Capítulo 49
Los cazadores vienen.
-Voy a traer a tu mascota aquí ¿Y sabes que voy a hacer le? -le apretó con más fuerza el cuello al chico- Le voy a arrancar pata por pata con mis propias manos, si no me dices la verdad... -fue interrumpido.
-¡ARRANCA ME LOS BRAZOS Y LAS PIERNAS A MI! ¡PERO A EL NO LO LASTIMES! -grito a pesar de que su cuello era apretado.
-¡Sería aburrido! -dijo cantando- Yo quiero escuchar los alaridos de tu perro mientras le arranque miembro por miembro y su cola me la pondré de pulsera -le regalo una tétrica sonrisa- le arrancaré los dientes y con ellos me haré un collar o... mejor no lo haré.
Aquellas palabras inquietaron al pelo verde en lugar de darle esperanza y no era para menos, pues volvió a atormentarlo con torturar de diferente manera a su perro.
-¡Tengo una mejor idea! -le brindó un golpe pero poniendo las uñas para rasgar lo- ¡Lo voy a cortar con un machete oxidado! El filo no será suficiente para matarlo, pero me encantará escuchar sus agonizantes alaridos -le enterró una uña en el ojo derecho para reventarlo- le cortare la cabeza, les sacaré los órganos y su cuerpo lo voy a rellenar con algodón para venderlo como un peluche -finalmente le sacó el ojo que le habia reventado- ¿No te encanta la idea?.
-¡¡¡AHHHHHHH!!! -el pelo verde sufría por las acciones del rubio.
-¡Iré por el de una vez! -su mano iba en dirección a su pantalón cuando de pronto sonó su celular- ¿Uh? ¿Qué quieres? -se quedó un momento callado- ¿Qué? ¿Está cerca? -volvió a quedarse callado- Ja ja ja ja ja no lo puedo creer, bien, entonces nos vemos ahí. Pero primero debo matar un perro, te veo después -guardó el teléfono.
-¡Por favor! ¡No lo hagas! ¡Ahh! - -trataba de suplicar piedad, pero pronto fue ahorcado por el cinturón del rubio.
-¡Calla te mocoso inútil! ¡Me estresas! -apretó con fuerza el cinturón.
Un balazo interrumpió la escena, el rubio fue herido en el hombro, giró a ver qué el responsable tenía un rostro serio pero unos ojos asesinos.
-Sicario ¿Por fin veré tu naturaleza?.
-¡Suelta al niño! ¡Aprovechado!.
-Ja ja ja ja ja ¡Dispara de nuevo! Y atrae a la gente, que todos sepan que aquí... ¡Vive un sicario! -grito a todos lados.
-¡Y TRES VAMPIROS Y UNA BRUJA! -colocó el silenciador al arma- Tengo varias formas de matar y si quieres probar todas por mi está bien.
-¡Kliment! ¡No te arriesgues! ¡No podrás ganarle! -trato de quitarse el cinturón para hablar.
La velocidad del rubio era inhumana, a penas si el pelo azul pudo verlo cuando ya lo tenía de frente, por mero instinto reaccionó y le brindo un golpe con una macana, dejando sin aire al rubio.
-Era obvio que esto pasaría -dijo con lo poco de voz que había quedado- Pero... -le tomo del hombro derecho que era donde tenía la pistola- ¡Yo soy más fuerte!.
Su intención era romperle el brazo, pero no espero que la macana pudiera brindarle una descarga eléctrica.
-Y a ti se te olvida que yo soy muy inteligente -tras alejarse el rubio de el, le mostró que su macana en la parte superior tenía dos varillas de metal que desprendían electricidad.
-¡Maldito presumido! -dirigía un golpe a su rostro.
Aunque fuera veloz, el pelo azul desvío el golpe y guardo su arma para golpearle el mentón. No guardo la macana ya que entre ambos comenzaron un combate cuerpo a cuerpo.
-{Si leo su mente podré predecir sus movimientos} -pensó el rubio y procedió a ver los pensamientos del pelo azul.
-{JA JA JA JA JA JA JA JA} -el pelo azul se carcajeo- ¿De verdad? ¿Te pusiste a leer mi mente? {Pobre idiota, conozco ese truco, Didier lo hacía así que ya estoy acostumbrado} No vas a -le golpeó el pecho- vencerme -golpeó otra vez su pecho- con eso -con las varillas de metal de su macana le abrió el cuello al rubio.
Este se alejo cubriendo su cuello para detener el sangrado, se le veía desconcertada la mirada.
-{Didier...} -el rubio apretó con fuerza su cuello, no quería sentir que un nudo invisible lo ahorcara.
-Uhm... no leo la mente, pero veo que toque algo, ¿Dónde está Didier?.
-¡Eso a ti no te importa!.
-Esta llorando.
Aquello hizo que el rubio se quedará estático ¿Cómo un simple humano podría saber eso? ¿Estaba mintiendo? ¿Por qué lloraría Didier?.
-Tengo el oído muy desarrollado así que escucho un difícil respirar, un latir lento y rápido, unos ligeros lamentos y varios nombres... "Isabelle"... "María"... "Ariatna"... ¿De que se lamenta Didier? ¿Eh?.
-¡No te importa! -aquello lo molestó y volvió a moverse velozmente.
Esta vez sí pudo verlo, así que le disparó varias veces, pero aquellas balas fueron a parar entre sus hombros y una que otra en el pecho, pero la sanación de las heridas era más rápida. De un movimiento rápido el rubio tomo de la camisa al pelo azul y lo arrojó cerca de la orilla, el cuerpo callo en seco, pero el rubio no perdió el tiempo para comenzar de nuevo con los puños.
Los golpes eran más rápidos y duros, el pelo azul trataba de retenerlos todos, pero está vez era más difícil, su arma había quedado en su antigua posición, mientras que su macana estaba cerca del pelo verde, aunque el menor estaba ocupado regenerando su ojo.
-¡No vuelvas a burlarte de nosotros! -el rubio aumento su velocidad.
Aquellos golpes hicieron que el pelo azul perdiera algo de fuerza, pero en una oportunidad pudo sacar una navaja de su bolsillo y apuñalar en el estómago al rubio, pero este tampoco perdió el tiempo y le rasgo el pecho con sus uñas de metal.
-¡¡¡NOOO!!! -el pelo verde como pudo disparó.
Antes de que el rubio reaccionara, con todas sus fuerzas corrió a empujarlo tirando lo de la azotea, se asomo con arma en mano por miedo a que regresara, pero el rubio se quedó acostado por un rato y le regaló una tétrica sonrisa para después levantarle el dedo medio.
Aquella grosería infantil no le afecto al menor y enseguida atendió al pelo azul.
-¡Dios mío Kliment! ¡Debo sanarte! ¡Debo sanarte! -soltó el arma aunque no la aparto de el.
