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3.

Durante el celo, el cuerpo gastaba muchas energías. Por lo que antes y después era normal sentirse muy cansado. JiMin había tenido la "fiesta" que había organizado su mamá, y eso debió consumir sus pocos ánimos. JeonGguk lo recostó sobre el colchón y colocó un paño frío sobre su frente. JungKook estaba sacando lo que habían comprado y tarareaba una canción.

-Probablemente al ser dos alfas su cuerpo se cansará más -JungKook se detuvo de mover las bolsas- va a estar muy hiperactivo estos días, después dormirá mucho.

-Si, vamos a tener que buscarle algunas cosas en su casa, esto no va a terminar rápido -JeonGguk se sentó en el suelo, junto al omega.

-Deberíamos traer todo, JiMin va a estar unido a nosotros, deberá mudarse pronto -JungKook guardó la torta en la heladera- espero que su mamá nos deje pasar.

-Ella va a hacerlo. Aunque no quiere que lo llevemos, sabe que no podrá interponerse cuando tenga nuestra marca -el alfa menor sacó el paño para remojarlo en agua con hielo, lo escurrió y se lo puso de nuevo.

-Eso será después, necesitamos algunas cosas ahora -el mayor avanzó hasta el pasillo que daba a la entrada de la casa- voy a ver si se puede.

-Está bien, no vayas a pelear con ella -molestó JeonGguk.

-Calla -dijo y agarrando las llaves de la camioneta salió.

El sol daba deliciosamente, pensó que sería buena idea estar afuera con JiMin. Considerando que después no saldrían de la habitación por un tiempo.

Sacó el seguro y abrió la puerta. Ya dentro, suspiró cansado. La señora Park había sido un problema desde el principio. E incluso había provocado que la policía se involucrara, ambos alfas habían creído que irían presos. Sería fácil decir que querían aprovecharse de su hijo, que además era menor que ellos, y dirigirlos directo a una celda. Cosa que no salió así, JiMin hizo una escena con lágrimas y todo, rogando que no se los llevaran. Que el quería estar con ambos, que había aceptado ser cortejando y que no lo trataban mal . Al final, los dejaron tranquilos. Después de todo, JeonGguk y JungKook eran conocidos y tenían una buena fama.

El viaje fue corto y cuando llegó volvió a suspirar cansado. Bajó y pasó el camino de piedras. Luego llegó a la puerta y tocó.

A diferencia de JeonGguk, la señora Park parecía no tener tanto problema con él. A JungKook eso le enojaba, ella pensaba que por ser juguetón y divertido no podría cuidar de JiMin. Mientras que él solía ser más serio y formal al hablar.

-Bueno día, señora Park -saludó al instante en que la puerta se abrió.

-JungKook -ella frunció la cara para después asentir- ¿mí hijo?

-JiMin está descansando, su cuerpo está acumulando energías -explicó con la esperanza de que ella no lo tomara mal.

-Ah, claro -ella miró a otro lado- ¿qué haces aquí?

-Vengo a buscar algunas cosas que va a necesitar -los nervios de le dispararon después de decir eso.

-Ah, bueno, no estoy de acuerdo en esto... pero no puedo dejar a mi hijo sin nada -ella lo miró medio enojada, aun así dejó que entrara.

Había estado pocas veces en la casa de JiMin, su madre estaba decidida a que no se involucraran tanto. Y la habitación de su omega era un lugar casi desconocido, solamente una vez había estado ahí.

-Vi que empezó a empacar -la señora Park lo guiaba por las habitaciones- no sé qué cosas va a necesitar.

-Algunas pocas -miraba con curiosidad las paredes rosa pastel y los cuadros que la adornaban.

Por fin llegaron a una puerta blanca y ella lo dejó pasar. Entró y comprobó con sus propios ojos que JiMin tenía la mayoría de sus cosas listas para llevar. Su madre se veía triste mirando las cosas de su hijo, JungKook no se permitió sentir lástima por ella, después de todo, era quien más problemas había dado con su relación.

Cada caja tenía escrito lo que llevaba, por eso fue fácil buscar lo que debía llevar. Mientras que quería agarrar todo y cargarlo en la camioneta, eran las cosas de JiMin y quedaba a su decisión cuando llevarlas. Se volteó al sentir un ruido, la madre de JiMin no estaba. No se preocupó por eso, siguió con paciencia.

