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Capítulo 34

Advertencia:
Las situaciones mostradas en el capítulo son exclusivas para un público maduro.
Por su atención, gracias.

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Asuntos aparte.

–Hace dos meses–

La mansión era atendida por un personal bastante grande, pero el área de la piscina siempre estaba solo por órdenes de la dueña, está adoraba de estar horas nadando como una sirena, un invitado la había sorprendido jugando así que salió a saludar.

-Veo que sigues igual de hermosa que cuando nos conocimos -el rubio de ojos azules estaba bastante lejos pero aún se escuchaba su voz por el eco.

-¡Marcel! Mi muchacho tan guapo ¿Cómo has estado? ¿Cuánta gente llevas devorada? Supongo que la mitad de la población humana, ¿Cuántas veces te has cambiado el nombre? ¿Y el apellido? -la mujer con cuerpo de ensueño, cintura pequeña pechos y trasero grandes, piel clara, cabello negro y abundante salió de la piscina y se sentó a la orilla para escurrirse el pelo.

-De hecho me he comprado uno, mismo con el que hago muchos movimientos -dijo con orgullo.

-Dime querido ¿A qué has venido? No muchos de los que convierto vuelven a verme.

-Es que no muchos saben dónde vives -sonrío un poco- Vengo a mostrarte esto -mostró un pequeño frasco con sangre.

-¿Sangre? No te ofendas querido pero ¿Para que la querría yo? Tengo miles de litros, hasta un banco de sangre que la mitad viene a mi, unos mililitros de sangre no me impresionan.

-Se que tiene poder y alimento ilimitado, pero esto es sangre purificadora, cura los pecados de aquellos que la beban.

-Volveré a preguntar ¿Y de que me serviría a mi? Cariño, soy inmortal, los vampiros puros como yo no necesitamos "sanar nuestros pecados" estaremos aquí hasta el final de los días, cuando los humanos regresen al polvo.

-Sabria que no la querrías, no la necesitas, solo quiero saber ¿Qué tan pura es la sangre?.

-Uhm... pásamela -dijo y el frasco le fue lanzado, al obtenerlo lo abrió para olerlo- Siete generaciones, está sangre tiene un ancestro cazador, la primera generación fue completamente pura y las siguientes fueron perdiendo la pureza por mezclarse con la sangre humana común -regresó el frasco a su dueño.

-¿Cazador? ¿Esta es la sangre de un Amini? -el rubio estaba impresionado por aquello.

-¿Amini? ¿Te refieres a los protectores del pueblo mexica? Querido ellos no son los únicos cazadores, hay más en el resto del mundo -la pelinegra tenía una cola de sirena en las piernas y con ella  golpeó el agua jugando- Sabes, en el principio cuando solo eran mi padre y madre, habían personas con sangre "especial" había dos tipos, el primero eran las personas que tenían "sangre irresistible" no podían negarse a beberla. El segundo tipo eran aquellas con "sangre divina" su sangre podía curar los pecados, estos eran principalmente en niños y bebés. Ambos tipos de sangre corrían en gran parte de la población humana así que mis papás las devoraban con placer, pero después los de "sangre divina" se levantaron en contra de ellos y entrenaron para convertirse en cazadores. Por todo el mundo se comenzaron a ver los vampiros y con ello cazadores. Los cazadores son humanos celosos, no querian que nadie tomara su sangre... o eso era lo que me contaba mi papá... antes de irse... -su tono cambio un poco con aquello.

-¿Irse? ¿A dónde se fue? Digo... si no soy grosero al preguntar.

-Se suicidaron... ambos... ¿Sabes? Los vampiros como nosotros nunca moriremos, seremos los mismos hasta el final... o al menos eso creíamos... resulta que si hay una manera de que podamos morir y esa es el suicidio... mis padres se suicidaron para que nosotros pudiéramos gozar del avance humano.

-¿Por qué me cuenta todo esto?.

-Te tengo confianza, eres pocos de los que he transformado que han sobrevivido. Además tan solo tu y mis hermanos sabrían de esto -volvió a su tono alegre.

-¿Saber de qué?.

-Habrá una guerra...

-¿Humana?.

-Si, pero esa no tiene importancia, las guerras humanas para nosotros no tienen ningún valor. Habrá una guerra, por eso nuestros padres se suicidaron, ellos habían tenido el poder por mucho tiempo así que su poder lo debían heredar, pero como tuvieron tres hijos inmortales... solo se les ocurrió que nos enfrentemos por el poder.

-¿Y quieren hacerlo? -no lo demostraba pero estaba un poco asustado.