-¿Ese cabron sigue por aquí? -se apretó la herida para retener la sangre.
El pelo verde volvió a asomarse para ver, pero el rubio ya no estaba, aunque se sentía seguro ya que tampoco se sentía cerca su presencia.
-Ya no está, se fue, vamos deja te levanto -a pesar de la diferencia de estatura el pelo verde pudo levantarlo y llevarlo en su hombro hasta dentro- El botiquín está en tu cuarto ¡Iré por el!.
-Se va a salir Michi -apretaba su herida.
-¡Que tiene! ¡No hables! ¡Perdón por gritar! -iba y venía, pero con lo último decidió salir corriendo.
El pelo verde aun seguía herido y su capacidad de sanación era más lenta, así que en cuanto su perro lo vio, este se abalanzó sobre el. El pelo verde no tenía tiempo que perder así que con el dolor de su corazón alejo a su perro para buscar el botiquín, tras conseguirlo rápidamente bajo a atender al pelo azul.
-Perdón perdón perdón perdón perdón perdón perdón perdón perdón perdón perdón perdón todo esto es mi culpa, no debiste ayudarme, lo que me hubiera hecho el no me hubiera matado -abrió la camisa del pelo azul para retirarle restos de tela de la herida y desinfectarlo.
-Pero te estaba atormentando, escuché las cosas horribles que te dijo, además, te dije que no te iba a dejar solo -hablo apretando los labios por el dolor.
-No hables por favor, te voy a ayudar, no puedo dejar que te mueras -se limpiaba las lágrimas con su antebrazo.
El can chillaba por el estado de ambos y descanso su cabeza en la pierna del pelo azul.
-Una vez... me rompí la mano, pero era la mano derecha, con la mejor que disparaba, así que para no quedar débil me acomode como pude la mano... tenía como la edad de Ariatna... así que no te preocupes, tampoco voy a morir fácilmente -acariciaba al can para tranquilizarlo.
-{Los humanos son débiles, los humanos pueden morir de una herida o una enfermedad... no quiero que Kliment muera...} Está bien... no voy a llorar ya -aunque por sus mejillas corrían muchas lágrimas.
-Ahora... dame algo para el dolor... ahí debe haber algo... Paracetamol creo que se llama -le señaló el botiquín.
-Ya no hay...-miro la caja y al sacudir la está no sonaba- ¡Voy rápido a la farmacia!.
-Es muy tarde... eres muy pequeño... no debes ir solo -aunque dejaba de acariciar al can, este con su nariz golpeaba su mano para que siguiera reaccionando.
-¡Soy un vampiro! Estaré bien, no puedes acompañarme... acuéstate en el sillón -lo llevo en su hombro como pudo para recostar lo- Iré por dinero.
-Ten mi cartera -se la entregó- está bien, te dejare ir solo, pero venda tu rostro y que te acompañe Michi.
El can ladro en respuesta afirmativa.
-Esta bien... prometo no tardarme, voy y vengo -decía mientras rápidamente se vendaba la cara, ocultaba su ojo derecho.
Salió de la casa y cerro con llave.
-Los humanos son débiles... ese rasguño fue con intenciones de matar, pero seguro Marcel no lo hizo por la puñalada... Kliment estará muy mal... si fuera más fuerte podría regenerar me y sanar a Kliment... pero necesito beber sangre... necesito... necesito...-se busco en todo el cuerpo y para su suerte encontró lo que buscaba- Michi hazme un favor.
El can ladro en respuesta afirmativa.
A una farmacia familiar que era atendida por una señora de edad, arribó un can con una nota de papel atorada en su collar junto con una bolsa de plástico. El can rasgo la reja de metal y ladro un par de veces, la señora salió y se sorprendió al ver un perro así que acerco la mano para acariciarlo, el can acepto la caricia y le lamió la mano.
-Hola hermoso -dijo la mujer mayor- ¿Por qué veniste acá? ¿Tienes hambre? -el perro le ladro y se volteo para que tomara la nota- una nota... a ver, deja me pongo mis lentes porque no veo, espera me mijito -la señora tomo el papel y se puso a buscar sus lentes en un cajón, tras ponerse los comenzó a leer- "Soy Michi, soy un perro entrenado, mi dueño está enfermo y necesita lo siguiente:" Eres un perro muy inteligente, deja te traigo unas croquetas en lo que te busco lo que necesites -cuando quiso desenrollar toda la carta cayeron varios billetes de doscientos pesos- Y también te voy a dar el cambio en una bolsa, espérame.
Mientras tanto, en otro lado, el pelo verde había terminado de tomar toda la sangre de un vagabundo que había encontrado.
-Tomare la sangre de todos los vagabundos y delincuentes que pueda... con esto no me sentiré tan mal por tomar sangre de nuevo -sus ojos soltaban muchas lágrimas- ¡Perdón! ¡Pero necesito ser fuerte! -le grito al cadáver que oculto con periódicos y cartones que estaban alrededor.
⇀En la casa de la pelirroja↼
La castaña llamaba constantemente al celular del azabache, ya que sabía que le contestaría el pelo verde, pero ahora no respondía a ninguna llamada, esperaba sentada en las escaleras cercanas a la casa de la pelirroja.
-Ian... contesta Ian ¿Dónde estás? -por su décimo tercer intento colgó- Se me va a acabar el saldo... ya no puedo esperarlo más y tampoco me puedo quedar aquí... ah -suspiro y se llevó las manos al rostro para tallar lo un poco.
Tras retirarse las manos vio unas personas que se acercaban, pensó que serían los vecinos de la pelirroja, pero de no ser así no quería averiguar quiénes eran así que decidió levantarse rápido pero disimuladamente para salir de ese lugar.
Con el paso acelerado no veía a nadie por las calles, aunque cuando escuchaba el ladrar de un perro o la llegada de algún auto le causaba pánico y su corazón latía con fuerza, paso cerca de un establecimiento y este bajo la cortina tan rápido que el sonido la asustó bastante, de este salió rápidamente un trabajador que al verla también dió un salto asustado.
-Buenas noches -se le escuchaba asustado al trabajador.
-Buenas noches -dijo un tanto bajo la castaña.
Ambos se retiraron de ahí rápidamente.
Mientras la castaña seguía caminando a toda prisa, pronto escucho unos pasos detrás de ella, pensó que sería el muchacho que asustó y que tal vez tomaban el mismo rumbo, pero en cuanto se giró no había nadie. Volvió a su andar, pero los pasos tras de ella volvieron a oírse, está vez no giró y alguien la había tomado del cuello con su antebrazo.
-¡Unicornio! ¿Qué te hiciste? ¿Por qué te desapareciste? -le hablaba tan alegre.
