4- Objetivo
Cumpliiiendo~~~
$más o menos :v
La maldad no tiene fin 3:) ok no... Este capítulo tan solo tendría de advertencia el daño a algunos personajes
$disculpas por adelantado
Y eso nomas
Disfruten!!
~Comienza~
Urahara Kisuke se quedo observando por donde los vampiros de habían marchado. Le pareció intrigante al hombre de sombrero lo que acababa de ocurrir. Cuando vio la flecha ir en su dirección como si fuera su objetivo final, pensó que todos estarían acabados.
-Gerente...- llamó su empleado con preocupación.
-Al parecer estamos a salvo por ahora...- aún así no le gustaba como se veía eso.
-¡Todo despejado por aquí!- exclamo Jinta desde el techo del local. El peli rojo, al igual que todos, estaba agotado y herido. Por suerte nada serio.
La pequeña Ururu se acerco tímida como es típico en ella -¿Qué haremos?- se veía preocupada. Un sentimiento compartido.
Era la primera vez que se enfrentaban a algo así. El peligro era único a otras oportunidades que se presentaron en su vida.
-Esperaremos a Kurosaki-kun y sus amigos, luego hablaremos de lo que paso- sabía que su mejor opción era aguantar un poco mas.
La figura de antes se había marchado un poco después de los vampiros. Era algo extraño. Un desconocido.
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La pelea aún se llevaba a cabo en el parque. Ocultos a plena vista de los mundanos.
Usami esquivaba los golpes con la espada. Aunque algunos fueron los causantes de que su ropa se destrozara y su sangre se expusiera. Le miro molesto por tan descabellada situación.
-Eres mejor de lo que esperaba- elogio el mayor con un aura que solo iba en aumento -si tu alma no tuviera veneno, serias un manjar...- apretó los puños para mantener el auto control.
El peli naranja realizó un gesto de repulsión ante sus palabras -eres tan molesto- lo ultimo que quería era ser presa de un tipo así. La codicia en esos seres era demasiado visible.
En respuesta se rió. Una carcajada que resultaba de pura diversión -¡Vamos!- le insistió a continuar con su diversión -¡Sigamos jugando!- corrió en su dirección
Los golpes a mano abierta fueron resividos con desagrado. La fuerza bruta era impresionante. Tanto así, que jamás le ganaría si no fuera por su espada.
Misaki jadeaba en busca de aire. Esquivar y golpear se había llevado la mayoría de sus energías. Sin mencionar que el veneno de los humanos lo estaba alterando un poco. Comenzaba a sentir hambre de nuevo.
Grito furioso. No quería eso.
-La pelea esta por terminar- la voz de Higuchi Ichiyo fue melosa, casi seductora en un tono frío característico de ella.
La shinigami tenía los ojos abierto como platos y la boca buscaba desesperadamente por oxígeno. O aquello que se le estaba siendo arrebatado.
Su vista comenzaba a nublarse. A duras penas distinguía la imagen de su oponente sobre ella -Ha... do... #4...- levanto la mano con la intensión de atacar.
-Oh querida- sus labios se comieron más de la cinta roja que jugaba entre sus dedos -ya no tienes fuerza para hacer eso- la sonrisa que decoro sus facciones fue tal que heló su sangre.
-¡Rukia!- escucho el grito de su amigo de la infancia. Quizás voltear a mirarlo. Podría ser incluso su última vez.
-Maldito segador- mascullo la chica rubia meneando la cabeza de un lado a otro con disgusto -arruina mi cena- soltó su alma. Su energía.
Estaba viva aún.
Pues su oponente tenía un nuevo oponente. Que para su desgracia era un hombre demasiado fornido. Suspiro. Le derrotaría y todo acabaría para que pudiera volver con su conejita.
Sin embargo no fue capaz de llegar muy lejos cuando una ráfaga veloz corto su paso. Se había sorprendido.
-¿Qué fue eso?- alertado. El sustituto miro para todos lados.
-Eso fue...- comenzó Ishida con sorpresa.
-¡Misaki, cubrete!- exclamo impaciente el hombre antes de que la ráfaga volviera.
Esta vez pudieron distinguir que no sólo era viento y tierra levantada. Sino balas siendo disparadas a una gran velocidad y consistencia. Todos se movieron en un desesperado intento de evitar las balas.
-¿Un shinigami?- interrogo el castaño oji verde para sorpresa de Uryu.
-¿Qué dices?- interrogo confundido. El repentino cambio en la pelea lo tomo de sorpresa -¿acaso no son vampiros?- miro al chico que se mantenía apartado del rango de tiro.
