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Capítulo 31

Aprendo de ti

Eran ya bastantes las noches que se repetía el mismo sueño, incluso cuando regresó con su familia por las fiestas decembrinas, la castaña soñaba desde el punto de vista de primera persona, como una mujer morena de antiguas ropas mexicanas con ojos amarillos y largo cabello negro trenzado estaba arrodillada pidiéndole perdón.
Por un momento, creyó que era su madre, pero los ojos diferían. Trataba de entender ¿Por qué le pedía perdón? ¿Por qué esa mujer? ¿Por qué esas características? ¿Qué le hizo para que le pidiera perdón?.

Pronto, las vacaciones decembrinas terminaron, así que la castaña regresaría con los chicos, no dió aviso por mensaje por un sencillo motivo... iría a visitar al pelo gris.

Tenía extrañamente memorizado el camino a su hogar, al llegar notó que era una antigua casa, se veía bastante vieja, puesto que algunas ventanas se veían prisioneras de las plantas que las empezaban a opacar, al llegar era muy temprano, así que decidió tocar leve la puerta de entrada. No hubo respuesta así que tocó con más fuerza. Salió el pelo gris, este al verla de frente se quedó impresionado, la invitó a pasar, al ingresar ambos al hogar la castaña se abalanzó para abrazarlo.

-Personita... ¿Cómo...? -correspondió el abrazo pero fue interrumpido.

-¡Yaotzin! ¿Qué te paso? ¿Por qué ya no te sentí? ¿Estás bien? ¿Qué es lo que ocurrió? Dije las palabras pero no parecía funcionar nada -lo abrazaba con fuerza.

-Creí que era el único a quien no le funcionaba... ah... estoy bien... es solo que desde la última vez que use tu cuerpo... pues... quedé algo débil y... -fue interrumpido nuevamente.

-¡Perdón! ¡Yaotzin!... nuestra unión... se rompió... debió ser eso... debió ser mi culpa porque... me hice novia de Didier... -la castaña lo miró de frente.

-¿Qué? ¿Es en serio? -mostraba confusión en su tono- Mira... personita tengo muchas preguntas...

-Respondere a todas -dijo la castaña con algo de culpa.

-Primero ¿Cómo encontraste mi casa? Segundo ¿Desde cuándo fue eso? Y tercero ¿Aún conservas el símbolo que te puse? -preguntó para darle a entender que le mostrará el hombro.

-Primero... no sé... en cuanto llegue a la central quise ir a tu casa y... extrañamente ya me sabía el camino. Segundo... fue hace unos meses... ¿Qué no tú podías ver mis recuerdos? ¿No viste eso?... y tercero... -abrió su abrigo y bajo su suéter para mostrar su hombro, en este aún estaba el símbolo- Pero hay algo que debo decirte... cuando la bruja tomó mi cuerpo ella se tomó fotos con mi celular y en las fotos aparece ella sin el tatuaje -dijo mostrándole la evidencia.

-Es verdad... además, hablando de... ¿Una bruja? ¿Una bruja tomó tu cuerpo? -la castaña asintió- Ah... verás, el último día que me ayudaste, esa vez me desmaye y quedé inconsciente por dos días... para cuando te busque, no respondías a mis palabras, fuí a tu casa y noté que la bruja tenía tu cuerpo... -suspiro y se acostó en el sillón de la entrada.

La castaña se quedó de pie hasta que este se incorporará y la viera.

-Yaotzin... he venido a pedirte una cosa a parte de perdón... -habló un tanto sería.

-¿Qué ocurre? {Creo que me puedo imaginar} -preguntó un tanto inseguro.

-Por favor... te pido que no mates a Didier... -juntó sus manos en señal de súplica.

-... No me pidas eso porque no te lo voy a cumplir -el pelo gris le habló firme.

-¿Y por qué no? Por favor... se que dijiste que nuestra unión no se vería afectada por los sentimientos que tuviera hacia Didier... pero ya vimos que si se vio afectada... nos separamos y ahora estamos frente a frente -fue interrumpida.

