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Capítulo 25

Cuando la encontré.

1808

Era la época dónde la nueva España se encontraba en planes de levantarse en armas, pronto llegaría el día en el que el país dejaría de estar bajo el mandato de la corona española para ser un país democrático. La planeación de este movimiento volvía a los europeos hispano hablantes más violentos e incluso vulgares pues el abuso a la clase baja se había intensificado, muchos españoles ya comenzaban a raptar a las jovencitas.

Una corría con la desgracia de estar en las tierras de un español privilegiado, su hacienda privada, lugar de su lujuria sería nuevamente testigo de otros gritos, otra chica, mismas características, una muchacha de catorce años, piel morena muy oscura, cabello largo negro hasta la cintura pero de llamativos ojos castaños claros. La chica con las ropas ya rotas, su torso desnudo, luchaba por al menos unos momentos tratar de mantener su virginidad intacta hasta que el hombre se cansara y le disparara, prefería morir a ser abusada por ese hombre.

-¡SUELTE ME! ¡BASTA! ¡POR FAVOR! -la morena se movía a pesar del fuerte agarre.

-Cierra el pico india y deja de moverte -el hombre le tomaba fuerte las muñecas, al ser mayor en edad que ella no se le dificultaba inmovilizar la.

-¡SUELTE ME POR FAVOR! ¡NO ME LASTIME! ¡DEJE ME EN PAZ! -su movimiento era constante y sus gritos igual, pronto comenzó a llorar de la desesperación.

-Ah~ me encanta cuando hacen eso, tranquila, yo soy muy paciente, si querías que te metiera un tiro estás muy equivocada, no traigo conmigo ninguna arma, a no ser que quieras que use está -se acerco un poco y rozó su miembro contra el genital de la morena.

-NOOOO ¡¡¡NOOOO!!! ¡¡¡BASTA!!!! ¡¡¡AYUDA!!! ¡¡¡AYUDA!!! ¡¡¡AYUDA!!! -ahora movía las piernas para evitar que se le acercara nuevamente.

En un momento logró golpearle en la entrepierna, tomó su oportunidad para escapar, pero fue inútil, el hombre se reincorporo rápidamente y la detuvo, ahora estaba encima de ella mientras que ella estaba de espaldas, volvió a rozar su miembro, está vez contra el trasero de la chica.

-Me estás obligando a algo que con mucho gusto quiero hacer -comenzó a aplastarle la cabeza contra el suelo- Pero tus gritos me van a dejar sordo, así que esto te callará un rato.

La morena ya no sintió el peso del hombre, de hecho escucho un estruendoso ruido y volteo a ver de que se trataba, era un hombre encima de quién estuvo a punto de violarla, este lucía una ropa lujosa, de estilo extranjero, su cabello era negro rizado y peinado para atrás, aunque algunos rizos no obedecían ese peinado, al girarse dejó ver unos brillantes ojos rojos, su rostro atractivo difería un poco de su mirada y la sangre que llevaba en la boca. Temió por la presencia del nuevo hombre y de sus ropas, pues estás representaba que tenía poder.

-¿Quién es usted? -dijo la morena.

Vio que el azabache se acercaba a ella y volvió a temer de no tener un salvador si no otro violador, su sorpresa fue que el azabache había tomado su reboso y le cubrió el pecho.

-Sortez d'ici tout de suite (Vete de aquí ahora) -habló en un extraño idioma para la morena.

-¿Perdón? -la morena solo pudo decir.

-Sortez d'ici tout de suite (Vete de aquí ahora) Vous ne m'avez pas entendu? (¿No me escuchaste?) -arqueo una ceja al ver que la morena no le obedecía.

-Lo siento... no hablo... no sé que hables pero no te entiendo... -dijo la morena.

-Quoi? (¿Qué?) Tu ne me comprends pas (No me estás entendiendo) -suspiro después de decir aquello.

Se levantó y pasó a un lado de la morena, abrió la puerta de la habitación e hizo ademán de que saliera.

-Ah, pero primero debo vestirme... aún hay hombres afuera -se abrazó a si misma.

-Dépêche-toi et sors d'ici (Date prisa y sal de aquí) -pasó a un lado de ella y salió de un salto por un espacio del techo, mismo en el que había entrado.