-¡No!- exclamo confundido -ese no es uno de nosotros- sus expresiones eran agrias. Llenas de duda y preocupación. Era obvio que decía la verdad.
-¡Inoue!- para cuando se dieron cuenta, las balas habían llegado a ella.
Vieron con terror como la lluvia caía sobre ella. Más no le dio de lleno acabando con su vida como muchos supusieron. Un hombre mas grande que la adolecente se interpuso, siendo quien recibiera el golpe.
-¿Chad-...kun...?- el golpe en la cabeza la dejo momentáneamente embobada. Sintió algo caliente en la piel. Sin dudarlo lo tocó con la mano para ver de que se trataba -¿Sangre?- y fue así que reaccionó.
Se levanto de inmediato tratando de hacer que reaccionará. Sacudiendolo y llamándolo por su nombre. No pasaba nada. Ya que tenia heridas en la espalda y pierna. Todo estaba muy mal.
-¡Chad!- grito Ichigo alertado por lo que veía. Su mejor amigo moría el el piso.
La chica se apresuro en sanarlo -¡Sõten Kisshun!- las hadas aparecieron de inmediato.
Los disparo se habían detenido al fin. El parque se convirtió en zona de guerra, testigo de caos. Mientras que los vampiros y adolecentes se reunían para reagrupar.
-Vaya, vaya...- en el aire. Suspendido, se encontraba un desconocido con capa azul claro. Parecía que reía -le di a un humano- el tonar de burla fue claro.
Alguien extraño los amenazaba con una metralladora.
-¡¿Quien eres?!- la exclamación tomó desprevenido a todos allí. El peli plata observaba furioso al joven por su descortesía.
Este se apoyo por el arma grande, sonriendo una vez más -tu a de ser Usami Akihiko- saludo el muchacho con diversión.
-¿Qué?- la incredulidad decoro sus conservadas facciones. No entendia nada.
-Uno de los fieles servidores de su majestad Haruno- realizó una reverencia a modo de broma -sobreviviente de tres generaciones ya, un viejo que sabe pelear- nuevamente la sorpresa decoro sus facciones.
-¡¿Cómo sabes todo eso?!- ahora pregunto el universitario un poco molesto de que sólo hablará sin decirles nada.
La sorna en sus arrogancia los estaba cansando -y tu Misaki Takahashi...- el chico le miro impresionado -pupilo de Usami y tu ¿hermano?- dudo -apenas vives tu primera generacion- esta vez nadie dijo nada, no se atrevieron -me han hablado mucho de ustedes- nuevamente se río.
-¿Quien?- Akihiko no quería interrogar más. Pero era el cabecilla en ese momento. Quien debía des la cara por los demás.
-Es secreto- se morfo en burla. Llevo un dedo a los labios realizando el típico gesto -me ha dicho que eres el más fuerte- sacudió los brazos de manera dramática, dejando por un segundo ver su ropa -¡Planeo convertirme en el mejor!- eso los tomó desprevenido -¡seré quien los supere a todos!- era apasionado.
El mayor apretó los puños furioso. No sería capaz de tolerarlo por mas tiempo. Iría tras esa escoria.
Sintió una mano acariciar la suya en un gesto amable -Usagi-san...- la voz de su compañero lo calmo un poco.
-El tiempo se acabo- miro el reloj en su muñeca. Dio dos golpes en el arma haciendo que esta se desvanecerá como si nada -adiós- un gesto con la mano antes de marcharse dando saltos en el aire.
La mujer iba a ir tras él, estaba furiosa -¡Detente, Higuchi!- le advertio su superior con severidad.
-Arruino mi diversión- gruño en desaprobación. No iba a permitir que se burlaron así de su persona.
-No es nuestro objetivo, volveremos- sus ojos lilas le observaron amenazantes.
Ella solo retrocedió asustada -bien- contestó de mala gana.
Se dio la vuelta para ver al grupo. Estos no dejaban de estar alerta -nos veremos pronto- soltó un fuerte suspiro.
La chica se fue primero, necesitaba deshacerse de toda la ira que cargaba. Seguida del Usami y el castaño por ultimo. Este iba lento, dejándose alejar un poco de su grupo.
Le miraban entre confusos y molestos, era el enemigo sin importar que, pero se detuvo para su sorpresa y le miro con vergüenza -una bala te dio en el brazo...- le hablo a la peli roja.
Por la conmoción y adrenalina ni cuenta se había dado de tal cosa. Se llevó una mano al lugar afectado sintiendo por primera vez la punzada recorrer su carne. Grito en voz baja.