Buscó una de las mochilas viejas de JiMin, ahí colocó mudas de ropa. En secreto, pensaba que en realidad ni harían falta. Después agarró varios de los peluches que acostumbraba llevar a veces. Los omegas se ponían mimosos y era seguro que querría sus cosas. Tomó unas cosas más y decidió que era suficiente.

Salió y cerró la puerta con cuidado. Caminó y buscó con la mirada a la mamá de JiMin. Parecía haber desaparecido. En otras circunstancias la habría buscado para avisarle que ya estaba, pero su lazo le decía que debía volver con sus compañeros.

Salió y de nuevo cerró con cuidado. Fue a la camioneta y dejó su carga. Entró y se quedó sentado mirando la casa. La señora Park agitó la mano en despedida y el copió su acción. Arrancó y salió para donde estaban sus compañeros. El lazo que compartía con ambos estaba algo agitado. Su parte alfa exigía llegar con ellos.

Aunque JeonGguk estaba ahí y también era alfa. Se calmó con eso. JeonGguk era capaz de cuidar de ambos. Pero el tirón de la necesidad de comprobar que todo estuviera bien no desaparecía.

Por eso al llegar frente a su hogar, agarró todo y bajó deprisa. La puerta del frente estaba abierta y entró con facilidad. Se movió a la habitación para dejar las pertenencias de JiMin y de forma veloz llegó a la sala, donde los había visto por última vez.

JiMin estaba sobre el regazo de JeonGguk. Sus piernas a un lado, mientras que con sus brazos apretaba la cintura del alfa. JungKook continuaba teniendo esa sensación extraña por el lazo, se acercó sin comprender que había de malo.

- ¿Gguk? ¿Chim? -dijo mientras se acercaba.

Las dos cabezas se giraron tan rápido que debería haberlo asustado. JiMin tenía las mejillas rojas y se veía adormilado. JeonGguk se encogía de hombros, dando a entender que tampoco estaba seguro de que pasaba.

-JiMin -el omega lo miró y estiró los brazos.

JungKook lo agarró y estuvo sorprendido por la fuerza con la que lo rodeó con sus extremidades. Fue a sentarse junto a JeonGguk, con el omega abrazado.

- ¿JiMin? Habla pequeño -ordenó en voz baja JeonGguk.

-Mmh, n-no sé qué pasa -JiMin apretó más fuerte a JungKook.

-Tranquilo, pronto te acostumbras y no se sentirá mal -le aseguró el alfa menor, después entrelazó sus dedos con el omega cuando este se lo pidió.

Con su otra mano libre, JeonGguk prendió el televisor para llenar con algo de sonido la sala. Ninguno de los alfas hizo intento de irse, su omega necesitaba de ellos. El celo podía ser algo normal, una vez que se aprendían las sensaciones. JiMin experimentaba por primera vez el pasarlo con sus compañeros. Habían cosas nuevas que sentía y era el trabajo de ambos ayudarlo a calmarse y darse cuenta que después todo pasaba.

JeonGguk se apoyó en el hombro de JungKook y se quedaron los tres mirando con atención lo que era un programa donde hacían bromas a la gente. JiMin se calmó después de unos minutos, aún sostenía a JungKook y mantenía apresada la mano de JeonGguk, pero se notaba mejor.

-Estaba pensando que podríamos comer en el patio -expresó el alfa mayor.

-Si, hace calor -JeonGguk pasó su nariz por la mandíbula del otro alfa- hay que aprovechar, de noche hará frío.

-Deberíamos almorzar y comer lo demás que trajimos como media tarde -JiMin les sonrió.

-Hagamos eso -JeonGguk soltó su mano y se enderezó, para encaminarse a la cocina- voy a recalentar lo que sobró de anoche, que por cierto es un montón, JungKook quiere engordarnos.

-No quiero mí trasero más grande -JiMin golpeó el hombro de JungKook jugando.

- ¡Ya tiene el tamaño perfecto! -gritó JeonGguk.

-Hablábamos de comida y terminamos con traseros -JungKook no pudo evitar reír- no entiendo qué pasa.

-También me encanta tu trasero -JeonGguk apareció- tiene el tamaño justo.

-Estoy de acuerdo -JiMin asintió tratando de verse serio- el tuyo también está bien, Gguk.

