Capítulo 56
Se acerca
Unas dos criaturas habían aparecido para ser partícipes en el dolor de cabeza de los hombres.
Un león con más carne en los huesos pero igual en pelaje negro, su cuerpo presentaba una alteración ya que contaba con dos cabezas una de un león y la otra de una hiena, ambas cabezas estaban llenas de dientes con espuma saliendo de su boca.
Un venado de pelaje negro de tres cabezas con dos pares de cuernos en cada cabeza amenazaba con embestir a los hombres.
-¡Ian y Kliment! ¡Encarguen se de los monos! ¡Yo voy por el venado! ¡¡Y Didier tu eres un inútil!! -dijo el pelo gris.
-¡Hace rato pude defenderme de una de esas cosas! -no le miro pero en su voz hubo reclamo.
-¡No me importa, porque siempre quise hacer eso! -sin más y con una sonrisa de burla se lanzó en contra de la criatura.
El azabache estaba enfocando la vista con fuerza para tratar de identificar a la criatura en la oscuridad, cuando está estaba a punto de atacar, otra figura de la nada lo embistió y lo sacó por la ventana, como el azabache no podía ver bien, no sabía lo que había pasado.
-¿Qué fue eso? -dijo el azabache, pero le cayó un mono en la cabeza- ¡Ah! ¡Quítate!.
-¡Quita les un ojo! ¡Al cabo que sabes bien hacer eso! -gritó el pelo gris desde su posición reteniendo a la criatura con un Teputzopilli.
Arriba continuaba la terrible experiencia de la castaña, las albinas continuaban toqueteando y besando de manera lujuriosa a la chica, mientras que está ya había cedido a la desesperación y las lágrimas habían salido, provocando la burla de las albinas.
-¡Yaaa! ¡Basta! ¡Suelten me! -la castaña trataba de soltarse del agarre de ambas, pero en eso le quitaron el brasier dejándola con los pechos al aire- ¡NO! -dió una rápida mirada abajo corroborando que los chicos no la habían mirado.
-Que tal si llevamos está mano aquí...-la mujer de la derecha llevaba su mano al área íntima de la castaña.
-¿¡Por qué eres tan lenta?! -la mujer de su izquierda había metido la mano directamente en el short de la chica.
-¡NO! ¡NO! ¡NO! ¡Basta! ¡¡Basta!! ¡¡¡BASTA!!! -el cuerpo de la castaña temblaba y sentía repulsión del estar cerca de las albinas.
Una tos ahogada le impidió la acción a la mujer de la derecha, está dejo a la castaña libre para poder toser, pero pronto su tos se intensificó.
La mujer de la izquierda le secundo y pronto ambas comenzaron a toser alegando que se les cerraba la garganta.
-¿Qué pasa? ¿¡Qué pasa?! -dijo la mujer de la derecha.
-¡No puedo respirar! ¡Hermana! ¡Ayuda! -la mujer de la izquierda comenzó a entrar en pánico.
⇀Flash back↼
-¿Qué pasa si se ingiere por error? -dijo la castaña mirando la esfera.
-Por lo que me informaron no es dañino en humanos, si lo tragas por error la esfera sería tan pequeña como un limón, pero si la traga una bestia será tan grande como una naranja, lo comenzará a ahogar y lo pondrá débil, listo para matar -explicó la bruja.
⇀Fin del flash back↼
-Se van a morir desgraciadas -dijo la castaña con una mirada de desprecio.
-¡Calla te! -la mujer de la derecha la tomo del brazo y la arrojó fuera del barandal para amenazarla con la altura- Podría soltarte...-tose- pero...-tose- debo probar -tose- tu sangre primero -tose- te voy a dejar seca -tose- ¡Te vas a morir tu!
-A ver jala le -tomo el brazo de la albina y lo comenzó a rasguñar con sus uñas- A ver jala le si muy muy, órale, de una vez, a ver si muchos pinches huevos -se rió con burla.
-¡Hermana! ¡No puedo respirar! ¡Ayuda me! ¡Por favor! -se agarraba de los barrotes por la desesperación.
La albina soltó a la castaña, para ella todo pasaba en cámara lenta y veía como la chica iba a ayudar a su hermana mientras que está escena poco a poco se alejaba.
-{La verdad... prefiero morir a ser abusada... tantas historias que escuche sobre eso que me llené de pavor... incluso llegué a pensar en aquello y concluí a que prefería la muerte antes de que tocaran mi cuerpo sin permiso... alto ¿Qué no estoy cayendo? ¿No se supone que debía gritar? Tal vez ya morí y estos son los recuerdos de mi muerte... pero ¿Dónde está Guardián? } -la castaña tenía la mirada perdida mientras que su cuerpo caía.
Las criaturas deformadas habían Sido derrotadas, el pelo verde se había alejado un poco de los demás y este terminaba con el último mono.
-¡Kliment! -el pelo verde se había percatado de la castaña.
Aunque aquello lo hizo desconcentrarse del posible ataque de las gemelas, pero estás no lo lograron ya que lo defendieron el pelo gris y el azabache.
El pelo gris había derrotado a una clavándole el Teputzopilli en la garganta y el azabache había derrotado a la otra encajando le las uñas en la cabeza.
-"¿Qué es esto?" "Tengo miedo" "Hermana" "Ayúdame" -dijo el pelo verde- "Ráhel ¿Así se siente la muerte? ¿Vamos a morir?"
La albina que tenía la lanza en el cuello había soltado lágrimas con las palabras dichas.
-"¿Cómo este debilucho ha podido leerle la mente? ¡Es un rango C! ¡No le puede leer la mente a un rango A!" -volvio a hablar el pelo verde- "Oh no ¿A mí también? ¿Cómo puede...? Rèka ya no pienses" -el pelo verde se acercó a ambas chicas- ¿Les da rabia que un rango C les esté leyendo la mente? -de entre sus ropas había sacado dos jeringas las cuales uso para sacar sangre de los cuellos de las mujeres- Que lastima, ahora mueran -se retiro el pelo verde.
