Capítulo 30
Las cosas cambiarán
El azabache de ojos verdes veía como el pelo azul tenía su mano sobre la castaña, la castaña se mostraba asombrada por su aspecto, puesto que tenía vendas en una parte de su rostro, mientras que el pelo azul se mostraba molesto.
-Tengo que salir, le informaré al doctor que despertaste y si tanto lo deseas, le preguntaré si ya podemos retirarnos -dijo terminando su caricia a pesar de la presencia del azabache.
El pelo azul pasó al lado del azabache y le golpeó el hombro con toda la intención, cuando terminó de salir el azabache se apresuró en abrazarla.
-Ah... me alegra que hayas regresado -la abrazó con fuerza.
-¿Y a ti que te pasó? -preguntó preocupada.
-Me queme con el sol un día que salimos a buscar a la bruja para que no usará tu cuerpo en actividades vulgares, pero yo estoy bien, sanaré... lo que importa ahora eres tú -le dió un rápido beso en los labios.
-¡Espera! -lo separó- ¿Cuándo fue eso? ¿Por qué no has sanado? ¿¡Y si alguien nos ve?! -dijo nerviosa mirando a todos lados.
-Fue hace como una semana, pero las quemaduras del sol tardan más en sanar... a parte... nuestro secreto ya fue revelado... esa bruja lo revelo en cuanto pudo, así que ya no hay que escondernos -volvió a abrazarle y le dió un beso en la mejilla.
-{¿Y que dijo Kliment?... si le pregunto eso se va a enojar... ¿Qué dijo Marcel?... si pregunto eso lo voy a confundir...} ¿No dijeron nada? -preguntó sorprendida.
-{Ay no, ya estoy leyendo también tu mente... y no me gustan tus pensamientos...} No, no te voy a negar que se sorprendieron pero no dijeron nada más.
-Bueno... puedo tener algo de paz... -al fin correspondió el abrazo y descansó su barbilla en el hombro del de ojos verdes- Cuando estaba atrapada con la bruja... sentía mucho frío... gracias por abrazarme.
-{Si tomará más sangre podría nivelar mi temperatura corporal a la de un humano normal...} Lamento no brindarte tanto calor -dijo algo decepcionado inclinando un poco su cabeza.
-No pasa nada, solo no dejes de abrazarme por un buen rato -le animo.
—En otro cuarto—
La cama de un hospital era bastante grande, aunque está era específicamente para el paciente. Este detalle no le impedía al rubio estar encima de la pelo rosa, ambos estaban besandose, de hecho hasta habían cerrado la ventana y puerta para no ser interrumpidos, para sorpresa del rubio, la pelo rosa lo separó.
-Espera... que si me estoy calentando -se lamió los labios.
-¿Entonces por qué me separas? -dijo para después besarla, mientras lo hacía procedería a desabrocharse su pantalón.
-¡Espera! -lo volvió a detener y está vez lo empujó- ¡Estamos en un hospital! -se quedaron viendo por un buen rato y después soltaron una carcajada- Ja ja ja tenía que hacer ese chiste, pero no, antes de, quiero mostrarte algo.
Debajo de su almohada sacó un tubo de muestra con sangre.
-Adivina de quién es la sangre -le dió el tubo al rubio.
-¿Es la sangre de Ariatna? ¿Lograste sacarla? -tomo con emoción el tubo-... Espera... Esta no va a saber a mierda ¿Verdad? -le miró desconfiado.
-No, está vez no he intervenido yo, es sangre cien porciento de Ariatna -le invito a tomar.
-De acuerdo... -quito el tapón que evitaba derrames.
Olió la sangre y parecía gustarle el olor, después procedió a dar un pequeño trago, le encantó el sabor, tanto fue su gusto que metió la lengua en el tubo para no desperdiciar nada, quería pedirle más pero intuía que no tendría.
-Así que es la sangre, por eso mi primito anda tan apegado a ella -se re lamió los labios- ¿Tienes más? -le preguntó sabiendo que no tenía.
-Tengo una bolsa, pero... ¿Me harás a mi lo que le hiciste al tubo? -lo miró con lujuria.
-Pero claro -toco el pecho derecho de la chica- Además ¿No me debías más sangre? Quiero sangre.
-Claro que si bombón, toma -recogió su pelo a un lado para mostrar su cuello.
-¿Qué te paso? -preguntó al ver que en su cuello había una cicatriz.
