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Comienzo

Narración omnipresente...

La llegada de los jugadores a la mansión no fue la gran cosa, sabían todos que tendrían que hacer algo, eso les mencionaba la carta que les había llegado hace tiempo atrás. La recompensa era una gran suma, inclusive podrías comprarte la vida entera si quisieras.

Lo que no les habían mencionado fue de que trataría el juego, ellos ni siquiera pararon un momento para pensarlo, la codicia dominaba en sus mentes, no importarse quien fuese hasta el más inocente del grupo sólo pensaba en el dinero. Algunos no se dieron la confianza sólo por eso, el temor a que le arrebatasen lo que ellos querían sólo inundaba su mente, tomo bastante tiempo para poder confiar apenas y con los muy pocos jugadores que habían pudieron formar alianzas a pesar de los problemas que algunos entre si tenían. Los jugadores llegaban cada mes, llevaban diferentes oficios, algunos portaban alguna herramienta útil con alguna clase de magia sólo en algunos que ayudaban a los jugadores que podrían ser más débiles sin ellos. Aunque sólo había uno que no portaba un arma o herramienta que le brindarán cuando se unió, de hecho, ni siquiera su nombre se conocía le llamaba sólo Chico de la suerte, por el hecho de encontrar cosas en los cofres que con tan sólo desear podría obtener lo que pidió. Su pasado tampoco se sabía, todo en él era completamente un misterio.

-Lucky- Con su mano cubierta movía el cuerpo cansado de su pecoso compañero. -Lucky, despierta. Aqui no es un lugar muy cómodo para descansar.- Aún seguía insistiendo hasta finalmente ver como los ojos del chico se iban abriendo perezosamente.

- ¿Emily? - Con una de sus manos buscaba sus lentes para después colocarlo y ver con claridad a la doctora. - ¿Qué hace aquí? -

-Te venía a avisar que mañana empezarán los juegos, los chicos están escogiendo quienes irán. Además dormir en la mesa no es muy cómodo para uno, podría dejarte dolor muscular en espalda o cuello.- Tomo asiento junto al chico.

-Sobre el dolor no hay problema señorita Dyer- Se recargo en la silla para estar más cómodo.

- Pero si para eso tiene su habitación joven Lucky, si a usted le tocará el juego tal vez sería conveniente un buen descanso.-

- Si fuera así no me importaría nada con tal de que ganemos en el juego sería suficiente, inclusive si todos lleguemos ilesos, aunque de eso lo dudo... - Su vista sólo se dirigió a otro lado, sin hacer contacto con la doctora.

- ¿Por qué lo dices Lucky? - En su tono de voz se notaba la duda, en parte sospechaba de algo con tan sólo haber escuchado eso último.

- No lo se, creo es sólo intuición - Sus hombros levemente se levantaron, pero aquella mirada aún seguía estando igual, pérdida.

- Si es así, quisiera que esa intuición que dices sea sólo broma, no quisiera saber que lo que dices pueda ser cierto.- La dama se levantó del asiento, acomodando la silla como estaba cuando llegó. - Por cierto, debes ir con los demás para saber si serás afortunado de quedarte en la mansión o ir al juego.- Sin despedirse salió de aquel comedor dejando pensando sólo al chico de lentes.

Él no quería ser así con ella ni con los demás, pero tenía entendido algo después de un suceso el cual no sólo le dejó un trauma, se le fue arrebatado su corazón en el momento en que quedó completamente sólo a su suerte, ya no tenía a aquella persona la cual admiraba y amaba más que nada en el mundo, su hermano había sido asesinado cuando el apenas aprendía como sobrevivir en aquel sitio. Había sido uno de los primeros jugadores en probar aquel terrible juego, siendo amenazado con pesadillas por alguien.

Por esa razón el es así, ya no es el pequeño inocente e inexperto chico que su hermano tanto protegió, ahora era Lucky Guy, el chico de la suerte.

Después de un tiempo corto de mentalizar todo se levantó de la silla para tomar rumbo al comedor donde de seguro la mayoría estaría para sortear los jugadores en aquel horrible juego, el sabía que pasaría allí. No por nada el tiene esa actitud.

Llegando encontró a todos rodeando la mesa todos, en sus ojos por primera vez mostraban temor, no era mentira, aunque no se debía juzgar, ahí no saben bien quien podría estar mintiendo y quien dice la verdad. 

-Bien aquí estoy, ¿Me estaban esperando? Pues aquí me tienen- Me coloque junto a Helena, ella es una bella mujer para que mentirlo, pero eso no quita que pueda ser alguien terrorífica o no. 

- Perfecto, ¿Ya te dijeron que se iban a sortear los juegos no es asi? - Hablaba el de dientes peculiares mientras el otro sólo asentía. - Bien, Entonces... Si hay aquí algún curioso que quiera ir al juego me deben decir, así nos hacen más fácil escoger a los jugadores. - No se vio que nadie que levantase su mano o siquiera hablase. Hasta después de unos minutos donde uno de los nuevos hablo.

- Yo puedo ir - El joven Norton decía con su sonrisa característica.- Así puedo entretener y detener al cazador por unos minutos.-

-Bien ya está, ¿Hay alguien más aquí que quiera ir? -Cuando ya nadie respondió se acomodo su corbata sólo para verse más inteligente, claro que sólo era para hacerse el más capaz de todos aquí, era uno de los ambiciosos que se habló antes.- Norton, ¿Hay algún compañero que quieras llevar contigo?-

- Pues... Creo que no. - El chico paseaba la mirada con todos buscando quien se podría ofrecer.

- Bien entonces, veamos... Norton puede servir para entretener al cazador si es que hay problemas eso quiere decir que necesitamos a alguien que descifre las máquinas mientras eso sucede.- Hablaba mientras sacaba un mapa mostrando los sitios donde normalmente había una máquina.- Ese trabajo lo puede hacer Helena, Tracy y Martha... - Miro a las tres mencionadas esperando una respuesta.

-Yo puedo ir.- La mecánica se apuntó antes de que alguna de sus compañeras dijera algo.- Si oculto a mi robot puede pasar desapercibido hasta que lo saque de su escondite.-

-Si va la señorita Tracy yo iré- Hablo el vaquero sin pensar en las consecuencias que habría si se distraia.

-Bien... ¿Hay alguien mas aquí que quiera ir a su voluntad?- Espero alguna respuesta.

-Yo iré- Decidido el chico de la suerte hablo.

-Bien, entonces ya están los 4... Ahora todos los demás ya no los necesito, pueden ir a descansar o yo que se. Pero me quedare a hablar con ellos- Los supervivientes restantes solo salieron sin soltar queja alguna. Estando ya solos Freddy les mostro varias ubicaciones donde podrían aparecer las maquinas, tambien mostro las compuertas de escape y las ubicaciones de posibles escotillas. Debían prestar atención, era aprenderse varios mapas ya que no sabrían donde podría ser el juego.

- Bien ya explicado todo, les deseo suerte para mañana.- Dejo una pausa en su voz.- Espero poder verlos después del juego.- Tomo sus mapas y empezó a acomodarlos.- Vayan a descansar, lo necesitaran.-

Los 4 supervivientes fueron a sus habitaciones, sabían iba a ser un dia muy pesado...

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