Ayer...
Ayer, ante la supresión de tu amor
Hablé de tu mortaja,
Y me digné solo a ver las veletas volar en el ocaso.
Ayer, no solamente me faltaste tú, mi penuria,
Sino que también me faltó el aire
En el alma, porque quise oxigenar mi existencia y adorar su valor infinito.
Ayer, la ansiedad era sólo un pensamiento,
De desearte y tránsfugar a otro corazón
Cómo si todo en ésta pretenciosa vida fuera de tener dos amores...
Y no, existen celos vulgares, otros indefensos, a diferencia de los míos que son libres de caminar sin zozobra,
Aunque celos, son celos a donde vayan y cómo los definan, igual son estos impares del amor...
Ayer, fue un desorden de ideas,
Pérdidas en mi corazón abandonado,
Hundidas y aberrantes,
Controversias que yo mismo discuto
Y consigo mismo no logro entender.
Ayer, fue una reliquia encontrada,
No bajo el mar ni atrás de las montañas,
Reliquia de un recuerdo,
Reliquia que hoy se hace efímera,
Porque nada, absolutamente nada,
Puede recuperar el ayer,
Aunque empieces a dar hoy lo que recogerás mañana.
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