-Eso es lo que te trate de explicar por llamada... al buscar en los recuerdos de Ariatna un..."guardián" salió y me dió pelea, creí que no sentiría nada por ser un "sueño" pero cada herida que me hacía se sentía real -ahora mostró sus manos, estaban con vendas pero logró enseñarle que también tenían cicatrices- Cuando desperté sentía dolor y creí que vería las heridas en el cuerpo de Ariatna... pero su cuerpo estaba intacto, no sabía que podían dañar el mío.
-¿Y como era ese guardián? Déjame adivinar... ¿Fue un perro? -dijo sin mucha sorpresa.
-... No... -se le quedó viendo y analizo si le leía la mente, no ocultaba nada que ya le hubiera contado pero igual tenía que averiguar-... Fue un Amini.
-¿Qué? -se sorprendió por su respuesta.
-Y era una mujer, tenía una máscara rara así que no le ví el rostro, intuía que era mujer por su voz y su largo pelo.
-¿Qué? ¿Ariatna que tiene que ver con los Amini? -ahora estaba más confundido- {Debió ser que el día en que se topó con otro bastardo humano, un Amini la salvó, este debió contarle quien era y mientras estaba encerrada por Marigold se imagino que uno de estos cazadores podía salvarla... Claro... de principio no dió pelea porque el miedo le impidió pensar en un guardián que le defendiera, tiempo después de haberse calmado, recordaría al Amini... tiene flaquezas está teoría, pero algo de sentido tiene} -se quedó pensando un buen rato.
-¡Oye! -le despertó la pelo rosa.
-¿Qué pasó? -regresó en si el rubio.
-Tengo heridas las manos... así que no puedo auto complacerme ¿Vas a ayudarme o te vas a quedar pensando? -le habló en un tono lujurioso.
-Tienes razón, primero, hay que hacer lo que no podíamos... aunque... -metió su mano bajo las sábanas, jugueteaba en acercarse lento a las partes íntimas de la pelo rosa- ¿Vas a gemir? Estamos en un hospital.
-Depende lo que me hagas ¿Me vas a hacer gemir? -le miró con lujuria pues ya empezaba a sentir los dedos del rubio cerca de ella.
—Algunas horas más tarde—
-Te vas a quedar aquí pague la estancia de Ariatna porque es mi amiga, paga tu propia estancia, agradecido estoy de ya no tener que gastar dinero en ti -le dijo el pelo azul a la pelo rosa.
-Creo que lo podemos negociar -dijo tratando de mostrar el pecho.
-Negocialo con los del hospital, yo ya me voy, adiós, ojalá no te vuelva a ver -fue lo último que dijo y cerró la puerta.
-¡Amargado! -chasqueó la lengua y se dejó caer en la cama- Te voy a dar una dirección, para que me traigas dinero.
-¿Tienes dinero? -preguntó el rubio entrando por la ventana.
-Claro que si, anota, tengo mi hogar un tanto lejos de aquí.
—Horas más tarde, al llegar a la vivienda—
-¡Dios santo! ¡Dios santo! ¡Dios santo! ¡DIOS SANTÍSIMO! -la castaña gritaba avergonzada, sus gritos atrajeron al pelo azul y al azabache.
-¿Qué pasó? ¿Estás bien? -dijeron ambos al unisono y se molestaron por eso.
-¡No! ¡NO! ¡No miren! ¡Tapen se los ojos! ¡Ah Dios santísimo! -los empujó y se cubrió su propio rostro- ¿Esos son dildos? {¿La bruja hizo... Con... mi cuerpo? ¡Dios santo!} No no no no... están sucios... están húmedos... ¡Que asco! -se sentía asqueada por haber tocado uno para tirarlo.
-¡Maldita bruja! {Aunque una vez la escuché gemir... creí que estaba exagerando} perdón Ari... ella compro todo esto... -se sintió apenado el pelo azul.
-{Vaya... siento mucha vergüenza ahora...} -pensó algo sonrojado el de ojos verdes.
-¿También compró la ropa? -dijo sin descubrirse la mirada.
-Si... todo con mi tarjeta, aunque ya después se la bloquee... un poco tarde pero lo hice.