-Marcel...-no sabía que decir, se le había helado la sangre.
-Pero no digas así mi nombre, parece que viste un muerto. Dime ¿Dónde estabas? Creí que te habían secuestrado ya iba a ir por ti... yo porque Didier está ocupado -con ello amenazó con apretarle el cuello.
-Que pena ¿Por qué está ocupado? ¿Ya trabaja? -estaba aterrada, pero no pensaba demostrarlo.
-No, pero está súper ocupado con otra chica, una chica muy bonita, es coreana, me agrada bastante.
-¿Quién?.
-Su nombre es...
-Te pregunto -le interrumpió antes de decir algo.
-¡Mírala! ¿Ya contestas así? Haber dejado la universidad te volvió una rebelde sin causa.
-No la dejé, me di de baja temporal...{La dejé por el tiempo que Didier estaba en el hospital...} Además ¿Eso que? Tu no me pagas la universidad.
-¡Uy! Estás muy rebelde, debes de recibir un cast...-no lo dejo terminar.
La castaña tomo su brazo, lo separó de su cuello escapando por abajo y rápidamente llevo el brazo a la espalda del rubio.
-Oh... ¿Defensa personal? ¿Cuándo la prácticas te? -decía calmado.
-Callate ¿Por qué me estabas siguiendo?.
-Tu... eres una muchacha caminando sola ¿No debo protegerte?.
-Jamás te pedí eso y jamás te lo pediría. Tienes razones oscuras y hoy estás actuando más raro de lo normal {¿Dónde está Didier?}.
-Creí que ya no te importaba -dijo en burla.
-Así que si lees mi mente, bien, perfecto, no pensaré en nada ahora -llevaba más arriba su brazo- Puedo romperlo.
-¡Y yo puedo romperte a ti! -rápidamente cambio de posición y ahora el rubio estaba encima de la castaña- ¿No sientes un deja vu? -se rió.
-... -la castaña trataba de controlar su respiración para pensar, pero al desviar la mirada del rubio, por los techos miró que algo pasaba con velocidad- Guardián... -dijo en un murmuró casi inaudible.
-¿Qué?.
-Guardián -gesticuló la palabra para no usar su voz.
-¿Qué? ¿Quieres que te bese? Bueno, pero a mí me gusta morder los labios -se acercaría.
Tras hacerlo, otra descarga eléctrica lo sorprendió, la castaña le había puesto un teaser cerca de su cuello, tras alejarse el rubio, la castaña le dió una patada en la cara para alejarlo más.
-¿¡A dónde vas?! -estuvo a punto de atraparla nuevamente pero sintió un pesar que lo hizo caer se rodillas- {Otra vez ese sentimiento... ¿Hay alguien superior aquí?}.
La castaña miraba como estaba el rubio, no quería averiguar nada y salió corriendo a toda la velocidad que podía.
El celular del rubio comenzó a sonar y con esfuerzo contesto.
-¿Qué?.
-La fuente se aleja ¿La sigo?.
-¡No idiota! ¿¡Cómo crees que vas a hacer eso?! Su sangre llamaría más la atención y habría un enjambre aquí...¡Que molestias me das! -colgó y aventó su celular- ¿Por qué...? ¿Por qué sentí eso de nuevo...? Ya casi un año y lo volví a sentir... definitivamente... esa niña tiene algo...
⇀En otro lugar↼
El pelo gris caminaba lentamente por un tranquilo templo, cerca de ahí había una exposición sobre las armas de tortura usadas en la Santa inquisición, obviamente a esa hora de la madrugada estaba cerrado, pero se le hizo buen lugar de reunión, pronto escucho como algunas uñas golpeaban algo de madera, no en un tono amenazante si no en uno para generar ruido.
Con seguir el ruido se topo a la persona que estaba completamente cubierta del cuerpo, estaba sentada abrazada de su arco y golpeteando lo con sus uñas.
-Buenas noches compañero, Amini -dijo la persona.
-¿Llevas mucho esperando? -no sabía cómo reaccionar.
-No llevamos mucho tiempo, vamos, te estamos esperando dentro del templo -se levanto y camino en dirección al lugar.
-¿Y como si...? -no lo dejó terminar.
-Por la ventana -de un salto y escalando la pared subió para meterse en una ventana circular.
Tras imitar la acción el pelo gris siguió hasta aquella persona adentro, el templo era un lugar de paz, según los creyentes, aunque con aquella iluminación de velas parecía un tétrico lugar para hacer un ritual.
En el lugar había una persona detrás del altar rezando, y la poca iluminación mostraba las figuras de otras cinco personas sentadas.
-Nel nome del padre, del figlio e dello spirito santo... amen -la sombra detrás del altar se levantó dando a notar que era notoriamente alto.
-Amén -una voz sentada en las bancas del lugar hablo- Bienvenido Amini.
-Intuyo que todos son humanos ¿Entonces por qué se ocultan en la penumbra? -respondió el pelo gris.
-No podemos prender las luces del templo, así que con mucha pena nos estamos gastando las velas, veladoras y cirios -habló tranquilo la sombra detrás del altar.
Misma que tomo el cirio que estaba en el altar y lo llevo a su cara, mostrando el rostro de un hombre adulto, piel clara con algunas marcas de edad, cabello corto negro con una mirada azul tranquila. Estaba vestido igual que un sacerdote pero cubierto con un abrigo oscuro.
-Mucho gusto, mi nombre es Luciano, tu carta llegó al Vaticano y me han enviado a mi a ayudarle, soy de sus mejores hombres -se retiro del altar y saludo de mano al pelo gris.
-Bueno, es increíble que la carta fuera a dar ahí, no sabía en qué parte de Europa aparecería -dijo el pelo gris asombrado por la estatura del hombre frente a el.
-¡Empezaremos a presentarnos! ¡Perfecto! -se levanto la voz que había respondido con anterioridad, fue por una vela e iluminó su rostro.
Mostraba un joven rostro de piel clara con cabello castaño claro y ojos verdes, vestimenta oscura con capa.
-¡Hola pequeño Amini! -abrazo del cuello al pelo gris- Espero que todos nos llevemos bien y... sin rencores ¿Verdad?.
-¿Sin rencores? ¿Por qué te tendría rencor si no te conozco? -se le hizo raro aquello.
-¡Que tonto! Mi nombre es Enzo, soy un cazador español, se que muchos mexicanos tienen cierto enojo contra los españoles por lo que pasó en la conquista. ¿Entonces sin rencores?.
-No te tengo rencor... aunque si tengo un reclamo porque tú gente...-fue interrumpido ya que otro hombre se iluminó el rostro con una vela.
Su rostro claro destacaba por sus ojos rasgados y cabello lacio, su vestimenta asiática delataba su nacionalidad.
