Capítulo 9
-...espero que ya hayan traído los formulario para el campamento de la próxima semana, tendremos la compañía del instructor Kim Ta...- Yoongi no estaba prestando atención en lo absoluto, él ya había hecho todo lo que debía para el insituto, en su mente no había nada más que la imagen de Jimin.
Suspiró.
¿Para qué ocultarlo? Estaba feliz, tan feliz, la noche anterior había sido la más hermosa de toda su vida.
Por fin había tenido el valor de besar a aquel chico que le robaba sonrisas desde hacía años, por fin perdió el miedo a besarlo, a demostrarle cuánto lo quería.
Cuánto lo amaba.
-Suga, ¿Estás acá o qué?- Salió de su ensoñación al sentir como Vernon chasqueaba sus dedos frente a sus ojos, llamándole la atención.
-¿Eh? Sí ¿Qué pasa?- Yoongi volvió su vista hacia a su amigo, quien lo miraba con los ojos entrecerrados, sospechoso.
-¿Ha pasado algo?- Vernon se apoyó sobre el banco suyo, acercando sus rostros para intimidarlo, mas Yoongi sólo sonrió.
-Si viene Seungkwan, habrá problemas- Murmuró arqueado una ceja, con una sonrisa desafiante, y Hansol bufó alejándose de él.
-Bien, evita la pregunta todo lo que quieras, pero sé que algo pasó- El castaño se dejó caer en el asiento frente a él- ¿Has traído todos los papeles para el campamento?-
-Si, es la última salida que haremos antes de graduarnos, no me la perdería por nada- Vernon asintió, inflando sus cachetes.
Repentinamente la mesa de Yoongi tembló antes de moverse bruscamente. El morocho levantó la vista y no le sorprendió para nada ver a Jackson riendo junto a sus amigos, los idiotas de sus amigos.
-¿Qué quieres, Wang?- Yoongi no le tenía paciencia. Hansol bufó mirando de reojo al rubio quien tardó unos segundos en reaccionar mal.
-¿Tienes algún problema, Choi?- Jackson se acercó a Vernon lo suficiente como para acorralarlo, y el castaño suspiró manteniendo la calma.
¿Qué clase de persona no se cansa de pelear luego de casi 10 años juntos? Obviamente Jackson, y tanto Yoongi como Vernon se mostraban desinteresados a llevarle el apunte, lo que lo irritaba aún más.
-Jack, el profesor Oh te llama- Mark hizo su milagrosa aparición en la puerta del aula, consiguiendo llamar la atención del rubio busca pleitos quien bufó pateando la silla al lado de Hansol antes de irse.
-No entiendo cómo no se aburre- Yoongi hizo una mueca, acomodando sus pertenencias en la mochila.
-Yo no entiendo como Mark puede ser amigo de una persona así- Hansol conocía a Mark desde que tenía memoria, nunca fueron amigos con todas las letras pero su buena relación era la suficiente como para conocerse y saber que Tuan no era un buscapleitos.
-Ni yo- Murmuró Yoongi.
[...]
El morocho se estaba tomando su tiempo en preparar la mesa para la cena. Su abuela lo había obligado a que la dejase cenar junto a él y Jimin y, como la vieja daba miedo molesta, Yoongi no se pudo negar.
-¿Ha pasado algo con Jimin?- Inquirió la mujer mientras desde su silla ordenaba los libros de la estantería de la sala.
-¿Algo como qué?- Yoongi apagó el horno tomando una manopla para abrirlo, no quería sonar sospechoso, quería sorprender a su abuela.
-Puedo ser vieja pero no soy estúpida, niño, no has parado de sonreir en todo el día y dejame decirte que te he criado yo- Un libro golpeó la cabeza de Yoongi antes de volver a su lugar en la estantería- Tú no eres una persona risueña- Yoongi se encogió de hombros mientras ponía la comida en el medio de la mesa.
-Quizás solo tuve un buen día, la semana entrante voy al campamento- Cambió de tema drásticamente, y eso no pasó desapercibido por la mujer, mas ella no iba a presionar a su nieto. No todavía.
-He visto en sueños a Kim Taehyung, ¿Te acuerdas de él?- Young Mi se sirvió la cena en el plato a la vez que las cortinas se abrían, dejando ver como caía la noche.
-¿El que volviste diminuto? Sí, creo que será instructor en la salida- Yoongi tomó asiento con la vista pegada a la ventana. Jimin no tardaría en bajar.
-He visto que está casado, ¿Podrías hablar con él o mantener el contacto? Sabes que se me hace un niño muy bueno- La mujer sonrió, recordando con nostalgia como aquel chiquillo le había hecho pensar en Yoongi y en su futuro. Fue gracias a ese chico que la vida de Yoongi había mejorado.
-Si, aunque no creo que sepa quien soy o que siquiera se acuerde de mi- Yoongi acomodó el plato y los cubiertos de Jimin, nervioso.