-¡Voy a revender la ropa! Para regresar te el dinero... y los dildos... no los puedo revender... los voy a quemar... a tirar... o no sé, pero los voy a sacar de mi cuarto {¿Entonces mi cuerpo ahora cambió?... no creo... no me siento diferente... además... cada que tengo sueños largos se regenera mi cuerpo aunque los daños sean mayores, como las cicatrices de mi suicidio fallido... puede que no haya cambiado nada... puede que esté bien...} -dijo descubriéndose la mirada.
-El dinero quédate lo tu, sabes que no me importa, pero si quieres te puedo comprar ropa nueva, la anterior ella la tiró -le ofreció el pelo azul.
-No... ah... déjame poner todo en bolsas y ahorita vemos que hacemos... pero denme espacio... y unos guantes, ahora traigo mucha vergüenza.
—Al anochecer—
-Bueno bueno bueno, es momento de unas merecidas vacaciones -dijo el rubio en la puerta de la sala.
-¿De que hablas? ¿Ya tan pronto te dieron vacaciones? -preguntó el de ojos verdes.
-Sabes que trabajo en otra sucursal de mi antiguo trabajo, así que por ende ya me debían vacaciones, así que aprovecharé estás... el otoño ya ha llegado y tal vez vuelva en invierno o primavera, pero a parte de las vacaciones tengo que visitar a un amigo en el otro lado -decía con una firme sonrisa.
-¿Vas a morirte ya? Que milagro -dijo el pelo azul que estaba con la castaña en la cocina.
-¡Hablo de Estados Unidos! Sicario... no vas a deshacerte tan fácil de mi -le regalo una sonrisa molesta.
-¿Y por qué te vas tanto tiempo? -preguntó el azabache.
-¿Me quieres acompañar? -le ofreció el rubio.
-No, buen viaje -dijo simple el de ojos verdes.
-JA ja ja me lo imaginé, bueno me voy, la nevera de mi habitación está llena de sangre, si quieres comer y no sentirte culpable, te la puedes terminar -le sacudió del hombro derecho.
-Creo que se a donde vas... así que solo espero que no devores un cuerpo de policía entero como la última vez -dijo sin sorpresa.
-JA ja ja no prometo nada... ¡Adiós sicario! ¡Adiós unicornio! ¡Nos vemos en primavera! -fue lo último que dijo para después salir de la casa azotando la puerta.
-¡Genial! La primavera inicia en Marzo, así que no lo veremos en seis meses -le sonrió el pelo azul a la castaña.
-Ah... lo malo es que yo también en tres meses me voy... -dijo con tristeza la castaña.
-¿¡Qué?! ¿¡Por qué?! -dijeron ambos hombres al mismo tiempo.
-Fue el trato con mi familia, iría con ellos en las vacaciones de diciembre, les dije que no podríamos vernos seguido pero sin falta cada Navidad... lo siento... se van a quedar solos -su rostro reflejaba mucha tristeza.
-No te preocupes, no estarás mucho tiempo fuera {En cuanto tú te vayas me voy a ir también, regresaré cuando tú regreses} -le regalo una sonrisa el pelo azul.
-{Mierda... no tengo a donde ir en invierno, y tampoco puedo pasar las fiestas decembrinas con Ariatna, su familia aún no sabe de nuestra relación...} No tardarás mucho en regresar, tranquila, aquí te vamos a esperar -le regalo un beso en la mejilla.
El pelo azul se retiró del lugar, despidiéndose amablemente de la castaña e ignorando por completo al azabache.
-Ah~ ya debo dormir... es increíble que tenga sueño a pesar de haber dormido un largo rato -bostezó tras decir aquello.
-Considera lo un sueño de belleza, aunque tú ya eres bastante bella -le robo un beso de los labios.
-{Me vas a hacer sonrojar} -sonrío la castaña mientras se mostraba ligeramente ruborizada, la escena se rompió cuando el teléfono de la castaña comenzó a sonar, se trataba de su amiga- ¿Pau? ¡Ah! ¡Hola! Si si, ya estoy aquí... eh si si mi familia, un problema, nada grave pero tenía que ir, ¿En serio?... cuenta me que pasó...¡Awww! Oh, espera -se dirigió al azabache- Después de esta llamada yo me voy a dormir, descuida, tu descansa, buenas noches -dijo en susurro y alejando un poco su celular.
-Buenas noches, nos vemos mañana -le regalo un beso bastante largo.
La castaña lo separó gentilmente recordándole que tenía una llamada, ambos procedieron a retirarse a sus respectivas habitaciones.
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Próxima publicación: 08/12/2022
Horario: 19:00 a 20:00 horas.
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