La morena se vistió con ropas nuevas que había en el lugar, a pesar que había ropa de clase alta, mejor tomó la que había de clase baja igual que la suya, la dueña debía ser la sirvienta del difunto hombre o en el peor de los casos de chicas que no corrieron con la misma suerte que ella, salió de la habitación con temor, pero miro con horror que había hombres muertos por toda la hacienda, los cuerpos secos de estos sin alguna gota de sangre y completamente abiertos del cuello, pronto escuchó a los lobos aullar y temió por su vida.

Escondida entre los árboles lloraba mientras sufría por la fría noche, se abrazaba a si misma, temía por su futuro, pues el haber sido robada todos pensarían que estaba preñada si pensaba en regresar con su familia...

-No puedo volver... seré la deshonra de mi familia... de seguro mi padre me golpeara y me casará a la fuerza con...¿Con quién? Ese hombre está muerto... todos en esa hacienda estaban muertos... ese hombre... -recordó al azabache- ¿Por qué ese hombre tenía sangre en la boca?  -escuchó de nuevo a los lobos- Ay no...

Se levantó y comenzó a correr.
La morena estuvo toda la noche moviéndose para que no la asesinaran, pronto el sol se asomo y pudo aminorar su andar, al detenerse se encontró con tres hombres, temió nuevamente, pero vio que ninguno le prestaba atención, si no que entre ellos había conflicto.
Dos hombres de ropas artesanales, piel algo clara y fuertes músculos marcados golpeaban de manera violenta a un azabache de ropas privilegiadas. La morena se quedó oculta entre los árboles quería esperar para cuando ellos se fueran poder salir sin peligro alguno, pero vio que los dos hombres musculosos se convertían en dos grandes lobos, estos seguían atacando de manera violenta al azabache, también discutían pero el diálogo se le hacía distante a la chica tras ver cómo se habían convertido, pensaba que esos dos hombres eran nahuales.
Después de unos momentos uno de los lobos volvió a su forma humana solo para enterrar piedras en las extremidades del azabache.
Voces de hombres se escucharon a la lejanía y los lobos huyeron no sin antes decir "volveré para cuando seas cenizas"

La morena no entendía por completo hasta que después de unos minutos el azabache se estaba moviendo tratando de zafarse de las piedras, estas estaban profundamente enterradas en el piso para inmovilizar lo, su movimiento se hizo más frenético pues la luz del sol comenzó a darle en la espalda y en heridas que le habían hecho los lobos. Pronto vio como del cuerpo del azabache salía humo y este gritaba desesperado, era la primera vez que escuchaba a un hombre gritar de desesperación, se espanto de lo que estaba viendo y lo único que pudo hacer fue salir de su escondite e irlo a ayudar, le puso su reboso en la espalda, no le servía de gran escudo pero disminuía el dolor, la morena no era tan fuerte así que con sus manos cavaba para poder sacar las piedras rápidamente pues los gritos del hombre la ponían más nerviosa a ella. Cuando ya liberó las manos pasaría a liberar sus piernas, pero por desesperación la chica lo empujó a la sombra para que el sol no le siguiera quemando, desenterró también las piernas y notaba que los árboles no le cubrían por completo e incluso algunos huecos le quemaban todavía.

-¡Espérame! ¡Espérame! -hacía movimientos con las manos para que le entendiera.

El azabache tenía la mirada algo desorbitada y trataba de entenderle, trataba de estar consciente, debía hacerlo pues que un par de lobos casi lo matarán no era bueno para su reputación. Algunos minutos después sintió una fresca brisa, los rayos que entraban por los huecos de las hojas dejaron de dañarlo, miró arriba que la morena había cubierto todo con hojas y ramas de otros árboles, no entendía en que momento había hecho todo eso ¿Tan mal estaba para no haberla notado?

Después de unos momentos bajó para asegurarse de su estado de salud, la morena vio horribles heridas y quemaduras en el cuerpo del azabache.

-¡Ay virgen santísima! Esto está muy horrible, pero puedo ayudarte, solo... que... {No puedo dejarlo ¿Y si le hacen algo?} -sus pensamientos se vieron interrumpidos, pues el azabache la había tomado de la mano.