-¡Disculpa compañero! Sé que el chino es un idioma difícil, pero si te tengo que señalar algunas cosas, por ejemplo aquí -con la vela señaló la carta.
-¡Un momento! Por favor, me disculpo pero recurrí a un traductor que sabía un poco del idioma, una disculpa, pero agradezco tu largo viaje al atender mi llamado, casi del otro lado del mundo -le dijo el pelo gris, apenado de haber utilizado al pelo azul de traductor.
-Llama me Qiang, vine porque a pesar de tener fallas, se que molestos pueden ser una plaga como los vampiros -le saludo de mano y el pelo gris le correspondió.
-Me apena no hablar el idioma de nadie aquí, pero me impresiona que todos puedan hablar el mío, gracias -dijo el pelo gris cuando alguien le tomo del hombro.
Está persona también tenía iluminado su rostro con una vela, mostraba una mirada azabache, su piel negra con vestimenta azul oscura. Le sonrió de manera carismática.
-Mucho gusto pequeño Amini, mi nombre es Akadjé, vengo de Ghana, espero poder hacer un gran equipo -tambien le saludo de mano- Espero que no te incomode que te llame pequeño, aún no conozco tu nombre.
-Sera mejor que nos presentemos todos para que el no repita su nombre tantas veces -habló la persona que lo guío y salvó.
Procedió a quitarse la capa que le cubría la cara, continuo a iluminarse el rostro con la linterna de su celular. Mostró un joven rostro femenino, su cabello anaranjado amarrado en una coleta iluminaba su rostro claro con unos encantadores ojos azules.
-Hola Amini, ya nos habíamos visto antes, mi nombre es Dulce -le saludo de mano- No podía ignorar el llamado de un compañero latino.
-¿Eres de...? -pero fue interrumpido nuevamente.
Alguien por detrás embistió y abrazo desde atrás en sus cuellos al pelo gris y la pelo naranja.
-Hello Mexican friend and colombian friend!!! -un joven de piel clara, cabello rubio y ojos castaños con ropas oscuras- Hello everyone! Nice too meet you! ¡Estoy muy emocionado de conocernos todos al fin! -hablaba extraño.
-Como odio a este tipo -se retiro el brazo del rubio de un golpe.
-¿Lo conoces? -dijo el pelo gris.
-El nos guío aquí, como somos extranjeros no sabíamos cómo llegar y el dijo que sabía cómo.
-Tengos amigos mexicanos así que conozco aquí -dijo el rubio- And Colombian friend ¿Por qué ese tono conmigo? No soy malo, además, soy mayor que tu, deberías respetarme -volvió a poner su brazo sobre su hombro
-Me estás haciendo enojar... y no respondo...-le tomo el brazo con fuerza.
-Venga niño ¿Qué dices? Si no te has dirijido a nosotros con respeto y eso que yo soy mayor que tu -intervino el de cabello castaño claro.
-¿Qué edad tienes? My friend tiene veinte y yo veintiuno -sacudió a la pelo naranja.
-Tengo veinticinco -respondió con superioridad.
-Entonces yo debo poner orden porque yo tengo veintisiete -intervino el de ojos rasgados.
-Niños, niños, deben estar en orden, el pequeño Amini no se ha presentado -captó la atención de todos el hombre de carismática sonrisa- Además... yo tengo treinta, así que soy el mayor -aporto información divertido.
-¿De verdad? -preguntó sorprendida la colombiana.
-Increible -dijo con asombro el español.
-¡No se notan! -dijo el estadounidense.
-¡Dime tu secreto! -dijo el chino.
El sacerdote golpeó suavemente el altar para ahora recibir la atención.
-Yo tengo cuarenta, así que no hay que discutir nuestras edades -sonrió tras ver la cara de asombro de todos- Ahora que tengo su atención, podemos conocer finalmente a quien nos citó aquí -cedió la palabra al pelo gris.
El pelo gris pasó al frente del altar para que todos lo vieran y escucharán.
-Bueno, pues mi nombre es Yaotzin y soy el único Amini puro que queda, ya que a los míos fueron eliminados después de dos genocidios por parte de los vampiros, se que la venganza nunca es buena, pero quiero regresarles el favor a los malditos miserables aquellos. Pero soy conciente de que yo no puedo solo así que he mandado a llamar a cazadores de diferentes partes del mundo, por ello agradezco que ustedes acudieran a mi llamado. De corazón, gracias. -se llevo la mano al pecho en agradecimiento.
-¿Y cuál es tu edad? -preguntó el rubio.
-Veinticuatro, reanudados, cumplo veinticinco el primero de septiembre -se le hizo infantil su pregunta.
-¿Reanudados? -preguntó el de cabello castaño claro.
-Si, es que tenía esa edad como en 1910, pero detuve mi edad porque un vampiro que odio se escondió y hace apenas un año que volvió a aparecer -tras explicarlo miro como los demás lo veían con asombro- ¿Ocurre algo?.
-¿1910? -preguntó el español.
-¿Detuviste tu edad? -preguntó la colombiana.
Todos los presentes dieron un paso atrás ¿Se habían asustado de su poder o a qué se debía esa reacción?.
-Este... si... como sea, debemos idear un plan, por favor ¿Podrían decirme sus habilidades? Por ejemplo, los míos usaban símbolos y armas prehispánicas -mostró sus dos dagas- Estos son llamados "Tecpal" pero les digo dagas, tienen grabados escritos que dicen "Divinus" que significa divino y "Mikistli" que significa muerte. Los usamos para sacar el corazón y cerebro de los vampiros, aunque usamos otras armas contra los hombres lobos. ¿Qué tienen ustedes?.
-Esto -mostró un rosario el sacerdote- La palabra de Dios.
-Venga tío, no creo que eso sirva de mucho -intervino el de cabello castaño.
-¿No lo crees? Esto -toco la esfera de madera y la mostró a los demás- Se llaman cuentas y son para rezar el Ave María, Padre Nuestro y anunciar los misterios. Pero estás cuentas en realidad tienen veneno y otras ácido, la cruz por otro lado -tomo la cruz y la arranco de golpe, la lanzo hacia arriba y al caer atrapó una espada plateada que en mango tenía pintada una cruz dorada- ¿Ves como si funciona la palabra de Dios?.
-Eh... nada mal, somos algo similares en arma -saco una estaca de entre sus ropas mientras la giraba entre sus dedos, con otra mano saco un bote de metal con una cruz grabada- Esto también es ácido y la estaca aunque pequeña, es increíblemente afilada y letal, un mínimo roce corta la carne al instante -acercó demasiado la estaca al rubio.
-¡Pues mi arma es más genial! -saco un par de escopetas y mostró las balas de plata- Mis armas son más geniales -dijo con orgullo el rubio.