El azabache abrió el cuello de la que había atrapado y comenzó a beber su sangre, el pelo gris al ver eso enterró más la punta de obsidiana para que se atorara con el piso.
-Cuando termines sigue con esa -dijo sin importancia.
El pelo verde y el pelo gris se acercaron al pelo azul que afortunadamente había atrapado a la castaña, se acercaron tanto para ver qué estuviera bien y para tapar el como se alimentaba el azabache.
La castaña abrazaba con fuerza al pelo azul y este correspondía, el leve llanto era respuesta de que se encontraba a salvó.
Pronto la mañana había llegado y la castaña estaba despertando en la habitación que le había proporcionado el pelo gris, solo que la habitación estaba llena de personas que no conocía.
Un hombre adulto, piel clara con algunas marcas de edad, cabello corto negro con una mirada azul tranquila. Estaba vestido igual que un sacerdote pero cubierto con un abrigo oscuro, estaba a la esquina inferior de la cama.
-Mucho gusto, mi nombre es Luciano, hola descendiente -saludo el sacerdote.
Un joven de piel clara con cabello castaño claro y ojos verdes, vestimenta oscura con capa estaba al lado del sacerdote.
-Mi nombre es Enzo -levanto la mano- La descendiente es muy bonita -habló con acento español.
Un joven de rostro claro destacaba por sus ojos rasgados y cabello lacio, su vestimenta delataba su nacionalidad.
-Soy Qiang -el de ojos rasgados estaba acostado en la cama a los pies de la castaña.
Una mirada azabache, y de piel negra con vestimenta azul oscura. Le sonrió de manera carismática.
-Mucho gusto pequeña descendiente, mi nombre es Akadjé, vengo de Ghana -tambien levanto la mano, este se encontraba al lado del castaño.
Una chica de tez clara, de cabello anaranjado amarrado en una coleta con encantadores ojos azules estaba a su derecha.
-Hola Descendiente, mi nombre es Dulce -le saludo con una sonrisa.
Un joven de piel clara, cabello rubio y ojos castaños con ropas oscuras estaba a su izquierda y estaba muy emocionado.
-Hi! Hello! It's me! Anthony! And You are so pretty -le acarició la cabeza- Ahora veo porque el Amini quería encontrar te.
-¡Pero pues! Usted solo dice estupideces -le quitó la mano de un golpe la pelo naranja.
-Mi nombre... es Ariatna -dijo la castaña tímida.
-Lo sabemos -dijeron todos los presentes.
La castaña se sintió diminuta y tímida pero procedió a preguntar.
-¿Quiénes son? -agarro la sábana con la que estaba cubierta y la apretó con fuerza.
-Cazadores -volvieron a hablar al mismo tiempo.
-¿Dónde está Yaotzin? ¿Y Kliment? ¿Paulina? -miraba a todos lados y su voz se había vuelto más dulce por el nerviosismo.
-Awww ¡Qué mona! ¿No? -dijo el castaño.
-Creo que la estamos asustando, vamos a alejarnos un poco -dijo el sacerdote.
-Tranquila pequeña, no te vamos a hacer daño, oh ya llegaron -dijo el de piel oscura tras ver qué la puerta se había abierto.
A la habitación llegaron el pelo azul, el pelo gris y la pelirroja, está última corrió a abrazar a la castaña, aunque tuvo que quitar al rubio para pasar.
-¡ARIATNA! -la abrazo con fuerza- ¡Ya no te vuelvas a ir jamás! ¡Todo fue horrible! ¡Te extrañe mucho amiga!
-Yo también te extrañe mucho Paulina -le correspondió el abrazo con la misma fuerza.
-Que alegría que ya estés mejor -suspiro- Ya voy a poder estar más tranquilo -dijo el pelo gris.
-Ah... y...-a la castaña le daba pena ver al pelo azul ya que este fue quien la abrazo la noche anterior para que sus pechos no se vieran.
-Tranquila, no ví nada... te tape con tu capa, por cierto ¿Dónde la compraste? -dijo el pelo azul cambiando de tema para que no se sintiera avergonzada.
-Ah... pues...
⇀Flash back↼
-¿Tu la hiciste? -dijo la castaña tocando la capa.
-Si...-decía con un sonrojo el de cabellos negros.
-¿Para mi? No sabía que podías hacer costura -se puso la capucha y le tapaba los ojos- No toy.
-Jaja... yo... si si... si se de costura, es decir, he vivido tanto tiempo que tengo muchos conocimientos -le quitó de manera lenta la capucha y miro que el fleco despeinado de la castaña la hacía lucir linda- Que... que... q-que bueno que te quede a tu medida -le quitó la capucha por completo y le peinó el cabello con las manos pero desvío la mirada para que no viera su sonrojo.
⇀Fin del flash back↼
-... Donde estaba... ahí me lo compre -dijo aún abrazando a la pelirroja.
-¡Por cierto! ¿Dónde estabas? -dijo el de piel oscura.
-Escuchamos que fuiste secuestrada y no se sabía dónde estabas -dijo el castaño.
-¿Estabas en Jerusalén? ¿Qué te pareció aquella ciudad? ¿Quién te llevo ahí? -dijo el sacerdote- ¿Cómo fue que aquel pecador te llevo a una cuidad de Dios? ¿Se burló de él? ¿Hizo vulgaridades? -era una reacción en la mirada que los cazadores no habían visto y es que el sacerdote estaba enojado.
-Este -en la mente de la castaña recordaba todas las veces que trato de su esclavo al de cabellos negros y como este siempre recibía golpes de su parte- De hecho nada...-se le escuchaba con honestidad en sus palabras- Esa persona no la conocí y solo me dejó en una casa ahí nomás.
⇀Flash back↼
-¿Y si preguntan cómo fue aquí? ¿Qué les digo? -preguntó la castaña.
-Diles... la verdad -dijo un poco nervioso.
-¿Les digo que un vampiro poderoso se dejó esclavizar por una simple humana de dieciocho años? -a como lo había planteado se escuchaba patético.
-Si lo dices de esa forma suena poco creíble -dijo un poco avergonzado- Pero es tu decisión... si quieres puedes decirle la verdad o una mentira.
