había parado- Dime dónde están, o...-no le dejo terminar.
Sin mirarlo, rápidamente el rubio paso por encima de ella y le rasgó el hombro con una cuchilla, viéndolo mejor, tenía tres unidas por una cadena a su mano izquierda. Con la sangre brotando de su herida, el sonido de gritos guturales y aullidos reinó en el lugar, ya no había gritos de gente adulta, si no que está vez fue de infantes.
-¡Ese miserable idiota! El hijo de perra me traicionó -enfurecido saco unos fósforos y los arrojó prendidos al hueco de un árbol para crear fuego- Ya lo comprobé, ven aquí que te voy a sanar -paso la cuchilla por el fuego.
-¡Vete a la mierda! ¡Alejate de mi! ¡No voy a dejar que me toques! -con torpeza buscaba algo para sanarse mientras cubria la herida con su capa.
-Oh tranquila, estoy controlado, no voy a lanzarme contra ti a comerte, ven aquí, tengo que sanarte de inmediato o será peor el dolor -dejó que el arma tuviera suficiente calor para retirarla del fuego.
Dejó enterrada la cuchilla en el árbol debido al repentino movimiento, pues alguien lo había embestido por detrás y lo había tomado del cuello con el brazo.
-¡Didier Vinsonneau! Tanto tiempo primito ¿Qué cuenta la vida? ¿Ya me puedes ver? -le apretó con fuerza el cuello- Veo que tú fuerza regresó.
-¡Ariatna! ¿Estás bien? -el azabache miraba su capa con un poco de sangre- ¿Traes el botiquín?
-¡Si! Aquí está -mostró el pequeño botiquín.
-¡Huye! ¡Vete y encuentra a los cazadores! Yo me encargo de Marcel -apretaba más el agarre.
-No te recomiendo huir -habló Marcel- Si te vas ahora vas a morir, con la herida abierta y sin rumbo serás presa fácil -trataba de retirar el brazo para hablar.
-¡Cállate! -apretó más el agarre ya que creía que se escaparía o la atacaría.
-¡Sabes que es verdad! -protestó ante aquello- Las bestias que aullaron y gritaron te buscan a ti así que si te vas, lo único que lograrás va a ser que te maten. Querida, te guardo mucho coraje por muchos motivos y te lo demostré... podría decirte una letanía vulgar dónde relate lo que quiero hacerte... pero me lo ahorraré, por ello te ofrezco otra cosa -encajó las uñas para retirar más el brazo de su cuello- Vendí tu sangre a un traficante de droga, le dije que la distribuyera como tal entre las bestias, pero el muy desgraciado la alteró y vendió por dinero. Ahora le guardo más rencor a el, Ariatna, mata lo, ese cabrón ya no me importa -tras retirar el brazo lo rompió para liberarse y acercarse lo suficiente a la castaña para apretarle las mejillas- Pero ten mucho cuidado, ese cabrón dejo de ser humano hace años -su diálogo fue interrumpido.
El azabache lo había tomado del cabello y lo arrojó con fuerza al suelo.
-¡YA! ¡Huye! -le gritó el azabache.
-¡MATA LO ARIATNA! ¡MATA LO! -se reincorporó el rubio para comenzar a pelear una vez que se fue la castaña- Con que rango A.
-Con que mano izquierda -dijo sin asombro.
-¿Quién te lo dijo? -fingió sorpresa.
-No te hagas, fingir eso es muy estúpido, todos a los que maté con anterioridad me confesaron que había una nueva mano izquierda y se dieron cuenta porque este lo andaba divulgando. Típico de ti.
-No voy a mentir, me encanta la atención -sonrió con maldad- Lo bueno es que los mataste, se supone que no deberían saber las identidades de las manos izquierda ni derechas de los hermanos mayores. Ahora tu me debes algo -tomo las dagas del árbol- Y me lo vas a pagar ahora.
-Pues adelante, hace tiempo no hablábamos con los puños -se puso en guardia.
⇀En otro lado↼
La castaña había logrado sanar su pequeña herida, creía que estaría rodeada de bestias, pero parecía no haber nadie, de hecho el lugar estaba completamente solo y en silencio aunque entre más avanzaba más frío se sentía el ambiente, frente suyo se comenzaron a divisar tres camiones.