-Esto no es una competencia joven...¿Cómo dijiste que te llamabas? -el de piel oscura intervino.
-¿¡Se te olvidó mi nombre?! -preguntó indignado.
-No lo dijiste, somos cazadores, no adivinos -le golpeó la pelo naranja.
-Aggh me llamo Anthony ¡Pero no le creo a nadie! ¡Debí haber dicho mi nombre en algún momento! -hizo berrinche- Además vengo de un linaje de cazadores de vampiros, por eso soy el más fuerte y capacitado.
-Pero el menos inteligente para no presentarte antes -dijo la pelo naranja.
-Oye tengo curiosidad por tu arma ¿Cómo pudiste reventar la cabeza de esa vampiro? -dijo el pelo gris interviniendo.
-Todo el secreto está en la punta de la flecha, está infectada con un veneno potente que recorre por las venas del cuerpo a extrema velocidad para infectar el cuerpo por completo, por último revienta la cabeza desde adentro -le cedió una flecha al pelo gris.
-Wow ¿Con que fabrican el veneno? -tomo la flecha impresionado.
-Con las plantas y gotas de un árbol en extremo venenoso, de hecho la madera del arco y flecha fueron construidos con la corteza de dicho árbol, mi gente también es de un grupo sobreviviente a la conquista española -le explico amablemente.
-¡Perdón! ¡Ya dije que perdón! -se puso de rodillas el castaño claro.
-¡No te disculpes! -dijo la pelo naranja.
-Si me permiten mostrar mi arma -dijo el de piel oscura- Esto es un Onzil, es un hacha de hierro y marfil, los vampiros de por dónde yo vengo son ilustrados de manera muy horrorosa, claro que he matado a muchos, la técnica que usamos los míos es hacer tres cortes diagonales, uno en el estómago, para liberar a todas las pobres almas que fueron devoradas, en el pecho para liberar su corazón de toda maldad y que no regresen, por último la cabeza, pero cortamos de la mandíbula hasta la frente para despojarlos de sus horribles colmillos.
-Wow ¿Puedo tocarlo? -preguntó con emoción al ver la encorvada forma del arma- Y otra cosa ¿Cómo para que no vuelvan?.
-Los matamos para que no vuelvan de la manera horrible que los hemos visto en las ilustraciones, no tengo un ejemplo, pero cuando nos desocupemos podré mostrárselo -explicó amable.
-¿Y usted? ¿Cuál es su arma? -preguntó el sacerdote ya que el pelo gris estaba hipnotizado por el arma.
-¿La mía? No porto una, soy un monje taotista, uso hechizos para enfrentarme a los vampiros, al menos en mi cultura por medio de conocimiento es más fácil vencerlos, creo que compartimos ese aspecto Amini -le dijo al pelo gris aún hipnotizado por el arma.
-¿Ah? -devolvió el arma- Ah sí, bueno... yo no le llamaría "hechizos" a los símbolos que nosotros usábamos, usábamos oraciones que pasaron de generación en generación, con respecto a los símbolos estos también servían en combate -se transformó en un can gran danés gris pasando por entre las piernas de los presentes, volviendo a su lugar y transformándose nuevamente en humano- Con un símbolo pude hacer esa transformación -mostró su brazo tras levantar su manga.
-Realmente eres fuerte, será un honor trabajar a tu lado -dijo con asombro el de ojos rasgados.
-¿Entonces? ¿Cuál es el plan? -dijo el sacerdote.
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La lluvia era motivo para que todos se ocultaran, pero el de cabellos grises le encantaba jugar en ella.
Había hecho el servicio de llevar a sus compañeros a sus casas en su espalda, debido a que el nuevo lugar en el que se encontraban se hacían charcos cuando llovía.
La última que quedaba era la hermana de su amigo, pero ella quería quedarse ahí debido que no quería estar sola en su casa.
-¿Estás segura que no quieres que te lleve a casa? -preguntó el de cabellos grises.
-No... Es que en casa no hay nadie, mi padre ha salido por asuntos. Mi madre está en una junta con los demás maestros y mi hermano ha llevado a casa a Ixztmi, de seguro no saldrá de su casa hasta que pase la lluvia, sabes que el se enferma fácilmente -estaba sentada en un árbol torcido, debajo de un montón de ropas viejas que funcionaban como techo.
-Esta bien, pero déjame jugar un ratito -corrio colina abajo para transformarse en un águila.
El muchacho convertido en ave se paseaba velozmente entre los árboles, volvió a su forma humana para agarrarse de una rama, pero está al estar mojada únicamente logro que el chico se cayera. La de ojos morados se apresuró en su ayuda, pero aquella caída era intencionada debido a que el de cabellos grises quería saltar en un charco para levantar el agua. Tras lograr su cometido notó que no solo se había mojado el si no que también a la de ojos morados.
-¡Zalhin! Perdón perdón perdón no sabía que te ibas a salir de dónde estabas... Yo... -fue interrumpido.
-¡Eres un tonto! -lo empujó al charco.
El de cabellos grises creía que realmente estaba enfadada, quería disculparse pero en eso la de ojos morados se transformó en un gato para abalanzarse sobre el, al aterrizar en su pecho volvió a tomar su forma humana y ahí procedió a hacerle cosquillas en el estómago y cuello.
-¡No! ¡No! ¡No! Espérate JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA ¡Zalhin espera! JA JA JA JA -trataba de detenerla pero la chica se transformaba en gato cada que le detenía una mano y una vez liberada volvía a su forma humana para volver a hacerle cosquillas.
-No, ahora... ¡Ataque masivo! -se movía con mayor rapidez.
-AHHH JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA ¡ME VOY A AHOGAR! ¡PARA! -la voz le quedaba poco aire y las mejillas ya se le estaban coloreando, finalmente pudo detenerle ambas manos- Ahora yo te voy a hacer cosquillas a ver si cierto.
-¡A ver si me alcanzas! -le saco la lengua y se transformó en gato.
Por el pelaje mojado no la pudo sostener y terminó escapando. Corrían colina abajo, aunque el de cabellos grises decidió deslizarse debido a que era más fácil. Estaba apunto de agarrar al felino, pero no vio un árbol frente suyo y terminó estampado ahí.
-¡Yaotzin! -la de ojos morados volvió a su forma humana para ayudarlo- Yaotzin levanta la cabeza, déjame verte.
El de cabellos grises seguía con la cabeza en el suelo.
-Yaotzin... -trataba de levantarlo pero no podía.
-¡Buu! -levantó la cabeza para asustarla.
-¡Ah! -le golpeó en la cabeza, justo en el chichón que le salió por el golpe- ¡Eres un tonto! Creí que te habías lastimado en serio...
-Ah... Pues ahora sí estoy lastimado... -se levanto el cabello de la frente para ver mejor- Mira que chichón.