-No, me parece que no fue tu enamoramiento con Didier lo que causó esto... más bien se debe a la bruja -miro la cara de confusión y el pelo gris procedió a explicar- Mira, primero dejemos en claro el caso de la bruja... cuando yo tenía la guardia baja, está bruja debió tener la oportunidad de poseer tu cuerpo ¿Para que? No sé -fue interrumpido.

-Para robar mi juventud y mis años de vida... fue lo que me explicaron los chicos -comentó y le invito a continuar.

-Bueno... el punto es que la bruja debió debilitar... o en el peor caso romper nuestra unión...

-Sobre lo de Didier...

-Olvida lo no voy a prometer te eso, voy a matarlo, es una promesa que debo cumplir.

-¿Por qué? ¿A quien?.

-A mi mismo, tu lo ves ahora como alguien sereno, tranquilo y protector, pero como le dije a Kliment te lo repito a ti, tu no lo viste como yo lo ví... así que no me entenderías.

-Entonces ¿Qué hago para que no lo mates?.

-Nada, lo mataré igual.

-¡Por favor no lo hagas!.

-¿Para que lo quieres vivo?.

-¡Didier es mi novio! ¡Y quiero protegerlo como el juró protegerme! {Nunca pensé estar enamorada y ahora estoy diciendo estas cosas} -dijo sonrojada.

-¡Fue hace solo unos meses que se hicieron pareja! Aún sigues en la etapa de enamoramiento, por eso dices esas cosas, es una etapa, ya se te pasará.

-¿Y tú te has enamorado de alguien?.

-... Si... me enamoré de alguien... pero nunca le pude confesar mi amor... porque los miserables vampiros me quitaron oportunidad, me quitaron felicidad, me quitaron la paz que merecía y anhelaba. Me quitaron a los seres que más amaba, me quitaron la vida que merecía ¿Sabes cuántos años tengo? Tengo veinticuatro años, tuve que usar un símbolo bastante poderoso para detener mi edad y llegar hasta este año, tuve que usar todos mis conocimientos para reducir el número de bestias en este país... me las he arreglado yo solo para que no me capturen, soy el único Amini puro con vida... -en ningún momento alzó la voz, se mostró molesto ni siquiera se levantó de su cama, todo lo decía con un elegante tono calmado.

El pelo gris bajó la mirada y se escuchó un suspiro, la castaña se quedó en silencio por unos segundos y después se sentó a su lado.

-¿Qué es un Amini? -vió la cara de confusión del pelo gris- Ya me ha contado Didier lo que son... incluso tu... son cazadores... eso ya lo se... pero... ¿Y su historia?.

-... Amini... Hace mucho tiempo cuando la maldad comenzó a contaminar la tierra, aquellas criaturas horripilantes comenzaron a atentar contra la vida del ser humano... al ver aquello, Coatlicue bendijo a una mujer para que purificara los lugares impuros... no fue suficiente puesto que las bestias devoraban humanos como si fueran a terminarse. Aquello horrorizó a nuestra madre, así que como buen hijo Huichilopochtli entrenó a un hombre para que comenzara a asesinar aquellas criaturas, le enseño su conocimientos en armas, estrategias y guerras para así poder acabar con todas las criaturas que atenten la vida de la raza humana... es la historia de los nuestros... que fueron pasando de generación en generación.

-{Que curioso... tuve un deja vu} ¿Cómo eran los tuyos?.

-... -el pelo gris se quedó un momento callado y después se dibujo una sonrisa en su rostro- Aunque estuviéramos siempre alerta por cualquier ataque de las bestias... en realidad éramos muy creativos, jugábamos muchos juegos, cantabamos e incluso había bastantes artistas, mismos que eran expertos en los símbolos para invocar animales y armas... siempre teníamos que aprender cosas constantemente e incluso éramos bastante fuertes y unidos a pesar de nuestras diferencias.

-Perdona... fue bastante egoísta de mi parte pedirte que hicieras algo que viese afectado el logro de un elaborado proceso que has hecho... pero... es que... -fue interrumpida.

-No te voy a cumplir eso de no matarlo... pero te puedo dar otra opción... te daré más tiempo con el {verás que se te pasará} ¿Qué dices? ¿Aceptas? -le ofreció su mano para cerrar el trato.

-¿Cuánto tiempo?.

-{El que sea necesario para que notes quien es} El necesario.

