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Capítulo 12

Decisiones por tomar

La castaña se levantaba de su cama y se quedaba mirando a la ventana, por ahí veía como el cielo era completamente gris, casi similar a sus ojos, le daba pereza levantarse, pues el frío del ambiente la hacia bostezar mientras que el calor de su cama la invitaba a descansar más, pero tenía que levantarse, pues al casi irse ahora había cambiado sus días de trabajo, en vez de ser únicamente los sábados en la mañana ahora era toda la semana hasta las dos de la tarde excepto los domingos.

Se levantó con pereza, desayunó y al salir de su casa comenzó a caminar, en el camino sonó su celular, un número desconocido había mandado un mensaje. "Tengo celular propio :D" sonrió por aquello aunque estaba a punto de preguntar quién era, en eso apareció el ojiverde a su lado.

-¿Qué tal? Ya tengo celular nuevo -presumió el aparato y también la funda, está era de un dragón rojo lanzando fuego.

-¿Y el otro celular? -dijo mientras procedía a agendar lo.

-El otro es de Marcel, me lo presto por un tiempo, pero desde ese día le dije que mejor me comprará otro para mí únicamente. Por eso Marcel iba ese día conmigo.

-¿Se dieron cuenta por el teléfono? -termino guardando el celular.

-El si...yo...ya sabía dónde estabas...-guardo su celular en la bolsa de su pantalón.

-¿Cómo?

-Por...ya sabes -la castaña pensó un poco y luego se le colorearon las mejillas de vergüenza- Desde aquella vez digamos que estoy algo conectado contigo...verás en un radio de diez metros puedo encontrar te y sentir emociones intensas como odio y miedo...pero esa vez aunque desde mi casa hasta donde estabas era muy lejos...te pude sentir...-dijo algo sonrojado.

-¿Puedes sentir mis emociones? ¿Qué estoy sintiendo ahora? -le miro.

-Curiosidad, debería estar ciego para no notarlo -rió un poco.

-Jajaja tienes razón debería intentar luego...así que tú también...

-¿También?

-¡Aguas! -le golpeó el estómago empujándolo hacia atrás.

Paso un auto tocando el claxon de forma grosera, ya habían llegado al cruce y debían tener cuidado, pues los autos pasaban a toda velocidad a pesar de estar el semáforo en rojo. Al pasar al otro lado seguros siguieron platicando, hasta que la castaña tomo del brazo al ojiverde, este se extraño un poco pero no la retiro, al contrario noto que había cambiado.

-¿Qué ocurre? -pregunto amable.

-Ahí viene ese pendejo -lo señaló con la nariz.

El ojiverde levanto la vista y miro a un señor con bigote, uniforme azul algo sucio y gorra igual, tenía una mirada de morbo hacia la castaña, incluso hasta que pasó hombro a hombro con el ojiverde, cuando ya la perdería de vista aprovecho para decir.

-Mamacita~ -no susurro, tampoco grito, pero lo dijo para que escucharán.

-¡PENDEJO DE MIERDA! -grito la castaña pero el hombre enseguida dobló la esquina.

-¿¡Y ese idiota quien se cree?! -pregunto indignado a pesar que el lo estaba siguiendo también con su mirada afilada.

-Ese es un señor pendejo y morboso, en este país hay muchos pero en esta colonia el es el más odiado, es herrero así que digamos que está en varias casas y siempre está de morboso con las mujeres, siempre pero a los hombres si les baja la mirada el muy collon, antes siempre tenía que salir con mi hermano para que no me viera así, pero cada que regresaba de la escuela con Guardián también empezó a decirme cosas horribles, Guardián le llegó a ladrar y una vez que intento acercarse, Guardián le gruñó y estuvo a punto de morder lo...-suspiro- ya lo hemos reportado y algunas lo han denunciado...pero nadie hace nada, así que las mujeres evitamos encontrarnos con el y si lo encontramos, cargar con una piedra para cuando diga otra majaderia...

-Viejo pendejo y baboso...-dijo con rabia.

-No te lo vallas a comer -rió bajo- Su sangre de seguro debe estar podrida o saber asqueroso -dijo en susurro.

-Tranquila no lo haré...el que lo hará es Marcel pufff -quería reír un poco.

-Bueno, ya llegamos, aquí trabajo -dijo la castaña señalando el mercado al que habían llegado- Aumente mis días de trabajo para sacar dinero en lo que me voy...estoy muy nerviosa

-{Quisiera preguntarle el porque pero de seguro tiene prisa...} ¿Por...?

-La universidad...con todo lo que me a pasado {no se si podré confiar plenamente en ustedes o quedarme aquí...tanto en otro estado como aquí puede pasar cualquier cosa}...no sé cómo será todo a partir de ahora...-suspiro- Pero...hay que seguir le, me voy Bye~ -se despidió con la mano.