Uno de comida, no podía ver bien el logo por lo raspado de la pintura con las puertas traseras abiertas. Un camión escolar pequeño y amarillo con la puerta abierta. Una camioneta blanca con las puertas traseras abiertas. Tras acercarse por completo notó que había algo dentro, por montón, no entró a ninguno de los camiones, si no que desde afuera notó que estaban llenos de infantes... por desgracia... fallecidos.
Sus vellos se erizaron por completo al ver que no habían fallecido de una forma tranquila... por desgracia. El llanto de un bebé la saco de su pánico y justo al lado derecho de los camiones había un hombre adulto de cabello corto negro de chaqueta grisácea, su piel era clara y sus ojos negros, el hombre tenía al bebé que lloraba tomado sin ningún cuidado de la cabeza, el pobre infante estaba desnudo temblando de frío y llorando de miedo.
-Con que tú eres Ariatna, en tus sueños te veías menos horrible -habló un hombre y su voz le recordó a la misma que escuchó en la tienda.
-Tú... eres... ¿Quién eres? -el llanto del bebé y el como lo tenía agarrado la incomodaba y expresó aquello- Por favor... -extendió los brazos- Si no sabes agarrarlo, mejor dámelo.
-No te importa saber quién soy -sonrió descarado- ¿Ah? ¿Lo quieres? Ja ja ja no, realmente no te lo voy a dar, además, yo lo necesito más que tú -levanto al niño poco a poco que comenzó a llorar más.
-¿Qué haces? ¡No lo vayas a...! -no sabía que haría.
Creía que lo iba a arrojar contra el suelo... pero fue peor, aquel hombre abrió la boca tanto como pudo, hasta se escuchó su mandíbula tronar para introducir al bebé que con sus temblorosas manos intentó liberarse, cosa que no logró.
A la castaña se le abrieron los ojos tanto así que unas lágrimas salieron, todo vello de su cuerpo se erizó y un grito ahogado salió después de presenciar aquello, cayó de golpe ya que sus piernas no le respondieron.
-Se... se... se... se comió... al bebé... se comió al bebé...-fueron sus palabras en estado de shock y mismas que lograron escuchar por el comunicador los demás.
-¿Qué? -el hombre se sacó el esqueleto del bebé y lo tiró al suelo- No me lo comí todo, no me gustan los huesos.
La castaña comenzó a respirar de forma irregular, su miedo no la hizo capaz de escuchar a los demás para poder darle instrucciones de dónde se encontraba.
-Bueno... es momento de empezar, tengo que matar te -el hombre estaba en cunclillas frente a ella con un cuchillo en mano- No grites -le tomo del cuello en cuanto reaccionó- Te dije que no gritarás, ahorrarme el asco y no te muevas.
-¡SUELTA ME! -gritó aterrada dándole una patada, logró alejarlo de ella y se reincorporó para sacar el Teputzopilli- ¡Ni se te ocurra tocarme! ¡Te comiste a ese bebé! ¿¡Qué clase de ser humano eres?!
-Uno que te necesita... no de la estúpida manera romántica que idolatran todas las mujeres, esa no, que asco. Si no de una manera... comercial, necesito tu sangre para dársela a los vampiros y tu carne para dársela a los hombres lobo, pagaron mucho por ello así que debo prepararte decentemente. Aunque también necesitaré un poco para mi -la señaló con el cuchillo- Tu sangre podría ayudarme a alcanzar mi objetivo -se lamió los labios.
Sin diálogo continúo se dirigió con rapidez hacia la chica, pero está bloqueó su ataque con la arma de larga distancia y gritó el nombre de su peludo amigo, revelando un símbolo de perro en su brazo izquierdo, un perro parecido al suyo emergido de la oscuridad se dispuso a protegerla, sabía que aquella pequeña ilusión no duraría lo suficiente, pero le daría tiempo para correr gran distancia.
Ya se había alejado del área de los camiones, pero un látigo negro se envolvió en su cintura y la atrajo al peligro nuevamente.
-¡Pero si es Ariatna! ¿Encontraste a tu familia? -la pelo rosa había interactuado de forma tan alegre con la chica.
-... ¡JODETE! ¡ME MENTISTE! ¡MI FAMILIA NO ESTÁ AQUÍ! -trataba de liberarse con la punta de obsidiana, pero la negrura comenzaba a envolverla.