⇀Fin del flash back↼
-Me sentí como un hamster, solo me movía por la casa y de repente aparecía comida e incluso dinero... de hecho... tal vez solo me consideró una mascota abandonada -tras decir eso, todos los presentes le miraban atentos.
-¿Y como escapaste Lady? -preguntó el rubio.
-Un día Vi un espejo y en este se veía la mansión dónde estaban los demás, creí que era una ilusión, pero arroje unos binoculares y estos llegaron al otro lado, así que por ahí escape... cuando llegue, el portal desapareció... todo fue muy raro -dijo la castaña.
-Bueno... eso no me lo esperaba -dijo el de ojos rasgados- Pero es bueno que no estés herida ni con traumas, entonces ¿Qué harás ahora?
-... Quiero ver a mi familia -dijo la castaña.
-¿¡QUÉ?! -dijeron todos al mismo tiempo.
-¿Sabes que por querer irte pasó todo esto? ¿¡Verdad?! -dijo la pelirroja.
-Friend, please, puedes... no sé ¿Pensar otra cosa? Digo, ya vimos que el querer irte no fue buena idea -dijo el rubio.
-Se que suena loco... pero por favor entiendan me... quiero ver a mi familia... hace mucho no los veo y necesito de ellos para digerir... todo lo que ha pasado y eso que apenas estamos en octubre... este a Sido el año más caótico de mi vida... bueno... desde el año pasado, pero, ustedes saben -dijo la castaña.
-La pequeña tiene razón, ella es la más joven de todos nosotros, creo que deberían hacer caso a su petición -dijo el de piel oscura.
-Pero Akadjé...-fue interrumpido el pelo gris.
-Pero claro, no la van a dejar ir por la misma ruta, supongo que el sicario puede llevarla y mantenerla a salvó ¿Qué no? -termino de explicar el de piel oscura.
El pelo gris pasó entre los cazadores e hizo a un lado a la pelo naranja para poder tomar del brazo a la castaña, no hubo palabra alguna hasta después de unos minutos.
-No la quiero dejar ir... pero... si Kliment la cuida... supongo que estaré tranquilo -dijo con una voz que simulaba un puchero.
-Awww está celoso, está celoso -dijo el rubio, pero la pelo naranja le había arrojado una almohada- Sexy Lady, stop!
-Calle se que usted dice pura pendejada -dijo la pelo naranja- ¿Y por qué no protegen a la chica con algún símbolo Amini?
-¡Te haré una pulsera de protección amigui! -dijo la pelirroja.
-Si, tu protección es muy efectiva -dijo la castaña- {¿Dónde estarán Didier e Ian?}
⇀En la vivienda↼
El pelo verde estaba cerca del azabache y el doctor, estaba algo nervioso ya que movía su pierna de manera frenética.
El azabache estaba más tranquilo mientras que el doctor terminaba de vendar sus ojos.
-Listo -el doctor había finalizado y procedía a guardar sus cosas.
-¿Va a estar bien? ¿En cuanto tiempo se va a curar? ¿Cada cuando le tengo que cambiar el vendaje? ¿Debe tomar medicina? -dijo el pelo verde notando que el azabache tenía los ojos vendados.
-Tranquilo, no hay necesidad de cambiar el vendaje, el va a sanar en unas dos semanas y no hay necesidad de tomar medicamento, solo completo reposo -ya había terminado de guardar sus cosas- Que bueno que conseguiste la sangre a tiempo, me pregunto ¿Dónde estará Marcel?
-Este...- el pelo verde no sabía cómo responder.
-Como sea -le dió palmadas en la cabeza del azabache- Y tu cuídate, ya te dije que no quiero verte débil -le despeinó.
-Si doctor... ya... le voy a hacer caso -dijo un poco avergonzado.
-Eso espero -llego a la puerta- Con permiso.
-Cuide se doctor -se despidió el pelo verde- Bien... completo reposo... voy a limpiar tu habitación para que está sea más cómoda.
-No es necesario... -fue interrumpido.
-No si, ya dijo el doctor, ahora recuesta te, toma -lo acostaba en el sofá mientras le acercaba una bolsa de sangre- Dos semanas son dos semanas en las que harás nada de nada.
-Ay no -comenzó a tomar de la bolsa- se sentirá raro no ver nada.
-No tienes cama, cambiaré la mía a tu cuarto -fue interrumpido.
-No, no hagas eso... cambia la de Marcel mejor... hace mucho tiempo que no lo veo... y ahora menos -señaló su vendaje.
-Si... hace mucho...-dijo el pelo verde aun preocupado.
⇀De regreso a la casa del pelo gris↼
Todos los cazadores cuidaban y consentían a la castaña, aunque está se sentía un poco avergonzada debido al trato ya que no estaba acostumbrada a tanto. Aunque también se sentía avergonzada porque había decidido ir al día siguiente temprano de regreso con su familia, entonces al llegar la noche había pedido regresar a la vivienda para armar nuevamente su maleta y despedirse temporalmente del pelo verde y el azabache.
-Tan solo los voy a acompañar a la puerta -dijo el pelo gris al resto de cazadores.
-Veo que ahora tienes casa llena -dijo la castaña- ¿Se quedan a dormir?
-Unos si, aunque les da pena y quieren irse a un hotel, pero Kliment gastó en conseguirle camas así que me da pena que se vallan -explicó el pelo gris.
-Estacione algo lejos el carro, voy a traerlo, tu quédate aquí -dijo el pelo azul a la castaña.
-Además de que Paulina me ha ayudado mucho, es muy buena anfitriona -escuchó el barullo dentro de su casa- Aparte de que a ella le encanta aprender de ellos.
-Jaja si, de hecho le encanta el conocimiento de los cazadores, oye pero Paulina me contó que ya se reencontró con su ex ¿Entonces por qué crees...? -la castaña no termino la conversación ya que el pelo gris de manera inesperada la había interrumpido.
