Como Jin le había clavado descaradamente el visto, no una, sino tres veces, se sintió más ofendido aún.

Se sentó en el sillón y colocó a Kumamon entre sus piernas mientras que se cruzaba de brazos y miraba al niño con recelo.

Estaba actuando de una manera un tanto infantil, lo sabía, pero que Kumamon fuera rechazado e insultado lo molestaba.

De todos modos no podía pasar su día así, enojado con un niño de ocho años que lo estaba ignorando olímpicamente mientras iron man peleaba con capitán América...

Volvió a suspirar frustrado y ya que su amigo no quería ayudarlo, se dispuso a buscar en google.

Tecleó: "cómo tratar con un niño tímido"

Las sugerencias que le iban apareciendo no eran precisamente de gente que hablara seriamente. Seguro eran unos pocos más niñeros (o intentos de éstos) sin ningún tipo de ética.

Se encontró con cosas como:

"Lo que le hace falta a ese tipo de niños son dos sopapos y un buen chacletazo"

"No se puede tratar con ellos. Una vez intenté prestarle mi computadora para que jugara online, pero debí haber cerrado las páginas porno antes... Mala idea"

Obviamente ninguna de aquellas cosas, escrita por gente con tan poco cerebro, le estaba resultando útil.

Dejó el aparato a un lado y se quedó pensando. Al chico le gustaba iron man, por lo visto y con eso podía planear metérselo al bolsillo.

Le salió humo de la cabeza de tanto pensar y logró recordar algo que le venía como anillo al dedo para aquella situación.

Cuando había cuidado de Tae Hyung, ese niño revoltoso, había tenido que asistir a un cumpleaños y en él le habían regalado varias máscaras.

¿Por qué? Bueno... Eso tiene su pequeña historia.

Hacia tres años, Yoon Gi, a petición de su querida madre, aceptó cuidar en ese entonces al hijo de su vecina, Kim Tae Hyung. En ese entonces era un chiquillo de 7 años bastante revoltoso que siempre tiraba su pelota a propósito contra la ventana de su cuarto sólo para ir a tocar timbre y molestarlo.

Por eso Yoon Gi lo odiaba. Pero a pesar de eso, le debía un favor a su madre y a su vecina.

Ese día, el mayor no tenía la menor idea de que el Demonio de Tasmania, como él lo bautizó, iría a un cumpleaños.

La cosa fue bien hasta que llegó a la casa del niño cumpleañero con Tae y éste le dijo a su amiguito y su madre que Yoon Gi era algo así como un Piñón Fijo*.

La cara de Yoon Gi fue de total desagrado, pero acabó aceptando porque la mujer le preguntó cuánto cobraba y ahí sus ojos se dibujaron con dos símbolos de wons.

Total, que acabó haciendo de bufón para una cantidad de veinte mocosos malcriados que quisieron jugar a golpearlo como piñata y a dispararle con pistolas de agua.

Y todo fue así en un transcurso de dos horas y media. Y cuando llegó el momento de que el niño debía soplar las velas, el pequeño Tae no tuvo mejor idea que dispararle apuntándole al trasero, haciendo que cayera hacia delante sobre el pastel.

Todo fue gritos y llantos. Saltó incluso la alarma de incendios porque claramente cuando Yoon Gi cayó, las velas seguían prendidas y acabó rodando por el piso en llamas.

Ese fue el peor día de su vida. Y bueno, debido al incidente tuvieron que pagarle regalándole varias máscaras de disfraces.

Tan ridículo...

Después de recordar ese mal momento, Yoon Gi subió hasta su cuarto a buscar una de las tantas máscaras que tenía para así probar una nueva manera de acercarse a Kook.

¿Funcionaría?

Estaría por verse