-¿Y yo te dije que vinieras? No, ni siquiera te esperaba, pero me pareció muy divertido jugar con tu desesperación -se burló- Además...-escuchó una pequeñas voces.
Las voces venían del comunicador y aquello le dió una idea para generar diversión únicamente para ella.
-¡Chicos! -le tapo la boca a la castaña y ella hablo en su lugar, imitando su voz- ¡Chicos! ¿Me oyen?
-Little Lady! Where are you? Este lugar es un caos, debemos irnos pronto -la voz del cazador se escuchaba por la línea.
-Hemos protegido algunos humanos, pero ahora solo quedan bestias, no podremos con todas toda la noche, nos vamos a cansar -habló el de ojos rasgados.
-¿¡En dónde estás?! -gritó el pelo azul.
-En la punta del cerro, estoy atada a un árbol, puedo ver el límite de la barrera ¡Podemos salir por aquí! -dijo la pelo rosa.
La castaña se retorcía y quería emitir al menos un sonido de negación, pero no salía nada y en cambio la pelo rosa le dedicaba sonrisas burlonas.
-¡MENTIRA! ¡Yo vengo de la punta del cerro! Ahí no hay nada más que cadáveres de brujas y lo que quedaba de un ritual -habló el pelo verde furioso por aquel robo de identidad.
-Pero que tenemos aquí, veo que a Ian ya se le engrosó la voz, ya era momento de que creciera -habló la voz del rubio por el comunicador del azabache.
-¡Ustedes dos! ¿¡Qué hacen con los comunicadores de Ariatna y Didier?! ¿¡Dónde están?! -gritó enojado el pelo azul.
-Maldita bruja ¿Dónde estuviste todo este tiempo? No te costaba nada un mensaje -habló con puchero el rubio.
-¿Me extrañaste miserable vampiro? Ay que lindo, veo que si tienes sentimientos -habló animada con su propia voz.
-En realidad no, solamente quería volver a ponerte en -fue interrumpido ya que el azabache la había golpeado, golpe que sonó en el comunicador.
-¡Ay travieso! En realidad también extrañaba ya tu...-fue interrumpida.
-¡Cállate! ¡Suelta a Ariatna! ¡Se que le hiciste algo! ¡MALDITA VULGAR! -el pelo verde la había interrumpido.
-Veo que te salieron huevos niño, recuerda quién se comió a tu gato -soltó una risita burlona.
-Y recuerda quién va a matar a tu estúpido perro -se escuchó momentáneamente la voz del rubio.
-¡AMBOS CIERREN LA BOCA! En este momento van a regresar los comunicadores a sus dueños, no me importan sus palabras, ya no les tengo miedo ya que con anterioridad me he deshecho de ustedes.
-¡ESO ES MENTIRA! -gritaron ambos ofendidos.
-A ambos los tire de la azotea... no me importaría replicar la acción desde esta altura -dijo en burla.
-¡Maldito mocoso! -fue interrumpida nuevamente.
-¡Bruja degenerada! -su respuesta se escuchó entrecortada.
Nuevamente los comunicadores empezaron a fallar, con la comunicación cortada, la castaña por fin fue liberada pero únicamente de la boca.
-¡¿Qué hay en la punta del cerro?! -preguntó la castaña.
-Había... un Akelarre para invocar un antiguo hombre lobo poderoso y violento {pero veo que mató a las demás y arruinó el ritual... ese mocoso} era la oportunidad perfecta -dijo un poco desilusionada.
-¿¡Perfecta para que?! ¿¡Qué es todo esto?! ¿¡Quién es el?! -señaló con los ojos a el hombre de hace rato.
-Ah... ese idiota -dijo con disgusto al ver el hombre que peleaba con el perro.
⇀Con el azabache↼
-Creí que no confiabas en los humanos -tenía sometido al rubio.
-No lo hago, no confío en los humanos, sabes lo que pienso de ellos -se movía lentamente tratando de alcanzar sus armas.
-¿Entonces? ¿Por qué confiaste en ese humano para distribuir la sangre de Ariatna?
-... -se dejo de mover y se hecho a reír- JA JA JA JA JA es que ya lo dije, ese tipo dejó de ser humano hace mucho tiempo.
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Próxima publicación: 06/07/23
Horario: 19:00 a 21:00 horas
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