-Pero claro, cuando llegue el día final de la humanidad, nosotros tendremos nuestra guerra en otro plano por el poder ¿Por qué crees que a los que convertimos están divididos por rangos?.

-¿Somos como soldados?.

-Exactamente querido.

-Pero... aquellos vampiros que han muerto ¿Siguen siendo sus soldados?.

-Obvio no, los soldados que perdamos ahora en el "reclutamiento" pues no estarán en la guerra, sino los que prevalezcan y/o sigan llegando.

-¿Entonces ahora solo están reclutando?.

-Pero claro, por cierto tu eres mi mejor soldado -volvió a chapotear en el agua.

-Entonces... pelearán por el poder ¿Y dónde está ese poder si su padre ha fallecido? ¿Y que ganan con eso? ¿Se mataran y solo uno quedará vivo? -estaba realmente confundido.

-Aquel hombre que fue la mano derecha de mi padre custodia su poder, su poder está en su sangre, misma que está oculta, ese señor se oculta tan bien que solo lo vemos cada milenio. ¿Y que ganamos? Que cuando se reinicie todo uno de nosotros tenga el poder, después habrá otra guerra y así sucesivamente hasta que los tres tengamos un turno de gobernar.

-¿Mano derecha? ¿Tu padre tenía un hombre de confianza?.

-Todos los vampiros puros, excepto mi madre tenemos a alguien como mano derecha, que es quien nos obedece en todo. ¡Ven aquí! -chasqueó los dedos y enseguida apareció un hombre delgado de piel morena, ojos morados y cabello largo lila recogido en una coleta- Este era un sirviente humano en el castillo de mi padre cuando era niña, me encantó su dedicación a cuidarme y lo convertí en mi mano derecha, a... desde esa era no tenía el cabello así, yo se lo teñí -se rió ante aquello- Y también tenemos a alguien como mano izquierda.

-¿Y la mano izquierda?.

-La mano izquierda es aquella persona que hace todo el trabajo sucio por nosotros, el mata a las personas por mi y me trae la sangre. El asesina a quien me estorbe o asesina para diversión mía... ¡Maldito bastardo ven acá! -al salón entró un hombre alto, gordo, de piel quemada, con la cara deformada, ojos color negro y algo calvo- Ese hombre casi me asesina cuando niña, pero mi fiel sirviente -el pelo lila hizo una reverencia- Me salvó y por ello cada quien tomo ese rol... ¡Ah! -parecía recordar algo y le dió una máscara completamente blanca a su sirviente- Lo olvidaba, las mano derecha deben tener cubierta la cara, mientras que la mano izquierda debe ir descubierta.

-Y este... está persona... ¿También es un vampiro? -miró al deformado hombre.

-¿El maldito bastardo? Pues si, para que viviera tanto tiempo lo tuve que convertir en vampiro... por cierto todas sus deformaciones yo se las hice, le deforme la cara y le queme la piel por la vez que intento matarme -dio dos aplausos- ¡Ya retiren se ambos! -ambos hombres abandonaron el lugar.

-Ah~ {Fue mucha información} -se masajeo un poco la cabeza.

-Pero ya no hablemos de mi querido, hablemos de ti ¿Aún conservas a la fuente? -volvieron al punto de la sangre.

-¿A la fuente...? Ah sí... la chica aún esta viva.

-¡Uy es una mujer! Entonces deberías dejarla viva, las mujeres producen más sangre, podría servirte para curar tus pecados a futuro.

-¿A qué te refieres?.

-Me refiero a cuando un vampiro se encuentra a personas con este tipo de "sangre divina" la mata y se la come por completo, curando sus pecados previos, pero vendrán mas pecados. Sin embargo si mantienen viva a la fuente pueden curar sus pecados pasados y los venideros, así que te aconsejo que dejes viva a la chica para que tengas purificación... de aquí a lo que viven los humanos, se que es poco tiempo, pero su sangre servirá.

-Es una buena idea, perfecto, me despido ahora que tengo que aprovechar para hacer algunas cosas.

-¡Marcel! Pronto voy a desechar a mi mano izquierda ¿Quieres ser un candidato? -se giro a pesar de estar completamente desnuda, mostró unos emocionados ojos amarillos con varias pecas en su pulcro rostro.

-Vaya, parece que te añadiste pecas.

-¡Si! También me compré muchos pupilentes y aparte me voy a teñir el pelo... la frase de mi madre "He Sido la misma desde un principio y seré la misma hasta el final" siempre me pareció deprimente así que me encanta cambiar -sonrío ampliamente.

-Ya me voy, fue un encantador gusto volver a verte -se despidió con una reverencia.