Había arqueado levemente la espalda para agacharse un poco y meter sus manos lentamente por debajo de los brazos de ella para abrazarla y ocultar su rostro en el cuello de la chica. La castaña estaba completamente quieta y sus manos se habían quedado en los brazos del pelo gris por el repentino acto, dicho acto no le disgustaba pero la había sorprendido. Después de un rato procedió a abrazarlo y susurrarle al odio.
-¿Todo bien? ¿Estás bien? -bajo la voz para que nadie alrededor los escuchará.
-Tenía mucho miedo de perderte... sentí un miedo terrible cuando no te pude localizar... ni siquiera mediante nuestro tatuaje... luego a todas las chicas fallecidas que encontraron los demás... me aterraba encontrarte en esas pilas... no quería encontrarte ahí... me alegro que estes bien ahora... realmente no quiero dejarte ir -la abrazo con más fuerza y su susurrante voz se escuchaba preocupada-... pero... también entiendo que querías ver a tu familia... si tuviera la oportunidad yo también quisiera verla.
-Estaré bien, tengo protección de Paulina y Kliment me va a cuidar en el viaje -reflexiono aquello que le comentó el pelo gris- {Kliment tampoco ya tiene familia... Didier igual... Ian pobre se quedó solo desde pequeño e incluso Yaotzin tuvo que detener su edad... todos mis amigos no tienen familia... debo considerar está oportunidad como de oro} Gracias por aceptar mi petición.
-Deja me... abrazarte otro rato... por favor... personita -fue lo último que dijo para después susurrar aliviado.
La castaña lo dejo ya que no se sentía incómoda con su cercanía, al contrario la disfrutaba bastante y se sentía bastante alegre.
-¡Amini! -abrió la puerta de golpe el rubio- ¿Uh? ¿Todavía no te vas little Lady?
-¿QUÉ? ¿Qué pasó? -preguntó el pelo gris nervioso al haberse separado tan rápido de la castaña.
-No, pero Kliment ya viene con el auto -respondió tranquila y el pelo azul se estaba estacionando frente a la casa- Oh miren, ya llegó, nos vemos -se despidió amable y subió al auto.
⇀En la vivienda↼
La castaña llegaba a la casa y sentía melancolía al ver el lugar, para su sorpresa el can ahora crecido la había recibido de manera emocionada.
-¡Michi! -le acariciaba la cabeza y el can movía la cola feliz- ¿Quién es un buen chico? ¿Quién es un buen chico? ¿Me extrañaste? -la castaña notó que el can le mostró su estómago- ¡Ay hermoso! -le rasco el estómago y el can se mostraba feliz.
-¡Ariatna! ¡Kliment! -el pelo verde se lanzó a abrazar a la castaña- ¿¡Dónde estuviste todo este tiempo?! ¿¡Estás bien?! ¿¡No te hicieron daño?! ¡Te extrañé muchísimo! -el can hizo un chillido- ¡Te extrañamos! -agregó a su amigo.
-¡Ay tan lindos! -abrazó al pelo verde y al can pero este procedió a lamerle la cara- También los extrañé muchísimo y no se preocupen que estoy bien.
-¿Quieres cenar? -preguntó el pelo azul.
-No... mejor voy a bañarme para dormir bien -suspiro- este día fue como cualquier otro, alocado -le dió un beso en la frente al pelo verde y luchaba ahora porque el can le dejara pasar.
-¿Segura? -cantoneo divertido- Puedo comprar la cena.
-¿Me traes una hamburguesa con papas? -preguntó sonriéndole de manera apenada.
-Puedo -le sonrió divertido.
-¿Con refresco? -se dirigía a las escaleras.
-Puedo -levanto al pelo verde que se había quedado jugando con el can.
-¿Y puedes hacer que mi hamburguesa tenga salchichas y tocino con queso amarillo? -estaba ya subiendo las escaleras.
-Claro que puedo -abrió la puerta para expresar con las manos al pelo verde que saliera.
La castaña había subido a su habitación para notar que está tenía algo de polvo ya que seguramente en su ausencia nadie la había usado, procedió a tomar una ducha relajante y al salir detecto el delicioso aroma de la comida rápida esperándola abajo, pronto se vistió con una pijama algo más calientita ya que estaban cerca del otoño.
Bajó a degustar la exquisita comida rápida que le habían traído, recordaba que el de cabellos negros le hacía siempre comidas gourmet y que de él aprendió muchas recetas y tips para cocinar, pero gustaba mucho más cuando comía ese tipo de cosas. Tras terminar se quedó charlando con los chicos en lo que se les bajaba la comida. Luego de haber pasado el tiempo, el pelo verde fue el primero en retirarse.
-Bueno -bostezo- Creo que ya me voy a dormir... se que apenas son 10:30 pero ayer conducí toda la noche y necesito dormir para mañana irnos temprano -bostezo- ¿A qué horas dices que nos vamos a ir? -preguntó el pelo azul.
-Uhm... para que duermas bien... vámonos mañana a las 9:30... no mejor, 10:30 de la mañana, para que duermas bien -le regaló una sonrisa.
-¿Quieres llegar a almorzar a tu casa? -sonrió pero después volvió a bostezar- Pero me levantaré a las 9:00 para el desayuno -le acarició la cabeza- ¿Ya te vas a dormir? Seguro que Ian no se a dormido y se fue a ver su celular.
-Me quedaré un rato aquí abajo, voy a ver unos vídeos y luego subo a dormir.
-¿Segura? ¿No quieres que te acompañe? Podemos ver videos juntos -bostezo- Pero de miedo no, porque luego te asustas.
-Ja ja ja... estaré bien aquí abajo, ya no estoy en peligro -le tomo de la mano con la que la estaba acariciando- tengo una idea, ven -lo comenzó a guiar a su habitación.
La castaña había llegado a la habitación del pelo azul y antes de que lo acostara en su cama, se subió arriba de ella para poner aquellas estrellas que brillaban en la oscuridad luego de haberles brindado luz con la linterna de su celular, dejo que el pelo azul se acostara en su cama y la castaña lo arropó. Después hizo que le diera la mano.
-Me voy a quedar aquí hasta que te duermas -dijo la castaña en susurro.
-No tienes que hacer eso...-dijo sonrojado pero realmente apreciaba su compañía- Yo... soy un adulto...
