La Navidad, una maravillosa fecha en la que las familias se unían sólo para comer, darse regalos y hacer una gran fiesta.

Los niños creían en que un hombre vestido de rojo y con barba de hace cincuenta mil años les llevaría los regalos que habían pedido por portarse bien durante todo el año.

Esa tarde, Kook estuvo dando vueltas por su cuarto, ordenando todos sus juguetes y acomodando un pequeño arbolito sobre su escritorio. Ya había hecho la correspondiente carta hacia un mes atrás. Sabía perfectamente lo que quería.

Su madre y hermano prepararon varios platos y postres sólo para ellos tres. Celebrarían como la pequeña familia que eran, en casa y tranquilos.

—Kookie, mira lo que hice—Jin se acercó hacia él con un pequeño pastel de chocolate donde en la parte superior la decoración era el rostro de un súper héroe —¿Te gusta?

—¡Iron man!—gritó alzando sus brazos y dándose saltitos en el lugar—¡Me gusta mucho!

Jin sonrió ampliamente ante esa reacción tan enérgica de Kook. No era un niño tan entusiasta, pero tratándose de súper héroes se volvía loco.

Mientras tanto, la madre de ambos iba arreglando todo en la mesa. Ya era casi la hora de comer y el hambre empezaba a exigirles un bocado.

—Kookie—lo llamó con una dulce voz y el niño corrió hacia ella —¿No te vas a cambiar? Estás lleno de pintura, no querrás que Yoon Gi te vea así, ¿no?

—¿Yoon Gi...?

Su cara de confusión hizo reír a su madre y a Jin. No tenía idea de que Yoon Gi pasaría la Navidad con ellos.

—Lo invité yo—Jin guiñó un ojo disimuladamente y su hermanito se sonrojó.

Kook sin decir una palabra corrió a su cuarto y buscó en su armario la mejor ropa que tuviese. Por supuesto que se quería ver bien prolijo, como todo un señorito.

Buscaba entre los cajones como desesperado mientras su corazón latía frenético; creía que moriría.

Y después de unos diez minutos logró encontrar algo que él suponía que estaría bien. Se puso un traje de color azul, el cual los pantalones le llegaban un poco más arriba de los tobillos, una camisa blanca y un moño rojo en el cuello. Seguido, peinó muy bien su cabello y se echó una colonia.

—Huelo a bebé —se dijo mirándose al espejo con un puchero.

Él quería oler a hombre, no a bebé. Corrió entonces al cuarto de Jin, pero las colonias de su hermano olían más a flores que otra cosa y no, no quería oler como su mamá.

Ya estaba listo para recibir a Yoon Gi. Lo extrañaba y, después de haberle dicho a Jin que le gustaba, creería que estaría un poco incómodo.

Entre latido y latido frenético, sonó el timbre. Su cuerpo se paralizó y el miedo se apoderó de él. Se escondió en la cocina y empezó a resoplar.

—Hola, Yoon Gi, pasa por favor —escuchó decir a su madre.

Los pasos del chico entrando hasta la sala lo ponían más nervioso aun. No podía salir de su escondite y saludarlo como si nada, le resultaría vergonzoso.

—Gracias por invitarme—dijo amable—¿Y Jung Kook?

Cuando preguntó por él, sintió un montón de maripositas en su estómago, sus mejillas sentían calor, sus manitos sudaban y su pierna no dejaba de moverse.

¿Saldría de su escondite para saludar a su crush o se quedaría ahí por siempre?

Sin dudarlo, se asomó tímido y miró hacia Yoon Gi. Cuando éste también lo observó, dibujó una gran sonrisa en sus labios; levantó su mano y la agitó levemente para saludarlo.

—Mira quien vino a verte mi bebé —canturreó su madre haciéndolo sentir más vergüenza.

—Hola, Jung Kookie, ¿cómo haz estado?—Yoon Gi le extendió la mano para que se acercara hacia él y saludarlo como debía.

