🍼 Capitulo diez
La pequeña familia se encontraba haciendo las compras, Matthew iba de la mano de su papá mientras que su mamá buscaba frutas y verduras, caminando por los pasillos el pequeño vio unas bolsas con dulces. Levantó la mirada y tiró de la mano de Louis para llamar su atención.
—¿Qué pasa, cariño?—Preguntó agachándose a su altura.
El niño apuntó los dulces—Quiero esos, papi.
—Mmh, hace unos días estuviste mal del estómago, amor.
—Por favor, papi. Comeré pocos—Rogó abriendo sus ojitos de Bambi.
Louis intentó resistirse, de verdad, pero a esos ojitos que nadie puede resistirse. El alfa soltó un suspiro y tomó la bolsa.
—Bien, pero los comerás una vez estés mejor—Dijo y Matthew aplaudió feliz.
Harry volvió con su esposo e hijo con las manos ocupadas por bolsas de verduras y frutas, frunció el ceño y observó a su alfa serio por la bolsa de dulces en el carrito. Louis simplemente le sonrió inocente, negó con la cabeza y siguió su camino con los demás detrás de él.
Luego de unos pocos minutos se dirigieron a la caja para poder pagar e irse, le habían prometido a Matthew que irían a la casa de los tíos Niall y Zayn y el niño ya estaba que le carcomía la ansiedad. Con ayuda de Harry cargaron el baúl del auto con las bolsas de las compras, al terminar se subieron y arrancaron, primero a su propio hogar para ordenar las compras y después a la casa de sus amigos.
Al frenar en un semáforo en rojo, Matthew que miraba por la ventana, empezó a toser de manera repentina, sus ojos se cristalizaron y su rostro se tornó rojo. Ambos padres miraron para atrás y rápidamente empezaron a buscar una botella de agua.
—Traga despacio, Matt, y trata de respirar hondo—Aconsejó Louis quien rápidamente vuelve su mirada al camino pues el semáforo se puso en verde y varias personas empezaron a tocarle bocina.
—¿Te sientes mejor?—Preguntó Harry y el niño asintió con la cabeza—¿Qué pasó? ¿Te atragantaste con algo?
—E-Eso creo... pero ya estoy bien—Respondió con su respiración algo agitada.
—Bien, sigue tomando agua de a tragos pequeños y respira hondo.
El niño siguió con los pasos que su mami y papi le dijeron hasta que llegaron a casa y estuvo más calmado. Estaba asustado, ¿qué había sido eso? Ya le habían dado esos pequeños ataques, sin ser así de fuertes, pero nunca enfrente de sus padres y tampoco quería decirles para no preocuparlos pero ahora ya no podía ocultarlo.
[🍼]
Harry ayudaba a Niall a preparar la comida para merendar mientras que Zayn y Louis llevaban la mesa y las sillas al patio trasero. Matthew se encontraba sentado jugando con el pequeño perrito que la pareja adoptó. Los adultos se sentaron en la mesa y junto a Louis el pequeño Matt, entre una linda charla empezaron a comer.
Matthew comía en silencio su cupcake sin interrumpir la charla de los adultos, al terminar de masticar y tragar una pequeña molestia se instaló en su pechito pero no le dio importancia y simplemente se dedicó a terminar su leche con chocolate.
—Papi...—Llamó a Louis tirando de su manga, este paró de hablar y observó a su hijo—¿Puedo ir a jugar con el perrito? Ya terminé de comer.
—Sí, mi amor. Ve.
Matthew se bajó de la silla, se sentó en el césped y rápidamente el pequeño perrito se le tiró encima moviendo su cola y dando mordiscos inofensivos. El niño le tiraba la pelota y el animal la iba a buscar y se la daba otra vez, estuvieron así un rato hasta que Yon, el perro, empezó a tironear de su manga con sus dientes para que lo persiguiera por el jardín. Matthew lo hizo soltando pequeñas risas, pero la molestia en su pecho empezó a molestar más y más hasta que paró en secó y cayó de rodillas al césped. El perrito empezó a ladrar y lloriquear al darse cuenta que algo malo pasaba.
No podía respirar.
Sus ojos se cristalizaron y empezaron a soltar lágrimas por la falta de aire mientras una de sus manos estaba sobre su pecho.
—¡Matthew!—El grito angustiado de Harry lo hizo levantar la cabeza. El omega llegó a su lado tomándolo del rostro—¡Louis!
El alfa llegó corriendo al lado de su omega y tomó a su hijo en brazos rápidamente.
—¡Zayn, llévanos al hospital!
