Final
-Gracias Taehyung, de verdad- Susurró Yoongi, bajando del auto junto a Jimin.
-Pasaré mañana a ver cómo está todo- Habló el castaño antes de arrancar el coche y desaparecer por la carretera.
Yoongi acarició el cabello de Jimin con su mano, el chico rubio dormía plácidamente sobre su hombro en sus brazos, su cuerpo estaba frío y a veces temblaba, si no lo bañaba rápido, enfermaría.
Con esfuerzo sacó las llaves de emergencia que estaban escondidas entre las flores y abrió la puerta tratando de hacer el menor ruido posible. Probablemente Young Mi estaría dormida y lo último que quería hacer era preocupar a su abuela.
-Jimin, bebé, despierta- Susurró soltando lentamente al chico, quien abrió sus ojos a duras penas y se paró con esfuerzo, temblando- Ve a darte un baño caliente, yo prepararé algo para que tomes-
Se giró dispuesto a ir a la cocina, pero Jimin agarró su mano evitando que se fuera.
-No me dejes- Susurró en un sollozo, y Yoongi no pudo evitar volver a abrazarlo con posesividad, acariciando su espalda. El solo imaginar que estuvo a punto de perderlo le dolía en el corazón, por lo que tomó su mano y subió las escaleras junto a Jimin antes de entrar al cuarto.
-Te estaré esperando aquí- Yoongi se sentó en la cama, mirando como su novio sonreía tímidamente tomando algo de ropa antes de entrar al baño.
Yoongi suspiró agarrando algo para ponerse también.
Al final el tenía razón, salir de la casa junto a Jimin había sido un terrible error, y por culpa suya casi pierde al chico que más ama en todo el mundo.
Gruñó mientras se cambiaba de pantalónes y se sacaba la camiseta, había sido un completo idiota, debió de haber seguido sus instintos en vez de hacerle caso a la loca de su abuela.
Pero oficialmente se habían puesto en pareja gracias a ello, y ya no había dudas cuando se besaban. Quizás, solo quizás, había valido la pena.
-Estás herido- Un jadeo se escapó de sus labios cuando sintió los dedos de Jimin acariciar su espalda desnuda con cuidado, tocando sus rasguños.
-¿Ya has salido?- Yoongi dobló su ropa con lentitud, agarrando una camiseta para ponérsela.
-Me he dado una ducha nada más- Notó la voz de Jimin apagada, incluso se podría decir que distraída, y cuando sintió los labios de este sobre una de sus heridas, se giró deteniéndolo.
-Jimin, ¿Qué haces?- Un susurro se escapó de sus labios, tomando el rostro de aquel chico que tanto amaba entre sus manos, mientras que las de este tocaban su torso a penas.
-Quiero...- Jimin tenía sus ojos nublados, Yoongi no terminaba de comprender qué le había pasado, pero cuando apoyó su mano sobre su frente y la sintió caliente, entendió que era por la fiebre.
-Acuéstate Jimin, te has enfermado- Yoongi acarició su rostro con sus dedos antes de tocar y presionar sus labios. Jimin se veía tan...
Su cuerpo ardió en deseo.
Jimin acercó sus labios al rostro de Yoongi lentamente antes de, sin dudar, presionarlos sobre los de Yoongi.
El mayor se cuestionó si era una buena idea, probablemente él también caería enfermo, pero Jimin parecía tan deseoso como él de calor, de afecto.
Lo tomó por la cintura, profundizando aquel beso que sus labios llevaban tanto deseando. Sus manos se aventuraron en la suavidad de la piel de Jimin, apreciando lo tibia que era, deseando poder probarla aún más a fondo.
Sin romper ni siquiera un segundo el contacto de sus labios, lo recostó sobre las sábanas con cuidado, dejando que el chico bajo suyo se acomodase a su gusto.
No tardó en darse la libertad de sacarle la camiseta para apreciar la piel blanca y aterciopelada de Jimin, sus manos audaces se permitieron explorarla para reconocerla, memorizarla, tocarla a su antojo.
Cuando sus dedos se encontraron con aquellas protuberancias rosadas, no dudó, su lengua las acarició antes de juguetear con ellas hasta que se endurecieron como muestra de la evidente exitación del menor.
Jimin jadeaba, el aire escapándose de sus labios, tan inexperto ante algo tan bello como hacer el amor, y el calor de su amante aumentando su sensibilidad. Sentir las ásperas y frías manos de Yoongi sobre su cintura lo enloquecieron por la expectación.
Yoongi bajó sus pantalones con lentitud, los dedos de él acariciando cada centímetro que quedaba de su piel expuesta, erizandola, aumentando las ansias de sentirlo.
-Te cuidaré- Susurró sobre su oído cuando por fin lo dejó con la fina tela de la ropa interior separándolo de la desnudez.
Jimin jadeó, sus labios ardían, quería besar al objeto de su amor con urgencia, sentir la humedad de su lengua acariciar sus labios para pedirle permiso de entrar en él. Necesitaba de Yoongi en ese instante.
Arqueó su espalda, sintiendo la notable excitación de Yoongi rozar la suya, y tragó el gemido que quiso escapar de sus labios.
