En la figura suave de la noche, 
donde susurros y sombras se entrelazan, 
te prometo, amor mío, no mirar, 
solo sentir el latido de tu piel que abraza.

Con tus ojos vendados, el mundo se apaga, 
y en cada roce, un universo despierta. 
Las caricias se vuelven melodías, 
mientras el deseo en silencio se encuentra.

Tus suspiros son vientos que acarician, 
en cada nota un eco de ternura, 
perderse en ti es mi única guía, 
y en la penumbra hallamos locura.

Las manos exploran como ríos sin fin, 
dibujando caminos en tu cuerpo sincero. 
No hay más que el instante, ni un destino al que ir, 
solo el fuego ardiente de este amor verdadero.

Prometo no mirar y dejarme llevar, 
ser solo un susurro en la brisa del mar. 
Tus sentidos despiertan con cada embeleso, 
y en la danza eterna hallamos nuestro exceso.

Así nos entregamos, sin miedo y sin prisa, 
navegando en las olas de esta dulce brisa. 
Cierra los ojos y déjate amar, 
en este abrazo donde todo es soñar.