-¿¡Te duele?! -le pico el chichón.
-¡Ah!.
-Que bueno por feo -se levanto para correr pero fue detenida por la pierna.
-¡Ah no! ¡Ahora me toca! -le jalo de la pierna para a acercarla a él- ¡Ataque masivo! -le hizo cosquillas en el estómago y cuello- ¡Ah! ¿¡Qué se siente?!.
-JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA ¡NO! ¡YAOTZIN! ¡YA! JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA ¡PARA! ¡DETENTE! JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA -se carcajeaba mientras trataba de detenerle las manos.
-¡Ah verdad! ¿¡Qué se siente?! Ja ja ja -seguia haciéndole cosquillas.
-JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA ¡YA BASTA! JA JA JA JA JA JA JA JA ¡ME RINDO! JA JA JA -logro detenerle las manos- Ya... Ya... Ja... Ja... Ay... Mi estómago -trataba de recuperar aire.
-Je je je je... Tu empezaste... -estaba tomando aire.
Cuando ambos se habían calmado, habían notado que estaban tomados de las manos, la lluvia había bajado y ahora apenas pequeñas gotas caían separadas y de forma leve.
-{Ay Dios... Dios... Nuestras manos se están tocando ¿¡Qué hago?! ¡Ah! Mis mejillas arden... Solo si no lo veo a los ojos...} -pero de forma inconsciente sus ojos subieron al rostro del de cabellos grises- {¡Ay Dios mío! Con el cabello recogido hacia atrás se ve realmente atractivo... Aunque ese chichón lo hace ver gracioso}.
-{Ay Dios... ¿Por qué mi corazón va tan rápido? Ah... Se ve tan linda con el cabello mojado, sus mechones enmarcan de manera perfecta su rostro y sus ojos le dan un toque perfecto de ternura... Es tan linda...} -de manera inconsciente le acarició los pulgares- {Creo que me gusta Zalhin} Zalhin... -habló bajo.
-¡Zalhin! ¡Yaotzin! ¿¡Están por aquí?! -escucharon una voz familiar y de manera rápida se separaron.
-{Hermano} ¡Yoltic! -se levanto la de ojos morados.
-{¡Ah! Gracias por aparecer...} ¡Amigo! ¡Estamos acá! -se levanto de igual manera, estaban a punto de subir, pero la colina estaba muy empinada y por el lodo la de ojos morados había resbalado- Mejor te llevo, sube -se detuvo en cuatro extremidades hasta que sintió el peso de la chica encima suyo- Agarrate fuerte.
-¡Arre caballo! -le dijo divertida para ocultar sus nervios.
El de cabellos grises se apresuró a subir, el de ojos rosas los veía llegar con una cara horrorizada debido a que ambos estaban empapados por la lluvia y llenos de lodo.
A la mañana siguiente la de ojos morados se levantaba con energía y bastante feliz por lo que había pasado el día de ayer, pero si alguien le preguntaba, claramente iba a mentir.
-Buenos días hija ¿Dormiste bien? -le preguntó su madre.
-¡De maravilla mami! -le respondió con una amplia sonrisa.
-¿Soñaste algo bonito?.
-{Soñé que Yaotzin y yo nos tomábamos de las manos} Soñé que las criaturas de la oscuridad dejaban de existir -dijo con una sonrisa.
-Eso sería una maravilla -tenía un jarro en sus manos y le dió un sorbo- Quisiera quedarme un poco más hija, pero debo irme, tengo junta con los demás maestros, tu padre ha salido temprano así que por favor despierta a tu hermano para que ninguno llegue tarde a sus clases ¿De acuerdo? -se dirigió a la puerta.
-Claro que si mami, cuídate mucho, nos vemos en la noche.
Tras ver salir a su madre comenzó a saltar emocionada por los acontecimientos de ayer, una vez se había cansado ahora sí procedió a despertar a su hermano.
-¡Buenos días hermanito! -abría la ventana para dejar entrar los rayos del sol- ¿No sientes que hoy es un día lindo? El sol brilla, las aves cantan y yo no me enfermé por jugar ayer con la lluvia.
-Me alegro por ti -se le escuchaba afónico.
-Mamá ha salido por junta y papá se fue temprano, levántate porque si no asistimos a clases nos van a regañar -salió de la habitación.
El de ojos rosas se levantó y se quedó un rato sentado en la cama pero se dejó caer nuevamente.
-¿Estás bien? -entro su hermana nuevamente.
-Si... Ya casi me levanto -dijo cansado.
Habían desayunado de manera normal y ambos fueron a sus clases.
Aunque en clases todos notaron que algo estaba mal con su compañero ya que no había respondido bien ninguna pregunta o en ocasiones las palabras ni siquiera le salían. Al ver la preocupación de todos decidió retirar se e irse a casa.
Cuando había llegado su hermana, notó que el chico estaba tirado en el suelo con un trapo húmedo en su cabeza.
-¡Hermano! ¿¡Qué te pasó?! ¿¡Estás bien?! -se acercó a él para tocarle la cara y notó que tenía fiebre- ¿¡Pero como?! ¡Estás ardiendo! Espera...
Comenzó a recordar que el día de ayer cuando había regresado a casa y había tomado un baño caliente su hermano le había preparado un té mismo del cuál tomo el.
-¡Otra vez usaste un símbolo de intercambio! ¡Te pasaste la enfermedad a ti! -le reclamo molesta.
El de ojos rosas se levantó sin importarle que había tirado su trapo y le acarició la cabeza a su hermana.
-Que lindo gatito -le paso la mano por la mandíbula- Eres un lindo gatito ¿Quieres comidita?.
-¡Hermano! Soy yo, tu hermana -le retiro la mano.
-Te voy a traer lechita -se levanto y fue a la cocina.
-Ya está alucinando... Debo ir por ayuda.
Se fue a buscar el grupo de su hermano, sabía que ahí estaría la rubia opaca o el de cabellos grises. Para su buena fortuna ahí se encontraban ambos.
-¡Yaotzin! ¡Ixztmi! -llegó corriendo con sus amigos- Mi hermano está raro, deben venir a ayudarme.
-Sabia que tenía algo raro, el jamás se equivoca en ninguna pregunta -dijo el de cabellos grises.
-Sabia que su respiración estaba alterada por algo a pesar de que no había amenazas cerca -dijo la rubia opaca.
-Esta ardiendo en fiebre y está diciendo cosas raras -dijo preocupada.
-Se va a morir -cerca de los árboles apareció de cabeza cierta chica de cabello negro de rostro casi invisible por este.
-¡Lucifer! -dijeron amabas chicas.
-¿Cómo es que sigue teniendo el copete abajo? ¿No se supone que está de cabeza? -dijo el pelo gris.
