4. Una larga noche.
Disclaimer: AMOLAD pertenece a TheSnipster.
Leo observó con horror como planeaban acercarse a su amante, podía ver aquellas miradas posadas sobre la figura de Des; el moreno bufó molesto mientras salía de la prisión de las piernas de Des y lo abrazaba de manera instintiva, alejándolo de cualquiera que quisiera tocarlo.
Lorraine poco tiempo tuvo de actuar para alejar a los miembros de la fiesta, a pesar de que comprendiendo la situación actual, se dio cuenta que el gogo no era otro que la pareja de su amigo, alejó a la multitud, pero algo se salió de control cuando los conejos intentaron salir de ahí. Algún desdichado tiró de una de las orejas de Des, provocando la ira de Leo, quien sin dudarlo soltó una certera patada a aquel lobo.
Pronto en aquel club se soltó una gran batalla, no importaba que se conocieran o no, los vasos se estrellaron contra el suelo, explotando en diminutas piezas cristalinas, las mesas terminaron hechas pedazos, despejando el área de la pelea, unos salieron de ahí despavoridos, y otros continuaron en el glorioso caos. Disfrutando de provocar a las presas, y acechar a los débiles, era una lástima que Leo pesé a ser un conejo estuviera tan bien entrenado, esas fuertes piernas se encogían como resorte y golpeaban con certeza, mientras Des se escabullía del bullicio para poder salir de ahí ileso, con Leo por supuesto aunque esté estuviera más comprometido con romper hocicos.
—¡Podrías dejar de ceder a sus provocaciones! ¡Tenemos que salir de aquí Leo! — Habló el alto sacando a su amante de aquella contienda.
—¡Oh vamos! Estos malditos, deben aprender a no meterse con mi novio. —Gruño el conejo negro, dispuesto a saltar de nuevo a la contienda.
—¡Deja de usar esa "cabeza" y ven aquí Leo Spindler!— demando Des irritado, no le gustaba ver a Leo herido, su novio volteó hacía él, desairado—¿Debería sentirme alagado de que mi novio se parta las piernas, en una pelea de idiotas? —Contestó enojado para hacer que Leo fuera a su lado, el no podía ayudarlo sus palabras mordaces no eran algo efectivo en una demostración pura de fuerza bruta.
Había logrado sacar a Leo de aquella pelea, mientras el equipo de seguridad del lugar se hacía cargo de los revoltosos, Des al encontrarse sólo con Leo intento escabullirse con él por la parte de atrás, sin embargo los lobos y los osos les cerraron el paso, diciéndoles que debían hablar con los dueños antes de irse, dirigiéndolos de manera poco amistosa al despacho de los jefes.
—¿Qué ha sido eso? —Habló un viejo lobo blanco, el cual se hallaba sentado, junto a un enorme oso gris.
Leo meditó sus palabras, después de todo aquél lobo era su jefe, y al lobezno al que le había partido la cara probablemente alguien de su manada, debía comportarse—Dijeron que nadie podía tocarnos—Habló firmemente mientras apretaba la mano de su compañero para brindarle seguridad, Des siempre lo traía a la calma.
—¿Y Qué hay de ustedes a ellos? Fuiste tú el que dio el primer golpe—Habló entonces el Oso. —Eso no importa, alguien debe cubrir los daños. —Su voz gruesa y monótona lo irritaba.
Desde la distancia él podía apreciar el semblante áspero de su pareja, Des lo miraba sumamente enojado. —¿Y quieren que seamos nosotros? —Habló entonces el alto, mientras sonreía con sarcasmo — Eso no pasara.
El oso lo miro con diversión, mientras le mandaba una mirada sugerente—Bien podemos llegar a un acuerdo, con "otras" opciones de pago, dulzura —Sugirió Grizz con una sonrisa retorcida.
Haciendo que Des se crispara y pusiera a la defensiva, algo muy extraño, considerando la tranquilidad y paz con la que se desenvolvía siempre. Leo supo que algo no andaba bien, a diferencia de él con aquél viejo lobo, Des parecía tener reales problemas con su jefe, sólo pudo sostener su mano firmemente transmitiéndole que estaba con él, consiguiendo relajarlo.