-Inoue-san...- el de lentes corrío a ayudarle.
Levantaron la mirada para ver que Misaki se había ido.
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Sado y Inoue terminaron en el hospital. Las balas los había dejado en un terrible estado. Claro que el moreno se salvo gracias al poder de la chica. Y la misma tan solo tuvieron que retirarle el metal para que se recuperara.
Aún así terminaron internados.
Rukia tuvo que regresar al Seretei por su alma herida. Parecía que en cualquier momento iba a morir. Sin embargo prometieron que la joven regresaría sana y salva una vez que su recuperación terminará.
-¿Qué demonios querían?- fue la interrogante de Kurosaki en el medio de la sala. La tensión era sofocante para todos los presentes.
-No lo sabemos...- respondió el mayor con aire triste.
-¡Algo debes saber!- no le había gustado como sonó eso. Necesitaba las razones.
-No tenemos idea de lo que pudieran querer- repitió con seguridad. Eso le daba más miedo que cualquier cosa que se hayan enfrentado antes.
-Los vampiros tienen un enemigo- opino el de lentes con seriedad.
-O compartimos un enemigo- aportó el peli naranja con frustración.
-Sea lo que sea la prioridad es averiguar lo que quieren...- interrumpió el mayor de todos. Bebió un poco del té. Necesitaba calmar la ansiedad que le recorría aún -lo que buscan debe estar en la tienda- el ambiente a su al rededor se volvió más sofocante.
-¿En la tienda?- el joven le miraba confundido.
Un leve asentimiento de cabeza -ustedes fueron la distraccion- eso les había gustado menos -enviaron a atacar- frunció el ceño.
-¿Qué cosa?- interrogo Uryu más atento que nunca. Temiendo por lo que escucharía en esa ocasión.
-No lo se- su respuesta fue divertida. Cambiando por completo el ambiente de la sala.
-Idiota...- mascullo el sustituto molesto por lo dicho. Tan sólo se cruzó de brazos para no ir a golpearlo.
-¿No hay forma de averiguar lo que quieren?- interrogo el Quincy con calma. En esos momento era mejor estar tranquilos que arruinar la situación.
-Seguramente en los libros que se llevaron de la Sociedad de Almas- tal respuesta les tomó de sorpresa. Esa información no había llegado a ellos.
-¿Libros?- repitió Ichigo, incrédulo de sus palabras -¿Cómo? ¿Cuando?- le miraba completamente confundido.
-Kuchiki-san no se los dijo- se rió en voz baja ganándose el odio de los otros dos -siguieron las pista de sus movimientos debido a que antes atacaron una de las bodegas donde guardan leyendas antiguas...- antes de terminar fue interrumpido por el moreno.
-Leyenda de vampiros... ¿fantasía?- había simplificado ante la duda que le cruzaba la cabeza. Para enfrentarle a esos seres debían conocer un poco mas de ellos. Sus virtudes y desventajas.
Las razones por las cuales eran llamados depredadores.
-Sólo ellos saben lo que es verdad o fantasias- se llevó una mano al mentón. Complicando más sus resoluciones -conocen su historia mejor que cualquier otro- suspiro derrotado. No podían hacer más que eso.
-Significa que aunque tengamos los libros, no sabríamos en que lo utilizaría- opino el moreno acomodándose los lentes. Necesitaba pensar detenidamente todo.
Sus vidas corrían peligro con un enemigo de esa magnitud, desconocido. No podían idear un paso sin que este lo llevará a una inminente trampa.
Ichigo se paro de repente -iré a ver a Inoue y Chad al hospital...- informó con desgano. Quería mantener su cabeza separada de todo eso por el momento. Sus amigos mal heridos serían una buena escusa.
-¡Espera Kurosaki!- cuando le llamo tuvo la intensión de seguir hablando del tema. Sin embargo al final optó por hacer lo mismo -iré contigo...- fue lo único que se atrevió a decir.
Kisuke vio como el par se marcho de su tienda. Era triste que solo ellos dos salieran ilesos de la lucha. Bueno... casi.
-¿Cual es el verdadero objetivo de Hatori?- temía la respuesta.
La historia de la eterna y conflictiva guerra entre presa y cazador dictaba victoria para los shinigamis. Sin embargo él, como todos, sabían que tal cosa se debía a que dicho enfrentamiento se llevó en sus territorios.
Donde su fuerza era mayor.
Donde ellos apenas podían alimentarse.
Donde no tenían probabilidades de ganar.
Ahora que la historia se repetía con otro autor... sospechaba que el final sería diferente.
Continuara...
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