Yoongi se apresuró a sacarse definitivamente lo último que le quedaba de ropa, quedando expuesto ante los ojos brillosos de Jimin, quien no dejaba de admirar el hermoso cuerpo de quien amaba. Yoongi ni siquiera hacia ejercicio, pero Jimin podía jurar que no había un gramo de grasa extra en su cuerpo, a comparación del suyo que sí tenía algo que no necesitaba.
-Tu cuerpo es hermoso, mi amor- Yoongi bajó sus labios por la linea de la mandíbula de Jimin, dejando un rastro húmedo en ella hasta su cuello, donde sus labios y su lengua marcaron todo a su paso, mostrando posesividad ante todo.
Jimin no pudo más, levantó sus caderas sacándose la última prenda de ropa que le quedaba, dejando ver su desnudez entera frente a los ojos de quien amaba.
-Hazme el amor- Jadeó lamiendo sus labios, necesitado de sentirse rodeado y lleno por Yoongi.
El mayor tomó su propio miembro dándole algo de atención, él no estaba preparado, no tenía preservativos ni lubricante, así que hizo uso de los pocos conocimientos que tenía para usar su líquido preseminal como lubricante natural y apoyar la punta de su pene en el cálido pasaje de su novio.
-Hazlo, Yoongi- Jimin ahogó un grito, abriendo su boca cuando Yoongi lo penetró con lentitud.
El miembro se abría paso dentro suyo, provocándole tanto dolor que sintió que su cuerpo se partía al medio prácticamente. Su boca fue invadida por la lengua del mayor y, sin saberlo, su mente se concentró únicamente en la humedad invasora en ella, permitiendo que Yoongi terminase de entrar dentro suyo.
Ambos se besaron por largos minutos robándose el aliento, mordiendo sus labios, probando el sabor de ellos.
Cuando Yoongi tomó la erección de Jimin, este arqueó su espalda dejando salir un gran gemido de sus labios.
Su amante se movió dentro suyo, haciéndole sentir tanto dolor como placer, algo llenándolo tan bien y tan caliente en él mientras que su miembro era rodeado por la mano de Yoongi.
Y como si no fuera suficiente, los labios aprisionaron uno de sus pezones, su lengua jugueteando con el también, llevándolo en cuestión de segundos al éxtasis.
Su semen salió disparado, manchando parte de la mandíbula de Yoongi, quien se enterró profundamente dentro suyo antes de sentir como un líquido caliente lo llenaba aún más, haciendole gemir por última vez.
Yoongi cayó a su lado, saliendo de él, antes de besar su cuello y rostro por última vez.
Jimin notó que su novio se durmió y, con mucho esfuerzo consiguió taparlos a ambos, a la espera de otro amanecer.
[...]
Yoongi gruñó, el sol estaba encegueciéndolo aún con sus ojos cerrados. Maldijo por lo bajo e intentó girarse para darle la espalda a la ventana, mas sintió un brazo rodearlo aún más fuerte por la cintura y una cabeza sobre su pecho.
Abrió sus ojos de golpe y fijó su vista en el chico rubio sobre él.
Jimin.
Una persona, no un peluche.
Su Jimin.
-Bebé, cielo, despierta, Jimin, levántate- Yoongi removió a su novio, consiguiendo que este frunciese el ceño y se levantase.
-Yoongi, me duele la ci...- Jimin parpadeó repetidas veces mirando la ventana, el sol, antes de observar su cuerpo desnudo incrédulo.
Gritó, claro que sí, y se tiró encima de Yoongi para plantarle un sonoro beso en los labios.
-¡Ya soy un chico de verdad!- Chilló, parándose a duras penas sobre el suelo.
¡Si ya era un chico de verdad, eso significaba que tenía todas sus habilidades mágicas!
La sonrisa en su rostro se desvaneció y rápidamente se vistió con lo primero que halló.
-¿Qué pasa?- Yoongi frunció el ceño sin terminar de comprender, parándose a un lado de la cama.
-Noona- Susurró el rubio antes de salir corriendo hacia el cuarto de la anciana.
Abrió la puerta con fuerza solo para encontrarse con la cama vacía y armada, el cuarto ordenado y limpio, como si ella se hubiese ido.
Un sobre blanco sobre las sábanas fue suficiente para que el aire se le escapase de los pulmones y un nudo se formase en su garganta. Lo tomó entre sus manos, "Para Yoongi" decía en el dorso de este.
-¿Y noona?- El morocho apareció tras la puerta confundido, Jimin le tendió el sobre y este no tardó en abrirlo.
Una hoja con apenas un par de versos era lo que había allí dentro.
"Puede que me haya ido, pero no te preocupes, lo harás bien por tu cuenta.
Siempre recordaré la primera vez que te ví y antes de que pudiese darme cuenta ya habías crecido.
Puede que sea el final de nuestro camino juntos, pero no te sientas mal por mí, nos volveremos a reencontrar en otro momento y lugar, salúdame felizmente en ese entonces"
Yoongi sonrío doblando el papel, girándose para abrazar a Jimin con todas sus fuerzas y sollozar.
Quizás si, era el fin de una etapa, pero otra nueva de avecinaba. Otra donde Jimin estaría a su lado, donde el futuro se veía tan prometedor y lleno de magia como lo había hecho desde un principio.
Otra, donde juntos podrían contra el mundo.
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