Ellos habían incitado el desastre del club, pero ¿Realmente eran los culpables? Ellos fueron contratados para entretenimiento, era un club no un prostíbulo, la empresa debería hacerse cargo por aquellos daños y en todo caso, a ellos les debían una indemnización, no los extorsionarían esos sucios magnates.—Este lugar incumple muchas normas de salubridad y seguridad, eso sin hablar de mi contrato, en el cual estoy seguro, que el acoso no forma parte de "mis actividades".—Su bendita lengua se salía de control cuando estaba irritado, algún día aprendería a callar y meditar pero, no era ese día.
Leo se quedo perplejo ante la afirmación que hacía su pareja, se sintió impotente en un segundo, había muchas cosas que su pareja odiaba, y entre todas esas, él menospreciar a su persona y compararlo con una mujer estaba en la cima, ese maldito oso bastardo, tenía muchas preguntas en su cabeza que realmente no importaban, sólo quería estar en casa con su dulce conejo blanco, y porque no partirle la cara a ese oso viejo.
—"Tus actividades" creo que en ellas no encajaban el ponerse en celo en medio del espectáculo, pero que se podría esperar, son "conejos"—Comentó arrogante el sucio oso. —Tienen todo el año la necesidad de "hacerlo".—Des se sonrojo irritado, temblando de impotencia ante aquella sugerencia.
Des sabía que era cierto pero, es porque era Leo, su Leo... o eso creía... con las llamas de la lujuria extintas que les quedaba a ellos, ¿Qué había entre ellos? Soltó un momento la mano del moreno, esos días habían estado tan distantes, después de que salieran de ahí que pasaría.
Leo resopló tratando de calmarse y volteo a ver al lobo blanco, el cual no había participado en aquella conversación, estaba seguro de que el Sr wolf no tenía ningún problema con ellos, y que de igual forma no disfrutaba de la compañía de ese oso imbécil— Sr. Wolf, podría pagarme por los días que he trabajado.
El lobo soltó una sonrisa de lado, mientras pensaba que era un conejo demasiado astuto, hizo una seña con la mano y los miembros de seguridad trajeron su maletín — aquí tienes.
Leo lo tomó, mientras se lo aventaba al oso—Creo que aquí hay suficiente para que te lo metas por el culo e invernar, aunque te faltara más que eso cuando hagamos la denuncia, lo veré en la corte Sr. Grizz. —Habló firmemente el moreno mientras salía de ahí con Des tomado de la mano y la cabeza en alto.
La salida del club fue silenciosa, Des no dijo ni una sola palabra mientras caminaban de regreso a su hogar, el conejo blanco iba con la mirada perdida en el asfalto, y las orejas caídas, Leo lo miró con tristeza, ese maldito Grizz, habría querido partirle la cara pero, no era apropiado hacerlo, Wolf se lo comería vivo en el juzgado, sólo basto que lo mirase para comprender que quería hundir a la competencia, ese viejo lobo astuto, ahora lo que más le interesaba era su bello conejo blanco.
—¿Y.... porque tan decaído? —Habló con un tono dulce—Una lindura como tú, debe tener a alguien esperando ansioso en casa—Habló el moreno, sabiendo que aun portaba su antifaz.
Des lo volteo a ver perplejo, y sonrió de lado con tristeza—Sí, pero él está trabajando. —Musito despacio, desviando nuevamente la mirada.
—¡Oh! Debe ser un tonto por dejarte solo en la noche.— contestó el moreno, ganándose la mirada dolida de Des.
—No es un tonto, confía en mi.—Contestó con firmeza Des.— y vamos...—El alto calló "Íbamos a casarnos" pensó con tristeza.
——¿Tu casa?—Le dijo apuntando a la vivienda debajo de aquél árbol.
—De mi pareja—respondió el alto, porque lo eran, ¿Cierto?
—Parece que aun no ha llegado. —Murmuro Leo, encarcelando a Des entre sus brazos. —Podríamos entrar y continuar en donde dejamos este "asunto"—Dijo seductoramente atrapando una de las orejas de Des entre sus dientes. Haciéndolo sonrojar y temblar en anticipación. La puerta cedió cuando Leo la abrió, llevando a Des a su interior.
