Cuidado con cenicienta parte 4
Cuidado con cenicienta.Cap.4
Suzy llegó al viejo almacén y empezó a acomodar todo, buscó los periódicos que usaba para protegerse del frío, se sentó sobre las cajas y se los puso. Levantó el chocolate caliente y lo miró por unos segundos: Lo aceptó porque en serio lo necesitaba. Aquel chocolate compensaría el frío de la noche.
_____ ¿Esta es tu casa? ___le preguntó Kai sacando la de sus pensamientos.
Ella se quedó perpleja, al verlo no supo que decir. Su corazón se aceleró.
_____ ¡Contesta!___ le exclamó él irritado.
_____Me seguiste... no debiste...___le dijo con los ojos llorosos.
Kai se acercó, le agarró el brazo, la levantó y empezó a caminar.
_____ ¿Adónde vamos? ___le dijo ella casi a punto de llorar, pero al ver que él no le respondió se soltó de golpe y le exclamó___ ¡¿Adónde vamos?, contesta!
_____Vamos a mi casa ___le dijo sin mirarla a los ojos.
_____No...___le dijo mirando hacia abajo ___No puedo permitirlo...ya hiciste mucho por mí y...
_____No me interesa ___dijo interrumpiendo la___ Nos vamos, o... ¿piensas morir de frío?___ la agarró nuevamente y continuó caminando.
Suzy no protestó porque sabía que en el fondo él tenía razón.
Permanecieron en silencio durante todo el camino. Solo tardaron 10 minutos en llagar y ella trato de disimular lo sorprendida que estaba; Era un edificio con una arquitectura envidiable.
Él ingreso una tarjeta que les permitió entrar, luego tomaron el elevador hacia el 4to piso y al llegar entraron al departamento 206: Estaba muy organizado y era bastante amplio.
_____ ¿Tienes hambre? ___le preguntó él mientras cerraba la puerta___ Puedo pedir pizza.
Apenada solo se limitó a asentir, así que él tomó el teléfono y la pidió. Mientras comían kai la miró de reojo. Parecía estar a punto de dormirse, y así fue, se quedó dormida sobre la pizza.
_____ahh...Estas pesada ___se quejó él mientras intentaba cargarla. La llevo al dormitorio, la dejó en la cama despacio
para no despertarla y la arropó. Se fue al sofá y se recostó.
No comprendía porque sentía la necesidad de protegerla, ni tampoco por que la había llevado a su casa estando comprometido. En ese momento nada estaba claro en su cabeza.
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