El pelinegro se dispuso a despedirse, cuando regresaba a casa sintió una fuerte necesidad de mirar atrás, nunca se sentía amenazado, pero ahora quiso voltear atrás, no había nadie decidió acelerar el paso por cualquier cosa. Al llegar vio que el rubio no había ido a trabajar, en su lugar estaba en el sofá acostado con su celular, este parecía molesto pero aún así sonreía.

-¿Qué te pasa? -pregunto el ojiverde.

-...Alguien...no dejo que crecieran mis semillas -dijo el rubio sonriendo.

-¿Otra vez? -se asomo a ver el celular- Oye desde hace 200 años quieres convertir a alguien, pero este no pasa de los cien ¿Por qué sigues haciéndolo? con los vampiros que somos estamos bien, entre más vampiros menos humanos

-Tal vez tengas razón, es bueno tener un número bajo de vampiros para que la comida dure...pero aún así quiero que al menos uno pase del siglo -sonrío algo triste.

-Deberías dejar eso ya...-continuaría pero fue interrumpido por el rubio.

Le hizo una seña con la mano para que guardara silencio pues atendería una llamada, el ojiverde no escuchaba bien quien era la otra persona, pero podía ver en las expresiones del rubio como se le deformaba la cara de rabia.

Al lugar donde había sido asesinado un vampiro acudieron otros siete del mismo rango incluyendo al ojiverde, a él hace mucho que no le agradaba juntarse con otros pero esta vez era la excepción pues ver la expresión del rubio le había sorprendido.
En la azotea se encontraba un palo de escoba viejo pegado con cemento a una cubeta vieja, está llena de polvo a su alrededor, no tan lejos del polvo estaba escrito con sangre seca "Los vampiros no valen nada" aquellas palabras apenas si se veían, en escena también estaba un celular pero los que llegaron antes ya habían visto su contenido y se lo mostraron a los recién llegados. El ojiverde se mostró sorprendido era la primera vez que veía como un cuerpo se descomponía por el sol, por otro lado el rubio se le veía molesto.

-Por el vídeo notamos que George ya estaba muerto cuando lo quemó el sol...así que...no sufrió tanto -hablo Jheimi con voz temblorosa.

-El vídeo tiene duración de dos días ¿Cómo es que ninguno de nosotros sintió algo? -hablo Sebastián impactado.

-Jajajaja entonces si hay un Amini vivo...que divertido...quiere jugar vamos a jugar entonces -mostró una sonrisa molesta.

-Mierda...un Amini -se limito a decir el ojiverde, no quería pensar pues a su alrededor había vampiros que podían leer su mente y este aún débil no podía impedirlo.

-El temible Didier...hace siglos que no te veía...es horrible que los grandes se presenten ahora que una simple cucaracha parezca estar viva -hablo el de vestido con respeto hacia el ojiverde.

-{...} Grandes...

-Fuiste el terror de los humanos y genocida de los Amini hace siglos ¿Recuerdas aquellos tiempos? Hace mucho que no sales, temí un poco, pero temo un poco más ahora, con los tres vampiros de rango A asesinados y ahora George...pienso que...-fue interrumpido el de ojos amarillos.

-¿Deberíamos tenerle miedo?  ¡Jamás! -hablo el rubio.

-No deberíamos pero lo que si es tener cuidado -llego el hombre mayor de mirada color sangre.

-Señor Vincent...-lo llamo por su nombre el rubio.

-Caballeros -respondió el mayor- Me temo que ya vieron como es que se descompone nuestros cuerpos con el sol...

-¿Volvieron a...? -el del vestido hablaría pero fue interrumpido.

-Diez vampiros de Rango A fueron asesinados en el centro del país...por un principio creímos que habían entrado en conflicto con hombres lobo pues encontramos el polvo de estos en las bocas de algunos cadáveres, pero de haber sido conflicto estarían los cuerpos, no el polvo -hablo el hombre serio.

-Si sigue así nos matará a todos en este país -hablo Jheimi- Después seguirá el resto de Latinoamérica... Estados Unidos, Canadá...Europa...Asia...y si se reproduce puede que atente contra la vida de los tres hermanos mayores ¿¡Es eso posible?! -comenzaba a alterarse mientras gritaba.

-¡Cálmate Jheimi! -le dió un golpe el de ojos amarillos.

-Piensas muy a futuro, un Amini sigue siendo un humano, y nosotros no le tenemos miedo a los humanos -sonrío el rubio.

-Forense...¿No hay algún vampiro que sea forense? -hablo el ojiverde captando la atención.

-Si...se fue el último en los vampiros de Rango B que mató, los de rango C nunca han tenido otro empleo que robar humanos, además que el Amini ya elimino a todos los vampiros de rango C en este país...solo queda un vampiro de rango A qué puede ayudarnos, pero este está en el norte del país y tiene demasiado trabajo -habló el mayor.