-¡Que la boca se te pudra! ¡Maldita bruja! -dijo la de ojos morados.
-Oye es verdad ¿Ya está alucinando tu hermano? No le queda mucho tiempo, el cuerpo humano no aguanta los cuarenta grados por mucho tiempo. En esta época la gente muere de un resfriado común -dijo la de pelo negro.
-¿En esta época? -dijo el pelo gris.
-En el futuro la gripe es tan común que ya no es un riesgo. Pero ahora sigue siendo un problema -volvio a mencionar la chica de pelo negro.
-¿El futuro? -otra vez pregunto el pelo gris.
-Sacrifique mis ojos para ver el futuro, lo que nos depara a los humanos es loco, caótico, asombroso. Podremos hablar con gente al otro lado del mundo, nuestros mensajes llegarán en segundos a su destinatario, las enfermedades ya no serán un problema, la humanidad vivirá más años, pero la comodidad de nuestra vida solo traerá catástrofes y entonces la madre tierra enfermara y se destruirá junto con su creación para detener tal acto caótico... -fue interrumpida en su letanía aterradora y sin sentido.
Ya que la de ojos morados la había tomado del cuello de la capa y la sometió para apretarle el cuello con su brazo.
-No sé que tanta babosada dijiste pero retira lo que dijiste de mi hermano, el no se va a morir por la fiebre, así que ¡Discúlpate!.
-¡Zalhin! Deja en paz a Lucifer, ella ahora no es nuestra prioridad, debemos dejar de perder el tiempo y dirigirnos a tu casa -la tomo del hombro.
-¡Discúlpate! -la de pelo negro solo balbuceaba- ¡Que te disculpes!.
-¿¡Cómo quieres que me disculpé si me estás ahorcando?! -dijo en una voz chillona y entonces la soltó- Es cierto lo que dice la princesa, si siguen perdiendo el tiempo... -la de pelo negro se hecho para atrás al ver que la de ojos morados casi se le abalanzaba con un tecpal.
-¡Te voy a cortar ese maldito cabello! -fue detenida enseguida por el de cabellos grises.
-¡Tranquila! ¡Tranquila! ¡Debemos ayudar a Yoltic! -trataba de detenerla pero la de ojos morados quería soltarse- Ixztmi adelanta te.
-¡Suéltame! ¡Déjame romperle la cara! ¡Déjame romperle el hocico! ¡Le voy a partir su mandarina en gajos! ¡Déjame! ¡Suéltame! ¡En cuanto te agarre te voy a partir el hocico hija de toda tu repu...!.
Con dificultad habían logrado llegar a la casa de los hermanos, ahí pudieron verificar que tan mal estaba el de ojos rosas.
-¡Gatito! ¡Volviste! -el de ojos rosas se acercó a cargar a su hermana- ¿Eh? ¿Trajiste amiguitos? -miró al pelo gris y a la rubia opaca- Que chistoso, no sabía que los gatos se hacían amigos de las águilas y los conejos.
-Son los animales en los que nos convertimos -dijo el de cabellos grises- ¿Te puedes transformar en un conejo? -le preguntó a la rubia opaca.
-Si, pero no tengo cola -se acercó a tocar la cara del de ojos rosas- Estás ardiendo en fiebre, debemos llevarte con los mayores, de seguro ellos tienen medicina.
-No creo que eso se pueda, los mayores están en junta con los maestros desde ayer -dijo el de cabellos grises- Mi abuela era una del grupo, así que ellos me siguen avisando cuando va a haber junta.
-Entonces la única manera será recibir ayuda de gente con más capacidad. Iré por mi hermano -dijo la rubia opaca decidida.
-¿¡Tu hermano?! -dijeron el pelo gris y la de ojos morados.
En el camino a la casa de su hermano mayor le contaba todo lo que debía saber a sus amigos.
-Mi madre tubo doce hijos antes de mi. En un embarazo tuvo seis hijos, en otro tuvo tres hijos, en el siguiente fueron gemelos, el penúltimo fue un hijo varón y la última fui yo, mi hermano es cinco años mayor, es con el que más hablo... Aunque sigue enojado desde que me comprometí con Yoltic.
-¿Estás segura de que nos ayudará? -dijo la de ojos morados.
-Creí que tu familia estaba feliz porque te comprometiste con un Amini -dijo el pelo gris.
-Ellos querían que me casara con alguien de apellido importante para seguir teniendo una vida cómoda, somos los únicos que contamos con servicios médicos, ropas y conocimientos de primera aún teniendo un apellido común. Ahora imagínense con uno importante -habían llegado a una casa un tanto alejada de las demás- Es aquí -tocó la puerta- ¡Hermano! ¡Sebastián!.
Un hombre de piel clara y ojos azules penetrantes había abierto la puerta.
-¿Qué se te ofrece hermana? -dijo serio.
-Tenemos que ir con la señora, Yoltic está enfermo, está delirando y tengo miedo de perderlo.
-Ah... -se cruzó de brazos- No lo sé... Ahora estoy con mi prometida, ella está en una situación de "damas" y no puedo dejarla sola porque... -fue interrumpido con un grito.
-¡No me pongas de excusa y ayuda a tu hermana! ¡No seas grosero! -se escuchó una voz femenina joven.
-{Gracias Hortensia, eres la mejor cuñada} -pensó alegre la rubia opaca.
-Tenemos que ir en el carruaje, ya sabes que la casa de la señora queda cada vez más lejos -dijo su hermano derrotado- pero no hay caballos, debe alguien empujarla y no voy a ser... -fue interrumpido nuevamente.
-¡TE PUEDES CONVERTIR EN UN CABALLO! ¡DEJA DE PONER EXCUSAS Y LLEVA LA YA! -volvio a gritar la chica.
-Tú -le dijo al de cabellos grises- Hazte el símbolo del caballo, no voy a moverlo solo.
El de cabellos grises aceptó sin dudar, ambos hombres habían tomado la forma de unos caballos fornidos debido a su complexión fuerte, su condición física los hizo ir a buen ritmo a pesar de que el camino era largo.
-Todo lo que oigas en esa casa, no les tomes importancia, las personas de la alta sociedad pueden ser groseras y las palabras de mi familia tampoco, se han vuelto demasiado ácidas... -dijo de manera amarga la rubia.
-Tranquila Ixztmi, todo saldrá bien ¿Verdad hermano? -la de ojos morados volteo a ver al de ojos rosas.
-Un elefante se columpiaba sobre la tela de una araña, cómo veía que resistía fueron a llamar a otro elefante -cantaba cosas sin sentido.
Habían llegado al atardecer a una casa, no, a una mansión que había Sido creada solo para demostrar el poder que tenía la familia. Al rededor había un gran campo para los animales de granja. Quienes cuidaban la entrada se trataba de los gemelos.
