Capitulo Único
Si se sienten perdidos, pueden ver el cortometraje original en la multimedia para guiarse un poco y si hay errores o incoherencias no duden en decírmelos ya que es mi primera historia.
Ya sin mas, los dejo de molestar, ¡Disfruten!
Era un día soleado en un orfanato provincial en Holmes Chapel donde un pequeño de rulos jugaba por los pasillos mientras, un ojiazul, era entregado en ese mismo pasillo en una de las oficinas.
-Aquí te lo dejo, sé que no es el lugar más adecuado para el pero la verdad ya estamos llenos- dice la encargada de transportar el niño desde Doncaster hasta aquel orfanato, entregando sus pertenencias, medicinas y un manual de cuidados –en cuanto podamos nos lo llevaremos a un sitio más de acuerdo con su situación- dice una de las mujeres presentes en la oficina. El rizado emanando curiosidad corre hasta la puerta donde esta ese pequeño ojiazul, en una silla de ruedas esperando. En ese momento lo atrapan esos ojos color azul profundo, pequeña nariz y manos pequeñas puestas en su regazo que cualquiera pensaría 2 veces soltarlas.
-De acuerdo, todo está en orden. Firma aquí y ya estará todo listo. – Caminan las mujeres a firmar los papeles, mientras que el rizado asoma su cabeza y le regala una inocente sonrisa a el ojiazul, perdiéndose en sus ojos hasta que es descubierto por una de sus maestras – ¿Harry? ¿Otra vez jugando por los pasillos? - El rizado con un pequeño salto por el susto, mira inocente a su maestra - ¿Puedes salir por favor al recreo con los demás niños? - el rizado mira un poco triste y saca su cabeza de aquella oficina volviendo a dar un vistazo rápido antes de irse de manera definitiva corriendo por aquel pasillo.
Al siguiente día la maestra llama con la mayor paciencia la atención con paciencia y felicidad a todos los niños que están en aquel colorido salón presentando a Louis y guiando su silla de ruedas a su respectivo lugar. - Él es su nuevo compañero, como ven es un poco especial, pero entre todos vamos a conseguir que se sienta bien el tiempo que esté con nosotros- Al acomodar finalmente a Louis, los niños que están a sus lados lo miran con desprecio y algo de asco, así que no pierden tiempo en alejar sus mesas del lado del ahora "niño raro" del salón.
La maestra ignora la acción de los niños y procede con su clase –recuerdan que la clase anterior...-
Harry en cambio, gira su cabeza en dirección a Louis haciendo que sus risos golpeen su cara y vuelvan a su lugar, regalándole una sonrisa inocente y llena de cariño a el ojiazul restándole importancia a la maestra.
Así prosigue la clase, Harry mirando de vez en cuando al ojiazul y regalándole sonrisas que el ojiazul quería responder, pero su cuerpo no se lo permitía.
Cuando están en el recreo la maestra guía la silla de ruedas de Louis hasta el patio. - Aquí te dará un poco el sol, ya vuelvo, ¿está bien? - dice la maestra para luego darse la vuelta y empezar a caminar dentro del edificio. Louis muy curioso empieza a observar alrededor notando a varios niños jugando futbol y a lo lejos al rizado que salta la cuerda alegremente con sus amigas.
Harry nota la presencia de Louis no muy lejos de ahí y deja de sa, tal vez ese azul de sus ojos se convierta en su nuevo color favorito. El rizado un poco tímido empieza a caminar acercándose al ojiazul ignorando los llamados de sus amigas a sus espaldas.
Algo lento pero seguro el rizado camina hasta Louis, tomando el valor y con sus manos en la espalda un poco tímido lo observa de pies a cabeza hasta que decide hablar –Hola, ¿Cómo te llamas? - pregunta el rizado esperando una respuesta la cual no recibe, jugando con su pie y mirada al suelo – Yo me llamo Harry- dice mientras extiende su brazo en forma de presentación –Bienvenido- dice emanando esa felicidad característica de él, pero el ojiazul no hace nada, solo lo observa. Harry retrae su brazo y la curiosidad lo invade y pregunta –¿No sabes caminar? - mira, pero el rizado no obtiene respuesta - ¿Ni hablar? - rasca detrás de su cabeza hasta decir- ¿No sabes nada?, ¿Qué te pasa? Eres un poco raro. Mira si quieres mover tu mano, haces así- dice el rizado moviendo su mano hacia arriba y moviendo un poco sus dedos- Es muy fácil y si quieres hablar lo haces así, ho-la - dice mientras mueve su mano saludando lentamente- y lo haces. - ¡Harry! Ven a jugar con nosotras- el rizado gira su cabeza y mira a sus amigas hasta correr hasta ellas sin antes darle una última mirada a Louis y parar. - ¿Y si te pica un brazo? ¿Cómo te rascas? - Pregunta el rizado moviendo su cuerpo de un lado al otro infantilmente- Yo cuando me pica un brazo no me puedo aguantar- dice tocando su propio brazo de arriba hacia abajo. El rizado da media vuelta y corre hasta sus amigas, para continuar jugando a la cuerda, El rizado de vez en cuando mira a Louis que sigue en la misma posición mientras que hace girar la cuerda y hacer saltar a una de sus amigas.