-El puede averiguar cómo murieron antes de ser quemados por el sol ¿No? -dijo el ojiverde.

-Lo dudo mucho hasta a los humanos se les hace difícil buscar entre el polvo, pero puede ser una opción, ahora es nuestra única esperanza para ver cómo trabaja este Amini, lo único que sabemos es que asesina y a los dos o tres días aparecen los restos de las víctimas -dijo el de ojos amarillos.

-Aparece al tercer día...-hablo el rubio- Debe ser de la última generación...

-Es cierto...el tercer día, como Jesús cuando resucitó, entonces es un Amini...-el de ojos amarillos fue interrumpido.

-Mestizo, de religión antigua y cristiana, es menos violento que uno antiguo, bueno al menos ahora sabemos que su método es por estrategia y no por fuerza -hablo el mayor.

A lo lejos, casi a una cuadra, igualmente en una azotea el de cabellos grises miraba divertido aquellos vampiros reunidos, soltó una risa elegante que quiso corromperse pero se detuvo a tiempo.

-Teman me...tiemblen...amenazo su vida...su cutre vida, deben temer me -saco su lanza.

Con la forma de media luna podía golpear fuerte dónde pisaba, debido al material del arma con cada golpe que daba resonaba en toda la cuadra como si fuera de unas campanadas de iglesia que sonaban una y otra vez, cada vez más fuerte y más fuerte y más fuerte.

Los vampiros en su posición miraron a dónde provenía el sonido, no vieron nada de cerca pero a lo lejos lograron ver un templo reconocieron que las campanadas eran las mismas que tocaban cuando alguien fallecía.

El del vestido comenzó a hiperventilar se, levanto su manga y dejo ver qué su brazo mostraba la piel de gallina.

-¿Nos está amenazando? -habló el mayor.

-No debería hacerlo -dijo el rubio- Y no deberías mostrarle miedo -tomo del brazo al de vestido y le bajó la manga.

-¡Le tengo miedo! -grito aterrado.

-Supongo que será una molestia -dijo el ojiverde viendo al templo.

Por su parte la castaña ya salía de su trabajo, noto que ahora no se había encontrado con el ojiverde, no le dió mucha importancia y siguió con su camino, caminó a casa, a la lejanía logro divisar aquel señor que había sido grosero en la mañana, tenía tantas ganas de tirarle una piedra pero no encontraba una por el camino, decidió tomar otra ruta, pero aquel hombre pareció comenzarla a seguir.

La castaña comenzó a sentir cierto enojo, buscaba algo en su bolso, logro divisar un buen lugar para esconderse. Un callejón parecía ser no muy buena idea a principio pero para lo que tenía planeado hacer era perfecto. Al callejón entro una castaña que aquel hombre iba siguiendo, se sintió con suerte de ver a dónde se había metido, apresuró el paso para alcanzarla pero al llegar del callejón salió un hombre de cabello gris largo, una capa azul oscuro y un ojo azul visible pues el otro estaba oculto con su cabello. El hombre al verlo dió un pequeño salto hacia atrás del susto.

-Buenas tardes Don pendejo -saludo el de cabellos grises.

-Buenas tardes...-saludo el señor con mirada baja y pretendía retirarse hasta que lo detuvieron del hombro.

-Me di cuenta que molesto a mi amiga ¿Sabe usted que el acoso es un acto repulsivo? -el señor asintió- ¿Sabe usted que lo pueden denunciar? -volvio a asentir- ¿Sabe usted lo que le voy a hacer? -el señor negó- Voy a hacerle un favor a todas las mujeres de su alrededor -sonrío mientras lo tomaba del otro hombro.

Después de una semana en las noticias locales salió la imagen de un viejo rabo verde con las extremidades rotas tanto brazos como piernas, el señor se reportaba herido por aquello pero aún con vida, la policía y los televidentes creyeron que era gente del caso del mes pasado pero quedó negado debido a que se reveló las múltiples denuncias por acoso además que al lado del hombre estaba un cartel escrito con plumón negro en un pedazo de cartón que decía "No más acoso"

Aquella noticia no fue indiferente a la castaña pues por un momento creyó que fue obra del rubio o del ojiverde, está los llamo para aclarar aquello, los cito en el templo del centro, ella estaba en una misa cuando llegaron los chicos, estos decidieron no entrar y esperaron afuera.

Los rezos de los creyentes se escuchaban afuera del templo, aquello provocó una leve carcajada en el rubio.

-¿De que te ríes? -pregunto el ojiverde.

-Ah perdón, son solo recuerdos...

-¿Recuerdos?

-De la época cristera... tú no estabas, solo...que comencé a reír porque...si pudieran creo que la iglesia me prohibiría la entrada a los templos ja ja ja ja -rió más alto.