-¿Y si me enamoro? ¿Y si me caso con el?.

-{Ja ja ja ja ja ja} Esperaré... ya detuve mi edad una vez... puedo detenerla otra vez para que la personita que me ayudó sea feliz -le brindó una sonrisa. 

-... Está bien... trato hecho -estrecho la mano- También vine por otra cosa.

-Pido hablar -levanto la mano- ¿Cómo fue que llegaste a mi casa perdón? ¿Y que haces todavía aquí? Espero no sonar grosero... pero ¿No vas a llegar con los vampiros y Kliment?.

-Te digo que no lo sé... llegué aquí como si ya supiera, aunque sinceramente nunca había venido aquí.

-{Debió ser la vez que me ayudó, aquel día que se quedo aquí} -pensó el pelo gris.

-Además les dije que llegaría mañana, pero quise venir a ver cómo estabas, realmente me preocupaste -le tomó del hombro.

La castaña se la paso todo el día con el pelo gris, al hacerlo logró notar la vida que llevaba este desde hace un año, le mostró la vivienda y la historia de como había llegado a ese lugar, pronto el día dió por finalizado y la castaña ya había aprendido tantas cosas de aquel que se hizo extrañamente su amigo. La castaña decidió pasar la noche con el, esto ánimo y también le puso algo depresivo puesto que su hogar no tenía la forma de recibirla correctamente.

-Aún es invierno, así que dormirás en mi cama y toma -aparte de la sábana la cubrió con su capa.

-Ay tu capa, ¿Siempre usas esas ropas?.

-Ah... si si la lavo, incluso tengo más si es lo que te preguntabas -se le colorearon las mejillas de vergüenza.

-Ah... no era ese mi pensar... si no que ¿No tienes ropa de civil? ¿Más actual?.

-Ah... no de hecho no... como no salgo y hace mucho que no convivo con la sociedad... apenas si tengo algunos vecinos conocidos -dijo algo apenado.

-Hay que salir mañana a comprarte ropa -le propuso divertida.

-Ja ja ja... no creo que sea buena idea, buenas noches personita -procedió a recostarse en el suelo, en este ya había puesto algunas sábanas.

-Buenas noches Yaotzin -se acurrucó mejor en las sábanas.
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Los caminos por las montañas son fríos, el caminar solo se siente frío, andar por los caminos de las montañas solo se siente frío.

-¡Yaotzin! ¡Yaotzin! -un joven de cabellos castaños claros con algunas partes rubias, piel semiacanelada con ojos de color rosado oscuro corría a toda velocidad hacia su amigo.

-¡¿Yoltic?! -este se sorprendió de volverlo a encontrar- ¿¡A dónde fuiste?! ¡Por qué!... -lo abrazó tan fuerte como pudo, aquel abrazo se sentía tan real- ¡Amigo! ¡Ya te pude ver! -algunas lágrimas salieron sin su permiso.

-¿Ya me pudiste ver? Ja ja ja ¿De que hablas? Hace mucho no jugamos a las escondidas, no me escondí... y respondiendo a donde estaba, fuí por madera, el invierno es más intenso aquí así que decidí tener nuestro hogar caliente, ayuda me por favor -se separó un poco del abrazo y recogió los pedazos de troncos.

Ambos jóvenes llegaron a la casa del de ojos rosas, en esta estaba la familia del chico de ojos rosas, junto con su prometida y la madre junto con la abuela del pelo gris.

-¡Todos están aquí! -dijo con emoción en su voz el pelo gris.

-Claro que si, es mejor estar juntos en tiempos de frío -sonrío la abuela del pelo gris.

-¿Otra vez te caiste de un árbol Yaotzin? -dijo una castaña de ojos morados.

-Zalhin... -sonrío por su presencia.

-¿En serio te caiste? ¿Estás bien? -preguntó una rubia de claros ojos azules preocupada.

-Ixztmi... estoy bien... -sonrío.

-Pero claro que iba a estar bien, mi hijo es muy fuerte -dijeron al unisono la voz de la madre del pelo gris y una voz masculina.

-Papá... -al pelo gris se le quebró la voz cuando su padre entró tras de ellos y le acaricio la cabeza.