Este tenía sudor, tenía la cara manchada de tierra, la sangre de sus brazos y piernas también tenían tierra, las quemaduras eran notorias y dolorosas, bueno las que podía ver, de seguro las de la espalda se veían peor. El azabache la miro con desesperación como si quisiera decirle algo pero al final se arrepintió, suspiro y termino por desmayarse.

Ya era nuevamente de noche, la luna no brillaba tanto pero veía a su alrededor que había una pequeña fogata, claramente alejada de los árboles, el azabache se movió y vio que la chica estaba al lado de el, está le ofreció agua, este tomo bastante agradecido, termino por beber toda el agua fresca que le habían traído y la morena comenzó a dar explicaciones.

-Aquí había un pueblo cercas y tuve que ir corriendo a traer le el agua no quise dejarle solo porque me preocupo mucho como se estaba quemando... le puse sábila en las quemaduras y pues... -se limpiaba las lágrimas mientras explicaba- Me asustó que no despertara...

El azabache solo suspiro y se quitó la sábila haciéndole notar a la morena que ya había sanado un poco, la chica se emocionó de haberlo podido ayudar, aunque después dió un grito pues a escena llegó de golpe y con mucha velocidad ocasionando que se apagara la fogata, un chico de cabello rubio largo hasta más abajo de los hombros, ojos azules con pupila afilada y una vestimenta como la clase alta pero más descuidada.

-Vous voilà! Et est-elle humaine? Allons-nous encore dîner? (¡Aquí estás! ¿Y está humana? ¿Ya vamos a cenar?) -el rubio se dirigió al azabache aunque después saludo a la morena.

-¿Lo conoce? -preguntó la morena al azabache.

-Ce n'est pas un dîner, cet humain m'a aidé à guérir, alors supprime-le de ton menu (No es la cena, está humana me ayudó a sanar, así que bórrala de tu menú) -mostró lo poco que quedaba de sus heridas y se puso frente a la morena para marcar territorio.

-D'accord, mais que s'est-il passé? (Está bien, pero ¿Qué ocurrió?) -trataba de cambiar de tema para no poner agresivo al azabache.

-Quelques loups m'ont piégé et ont failli me brûler, mais elle... a fait tout ce qu'elle pouvait pour m'aider (Un par de lobos me tendieron una trampa y estuvieron a punto de quemarme, pero ella... hizo todo lo posible para ayudarme) {Bien que maintenant que je la vois mieux, je pense que c'est parce que je l'ai aidée avant} (Aunque ahora que la veo mejor creo que fue porque yo la ayude antes) -suspiro tras pensar eso- Aide-moi et dis-lui que je ne parle pas espagnol, explique-moi tout (Ayúdame y dile que no hablo español, explícale todo) -ordenó el azabache.

-Bueno señorita primero que nada buenas noches. Segundo que nada ¿Cuál es su nombre? Y tercero mucho gusto -saludo de mano y espero a que la morena le respondiera el saludo- Mi nombres es Marcel... solo Marcel, verá usted mi amigo Didier Vinsonneau -señalo al azabache- No habla español fluido como yo, así que si le ha estado hablando y viceversa pues... nunca se iban a entender, puesto que nosotros somos franceses y por ende hablamos francés, tu siendo de la nueva España, hablas español -sonrío al final de todo.

-Mi nombre es María... María Guadalupe... aunque después de ser robada no sé que apellido deba usar o si debo seguir usando el de mis padres... verá usted fui robada ayer y desde anoche he tenido que correr para salvar mi vida y ahora la de su amigo... -le saludo al azabache- Agradezco que si... me van a...{Matar...}... a hacer algo... que sea mientras estoy dormida... estoy bastante cansada... he visto cosas extrañas últimamente y quisiera dormir... -dijo bostezando y tallando se los ojos.

La morena se acostó en la fría tierra y se abrazo a si misma, su cansancio hizo que se durmiera enseguida, esa acción puso en duda al azabache y decidió hablar.

-Lui as-tu ordonné d'aller dormir? (¿Le ordenas te que se durmiera?) -pregunto el azabache confundido.