-No importa, se nota que lo necesitas -sonrió- Ahora duérmete... relájate... ya todo pasó -le acarició la mano.
-{Tu voz me relaja bastante} ¿Esto es una meditación guiada? -susurró divertido.
-Tal vez... ahora respira hondo y profundo... relaja todo tu cuerpo con cada exhalación... inhala paz... exhala estrés -se quería reír pero se aguantaba.
-{No te quiero soltar...} -acariciaba la mano de la chica- Creo que funciona...-sus ojos le estaban pesando y poco a poco comenzó a cerrar los ojos.
La castaña le siguió hablando bajo pero pronto noto que el pelo azul se había quedado dormido porque este ya la había soltado.
Después procedió a bajar a la habitación del azabache pero al estar a la puerta solo estaba ahí, estaba bastante nerviosa de que hacer, pretendía entrar pero no sabía que decir, aunque otra idea atravesó su cabeza y esa fue de huir... no sabía cómo reaccionar ahora, pero cuando cuando volvió en si, noto que ya estaba dentro del cuarto del chico, el azabache estaba acostado en el suelo mientras tenía una mano levantada.
La habitación del azabache estaba diferente ya que está tenía cubierta con ladrillos y cemento la ventana, aparte que en suelo estaba una alfombra de colores y la cama parecía estar recién tendida, además que los colores eran más claros sin la luz pública de la ventana, el cuarto era iluminado por foquitos de colores.
Se acercó lentamente para notar que el azabache tenía vendado los ojos, sin previo aviso tomo la mano del azabache y este se asustó por un momento.
-¿Ariatna? ¿Eres tú? -acaricio su piel para identificar la- Eres tu...-sonrió de manera amplia.
-¿Qué te pasó? -apretaba con fuerza la mano del chico pero aquello era para que su voz no flaqueara.
-No fue nada... nada importante -se levanto sin soltar la mano de la castaña- Sanaré en dos semanas.
-¿Por qué te pasó eso? -miraba atenta sus vendajes, quería tocarlo con la otra mano pero se detuvo.
-No paso nada, realmente... yo -fue interrumpido.
-Creo que me mientes -no obtuvo respuesta- ¿Entonces? ¿Qué te pasó realmente? ¿Te dañaron en la batalla?
-No... yo... me deprimí porque te fuiste... así que me fuí debilitando y... me estaba quedando ciego... así que... ahora me estoy curando con la sangre de esas vampiras que eran rango A -notó que la castaña no hacía ningún ruido y eso le preocupó- ¿Ariatna? ¿Estás bien?
-Perdón... perdóname... también me sentí muy mal cuando te dejé... ay...-la castaña trataba de fingir la voz, pero no aguantaba las lágrimas- Perdóname...
-Shhh -la abrazo sin más- No tienes la culpa... de nada...
-... te extrañé...-le correspondió el abrazo con fuerza- Perdóname por lastimarte... no sabía cómo reaccionar... no sé muchas cosas y creo que eso llevo a nuestra relación a -fue interrumpida.
-Yo te extrañe muchísimo... ya quería volver a tenerte entre mis brazos -su voz había flaqueado y temblaba- no tienes porque disculparte... nada de todo esto fue tu culpa, tu reaccionaste como debías, está bien... es natural... ahora... abrázame muy fuerte y no me sueltes -la acercaba a ella para sentir su latir- Ariatna ¿Puedes leer mentes?
-¿Cómo? ¿A qué te refieres? -la duda se le hizo extraña.
-Porque te he expresado todos mis sentimientos abiertamente... te he dicho todo lo que pensé en este tiempo y uno de los pensamientos que nunca creí decirte de frente sería este... Por favor no me sueltes -abrazaba con fuerza a la chica.
Para que el latir de ambos corazones fueran percibidos por ambos, el azabache sentía un agradable calor en el pecho con la presencia y aroma de la castaña tan junto de el mientras que la castaña con las palabras dichas sentía un nudo en la garganta pero no pudo contener sus lágrimas y se puso a llorar en silencio.
-shhh shhh shhh -le acarició la espalda- Shh shhh no llores Ari... porque también voy a llorar -le dijo para provocarle una sonrisa.
-Ay no...-snif- No llores, perdón -le abrazo con más fuerza.
-E...era broma -le acariciaba la cabeza con una mano y la espalda con la otra.
-Didier... te voy a ser sincera... no voy a estar mucho tiempo aquí, mañana me regreso con mi familia -dudaba un poco en hablar ya que no sabía cómo lo iba a tomar.
-Oh... está bien -dijo tranquilo el azabache- Me saludas a tu familia.
-¿Tu no estás en contra de que me valla?
-No... ¿Quién si? -pensó su pregunta- Olvídalo, es decir, yo estoy de acuerdo en que vallas a verlos, los necesitas -se acercó a su oído- Estás muy chiquita para tanto estrés -se rió levemente.
-Si... estoy chiquita -hizo su voz más dulce.
-Peque Ari -el azabache había acomodado su cabeza- ¿Te puedo seguir abrazando?
-Claro... siempre me gustó ese apodo -sonrió con aquello y procedió a recordar las veces que el de pelo negro trato de ponerle un apodo.
⇀Flash back↼
-Arisita~ -dijo el de cabellos negros dándole una botella de agua después de haber entrenado.
-No... me... digas así...-respiraba entrecortado mientras tomaba la botella.
-¿Princesita? -decía el de cabellos negros preparando la comida.
-No me digas así -la castaña le había golpeado levemente el hombro.
-Mi niña bonita -el de cabellos negros se había acercado a ella con una sombrilla ya que la chica atendía a los animales.
-No me digas así -le pasó una cubeta- Los cerdos ya no tienen comida.
-Preciosa, se me olvidó decirte que ya no hay jabón así que te traje uno -el de cabellos negros había asomado únicamente el brazo por la puerta del baño.
-¡Que no me digas así! -pateo la puerta y le lastimo el brazo haciendo que soltará el jabón.
⇀Fin del flash back↼
Pero la única vez que le puso un apodo por error al de cabellos negros este se mostró muy contento.