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Matthew guardó su inhalador en su mochila antes de salir de su habitación e ir hasta la cocina donde sus padres preparaban el desayuno. Fue diagnosticado con asma hace unos meses y por lo tanto tenía que estar con su inhalador todo el tiempo. Se sintió algo culpable pues el mismo día de la merienda con sus tíos, Niall iba a anunciar su cuatro mes de embarazo, lloró y les pidió perdón a sus tíos por arruinar la sorpresa. Ellos simplemente le dijeron que no tenía porque disculparse, que su salud iba primero que cualquier cosa.
Harry le dio un besó en su frente y le dejó unos panqueques y leche con chocolate.
—Papá te llevará a la escuela hoy, yo tengo que entrar más temprano al trabajo, ¿si, amor?—Matt simplemente asintió con la cabeza llevándose un panqueque a la boca.
—¿Cuándo es la obra, Matty?—Preguntó Louis sentándose al lado de su hijo.
—En una semana—Respondió terminando de masticar—¿Irán?
—Claro que sí.
La escuela de Matthew organizó una pequeña obra de teatro con animalitos, al cachorro le tocó ser un zorrito, así que Harry compró varios materiales para hacer unas orejitas y cola. Llevaban ensayando casi un mes y el niño estaba demasiado ansioso por mostrarle la obra a sus padres. Les recordaba todos los días el día y hora de la obra.
Su padre lo llevó hasta el colegio y ni bien entró, salió corriendo hasta el gimnasio donde ensayarían nuevamente.
Los días pasaron y el día llegó, Matthew se encontraba sentado en una silla mientras una de sus profesoras le pintaba unos bigotes en sus mejillas y la nariz con unos pigmentos rojos, tenía unas orejitas rojas y blancas sobre su cabeza y una cola enganchada a su cinturón.
—¡Ahora de salir, niños!
Matthew caminó hasta el telón y de repente unos nervios se instalaron en su pecho, mordió su labio inferior y cuando el telón se abrió y vio a todas esas personas se encogió en su lugar mostrando una mueca asustada. Sus compañeritos empezaron a bailar mientras que él se quedó parado asustado.
Con sus ojitos cristalizados buscó a sus papis en el público, el verlos estos le sonrieron y le hicieron señas que todo estaba bien, incluso movieron sus brazos al ritmo de la música para darle confianza. Matthew sonrió y todo ese miedo se fue pudiendo seguir con la coreografía que llevaba tiempo practicando.
—¡Ahí está mi preciso bebé!—Matt soltó pequeñas risas cuando Harry lo tomó en brazos y empezó a llenarle la cara de besos.
—Estuviste hermoso, hijo. Mejor que tus compañeritos—Murmuró Louis dejando un beso en los cabellos del niño.
—¿Si les gustó?—Preguntó algo tímido jugando con el collar de su madre.
—¡Claro que sí! Mucho, mucho. Y por ello, vamos a cenar a McDonald's, ¿te parece?—Preguntó el rizado caminando hasta el auto con su hijo todavía en brazos.
—¡Sí! ¿Y papi?
Harry observó para los lados dándose cuenta que Louis no estaba.
—Habrá ido al baño, corazón—Respondió abriendo el auto.
Mientras Harry le acomodaba el cinturón de seguridad a Matthew, un alfa lo observaba detenidamente con el ceño fruncido. Sentía que lo conocía, por lo tanto se acercó más y cuando el omega se irguió para cerrar la puerta, alzó las cejas y sonrió.
—¡Sabía que te conocía de algún lado!
Harry lo observó y su mueca de disgusto no se hizo esperar. Era el cajero que lo acosó cuando fue a comprar pollo frito hace unos años.
—Mmh, sí... Que causalidad.
Matthew observaba todo con el ceño fruncido, disgustado. ¿Por qué ese alfa miraba así a su mami? Su mami era de él... y de su padre, pero más de él.
El alfa se acercó más—Wow, los años te sentaron bastante bien, omega.
Harry se sintió asqueado al sentir las feromonas de esa alfa.
—¿Te puedes ir por favor? Le prometí a mi hijo que lo llevaría a cenar y mi alfa no tarda en llegar—Espetó.
—Creo haberte dicho que no era celoso—Se acercó más.
—Y yo creo haberte dicho que mi alfa sí y aléjate si no quieres terminar con la nariz rota—Empujó del pecho al alfa ese y se dio vuelta dispuesto a meterse en el auto, pero ese alfa lo tomó de la muñeca.
—Oye, omega...
El agarre en su muñeca se soltó de forma brusca, al darse la vuelta vio a Louis con el puño cerrado y a ese alfa con una mano en su nariz.
—Ni se te ocurra volver a tocar a mi omega, imbécil—Gruñó y la risa de Matthew retumbó en el auto. Louis encendió el motor y se alejaron de allí—Ya sabes lo que tienes que hacer si alguien molesta a mami, cielo.
—No le metas esas ideas en la cabeza, Lou.
—Solo es un pequeño consejo, amorcito.
Lia 🌻.
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