Al cabo de un rato ambas familias comían carne junto al fuego, aunque estaban fuera de la estructura, todos traían con que cubrirse, incluso algunos compartían mantas, las pláticas eran bastantes aleatorias, algunos hablaban de los planes de primavera, otros de armas e incluso otros de las modas que andaban por el país, mientras tanto el pelo gris disfrutaba del momento.

-{Siento tanta paz... es como un cálido abrazo... se que ellos ya están descansando en paz... en un lugar mejor... pero se siente tan real su presencia y tranquilidad, este momento es hermoso... no quiero despertar, la calidez que me brindan mis seres queridos es única...}... -se escucharon sollozos por parte del pelo gris.

-¿Estás bien Yaotzin? -preguntó su amigo.

-Me queme da dengua -sacó la lengua para no preocupar a los presentes.

Los presentes rieron ante aquello, pronto la madrugada comenzaría a hacerse más fría y la luz del fuego se iría apagando, con ello comenzaron a retirarse los presentes.

-Bueno, nosotros ya nos vamos a dormir o quedarnos aquí afuera hará que se nos engarroten los huesos -dijo divertida la madre del pelo gris y procedió a darle un abrazo- Nos vemos hijo.

-Nos vemos hijo, cuídate mucho y esfuérzate más -también su padre le dió un abrazo.

-Cuidese mijito, hasta luego, no se me vaya a ir por otro lado -le abrazó su abuela.

Su madre, padre y abuela se retiraron, después pasaron a retirarse los padres del de ojos rosas y también se despidieron de una forma cálida. Pronto también se retiró la prometida del de ojos rosas, ya solo quedaban la de ojos morados, el pelo gris y el de ojos rosas.

-Me siento muy feliz por esto... gracias por este regalo -dijo a los presentes mirando al fuego.

-¿De que hablas amigo? Siempre hacemos esto cada año nuevo, me es raro que... -el de ojos rosas fue interrumpido.

-Ya se que fue hace mucho tiempo el que falleciste... -dijo el pelo gris.

-... Y ya estoy aquí de nuevo -sonrío- junto a ti, siempre estoy contigo, siempre estoy en tu corazón, siempre que recuerdes nuestros buenos momentos estaré a tu lado, amigo mío... por cierto yo... -fue interrumpido por el repentino abrazo del pelo gris.

-Perdona me... debí llegar antes, por mi culpa tú muerte fue repentina y violenta... y nadie debería tener un final así, nadie de corazón tranquilo y alma pura debería terminar así... -apretaba con fuerza el aparente cuerpo físico de su amigo.

-Mi muerte no fue tu culpa y lo sabes -correspondió con la misma fuerza- Yo ya no sufro, de hecho he vuelto y espero que me encuentres en esta vida -le sonrió divertido- Nos vemos.

El pelo gris a pesar de verlo irse todavía se sentía en paz, apreciaba ese sentimiento y quería disfrutarlo hasta que terminara su sueño.

-Ya debes despertar -dijo la de ojos morados.

-Zalhin ¿Por qué tú no...? -no lo dejo terminar.

-Yo no he renacido... todos a los que viste que se han ido es porque ya renacieron... tu padre, tu madre, tu abuela... aunque mis padres aún cuidan la tumba de mi hermano -dijo con un tono agrio la chica.

-Cierto... cuando falleció tu hermano, tus padres juraron que al morir se convertirían en árboles para cuidar su tumba -nuevamente fue interrumpido.

-Pero yo jure otra cosa... juré venganza... mi odio y rencor son mucho mayores a los tuyos Yaotzin... yo rezaba para que mi hermano renaciera e hiciera de la vida de aquel vampiro un infierno... "si haz de renacer... venga te de el" fueron las palabras que siempre y siempre conjure hasta el día de mi muerte y ahora no puedo renacer hasta que mi venganza este completa -volteo a ver al pelo gris y mostró las cadenas que estaban en sus tobillos.

-¡Pero eso solo te perjudica! ¡Debes de...! -fue interrumpido nuevamente.

