Harry se movía vagamente por la cocina tratando de terminar el desayuno, tenía notorias ojeras debajo de sus ojos y se notaba demasiado cansado. No durmieron en casi toda la noche debido a que Matthew no paró de llorar y de quejarse por algo, Louis logró hacerlo dormir recién a las seis de la mañana y desde entonces no se volvió a despertar. Realmente deseaba que duerma unas horas más para dejarlos descansar un poco.

La puerta del departamento se abrió y luego de pocos segundos dos grandes manos lo tomaron de la cintura y unos labios dejaron un beso sobre su marca. Iba a decir algo pero el llanto de su hijo lo interrumpió haciéndolo suspirar del cansancio.

—Ve, yo termino—Dejó un beso en su mejilla y lo soltó.

Harry fue hasta la habitación de su cachorro de casi ocho meses, Matthew se removía en su cuna llorando y frotando sus manitos por su cara, lo tomó en brazos y lo arrulló con sí para tratar de calmarlo.

—Shh, ya, Matt... Sé que te duelen las encías pero deja de llorar un ratito, por favor—Le rogó afligido a su cachorrito que lloraba a mares en su hombro.

A Matthew le estaban creciendo sus primero dientes de leche por lo cual sentía molestia constante en sus encías, el pediatra les había recomendado comprar un mordedor y llenarlo de agua fría para que muerda y calme las molestias, también frotar las encías con una gasa pues la presión aliviaba pero ni Harry ni Louis se animaron a hacerlo por miedo y por último remedios de venta libre para niños.

Cuando Matthew tenía seis meses lo llevaron al pediatra el ver que babeaba mucho o tendía a llevarse su puño, y el peor de los casos sus juguetes, a la boca para morderlos, ahí Liam les hizo saber que le estaba por crecer los dientes y por eso el babeo y la tendencia a morder algo y que por un tiempo iba a tener molestias.

Harry volvió a la cocina y se sentó en la isla subiéndose la enorme camisa para alimentar a su bebé, con su mano libre frotó su rostro suspirando de cansancio. Louis se sentó a su lado y le dio un sorbo a su té.

—Le hice una papilla a Matthew, amor.

—Lo sé pero no la va a querer y que tome leche es la única forma para que deje de llorar—Suspiró—Realmente estoy harto de la situación, ya no quiero escucharlo llorar... Y me siento horrible por pensarlo porque sé que le duele.

—¿Tú piensas que no pensé lo mismo? Cuidar un bebé no es fácil, mi amor—Dijo tomando su mano—Yo realmente prefiero esta etapa, ¿te imaginas cuando sea adolescente? Eso si va a ser un infierno.

—No lo había pensado así... ¿un adolescente de tú y yo mezclados?

—Exacto, eso va a ser un batalla campal.

[🍼]

El omega se encontraba sentado en el sillón viendo Netflix, su alfa se estaba encargando de bañar a Matthew lo cual agradecía ya que su espalda lo estaba matando. Luego de casi media hora Louis entró corriendo con el bebé en sus brazos y se sentó a su lado.

—¿Y a ti que te pasa?—Dijo burlón pero su sonrisa desapareció al ver que su alfa esta apunto de llorar.

—Mira—Acomodó a Matthew en el regazo del omega—¿Puedes hacerlo, corazón?

—¡Pa-pá!

El omega observó a su hijo y luego a Louis que ya estaba derramando algunas lágrimas. Matthew había dicho su primera palabra.

—Oh, Dios...

—¡¿Oíste?! ¡Me dijo papá!—Gritó eufórico sacando sus lágrimas de felicidad.

—¡No es justo! ¡Yo también quiero! Matt, di papi, ¿puedes decir papi? Pa-pi... Matthew... ¡Oye!

Pero el niño no cedía, simplemente tironeaba de la camisa de Harry buscando alimentarse, el omega resopló y le dio lo que quería mientras observaba de mala gana a su alfa.

—Tú no tienes ese privilegio todavía—Se burló.

—¡No es justo! Pequeño traidor... ¡Ay!