⇀Flash back↼
-Desde aquí la casa se ve de cabeza -la castaña estaba de cabeza subida en la rama de un árbol cercano a la casa.
-¿Ariatna? -el de cabellos negros había salido con su sombrilla y la buscaba por fuera de la casa- ¿Ari...? ¡Ariatna! -se le ocurrió mirar arriba.
-¿Qué? -le respondió tan tranquila- ¡Que hongo wey! -su cara se mostraba ruborizada.
-¿Cuánto tiempo llevas así? ¡Ya se te subió la sangre a la cabeza! ¡Ya baja de ahí o te vas a caer!
-¡No me va a pasar nada! ¡Deja me! ¡Yo soy de goma! -tras levantar los brazos de manera repentina, aquello hizo que la chica cayera del árbol.
Afortunadamente el de cabellos negros la había atrapado, tiempo después de que la castaña ya se había recuperado, notaba que el jóven estaba bastante alegre junto a ella.
-Ari me puso un apodo... Ari me dijo wey... yo soy su wey -susurraba con las mejillas ruborizadas, a pesar de tener a la castaña tan cerca.
-¿Qué? -se le hacía rara su actitud.
⇀Fin del flash back↼
A la mañana siguiente, la castaña despertaba en su habitación, su cobija estaba toda tirada en el piso, creía que ella misma la había tirado, pero al asomarse noto que alguien estaba enredado en ella e incluso tenía una almohada bajo su cabeza, el pelo verde estaba tan dormido que hasta roncaba, a la castaña se le hizo gracioso eso y decidió no despertarlo.
Pero se le hacía raro el repentino cambio de escenario ya que no recordaba en que momento se había regresado a su cuarto ni en el momento en el que el pelo verde se había dormido.
Así que por un momento creyó que la visita al cuarto de Didier habría Sido un sueño. Bajó a la cocina tras oler un rico aroma y noto que Kliment estaba preparando el desayuno.
-Se me hizo algo tarde -dijo avergonzado mientras terminaba de poner otro sandwich con pan de croissant en un plato donde había tres- Ah... Ya son 9:30 y apenas me acabo de levantar -el pelo azul estaba incluso despeinado.
-Ja ja ja -rió levemente- Tienes un gallito -señaló su cabeza- ¿Puedo tomar uno? -señaló el sándwich.
-Si si, ahorita hago más y preparo jugo -continuaba haciendo más.
-No te preocupes, hay agua y no llevo prisa, tranqui -tomo un sándwich y procedió a ir a la habitación del azabache- ¡Didier! -abrió de golpe sin tocar.
-¡Mande! -se levanto de golpe un poco asustado.
-Ah... {No fue un sueño... ¿Entonces como?} Creí que estabas dormido -se acercó a el- Toma te traje un croissant... ¿Croissant? ¿Así se dice? -le entrego el sándwich- Pero tiene jamón, queso, jitomate, lechuga, así como un sándwich.
-Croissant -lo pronunció de mejor manera- Pero me gusta más como le dicen aquí, cuernito, cuernito de jamón con queso -procedió a comer- Muchísimas gracias.
-Didier ¿Anoche me quede aquí?
-Un rato... te quedaste a dormir aquí y como a las seis de la mañana te fuiste diciendo que te ibas a dormir a tu cuarto, te quise acompañar, pero no me dejaste y...-le llegó aquel grato recuerdo.
⇀Flash back↼
-No... yo me va sola -dijo con la lengua pegada al paladar.
-Pero Ari... es de madrugada, quédate conmigo -habló aún con sueño mientras tenía abrazada de la cintura a la chica.
-Na...-le agarro ambas mejillas- Ya me voy -le pasó el pulgar por los labios.
El azabache no veía nada pero podía intuir que la chica quería besarlo.
Pero aquello no fue así y la castaña le beso la frente.
-Ya memete -dijo para retirarle los brazos de su cintura e irse del cuarto.
⇀Fin del flash back↼
-Te fuiste -termino de decir, ahorrando se lo demás.
-Uhm...{No recuerdo cómo Ian llegó a mi cuarto}
-¿Ya te vas?
-Todavía no, voy a desayunar ¿Te traigo jugo?
-No, no hace falta yo ahorita salgo -dijo el azabache.
-Te traeré jugo y otro cuernito -dijo la castaña, pero antes de salir noto como un rayo muy pequeño de luz solar entraba por la ventana.
Después de haberle llevado comida al azabache y de que el pelo azul se diera un baño ya estaban listos para irse, pero antes de hacerlo los detuvo el pelo verde en la puerta.
-¡ME QUEDÉ DORMIDO! -gritó desde arriba y se escuchaban correr sus pasos- ¡Ariatna! ¡Espérate! ¡Todavía no te digo buena suerte! -trataba de controlar su respiración.
-Ian...-dijo la castaña sorprendida por su cambio.
-Tus ojos...-el pelo azul también lo había notado.
-¿Eh? ¿Qué tienen? -se pregunto el pelo verde.
-Cambiaron de color -la castaña le prestó un pequeño espejo de ella.
El pelo verde se había sorprendido de tener nuevamente sus ojos de un color normal, el color avellana se veía ligeramente afectado por sus pupilas que seguían en punta.
-¡Volví a tener mis ojos de humano! -abrazó a la castaña- ¡Que alegría!
El can llegó ladrando y moviendo la cola.
-¡Michi! ¡Recuperé mis ojos normales! -abrazó al can y este le lamió la cara- ¡Yo también estoy feliz!
-Ya debo irme Ian, les aviso cuando llegue a mi casa -acaricio al perro rápidamente- Adiós.
-Cuidate muchísimo -dijo el pelo verde- Por favor.
La castaña y el pelo azul habían emprendido el viaje, durante este platicaron de cualquier otra cosa mientras no tocarán temas depresivos, unos minutos antes de llegar a la castaña se le ocurrió llamar a su madre para sorprenderle.
-Oye Mamá, creo que voy a ir hoy -dijo la castaña al teléfono.
-¿A dónde hija? -se escucho la voz de su madre.