-Non, elle est fatiguée, depuis hier, elle a été kidnappée, elle n'a pas dormi du tout et a essayé de protéger sa vie, elle pense que nous allons la tuer, alors elle a dit que si nous lui faisions quelque chose, nous le ferions pendant qu'elle dormait (No, ella está cansada, desde ayer que la secuestraron no ha dormido nada y ha estado tratando de proteger su vida, piensa que la vamos a asesinar, así que dijo que si le hacíamos algo lo hiciéramos mientras estaba dormida) -respondió el rubio, después sonrió y dijo- Mais maintenant je sais que ce sera ta propriété et tu ne me laisseras pas ni personne d'autre mettre le doigt dessus (Pero ahora se que será de tu propiedad y no dejarás que ni yo ni nadie le ponga un dedo encima)

El azabache tomó a la morena en sus brazos y la acomodo junto con su cuerpo para darle algo de comodidad, trato de brindarle calor con su ropa y el reboso que le había brindado ella anteriormente, miró al rubio y sus ojos rojos lo miraban con autoridad.

-Maintenant elle m'appartient (Ahora ella me pertenece) -dijo meciendo la para que conciliará mejor el sueño.

Cuando la morena despertó lo hizo en el mismo lugar que había dormido, no pensó que despertaría con vida pero agradeció por ello, notó que el azabache estaba con ella, estaba poniéndose un sombrero y guantes blancos, después paso a darle su reboso a la morena haciendo ademán para que se lo pusiera, está obedeció y se lo puso en los hombros, pero el azabache se lo acomodo a la cabeza cubriendo la por completo.
El azabache se levantó y ofreció su mano para que hiciera lo mismo la morena, está tomo su mano pero en lugar de levantarse lo jalo a el.

-Espera ¿A dónde vamos? ¿Vamos a salir al sol? Te vas a quemar... -la morena fue levantada a la fuerza.

El azabache le mostró el sombrero y los guantes, dándole a entender que no se quemaría tanto, consigo también traía una sombrilla que cubriría el sol a ambos. Le mostró su guante para que lo tomará y la morena le obedeció, caminaban juntos aunque la morena no sabía muy bien a dónde iban, después de un rato ella diviso el pueblo al que había llegado ayer, pensó que la dejaría en la iglesia del lugar, le deprimió la idea de tener que separarse de la persona que la salvó y protegió aunque sea solo por una noche.
Pasaron de largo la iglesia e iban a comprar alimento, la morena sabía que debía comprar la mínima cantidad pues ella no traía dinero y no sabía si el azabache traía dinero del país. Después de escoger la mínima cantidad el azabache se le quedó mirando y decidió hablar.

-¿Solo eso? ¿Es tu comida? -habló con mucha dificultad.

-{Creí que no hablaba español ¿O solo eso sabe?} Es que... no tengo dinero... y no sé si usted tenga... -dijo la morena apenada, miró la cara juzgadora del vendedor hacia el azabache y este puso cara ofendida. 

-Pide más... -ordenó el azabache.

La morena tras obedecer le pidió más cantidad al vendedor, la chica antes de que le dijeran el precio a pagar le informo al azabache.

-Pero... no tengo canasto ¿Cómo voy a cargar con tanta comida? -pregunto la morena.

-Compralo -dijo el azabache.

La morena buscó en el lugar quien vendía canastos grandes pues el vendedor no tenía, así que dejó solos a ambos hombres, el vendedor tuvo la oportunidad para burlarse.

-{¿Y este quien es? ¿Un payaso que se viste como los de clase alta? De seguro no tiene ni en que caerse muerto, el que una mujer diga que no tienes dinero ya es bastante degradante} ¿Le digo cuánto serían? ¿Tiene el dinero para pagar? -habló el hombre cruzando los brazos.

El azabache traía el sombrero cubriéndole los ojos para que no se le vieran de qué color eran, pero la sombra de este proyectaban su color de nacimiento, unos serios y autoritarios ojos verdes desafiaron al vendedor.

-{Je vais le tuer ce soir, mais d'abord je vais l'humilier} (Voy a matarlo está noche, pero primero voy a humillarlo) -pensó pues vio que muchos otros comerciantes le veían atentos- Dígame la cantidad -dijo con dificultad.