Los pies de Kook caminaron muy lentos hacia el otro y una vez muy cerca, tomó su mano. Yoon Gi lo atrajo hacia su cuerpo y le dio un abrazo, el cual Kook correspondió sin dudarlo. Incluso lo apretó y apoyó su cabeza sobre el hombro del mayor.

—Y-Yoon Gi—dijo casi susurrando—Te extrañé.

A Kook le costaba mucho hablar, pero Yoon Gi era alguien muy especial para él y hacer el esfuerzo y poder decir algo lo ponía muy feliz.

—La verdad es que yo también —confesó—. Le dije a Jin que odio a los niños, tantas, pero tantas veces...

—¿M-me odias, hyung?—Kook hizo un extraño puchero, como si fuese a llorar por oír eso.

—No, claro que no. Tu eres el único niño al que no odio y por eso...—le dio una bolsa de color rojo y el pequeño la tomó enseguida—, te traje un regalo.

Sus manos abrieron rápidamente la bolsa y se encontró con un peluche bastante grande de su ya tan nombrado súper héroe favorito.

Mostró así una enorme sonrisa, haciendo notar sus dientes. Miró a su madre y luego a Jin transmitiendo una enorme felicidad con sus ojos.

Sí, definitivamente quería casarse con Yoon Gi.

—¡Te quiero, hyung, gracias! —gritó de repente y salió corriendo de la vergüenza hasta el pequeño patio.

—¡Oh, Dios mío! —dijo Jin con en ceño fruncido—Ni a mí me dice que me quiere tan entusiasmado.

Los tres mayores se miraron y rieron por la precipitada acción del niño.

Yoon Gi lo siguió hasta el patio y lo observó abrazar con fuerza su regalo. Parecía que le había encantado.

—¿Tanto te gusta Iron man? Tienes unas gran obsesión —se acercó hacia él y se sentó en el césped.

Kook lo miró un poco sorprendido porque lo siguiera, pero aunque tuviese mucha vergüenza, decidió sentarse a su lado y hablar como todo un niño adulto.

—Sí, pero...—apretó el peluche y escondió su cara contra éste —Mhe gufhtas mhas thum hyung...

—¿Eso fue un mensajes secreto? —rió Yoon Gi ante esa actitud tan infantil. Lo había entendido perfectamente y le resultaba muy tierna una confesión de un niño tan pequeño que una vez lo golpeó en las pelotas.

—No—Kook alzó su rostro y sin dejar de apoyar su cabeza sobre el peluche, miró al peli menta—.Es que... Me da vergüenza.

—No tienes por qué, Jin ya me dijo que querías casarte conmigo.

—¡¿Cómo?!—sus ojos se abrieron como platos y ahora sí, su rostro era un completo tomate—Eso es... Yo no...

—Eres muy lindo diciendo esas cosas, pero eres pequeño para pensar en un matrimonio.

—No. Soy un niño grande, me visto con traje—se miró a sí mismo —.Eso es de alguien mayor.

—Eres un niño grande con olor a colonia de bebé.

—Eso me lo compró mamá... —frunció un poco el ceño y notó como la timidez iba desapareciendo cada vez que le contestaba.

Yoon Gi le revolvió los cabellos al niño y a punto de decirle algo, el sonido de unos fuegos artificiales los distrajo a ambos. El cielo ya oscuro empezó a pintarse de una explosión de colores llamativos.

Jung Kook los observó maravillado, con su boca medio abierta, no dándose cuenta de que la mano de Yoon Gi seguía sobre su cabeza.

Esa noche, fue la mejor Navidad de su vida. Jugó con el mayor, le enseñó muchos dibujos, miraron los fuegos artificiales y comieron helado a pesar del frío que hacía ese día.

Fue perfecto. Y a pesar de que ahora Kook sabía que su mal hermano lo delató, su deseo de esa Navidad fue que algún día, realmente, pudiera casarse con él.

--❤--
No se esperaban esto, ¡eh!
Yo tampoco 😂

Odio la Navidad, pero no sé, me surgió hacer esto como un regalo para ustedes, que se yo(?)

Espero que les haya gustado y bueno, eso. ಥuಥ