-A la casa ¿Qué vas a hacer de comer?
-Ah... este... ¿Ya vienes? -se le escuchaba preocupada.
-Si... apenas voy saliendo... ¿Por qué te escuchas así? -preguntó preocupada.
-Ah... es que... Ari... pues... paso algo aquí en casa... pero... -se alejó un poco del celular- Espera me hija, me hablan, cuando vallas llegando me avisas -cuelga.
-Ay no...-la castaña no sabía cómo expresarse.
-¿Qué pasó? -preguntó el pelo azul al verla tan preocupada.
-Mi mamá se escuchaba rara... y no me quiso decir nada y me colgó sin más...-comenzó a mover su pierna de manera frenética- ¿Qué habrá pasado? -procedió a imaginar muchas posibilidades.
Pronto llegaron a su casa y se encontraban enfrente de la vivienda, el pelo azul ya había parado, pero la castaña no se movía para nada.
-¿Qué crees que pasó? ¿Se habrá muerto alguien? ¿Un vecino? ¿Una comadre de mi mamá? ¿Un familiar? ¿Qué familiar? ¿Tíos? ¿Primos? ¿Mi abuela? No creo que mi... no sé -se le escuchaba desesperada- Mi mamá nunca me oculta nada ¿Por qué ahora? -fue sorprendida por detrás.
El pelo azul le había abrazado por la espalda, apretándola un poco para que se disipará un poco su mente.
-No sé que esté pasando, pero no creo que sea grave -le dijo tranquilo- Pero si es algo malo, yo estaré aquí cerca ¿De acuerdo? -notó que estaba muy cerca del rostro de la castaña y se volteo sin soltarla- Lo siento...
-Esta bien... no te vallas, espera -le retiro de manera gentil las manos.
Salió de el auto y entro a su casa donde únicamente se encontró a su hermano y madre.
-Mamá -dijo aliviada al ver que se encontraba sana.
-Ari -dijo la mujer sorprendida.
-Alfonso ¿Qué pasa? {Mamá anda rara ¿Y si está en shock?} ¿Por qué se ven así? -preguntó la castaña.
-Ari... llegaste temprano -dijo el castaño de pelo corto y ojos azules bastante serio.
-¡Oye Mari! ¿No quieres también jícama? Voy a traer el mandado con Alfonso y quería saber que es exactamente la fruta que quieres -una voz familiar gritó desde la cocina.
De dicho lugar salió un hombre adulto de tez clara como la castaña, cabello rubio opaco y ojos azules como los de su hermano.
-¡Adán! -le reclamo su madre- Te dije que era sorpresa y ya saliste -le tomo del brazo al hombre- ¡Sorpresa hija!
-¡Papá! -corrio a abrazar a ambos padres- ¡Ah! ¿Cuándo volviste? ¿Por qué no me dijiste nada mamá? ¡Me preocuparon mucho!
-Ja ja ja fue mi idea Ari, pero ya ves que mi mamá no se puede poner sería porque luego luego le gana la risa -dijo su hermano mayor.
-Maricela si te pasaste, mínimo le hubieras dado una pista -tomo de las manos a la castaña- Mira sus manitas están bien frías -le beso una mano.
-Ay mija perdón, pero te tuve que colgar porque si no me iba a reír -su madre le tomo la otra mano y la beso- Perdona me mi vida -le beso la frente.
-Oye Ari ¿Por qué todavía no se va el taxi? Te veniste en taxi ¿No? -miro el carro afuera de la casa.
-Ay... es que no es taxi -dijo la castaña separándose de sus padres.
Al cabo de un rato el pelo azul había entrado a la casa de la castaña y se sentía algo aprisionado con las sonrisas forzadas del padre y hermano de la chica.
-Así que Kliment -dijo el hermano de la castaña.
-¿Y tu apellido cuál era? -dijo el padre de la castaña.
-Mi... mi apellido es muy complicado... pero me pueden decir solo Kliment -dijo nervioso.
-Es el amigo que ayudó a Ari a conseguir la casa de estudiantes para estudiar la universidad -intervino la madre de la castaña.
-Nadamás amigos ¿Verdad? ¿También estudias la universidad? ¿Cuántos años tienes? -le hacía más preguntas al pelo azul.
-No no no... yo ya terminé la universidad si si somos amigo... yo -no lo dejaron terminar.
-¡Papá! -capto la atención la castaña- Nunca te habías puesto así, Kliment es un amigo que me ayudó a venir aquí -le golpeó leve el hombro- Pero ya se va, tiene cosas que hacer y no le podemos quitar tiempo ¿Verdad? -le guiñó el ojo rápidamente.
-Ah... si... tengo algunos pendientes...-se despidió con la mano de la mamá de la castaña- Nos vemos luego señora -ahora lo hizo con el padre- Nos vemos señor -ahora con el hermano- Adiós amigo.
-¡Que te vaya bien! Gracias por traerla -dijo la madre.
-Espero verte otro día -dijo el padre.
-Dime Alfonso, de seguro nos llevaremos muy bien -le apretó la mano.
-Si si... seguro que si {Pensé que nunca vería a su hermano así...} -se despidió dejando la maleta de la castaña en la puerta.
La familia había preparado las compras para la hora de la cena, ya que está era especial, incluso habían comprado carne y bebidas alcohólicas.
-Pero Mari ¿No crees que es mucha cerveza para mí? ¿O también va a tomar Alfonso conmigo? -abrazó a su hijo antes de sentarse a la mesa.
-Son para la comunidad -dijo la mujer terminando de llevar la comida a la mesa- Este día se debe celebrar ¡Ari! ¡Ya baja a comer! -le gritó su madre.
La castaña terminaba de colocar la protección que le había hecho la pelirroja en la ventana de su cuarto, cuando los demás miembros de su familia se fueran a dormir, procedería a poner más protecciones, por el momento bajó cuando su madre la llamó.
-¡Ya estoy! -dijo la castaña tomando lugar a la mesa- ¡Huele tan rico! ¿Eso es pavo?
-Sip, tu papá encontró a pesar de no ser temporada -tomó asiento- Pues espero que les guste.