—¿Qué te pasa?

—¡Me mordió!

Los días pasaron y Harry no se dio por vencido, cada vez que podía le repetía a Matthew la palabra "papi" para que la diga. Él también quería experimentar lo que sintió su alfa al ser llamado "papá" por primera vez.

Y lo logró.

—¡Ma-mi!

Pero no como esperaba.

—¡Louis!

—¡Te lo dije!

[🍼]

—¡Mami, mami, mami!

Harry sonrió a su cachorrito y lo tomó en brazos.

—¿Emocionado?

—¡Sí!

—Bien, vamos porque papi está abajo esperándonos—Harry tomó la pequeña mochila de Mathew y las llaves del departamento antes de salir.

Desde que Matthew le dijo "mami" por primera vez no dejó de llamarlo así y no le disgustaba, muchos cachorritos llamaban a los omegas hombres "mami" habían algunos que no les gustaba y preferían ser llamados "papi" o "papá" y otros, como a él, que le encantaba ser llamado así.

Su cachorrito tenía seis años y era su primer día en la escuela, anteriormente lo llevaron al preescolar, que para ambos padres fue difícil pues no querían separarse de su hijo, sentían que estaba creciendo muy rápido.

Una vez llegaron al establecimiento abrazaron a su hijo por varios minutos antes de dejarlo ir, varios padres y madres estaban en su misma situación abrazando a sus hijos, otros llorando y otros negándose a soltarlos.

—Pórtate bien, mi amor, ¿si? Hazle caso a la maestra en todo momento—Dijo Louis acomodando el cabello castaño de su hijo.

—¡Sí, papi! Prometo ser bueno.

—Cuando salgas yo estaré esperándote, ¿si, amor? Ahora ve y diviértete—Habló Harry dejando un beso en su mejilla.

Ambos padres vieron como Matthew entraba a la escuela dando pequeños saltitos de emoción, luego de un pequeño rato ambos se dirigieron a sus respectivos trabajos, Louis dejó a Harry en el instituto dental donde empezó a trabajar luego de que Mathew cumpliera tres años y él se dirigió al colegio para dar un examen a sus queridos alumnos.

Cuando Matthew llegó a casa no paró de parlotear de lo bien que lo había pasado y que había aprendido, no paró de hablar hasta que se durmió. Pero al pasar las semanas la pareja empezó a darse cuenta que algo no iba bien, Matthew se veía decaído y ya no hablaba de lo que aprendía.

Louis observó a su omega y luego a su hijo, se relamió los labios y sonrió levemente.

—¿Qué viste hoy en la escuela, bebé?

Matthew simplemente se encogió de hombros y no contestó.

—¿Y si lo llevamos a un psicólogo infantil?—Sugirió Harry.

—Puedo hablar con Zayn para que nos saque un turno con alguno de sus colegas—Respondió Louis acostándose a su lado.

También Matthew mentía sobre estar enfermo o que algo le dolía para no ir al colegio.

—¡No quiero! ¡No quiero!—Chilló aferrándose al cuello de su padre.

—Matt, amor, por favor, vamos a llegar tarde—Harry trató de apartar a Matthew de Louis pero este lloró peor y se aferró al alfa.

—¡No, no, no! ¡No quiero!

—Nos vas a decir por qué no quieres ir, ahora, Matthew—Exigió Louis separando a su hijo de su cuello. El niño solo sollozó y se encogió en los brazos ajenos sin decir una palabra—Si no nos dices vas a entrar al colegio, ¿oíste?

Matthew se removió hasta ser soltado en el suelo, tomó su mochila y entró al establecimiento secando sus lágrimas. Ambos padres se observaron un momento.

—Eso fue rudo, Lou...—Murmuró Harry abrochándose el cinturón de seguridad.

—Lo sé, pero... joder, no sé que más hacer, Harry. La maestra nos dice que esta todo bien, el psicólogo de Matthew no ha dicho nada fuera de lo común...—Suspiró frustrado.

Algo andaba mal con su hijo.

Lia 🌻.