-¿Qué tanto hiciste en mi ausencia? -pregunto no queriendo saber la respuesta.

-Ja ja ja ja ja ja ja ja ja muchas cosas...no muy bien vistas jajaja...-su risa fue interrumpida- ¿Sientes eso?

-Si, alguien de poder superior nos está viendo...pero no lo veo -dijo el ojiverde mirando a todos lados.

-¿Por qué se oculta? Es superior ¿Será un...?

Su curiosidad no duró mucho puesto que la misa había terminado y las personas salían del templo. La castaña se topo con estos y les pregunto sobre lo ocurrido ambos negaron haber estado en esos lugares a esas horas, lo podían demostrar pero a la vez no porque no querían involucrar la en sus cosas. Pronto la castaña tenía que irse, la acompaño a su casa el ojiverde ya que el rubio iría a otro lado.
Ese lugar era el templo, entro normalmente, se acercó al confesionario como cualquier persona normal.

-Ave María purísima del refugio -dijo el padre de aquel lugar.

-Sin pecado concebida padre...padre eh pecado -fingió dolor y arrepentimiento.

-Cuenta tus pecados hijo mío -le animo con algo de prisa.

-Padre...¿Dios perdona todo? -el padre asintió- ¿Usted me va a juzgar por lo que le diga?

-Solo Dios puede juzgar hijo mío, dime ¿Qué te trae aquí?

-Yo...yo...asesine a dos personas -habló con ciertas ganas de reír- No me abandoné padre...no se asusté después de confesar me, iré a la policía...por favor escuche me...

-¿Por qué hiciste eso? -dijo asustado.

-Me mintieron, botaron mi confianza a la basura, ella me engaño con el, así que asesine a ambos...padre ¿Dios me puede perdonar?

-El asesinato es un pecado mortal...pero Dios acepta a las ovejas que salen del rebaño y vuelven al camino -por el ruido que distinguía el rubio, imagino que buscaba su celular.

-Así es como funciona...por eso los delincuentes le rezan a Dios y la Virgen antes de asaltar a alguien cada día ¿Verdad? -habló ahora dejando de fingir.

-¿Qué? -este se sorprendió por su cambio.

-¿Y usted cómo cuántos pecados a cometido? ¿Y los monaguillos? ¿Y la limosna? ¿Cree que nos vamos a tragar la imagen de usted es un santo?

-¡Deja de decir barbaridades! ¡Al menos yo no asesine a nadie! -salio del confesionario

-¿Y los vampiros de rango C? ¿Los del B? ¿Y los diez de rango A? A poco va a mentir que usted no fue cuando claramente hace unos días hizo sonar las campanas de este lugar como declaración de guerra -lo siguió.

-¿¡De que hablas?! -este miraba a la puerta, seguido de su reloj.

-Amini ¿No eres uno? -mostró confusión en su voz con una simpática sonrisa.

-¡No! ¡Solo soy el padre de esta iglesia! -corrio en dirección al rubio.

Grave error, al pasar cerca, el rubio lo tomo del hombro y lo lanzo hasta el altar, el padre pareció levantarse pero estaba demasiado débil para distinguir las cosas.

-Hablas por las buenas o por las malas y si alguno de tus monaguillos es un Amini lo voy a asesinar, no es la primera vez que lo hago -sonrío acercándose.

Notó que la puerta trasera del templo comenzó a abrirse de ahí apareció un grupo de chicos con bolsas, platicando de cosas triviales hasta que notaron al padre desmayado y un extraño rubio a lado. El rubio mostró una gran sonrisa ante sus miradas.

—En otro lado—
La castaña y el ojiverde habían terminado el tema del señor desde hace un rato ahora solo se escuchaban los pasos de ambos y la plática de las personas que pasaban a lado de ellos, ninguno mostraba indicio de hablar, aunque ambos desprendían ciertas ganas de querer hacerlo. A escena una voz rompió el silencio.

-Hola Ari -el peliazul tenía su disfraz y saludo de manera normal.

-Ah, tu -respondió el ojiverde.

-No te hablo a ti ¿Ari? ¿Estás bien? Hace mucho no nos vemos, ¿Cómo estás? -miró a la chica.

-Ya lo decidí...-respondió la chica.

-¿Qué decidiste? -preguntaron ambos.

-Me voy a Guanajuato, pronto comenzaré la universidad y estuve guardando dinero para tener un lugar donde dormir y esas cosas...pero...{Tengo miedo de que me pase algo allá sola...}...tengo miedo...no quiero {estar con ustedes...me provocan problemas pero al mismo tiempo me han salvado de cosas que atentan contra mi vida...}...estar sola...-dijo con un tono algo triste y preocupado.

-Tengo una idea -dijo el peliazul tomándola del hombro.

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Próxima publicación: 11/08/2022

Horario: 19:00 p.m.

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