-Gracias -JeonGguk hizo una reverencia y se volteó para volver a lo que hacía, no sin antes darse una nalgada.

-Ahora, traje ropa de tu casa -JungKook masajeó sus caderas- más cómoda.

-Gracias por eso -JiMin lo abrazó- sé que mí mamá no les agrada.

-Está bien, ella va a entender algún día -eso esperaba- no es nada.

-Supongo que unos pantalones sueltos no estarían mal -se miró y salió de su regazo- ya vuelvo.

-Ve, cariño -JiMin se fue contento por el apodo y JungKook también decidió ponerse a hacer algo.

Apagó el televisor y decidió ayudar a JeonGguk con el almuerzo. Sino el alfa se enfadaría.

JiMin ojeaba la ropa, decidiendo que era lo mejor para ponerse. Al final solo se cambia sus pantalones, pero no su remera. Estaba cubierta por el olor de sus compañeros, a su nariz le gustaba.

Una vez listo, acomodó las prendas dentro del ropero. Se quedó mirando hipnotizado las anchas camisas de JungKook y los calcetines coloridos de JeonGguk. Todo era familiar y acogedor. Y le asaltó el recuerdo de cuando JungKook se había ido a trabajar, al igual que JeonGguk y el se quedó durmiendo. Cuando había despertado, lo hizo sintiéndose solitario. Y de alguna forma terminó dentro del ropero, olfateando el aroma de sus alfas. Lo mejor fue que ellos lo dejaron pasar, aunque era obvio lo que hizo. Todo su olor permaneció en la ropa que llevaban.

Sonrió al escuchar a JeonGguk cantar una canción, desafinando en cada palabra. Y a JungKook diciéndole que podía hacerlo mucho mejor.

A pasos lentos, llegó a la cocina. Y ayudó a llevar platos y vasos a la mesa del patio. Los chistes volaban en todo momento. Algo que cooperó para que ignorara los pinchazos de incomodidad que tenía por la preparación previa de su cuerpo al celo. Era extraño, pero comprendía que ahora sería más fuerte, porque estaba asegurado que tendría compañía.

Comieron entre charla, con algo de sol en la cara y el viento volando sus servilletas. Eso no impidió nada, se mantuvieron sonrientes y calmados.

Su aroma se volvía intenso,a medida que el tiempo transcurría. No era consiente de eso, sus alfas sí. En especial JeonGguk, quien no perdía el tiempo cuando se trataba de hablar sucio. A pesar de que terminaba con un JiMin avergonzado e irritado, además de JungKook recitándole que eso no se decía en la mesa.

Estuvieron ahí hasta que el sol se volvió demasiado. El calor se volvió insoportable. Por eso recogieron todo y lo llevaron para adentro. JeonGguk lavó los platos mientras que JungKook iba al cuarto a ordenar y JiMin limpiaba el suelo lleno de tierra que ellos habían traído.

-Ggukie –JiMin alcanzó el buzo de su alfa- no me estoy sintiendo bien.

-Oh, Chim –JeonGguk se volteó a verlo y lo agarró por la cintura- creo que tu celo quiere adelantarse.

-No me gusta cómo se siente –JeonGguk observó cómo su omega soltaba un sollozo- Gguk.

-Bien, mira, vamos por JungKook –no admitiría que su cabeza se nublaba por la preocupación, y que por eso necesitaba al alfa mayor.

Con una mano en la cintura de su compañero, llevó a JiMin hasta la habitación. Era su lugar de paz, ahí se concentraba el aroma de los tres, resultando inmensamente relajante.

JungKook estaba terminando de ordenar las sabanas. Que, para su mala suerte, deberían ser retiradas muy pronto.

-JungKook, creo que nuestro omega va a necesitar de nuestras atenciones –concluyó JeonGguk al ingresar a la habitación, el aroma de JiMin volviéndose dulce y llamativo.

-Oh, JiMin –JungKook se acercó para ayudarlo- es muy rápido.

-Creo que ya nada se puede hacer- Gguk acostó a JiMin- ansía nuestra marca.

-Nada más se puede hacer.

Miraron al omega en la cama, y como comenzaba a estremecerse y soltar gemidos. Después sus ropas desaparecieron. Y ambos subieron al colchón para hacerle compañía.

Era hora de complacer a su pequeño.

Gracias por leer [❤️].

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