Beso su largo cuello con devoción y se perdió entre el pelaje mullido de su pecho, mientras sus manos se deslizaban por la anatomía del alto, una bendición que aun tuviera esa extraña prenda encima, atrapo sus firmes glúteos y lo intrico contra la mesa del comedor, mientras continuaba su exploración con besos y caricias debajo de la seductora prenda.
Des se mantenía en un letargo, suspirando pausadamente y gimiendo con cautela ante cada movimiento, cuando Leo apretó su cola soltó un pequeño grito de sorpresa que se perdió en un jadeo, Se sentía bien, pero no habían aclarado nada, aparte de que Leo actuaba como si no fuera él y eso no le gustaba, cuando el moreno se apropio de sus labios, y lo miró tras el antifaz, sus ojos vidriosos se deshicieron en llanto, saltando de los brazos de Leo; se apartó de él para ir escaleras arriba.
Cuando sus ojos chocaron con los del conejo blanco, Leo perdió su libido, había tanta tristeza en esa mirada dorada que amaba, pero no iba a rendirse, porque amaba a Des por sobre todas las cosas del mundo ¿Qué estaba mal con ellos? Había creído que aclarar las cosas como si no fuera él, lo solucionaría. Lo persiguió escaleras arriba.
Cuando entró al dormitorio encontró a su bello conejo, en la esquina de la cama, con sus piernas atrapadas entre sus brazos gimoteando, el moreno se aproximó hasta él.
—¿Des?—Pregunto el moreno, atrayendo la mirada de esté hacia él. El moreno se sacó el antifaz, para poder estar a una orilla de la cama. —Fue un juego tonto, lo siento—dijo mientras pasaba su mano por la parte trasera de su cabeza, eso hacía siempre que olvidaba que decir correctamente. —Sólo... quería que todo volviera a ser como antes—Finalizó con tristeza.
El alto lo volteo a ver con una sonrisa conciliadora, mientras se deshacía de la compleja peluca rubia y el antifaz que le había dado Lorraine — No me gusta pensar que estoy con alguien más aunque seas tú.—afirmo en un escuálida sonrisa, mientras envolvía entre sus brazos a Leo —Amo a Leo Spindler, mi dulce conejo de oscuro pelaje y ojos brillantes, amo sus rabietas de niño, y sus bromas tontas, lo amo tanto como para no romper nuestra promesa de casarnos, lo suficiente como para meterme en una jaula, aunque ahora no sé, si él me quiera a su lado.— la voz salió entre cortada de sus labios— Por eso estoy triste...— soltó mientras se aferraba tembloroso a Leo, debía recibir el adiós de frente.
Leo comprendió todo, y abrazó con vehemencia a Des, eran unos tontos— ¡Oh, Des! —Exclamó divertido— No hay a nadie que quiera más que tu a mi lado, soy un completo tonto, pero nunca puedo estar tranquilo cuando pienso que no soy suficiente para ti. Tengo miedo a perderte, tengo miedo del día en que abras los ojos y veas que no soy lo que necesitas.—Lo soltó, mientras se apartaba y desviaba la mirada.
—No te necesito—Habló Des, haciendo que los ojos de Leo brillaran augurando el llanto —Te amo, y por ello te quiero a mi lado. Te amo tanto que me duele cuando rechazas mis besos, cuando no me miras a los ojos cuando hablamos, cuando te apartas, cuando piensas que mi amor es pasajero, justo como ahora. —Agregó dolido.
Leo volteo a mirarlo, con los ojos desbordantes en llanto—lo siento. —murmuro.
—Igual yo lo siento—contesto con una sonrisa y los ojos llorosos.
Los dos rieron brevemente, mientras se perdían en la mirada del contrario, se sonrieron cómplices, mientras hablaban de lo que había pasado, tal parecía que lo noche sería larga pero pasaría todo para bien.
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N.A
bueno vengo a terminar este Fic, hecho en un rato de ocio con mucho amor.
Jejeje... lemon para el corazón se aproxima.... lo dividí el final en dos capitulos, porque era muy largo esté, así que en un momento subo el capitulo 5.
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