-Gracias amorcito -se adelanto el hombre.
-Gracias mamá -dijo el castaño de ojos azules.
-Gracias mamá -dijo la castaña.
Mientras todos comían las pláticas eran sobre cualquier tema, pronto comentaron la repentina llegada del padre.
-Pues ni el me avisó, nomás me llamo cuando preparaba el desayuno y dijo -fue interrumpida la mujer.
-Ay que rico huele, chilaquiles verdes, mis favoritos -dijo el padre completando la frase.
-Awww -dijo la castaña.
-A mi quiso espantar me, pero su voz no se me puede olvidar, me acuerdo que hable a la casa y me respondieron con una voz "diferente" diciendo -el hermano también fue interrumpido.
-Funerarias el muerto feliz -completo nuevamente el padre.
-Ay papá -rió la castaña y procedió a recogerse el pelo.
-Ya lo tienes bien largo Ari ¿Te pones sábila? -cuestionó el padre pero fue interrumpido.
-¿¡Eso es un tatuaje?! ¿¡Por qué te lo hiciste?! ¿¡Con permiso de quién?! ¡Mira nomás! ¡Tan seria que te veías! -exclamo la anciana.
-{No mames... ¿Cómo se me olvidó cambiarme de camisa?} -se le había bajado la sangre al recordar su símbolo con Yaotzin y que ese día tenía puesta una camisa expuesta de los hombros.
-Mira, quien la vea va decir "Pues no que Doña Mari no dejaba que se tatúen" "Pues no que Doña Mari bien responsable" y lo que van a decir de mi "Pues Doña Toña decía que ni un tatuaje ni un divorcio aceptaba en su casa" "Pues no decían que esos rayones eran del diablo" y para colmo tienes el descaro de traer esa blusa ¿Qué quieres? ¿Enseñar los pechos? Respeta que están tu padre y tú hermano presentes, por Dios -la anciana le reclamaba a la castaña pero está no la volteaba a ver.
-Ay que padre tatuaje ¿Quieres ver los míos? -el padre se levantó las mangas de su camisa y procedió a mostrar tatuajes de cruz en cada muñeca, bajo cada cruz estaba los nombres de sus padres- Mira este es el de tu abuelita -señaló la cruz de su mano derecha que debajo tenía el nombre "Isabela" - Y este el de tu abuelito -señaló la cruz de su mano izquierda que debajo tenía el nombre de "Juan".
-Ah no manches yo tengo este -levanto su camisa para mostrar su hombro, en este había un tatuaje de una cruz celta- Pero me costó un buen -dijo el hermano mayor.
-Mira nomás -alego la anciana- Tienes cerdos, vacas y uno que otro viejo buey -enfatizó en cada palabra sin mirar a quien iba dirigido- Nomás los animales se tatúan, así empiezan, luego fuman, se inyectan marihuana y roban y ay no... una de barbaridades.
-Mamá...-la mujer no sabía cómo calmar a su madre aunque su marido habló sin enfado.
-Que bueno que a mis hijos no les puse nombres bíblicos -tomo el último bocado de su comida- Luego vienen con el chisme de que Pedro anda volando papalote con Jesús -dijo mientras se limpiaba la boca.
-¡Ya voy Doña Lety! Ay esta señora que no entiende que no quiero nada de su catálogo porque luego me gasto el dinero de la pensión -dijo mientras se alejaba de la mesa y se iba de la sala.
-Yo no escuché a nadie hablar -dijo la castaña.
-Así la verás todos los días -termino el hermano mayor de comer- Ya nomás no puede responder y se hace que alguien le habla -tomo un poco de agua- No sé porque agarro esa maña.
-Te pasaste Adán... ja... ja... ja -la madre de la castaña reía pero tenía su rostro ocultado por sus manos.
-Pero ¿Por qué? -se rió también el padre- Si sabes que es verdad.
-¿De qué hablan? -dijo la castaña.
-Sabe -dijo el hermano mayor- ¿De qué hablan? Cuenten el chiste.
-Es que tú...-se reía la madre ocultando su rostro.
-Que Mari...-al estar sentado frente a ella le retiraba las manos- Pero cuéntales Mari... diles de "soy el humo" ja ja ja -se empezó a reír el papá.
-Ja ja ja ja ja no es que... ja ja ja ¡Ja ja ja! -se retiro las manos del rostro y comenzó a moverlas- Ja ja ja ja ja ja ja ja ja ja ja ja ja ja.
-¡Échenle aire! Ja ja ja ja -tomo un plato de plástico y comenzó a moverlo frente a su rostro- Ja ja ja ja.
-¡No! Ja ja ja ja ja ja ja espérate ja ja ja ja ja ja espérate ja ja ja ja... no es que... ja ja ja ja me voy a... ja ja ja ja ja -trataba de respirar, pero el recuerdo la hacía reír.
-¡Apa! ¡Se va a hacer! ¡Ya no le haga cosquillas! -intervino el hermano, pero la risa de ambos padres lo impulsó a reír.
-¡No le estoy haciendo cosquillas! Ja ja ja -se le estaban coloreando las mejillas- Yo nomás le dije "Soy el humo" ja ja ja ja ja ja.
-¡JA JA JA JA JA JA! Espérate Adán ¡JA JA JA JA JA JA! Ya no me digas eso -se volvió a tapar el rostro- Ay no... ay no... ah -suspiro- Uh...
-¿Ya? -preguntó el hombre al ver que se había quedado tranquila- ¿Ya te calmaste?
-¡JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA! -volvio a reír la madre- Es que... JA JA JA JA JA
-¡Apa! Ja ja ja ja ya déjela apa -dijo el hermano mayor.
-¡No le estoy haciendo nada! ¡Ni le dije nada! JA JA JA JA JA JA JA -se echo a reír también el padre.
-{Ay... que bonito se siente esto... realmente extrañé a mi familia} -pensaba mientras reía para no preocupar a su familia por haberse quedado callada un buen rato- {Estoy feliz}
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Próxima publicación: 22/06/2023
Horario: 19:00 a 21:00 horas
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