-A la salida estará mi chófer dile que te dé los regalos, así le dices "¿Podrías darme los regalos que la señora me iba a dar?" Son para tus niños, siempre quisiste a alguien como tú ahora ¿Verdad? -gritó antes de que saliera de la habitación.

-... -se detuvo un momento- Si... siempre quise que alguien que me ayudara... -dijo en susurro lo último y se marchó de ahí.

Pronto el rubio pasó a retirarse a otro lugar, había llegado a una casa, está denotaba que la persona dueña tenía poder, pues la zona era para gente de renombre y rica. Al hogar una mujer de piel clara y ojos azules, vestimenta de sirvienta y el cabello negro recogido en una coleta terminaba de limpiar la sala.

-¿Otra vez estás limpiando? -dijo con un tono juguetón molesto.

-¡Marcel! -se sorprendió la mujer- Que susto me diste ¿Por qué no me avisas cuando vas a llegar?.

-Me encanta sorprenderte ¿Y los niños?.

-En su último día de escuela, llegarán en la noche por una "kermes" a la que los invitaron.

-Perfecto, entonces ayúdame a bajar los jueguetes que les traje.

-¿Juguetes? Pero aún no es navidad -dijo quitándose el mandil.

-En todo el año no puedo estar con ellos, déjame consentirlos con juguetes ¿Si? -Volvió a abrir la puerta.

-Esta bien -suspiro resignada la mujer.

-Y ya te voy a llevar al salón, dijiste que te ibas a pintar el pelo y no lo has hecho.

-¡No! No no, no quiero que gastes.

-¡Ay ya! ¡Te vas a pintar el pelo y punto!.

Para la noche, en aquella casa había seis niños y dos adolescentes que estaban ansiosos por la cena aunque también estaban emocionados por los regalos que habían en la casa, la mujer y el rubio habían llegado a casa, pero a punto de entrar los sorprendió alguien más.

-Wow ¿Marcel? ¿Y este teatro que es? -la pelo rosa de llamativa ropa provocativa estaba detrás de ellos.

-Metete -dijo Marcel y la mujer obedeció- ¡Brujita! ¿Qué haces aquí?.

-¿Y este teatro? ¿Me lo puedes explicar?.

-¿Por qué debería? -se burló.

-Porque te puedo robar a tu esposa.

-¿Esposa? Ja ja ja ten sexo con ella si quieres, no me importa ella.

-¿Ah no? ¿Y tus hijos? ¿Me los puedo comer? -se lamió los labios.

-¿Mis hijos? ¿Crees que yo tendría hijos biológicos con una humana? Que asco -la tomo de la cintura- Prefiero tener sexo salvaje sin ningún compromiso -mordió leve su oreja

-¿Entonces que está pasando? Ya no entendí -se separó un poco.

-Ah... bueno por un estúpido deseo adopte huérfanos y les di un apellido importante mismo que conseguí legalmente -rió un poco.

-¿Legalmente? ¿Tu? -dijo burlona.

-Hace algunos años me case con una muchacha de familia rica y me quedé con ese apellido por algunos años... después mi "hijo" tuvo un "hijo" pero ese hijo -se señaló a si mismo- no pudo tener hijos así que adoptó.

-Oh... ¿Y tú mujer? -señalaba con la nariz hacia la puerta de la casa.

-Las mujeres ricas suelen ser... -recordaba las vidas pasadas en las que convivió con ese tipo de gente- Además entre ricos se conocen, no me iba a arriesgar por eso conseguí una pobre para que su amor de madre cuidara con fervor a los huérfanos. Quiero hacer obras buenas.

-¿Para curar tus pecados? JA JA JA JA.

-Lo dice la bruja que casi le da una taquicardia por entrar a una iglesia -la tomó del cuello.

-Buen punto... ¿Y entonces? ¿Te vas a quedar con tu familia de ensueño?.

-Solo dos meses, después me voy contigo para hacerlo de todas formas posibles -su mano ahora bajo a sus pechos.

-¡Oye! ¡Podemos ir a una playa! ¡Una playa nudista!.

-Nunca he ido a una... suena interesante brujita, va nos vemos entonces -la volvió a acercar a el para darle un beso apasionado.

-Ay idiota, una vecina chismosa te puede ver -dijo la pelo rosa y ambos vieron como la cortina de una ventana se movía.

-Tal vez "desaparezca misteriosamente" después -le dió otro beso- Ya vete -la saco dándole una nalgada.

Entró a la casa entre risas por la acción previa, en la entrada se había encontrado con la mujer de ojos azules.