El vendedor le dijo la cantidad en monedas de cobre, el azabache sacó de entre sus ropas una pequeña bolsa de tela, se escuchaba el chocar de estás pues las estaba contando, el vendedor lo miraba con mucha burla, finalmente el azabache le tiró la bolsa, el vendedor pensó que saldría corriendo después de eso pero notó que este espero a que recogiera la bolsa, su sorpresa fue grande pues había más cantidad de la que el había dicho y lo mejor, eran monedas de oro en las más grandes denominaciones. El vendedor lo miro con suma gratitud mientras que el azabache le miro con desprecio.

-Pensiez-vous que je n'avais pas d'argent? Pauvre (¿Creíste que no tenía dinero? Pobre) -habló en su idioma natal y vio como el vendedor palideció por aquello.

Se sentía orgulloso de haberse dado a respetar, los demás vendedores veían con lastima y celos al vendedor que había sido humillado por alguien privilegiado. Al cabo de un rato llegó la morena corriendo con la canasta.

-Perdona por llegar tarde, es que el vendedor no me lo quería dar... no me creyó que le pagaría después -dijo abriendo la canasta y poniendo toda la comida.

-¿Por qué no me pediste dinero? Vamos, ya pague aquí -dijo cargando la canasta con su mano izquierda, con la derecha sostenía la sombrilla y de esta misma se agarraba la morena.

Tiempo después habían llegado a una casa, sencilla pero con todo lo necesario, la morena estaba haciendo la comida mientras el azabache dormía en la única cama que había en el lugar, para cuando estaba lista la comida la morena fue a levantar al azabache, este se negaba a abrir los ojos, pero debería hacerlo para explicarle algunas cosas, la morena lo invitó a comer, pues la pequeña mesa estaba llena de comida para los dos.

-Por favor siéntese -le invito la morena.

-Gracias... -agradeció, pero antes de que ella se sentara le arrimo la silla y después el procedió a sentarse.

-Puede... comer... si quiere... no sé que quiera así que hice... lo único que se hacer... -se sentía algo apenada señalando los frijoles, tortillas y chiles que había en la mesa- {Este hombre es privilegiado... de seguro come carne... y muchas cosas de ricos que ni yo he de conocer}

-{En dépit d'être le pays avec la meilleure gastronomie ... Je ne me sens pas comme de la nourriture humaine depuis que j'arrête de l'être}(A pesar de ser el país con la mejor gastronomía... no me apetece la comida humana desde que deje de ser uno) -miro todo e hizo ademán de que ella comenzara- No tengo hambre... no... como esto, tu comida -la señaló a ella.

-Ah... este... {¿No probará mi comida?... bueno... no le voy a obligar aunque quedaré con la duda si seré una buena esposa...} Permiso... -partió una tortilla y comenzó a comer los frijoles.

-{Ses pensées sont typiques d'une femme humaine, c'est incroyable qu'elle m'ait craint il y a juste une nuit} (Sus pensamientos son típicos de una mujer humana es increíble que me temiera solo hace una noche) -miró que la mujer comía con una cara de decepción- Anoche aprendí un poco español, Marcel ayudo.

-¿Para poder entenderlo? -se señaló así misma- Es usted muy inteligente... yo soy una burra que no aprendería su idioma ni en cien años -continúo comiendo.

-Es algo fácil... deja me probar -imitó la acción de la morena- Sabe... bien, nada mal -le dijo y el rostro de la morena pareció iluminarse.

-Gracias... {¡Si le gustó!} -no evito sonreír ampliamente.

-Pero... yo no soy de comer esto... yo no... como está comida -explico el azabache aún comiendo.

-¿En su país come mejores cosas? -trataba de tomar nota mental.

-Podría decir, si -tomo el agua que le había servido- Pero... tampoco como eso -termino la mitad de los frijoles y miró a la morena- {Tu devrais manger plus, avec ce corps mince tu ne pourras pas accoucher} (Deberías comer más, con ese delgado cuerpo no podrás dar a luz) Terminarlo tu, puedes comer mi plato -lo alejó de el un poco.

-{¿Tanta comida para mí? Nunca había comido de más} ¿En serio? ¿Puedo? -mostró una cara más emocionada.

-Adelante -hizo ademán de que se terminara todo lo que había en la mesa.

