Cuando los violines toquen su suave melodía, 
y los ángeles nos miren en dulce armonía, 
bajo el manto estrellado que brilla en el cielo, 
seré la de blanco, con amor en el vuelo.

Las notas flotarán como un susurro divino, 
tejiendo nuestros sueños en un mágico destino. 
La luz de las estrellas, testigo del momento, 
iluminará el camino de nuestro sentimiento.

Con cada acorde que nace, mi corazón palpita, 
danzando entre las sombras donde la vida invita. 
Seré la de blanco, con un halo de encanto, 
celebrando el amor que en mi pecho levanto.

Así en esta danza, entre risas y abrazos, 
los violines sonaran como ecos de lazo. 
Cuando los ángeles nos miren con ternura, 
será un instante eterno, nuestra dulce locura.