-Seguro se acordará, no todos los días te achicas a 15 centímetros por culpa de una vieja- Young Mi suspiró observando los muebles de la casa recuperar poco a poco su color mientras el sol se ponía en el horizonte.
Una sonrisa melancólica se dibujó en su rostro, ella ya no era la fuente de vida de ese hogar.
-¡Noona! ¿Qué haces aquí? Tendrías que estar cenando arriba- Jimin entró a la cocina con el ceño fruncido y la mujer negó con una sonrisa.
-Cállate y sientate a cenar- Ordenó Young Mi señalando el asiento frente a ella.
Jimin suspiró pasando a su lado antes de acercarse a Yoongi y besarlo en su mejilla.
En realidad esa era la idea, pero el morocho se giró velozmente, robándole un beso. Hasta él estaba sorprendido.
Young Mi chilló como una rata antes de aplaudir feliz.
-¡Por fin! ¡Por años esperé esto!- Jimin bajó su mirada con el rostro totalmente enrojecido por la vergüenza y tomó asiento al lado de Yoongi.
-¿Iras a un campamento?- Jimin hizo el esfuerzo de cambiar de tema, y Yoongi asintió. Aquel beso fue puro y completo impulso, por lo que él también estaba avergonzado.
-¿Y si llevas a Jimin?- Young Mi recuperó la compostura a duras penas, Yoongi frunció el ceño encarándola totalmente indignado.
No, no iba a cometer el mismo error por segunda vez.
-¡Si! ¿Puedo ir?- Oh no, Jimin estaba usando su claro encanto para conseguir que Yoongi cediera. Ese chico...
-No creo que...-El morocho tenía miedo, eso era obvio, aún no tenía una relación buena con Jackson y ese chico era un peligro andante.
-Vamos, las cosas han cambiado y allí podrás esconderme mejor- Jimin parpadeó coquetamente, tomando la mano de Yoongi sobre la mesa.
Ese chico era un manipulador.
-Bien- Suspiró, apretando la mano de Jimin cariñosamente. Debía cuidarlo.
[...]
-Jimin, ven aquí- Young Mi se sentó en su cama con esfuerzo, llamando la atención del chico rubio que pasaba frente a la puerta de su cuarto.
Jimin entró cerrando la puerta tras él antes de tomar asiento a un lado de la cama.
-Últimamente te has hecho más fuerte y más habilidoso, ¿Sabes por qué?- Young Mi tomó la mano del chico entre las suyas, apretándola. Era el momento de que Jimin supiera todo, de que creciera.
Jimin negó.
-No me queda mucho tiempo, la casa se está desgastando a pasos agigantados- El chico abrió sus ojos de par en par, no podía ser cierto- Tú eres quien mantiene este hogar vivo, Jimin, tú eres poderoso- Young Mi sonrió, como una abuela que amaba a su nieto.
-No, no soy poderoso, aún tienes tiempo- Jimin se secó las lágrimas con su camiseta, negándose a una realidad- Aún soy un peluche, yo...-
-No lo serás por mucho, Jimin, pero necesito que me escuches- Young Mi suspiró mirando hacia la ventana- Yo tenía 18 años cuando la madre de Yoongi nació, era muy joven en ese entonces. Estaba casada con un hombre muy trabajador, un hombre que amaba profundamente- Young Mi observó a Jimin acomodarse, atento a su historia.
-La madre de Yoongi era una niña muy dulce, era mi bebé, y yo la cuidaba como a un ángel. Ella me amaba. Pero hubo un día en el que mi marido llegó borracho a casa- El rostro de la anciana mostró una sonrisa dolida, melancólica, y sus ojos se fijaron en la luna tras la ventana- Discutimos, jamás lo hacíamos, pero esa noche todo llegó muy lejos. Él amenazó con entregarme a las autoridades por mi magia, por mis hechizos, y dijo que se quedaría con la niña. Yo era joven, mi hija era mi vida, y sin darme cuenta provoqué que una estantería llena de frascos cayese encima suyo-
-Noona...-Jimin tragó con fuerza, sintiendo todo el dolor en las palabras de la anciana.
-Maté al hombre que amaba, y mi hija lo vió. Desde entonces y hasta que ella falleció, jamás me perdonó lo que hice. Y yo tampoco- Young Mi volvió su mirada llorosa hacia el chiquillo- Tendrás mucho poder, se que sabrás manejarlo, pero jamás permitas que el miedo y el odio te quite a quienes amas. Cuida de mi Yoongi cuando yo no esté- Susurró la mujer, acariciando con cuidado el cabello de Jimin, observando el rostro angustiado del chico.
-No le haré daño- Prometió, seguro de sus palabras.
-Lo sé- Young Mi sonrió. Ya estaba tranquila, por fin en paz.
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