Para cuándo llegó la noche el azabache le había ordenado a la morena que se quedará en la casa, está obedeció pues no le apetecía volver a salir más bien quería tener un hogar y sentirse protegida.
Algunos meses pasaron y ambos convivían entre las horas de comida, aprendiendo mejor el idioma español, aunque el chico quería también enseñarle su idioma parecía que ni siquiera podía ayudarla a presentarse de manera formal.

Aunque una noche la paz de la morena se vio afectada, a su casa irrumpieron por la fuerza, la pobre chica no estaba en condiciones de defenderse o huir pues a penas había terminado de bañarse.

Estaba aún mojada, temblaba por el frío de la noche y que estaba rodeada de hombres todos de una musculatura marcada. Dos la tenían sujetada de los brazos y el resto estaba alrededor suyo, pronto los hombres comenzaron a golpearla.

-¿Dónde está? -habló uno que le había dado un golpe en la cara.

La morena no entendía a quien se refería y tenía miedo de hablar.

-¿No vas a hablar? ¡Habla! -otro hombre le brindo un golpe de nuevo en la cara, dejándole el ojo izquierdo morado.

La morena no sabía que hacer y únicamente se abrazo así misma para aminorar el frío que sentía.
Pasado un tiempo la chica ya estaba de rodillas, su cuerpo temblaba por el miedo, el frío, los golpes, sangraba de la nariz, tenía el labio roto e incluso tenía heridas en sus brazos. Con la poca fuerza que le quedaba juntó sus manos y suplico piedad.

-Yo no sé quiénes son ustedes... tampoco se a quien buscan... y yo no sé porque hacen esto... pero... les suplico que paren... por favor... por favor... por favor...  -trataba de mirar a todos.

El grupo de hombres soltó una burla, la morena se sentía humillada, derramó algunas lágrimas, bajó la cabeza y comenzó a rezar en silencio.

-Ángel de mi guarda... mi dulce compañía... no me desampares... ni de noche... ni de día... -se escuchaba su voz susurrar.

-¿Estás rezando? JA JA JA JA JA JA JA -el que estaba más cerca a ella inició la burla.

La burla se vio interrumpida pues unos disparos al aire entraron en escena junto con otro grupo de hombres, estos tenían ropas distintas, estaban mezclados entre ropas de clase baja y ropas de clase alta pero todos pertenecían a un mismo bando.

-¡Malditas sanguijuelas! ¡Los vampiros por fin se presentaron! -grito el hombre cerca de la morena.

-¿Vampiros? -dijo la morena.

-Chiens misérables (Perros miserables) -el azabache vio a la morena en su débil posición y dió la orden a su grupo- Tuez-les tous! (¡Maten los a todos!)

El azabache se movió a una super velocidad hasta la posición de la morena para taparla con su gabardina, tomó de la cabeza al hombre cercano a la chica y dió otro disparo al aire captando la atención de todos los presentes.

-C'est un avertissement que personne ne mettra plus le doigt sur elle! (¡Esto es una advertencia nadie le vuelve a poner un dedo encima a ella!) -agarrando con fuerza del cabello a un hombre más grande que el dijo aquello- Et celui qui essaie... (Y quien lo intente...) -con su propia fuerza sin la ayuda de sus garras de metal le arrancó la cabeza al hombre.

La pelea continúo ante tal acto de autoridad, pero el azabache tras darse a respetar se retiró por otro asunto, cargó en brazos a la morena para sacarla del lugar y llevarla a su hogar, al llegar vio como estaba destruida la entrada y bufó, decidió llevarla a otro destino. La morena en todo momento tuvo cubierta la cara por la gabardina así que hasta que dejó de sentir movimento se descubrió el rostro, notó que estaban en otro lugar, este era una habitación grande pero tenía únicamente dos sofás, un closet de madera, en el cual vio que el azabache estaba buscando algo.

-Didier... -habló la morena algo apenada- {Debe pensar que fui deshonrada...}

-¿Estás bien? -el azabache traía consigo ropa, se acercó a la morena pues la había dejado en un sofá.

-Didier... perdón... no sé que paso... yo... yo... te juro que nadie me tocó... bueno... solo para golpear me... pero... pero... -la morena no podía verlo de frente a pesar de tenerlo cerca.

-María... guarda silencio, voy a sanarte -dijo el azabache para después lamerse los labios.

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Próxima publicación: 10/11/2022

Horario: 19:00 a 20:00 horas.

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