-¿Quién osa entrar? -dijeron ambos.
-¡Soy yo hermanos! Hermana ha tenido un inconveniente con su... Prometido -dijo con disgusto.
Lo dejaron entrar y el de pelo gris pudo ver las caras de disgusto que habían puesto, una vez dentro volvieron ambos a su forma humana para ayudar a bajar al de ojos rosas que seguía diciendo cosas raras.
-Mil trescientos elefantes se columpiaban sobre la tela de una araña, cómo veían que resista fueron a llamar a más elefantes -se apoyaba en el hombro de su amigo.
Fue llevado a una habitación que se le fue indicada, la rubia opaca se quedó con el debido a que el pelo gris regreso por su capa al carruaje y la de ojos morados fue al baño.
-Te vas a poner bien, ya verás, aquí está la mejor medicina, solo falta que llegue el doctor -la puerta fue tocada y ella decidió preguntar- ¿Diga?.
-Hermana sal, debemos hablar -le hablo su hermano mayor.
Al salir de la habitación pudo detectar doce olores diferentes alrededor de ella, todos sus hermanos estaban reunidos.
-¿Qué está ocurriendo? -dijo la rubia opaca.
-He hablado con los demás y llegamos a un acuerdo. Debes terminar con Yoltic -dijo serio el mayor.
-Ni hablar, me niego ¿Por qué lo he de dejar? Yo... Lo amo -dijo un poco avergonzada- Además, ya tuvimos está conversación, no me quiero casar con alguien de este nivel social.
-Este Yoltic es débil, mira como ha enfermado, de seguir así te dejará viuda muy pronto y peor aún, arruinara tu descendencia -volvio a hablar.
-El es fuerte y mucho más valiente que ustedes se los aseguro -escuchó que había tocado algo en todos- Solo me hablas tu Sebastián. ¿Qué hay de los demás? ¿Juan? ¿Santos? ¿Arturo? ¿Cesáreo? Nadie quiere hablarme, a nadie he de obedecer, ustedes me despreciaron debido a mi enfermedad... No conozco sus rostros porque no se acercan a mi... Ustedes me consideraron débil... Más sin embargo el... Siempre ha levantado la voz para que yo pueda participar... Por eso lo amo... Y no lo voy a dejar.
-... No te despreciamos -habló la voz del primer hijo, una voz que en pocas ocasiones había escuchado- Pero... Al igual que padre teníamos miedo de que algo te pasara... Así que decidimos guardarte en una vitrina.
-Era una jaula de cristal -dijo la rubia- de no ser por madre, jamás habría sabido nada de los Amini, de no ser por Zalhin jamás hubiera tenido amigas... De no ser por Yoltic jamás hubiera Sido valiente... Ustedes no confían en mi.
-Te creemos débil, es la verdad -la voz del segundo hijo hablo- Pero debes entender que esto era nuevo para todos, eras alguien muy especial. Por eso queríamos que te quedarás con alguien con quién jamás te iba a faltar nada. Alguien de esta clase.
-Ustedes no confían en mi... No debí venir... Ni el tampoco -señaló la presencia de un extraño- William... ¿Viniste por petición de mis hermanos? Lo siento... Quisieron emparejarnos de niños... Pero no quiero, ya tengo a alguien más.
-En realidad... Yo soy el médico que atenderá a tu prometido -dijo una voz elegante- Yo vengo en son de paz, así que déjame entrar. Por favor.
La rubia opaca había guiado al muchacho, mientras que los hermanos habían quedado con un amargo sabor de boca debido a las palabras de su hermana. Al anochecer el de ojos rosas ya se encontraba mejor, el había aceptado la invitación de la señora de la casa en quedarse para resguardarse del peligro. Pero la rubia opaca quería irse lo antes posible.
-Puedo transformar me en una paloma, Yaotzin en un águila, Yoltic en un colibrí y Zalhin en un quetzal. Podemos regresar sin correr riesgos -dijo la rubia opaca a su madre.
-Pero hija...
-¿Tu prometido te dijo que ya se fueran? -dijo su padre.
-No, pregunten a mis hermanos porque me voy -dijo seria y se transformó sin más en una paloma que fue atrapada por el de ojos rosas.
-Nos vamos a quedar aquí hasta el amanecer -dijo un poco más centrado.
-Pero tus padres se van a preocupar por ustedes dos -dijo la chica.
-Y tus padres también -acaricio a la paloma- Habla con ellos, con tus hermanos. Bien, por favor.
-¿Escuchaste todo?.
-{Fue Zalhin la que me dijo todo en realidad} Es mejor solucionar las cosas, el diálogo es muy importante -le sonrió.
Para la mañana siguiente, dos perros de raza grande jugaban a las mordidas, uno de pelaje castaño y el otro de pelaje gris.
-¡Que bonitos perritos! -la de ojos morados se acercó a acariciar a ambos.
-¿Verdad que está bien raro este perro? ¡Pero es genial! Dicen que es un gran danés ¿De dónde vendrá? -el perro gris habló.
-¡Ahhh! -se alejo pero notó que el perro gris no tenía cola- ¿¡Yaotzin?! ¡Ahhh! ¡No me vuelvas a asustar así! ¡Creí que los perros de los ricos hablaban!.
-Ja ja ja perdón, lo encontré ayer y me encantó, así que hice un símbolo para convertirme en el -volvio a su forma humana- Oh, ahí vienen ¡Chicos! ¿Ya nos vamos?.
-Vamonos, tenemos que llegar para hablar con nuestros padres -dijo el de ojos rosas acompañado de la rubia opaca.
-¿Nos va a acompañar tu hermano? -preguntó el pelo gris a la rubia opaca.
-No, van a llevarnos caballos de verdad, así que no te preocupes -dijo con una sonrisa- Nos vemos papás.
-Cuidate hija -le dijo su madre.
-Cuidense de regreso -dijo su padre.
-¿Las cosas con tus hermanos ya están mejor? -dijo la de ojos morados.
-Ya, apartir de aquí me quedaré con ustedes. Mi familia siempre será mi familia, pero ya me quedaré a vivir con los demás Amini -dijo la rubia opaca.
-¿Te vas a separar de tu familia? ¡Pero! -fue interrumpida.
-Mis hermanos se quedarán a proteger a la familia de la señora. Mis hermanos ya tienen hijos, aquí nacerá otro grupo de Aminis. Mientras que yo me quedaré con ustedes -sonrió y acarició la cabeza de la de ojos morados- Hay diferentes formas de ser feliz pequeña.
El rugido de la nada irrumpió la escena.
-Este... Es que tengo hambre... ¿Nos apresuramos para llegar a desayunar? -dijo el pelo gris y el resto del grupo rió.
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Próxima publicación: 04/05/2023
Horario: 19:00 a 21:00 horas.
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