-¿Dejar de sentir rencor? ¿Tu ya dejaste tu rencor atrás? -vio que el pelo gris bajó la mirada y la chica suspiro- Yo te quise mucho en vida Yaotzin... pero eras muy torpe para darte cuenta... por eso, ahora que sigo atada a este mundo me he dado la libertad de cuidarte.

-¿Cuidar me? -se cuestionó el pelo gris.

-¿Quien crees que te despertó hace un año? Cuando volví a sentir la presencia de ese maldito vampiro supe que era momento de despertarte... ¿Cómo crees que me sentí cuando me contaste que ibas a detener tu edad? ¿Quien crees que te movió de lugar? Si te hubiera dejado dónde te "dormiste" habrías despertado en un río o en un edificio actual, pero te lleve al escondite de los nuestros... mismo que administre yo sola en mis últimos años de vida, estuve de un lado a otro recolectando nuestros libros, armas y ropas, me quedé sola... aparte de mi, algunos de los Amini que sobrevivieron se fueron a otros países... tuve que aprender nuevas cosas, incluso reparaba nuestros libros cada vez que estaban apunto de quedar roidos, para que al fin muriera sola... se cómo te sientes Yaotzin, yo también fui la única Amini que quedaba... pero por mi deseo de venganza viví y soporte la soledad, ahora tu haz lo mismo, vive para vengar te -le miro decidida.

-Perdona me por dejarte sola -se acerco a tocarle la mejilla y acariciarla- De haber notado que yo también te gustaba... me hubiera quedado...

-De no haber sido tan rencorosa... me hubiera encantado renacer y estar contigo en esta vida -se acercó a sus labios, aquella acción hizo que ambos se sonrojaran- Ya despierta.
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El pelo gris estaba fuertemente abrazado de la castaña, el primero en despertar fue el chico y se asustó de estar en tal posición comprometedora así que se separó del abrazo antes de que la chica despertará, debió ser que le dió mucho frío y se acomodo junto a la chica para estar en calor ambos.

Al despertar, la castaña percibía un rico aroma a taco al vapor, cuando se descubrió mejor, notó que el pelo gris estaba preparando la mesa junto a ella.

-¿Compraste tacos al vapor? -preguntó divertida.

-No... jeje los únicos vecinos que me hablan me dieron estos tacos... ellos son muy amables conmigo y mira, me dieron atole que hace una señora, ¿Quieres? Esta caliente -preguntó terminando de acomodar la mesa.

-Si por favor -se sentó a la mesa- Hoy voy a comprarte la ropa que te dije ¿Qué talla eres?.

-No es necesario que me compres nada, además ¿No regresas hoy a tu casa?.

-Les dije a los chicos que hoy entre la tarde y la noche, así que dime ¿Qué talla eres? -comenzó a comer, tras ver qué el pelo gris ya se había sentado.

-Es que... no sé... antes... no había eso de tallas... nosotros... hacían nuestra ropa a nuestra medida, bueno, obviamente holgadas pero... eso de tallas no lo sé -dijo algo apenado.

-Entonces me vas a tener que acompañar -dijo firme pero divertida.

-¿¡Eh?! {¿Volver a salir a la sociedad? ¡Hace mucho que no lo hago! ¿Por qué estoy temblando? ¿¡Tengo miedo?! Ahhh...} -había tomado un poco de su bebida- No lo sé personita... tu sabes de qué "trabajo" y la inseguridad que sería para mí salir a la calle.

-Pero los vampiros salen de noche, no en el día -le brindo una opción.

-Pues si personita, pero en invierno el sol no es muy fuerte, así que hay más probabilidades de que ellos salgan en el día.

-¡Yo te protegeré! -le dijo alegre.

-{Que optimista}... -le sonrió con las mejillas ruborizadas.

-Por cierto, tu casa es muy calientita, me sentí bastante cálida mientras dormía, de seguro no pasas mucho frío aquí en invierno -dijo para después comer otro taco.

-Ah... {No se dió cuenta que la abrace... no se dió cuenta que la abrace... que pena que pena} ¿Sabes que? Cambie de opinión, si te voy a acompañar a comprarme ropa -sonreía mientras se mostraba su rostro completamente rojo.

-¿Estás bien? -se preguntó la castaña por su color.

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Próxima publicación: 15/12/2022

Horario: 19:00 a 20:00 horas.

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