-¿Marcel? ¿Y ella quien era? -su rostro se mostraba decepcionado, mientras que su voz era baja para que los niños en la cocina no la escucharán.

-¿Ella quien? -preguntó inocente.

-La mujer de cabello rosa... Marcel... Sabes cómo son en este lugar, te pueden ver y se van a burlar de mi... Van a insultar a los niños... Te van a ver con malos ojos... -estaba aguantando las lágrimas.

-El doctor de a dos casas hace lo mismo, el empresario de enfrente... ¿Sabes cuánta gente mete a su casa a las tres de la mañana? -se rió leve- Yo no soy el único y las mujeres aquí son peor que los hombres... Yo te advertí que vendrías al infierno.

-Sabes que a mí no me importa el infierno... En si el mundo lo es... Pero no quiero que molesten a los niños... Me deprimiría que supieran de la perversión del mundo... -fue silenciada con un beso.

-¿Cuántas veces hemos tenido está conversación? -le tomo de las mejillas.

-¿De que hablas?.

-Hemos tenido está conversación cientos de veces -le recorrió un mechón de pelo detrás de la oreja- Pero cómo siempre la vas a olvidar por tu bien ¿Verdad Leah? -la miró directamente a los ojos.

-Estoy condenada a olvidar todo desde que te Vi a los ojos directamente... -su tono era deprimente- La primera vez que asesinaste frente a mi -ahora ella lo había besado.

-La primera vez que me alimente frente a ti -le devolvió el beso.

-El día en el que con cinismo me llegaste a confesar que eras un vampiro -le tomo de la cintura con ambas manos- Y como olvidar a todas las mujeres con las que me has engañado... ¿Tan siquiera me amas? -sabia que jamás respondería con la verdad.

Pero la mujer tenía unos minutos de lucidez antes de volver a ser reseteada. 

-Y cómo me voy a olvidar que cada vez que te borro la memoria siempre me reclamas -soltó una leve sonrisa- ¿Amarte? ¿Por qué te haces daño con esa pregunta? Siempre la haces...

-¿Por qué me protegiste? ¿Por qué me salvaste de mi miseria? Estaba apunto de morir de hambre... Apunto de vender mi cuerpo para que mi familia pudiera comer y tú llegaste a rescatarme e incluso a mi familia -lo abrazó- ¿Por qué...? -el rubio solo le sonrió- No me vas a responder ¿Verdad?.

-No queda tiempo, pero descuida... Cuando seas vieja tendrás toda tu memoria intacta mientras estás en el asilo contándole a los demás viejos tus aventuras, pero nadie te va a creer y miraras a una ventana esperando mi llegada... Solo en ese tiempo responderé todas tus dudas... -la mujer descanso su cabeza en su cuello- ... Leah... ¿Qué hay de cenar?

-Hice pechuga de pollo rellena -le contesto alegre y le dirigió la mirada- Aunque Mario quería unos Nuggets en forma de dinosaurio y fuí a comprarlos. Lila quería quesadillas de flor de calabaza y también hice, Mauricio quería frijoles negros así que los hice y obvio hice arroz blanco con mantequilla -miró que el rubio la tenía tomada de los brazos y se alejo rápidamente ruborizada- ¡Ay perdón! Muy cerca muy cerca muy cerca muy cerca -decía nerviosa.

-No te preocupes, vamos a comer -le acarició la cabeza- {Es bueno que olvides ciertas cosas}.

–Actualidad–

–En la vivienda–

-Este... ¿Estás segura? {Huele a sangre... ¿Está en su periodo? Perdí la cuenta el tiempo que se fue, así que su olor me sorprendió de repente} -el azabache salivaba un poco estando en el marco de la habitación de la castaña.

-Si Didier... quiero darte mi sangre... -la castaña lo veía directo a los ojos pero su rubor era intenso.

Una propuesta peligrosa para ambos, puesto que en la casa no había nadie ¿A qué se debía eso? Pues el pelo azul salió con el pelo verde a ver escuelas, puesto que las ganas de aprender del niño ya estaban superando sus límites, universidades de paga eran las opciones por las carreras que manejaban, aunque el ingreso para el menor no sería sencillo ya que ser un menor de edad y no tener... por así decirlo un apellido, primero se tendrían que conseguir algunos papeles para ayudarlo a crecer académicamente. Por ende salieron temprano y llegarían tarde a la casa.

Está soledad hizo que una idea se saliera de control dentro de su cabeza, pues a la castaña su amiga le había contado muy emocionada su "primera vez" con su pareja. Así que el nervio y las hormonas la llevaron a aquella propuesta tan peligrosa.

La castaña estaba vestida únicamente con un camisón color vino, su rostro estaba completamente ruborizado ¿Ya quería intentar aquello con el azabache? ¿O solo intenta aquello para ver su reacción?.

-Eso es peligroso... no voy a morderte para obtener tu sangre y mucho menos te sacare la sangre con agujas -trataba de negarse, aunque en ocasiones su hablar se detenía para tragar su propia saliva.

-No quiero que me muerdas... estoy... en mi periodo ahora... {¿Segura que quieres esto Ariatna? ¿Quieres hacerlo con Didier?} -su conciencia quería ayudarla.

-No... Ariatna... por esto empezamos... no quiero que... -fue interrumpido.

-Esa vez fue sin mi consentimiento... y aún sigo ciertamente enojada por eso... pero... con consentimiento... te doy mi consentimiento para tomar mi sangre -se llevo las manos a las piernas.

-{Sus pensamientos... su corazón está palpitando mucho... la sangre que huelo se hace más deliciosa... no... Ariatna... no me descontroles... ¿Qué estás haciendo? ¿Qué me estás haciendo? ¿Quiero que me ruegues? Detente... no creo que pueda hacerlo... o sigue... no sé... ¿Qué me haces? ¿Qué quieres que te haga? Mis deseos carnales no pueden prevalecer... no... no...} -a pesar de sus pensamientos se fue acercando lentamente hasta sentarse al lado de la castaña- ¿Estás segura en serio?. 

-Si... -se quedó un momento en silencio y pudo escuchar su propia respiración nerviosa.

Ambos estaban sentados y en silencio, a ambos les palpitaba el corazón a mil por hora, pronto ambos estaban completamente ruborizados pero solo el azabache tragaba de su propia saliva. En eso el azabache la tomo de la cintura y comenzó a besarla apasionadamente, se daba la libertad de acariciar todo su cuerpo y detecto que no traía sostén la chica.

-{No no no... ¿Qué quieres realmente? ¿Solo quieres darme tu sangre? ¿Solo eso?... ¿Planteaste esto?} Ariatna...¿Estás segura? -susurró.

-{¿De hacerlo? No sé... no sé... pero solo me siento con mucha fiebre... deben ser mis hormonas... pero... ¿Qué quiero?} Es la tercera vez que te ofrezco mi sangre ¿No la quieres? -dijo en un tono burlón susurrando.

-{Ah~ mi corazón late rápido... hace mucho no hacía eso ¿Nervios? ¿Hambre? ¿Deseo?} Si... -afirmó inconscientemente y recostó a la castaña en su cama.

La chica estaba nerviosa, aunque su cuerpo estuviera ardiendo en calor, cuando sintió las grandes manos del azabache levantar su camisón sintió el frío en sus piernas, su respiración se hacía más notoria cuando el azabache le retiró la ropa interior cuidadosamente. El chico acarició sus piernas un buen rato y después miró a la chica.

-Solo... no te muevas mucho... -su voz ya estaba jadeando.

-Descuida... no lo haré -la castaña comenzó a temblar cuando le separaron las piernas.

El desenlace transcurrió en que el azabache había tomado su sangre, la de su periodo, por ello sus hormonas comenzaban a alterarse queriendo hacer más cosas con la castaña, pero sabía que no debía, era muy inocente para hacerle cualquier vulgaridad.

La castaña de igual manera quería pasar la raya, pero debía entender que probablemente estuviera obligando al azabache a hacer algo que no quería así que por su bien se detuvo y dio a entender que no quería forzarlo a nada. Al igual el azabache expresó que tampoco quería eso. No ahora.

-Didier... -miraba su cara suplicante pero no sabía que era lo que le suplicaba- {Ay... no sé ¿Y si te estoy obligando a algo que no quieres? ¿O si te enojas si te digo que no?... no sé...}... yo... si tú quieres... -lo miraba un tanto insegura- Re... Recuerda que siempre debe haber consentimiento de parte de los dos...   

-Ah~ no... no quiero... {Y tampoco tu, tu estado hace que hagas las cosas sin pensar} no es momento -levantó a la castaña para abrazarla y poner su cuello sobre su cabeza.

-Ah~ está bien... no te obligare a nada que no quieras... {¿Por qué siento paz y satisfacción? Me agrada tu presencia} Didier... ¿Por qué me zumban los oídos? -se abrazo de la cintura del chico para escuchar su corazón.

-Puede que estés mareada... tanto... placer... te puede dejar así...

-Hay que bañarnos antes de que vengan... ah~ -la castaña se quedó un rato más abrazada.

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Próxima publicación:  05/01/2023

Horario:  19:00 a 21:00 horas.

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