De un momento a otro Harry deja de darle vueltas a la cuerda ganándose una queja de una de sus amigas, mientras toma otra cuerda no muy lejos de ahí para dirigirse donde esta Louis.
- ¿Quieres jugar conmigo a la cuerda? Es muy divertido - dice Harry emocionado, sin obtener respuesta ata un lado de la cuerda a una ventana y se dirige al otro lado dejando a el ojiazul entre la ventana y un poco distanciado de él; Gira la cuerda y luego la suelta para mover a Louis en su silla de ruedas al otro lado. Harry hace lo mismo repetidas veces mientras que un poco lejos de ahí, las amigas de Harry hablan entre ellas indignadas –Que raro es Harry- haciendo muecas de disgusto.
Harry un poco cansado de empujar la silla de Louis, para. Empieza a pensar que otra cosa podrían jugar y siente como su bombilla de ideas se enciende. –¡Ya se lo que te pasa! ¡A ti lo que te gusta es el futbol! - dice emocionado mientras con las cuerdas con las que estaban jugando antes Harry las ata a sus manos al igual que a los pies de Louis teniendo posibilidad de que si las jala va a poder mover los pies del ojiazul. En la pared esta dibujado medio cuadro asemejándose a la portería y en ella a un Harry imitando la voz de un comentarista – máxima concentración, el delantero va a chutar! ¡Es el máximo goleador de campeonato, pero el portero es el mejor de la competición! ¡Lanza con fuerza el balón pasando a gran velocidad la cancha y! - Harry jala la cuerda haciendo que el pie de Louis empuje el balón haciendo que este quede a poca distancia de Harry sin entrar a la portería, este golpea el balón con su mano haciendo que el balón toque la pared donde esta dibujada la portería - ¡GOOOOOL! - grita Harry corriendo alrededor de Louis y haciéndolo girar en su silla de ruedas riendo como loco y mostrando al mundo sus hermosos hoyuelosy risa de angel, mientras que Louis en sus adentros desearía poder sonreír y reír junto al rizado. - ¡EL NIÑO EN LA SILLA DE RUEDAS HA METIDO GOOOOL! - los compañeros de Harry a lo lejos siguen mirando con extrañeza, desaprobación y disgusto. –Qué raro es Harry, se junta con el niño raro eww-.
Pasan los días y la maestra ya no tiene necesitad de ser quien saque a Louis a el recreo ya que un lindo rizado de ojos verdes y sonrisa encantadora siempre se le adelantaba y lo sacaba rodando por los pasillos por su cuenta.
Harry dejo de estar con sus amigos y empezó a pasar más tiempo con Louis que con otra persona en todo el orfanato, la ayuda de Harry eran las cuerdas ya que como Louis no podía moverse el amarraba sus extremidades a las del contrario para que se movieran al mismo tiempo; jugar a las palmadas era algo que Harry amaba ya que era la excusa perfecta para tocar las manos suaves y pequeñas de Louis, aunque no chocaran de la manera correcta disfrutaba los pequeños roses de sus pulgares.- Choco choco lala choco choco tete choco la choco te chocolate- cantaba y Louis trataba de sonreír haciendo muecas involuntarias que hacían reír al rizado. Algunos días leían historias y era notable el sonrojo del rizado al leer los besos entre el príncipe y la princesa, los cuentos amor se volvieron sus favoritos tanto que a veces llegaba a imaginar que el príncipe y la princesa eran él y Louis.
Hacían ejercicio juntos ya que Harry ataba cuerdas a los pies de Louis para moverlos mientras este estaba sentando observando como el ojiverde movía sus pies. Hacia lo mismo también con sus brazos, el rizado tenia las esperanzas gigantes de algún día poder ver a Louis correr y tal como en las historias bailar con él.
Jugar futbol, volar aviones de papel, jugar a los piratas con espadas de madera (Harry actuaba de doncella en problemas al igual que pirata malvado ya que los niños se negaban rotundamente a jugar con el "Niño raro", a él le molestaba muchísimo que irrespetaran a Lou, como ahora le decía a aquel ojiazul) leer historias románticas, jugar al escondite, eran cosas que hacían seguido juntos.
Hasta que un día jugando futbol Harry había posicionado el balón frente al pie de Louis que ya tenía la cuerda preparada para jalarla, cuando Louis por si solo pudo patear la pelota.
Nunca sintió una descarga de felicidad tan grande, se lanzó sobre los brazos de Louis que no se movieron como era ya de costumbre –¡Haz movido el pie solo, te vas a recuperar yo lo sé y vas a poder caminar y correr y hablar y vamos a viajar por todo el mundo! ¿sabes que hay un lugar donde comen hormigas? Bueno, no hace falta que comamos hormigas- Harry se quedó un momento más en el regazo de Louis más emocionado que nunca y mirándolo como si fuera la primera vez.
Pasaron unos cuantos meses y Harry era más feliz que nunca, pero Louis estaba sin energía y decaído. –Harry, hoy Louis no puede salir al recreo, pero si quieres puedes quédate aquí con él, está un poco cansado- El rizado solo asintió, dejando que su sonrisa abandonara su rostro poco a poco abandonando su rostro mientras la maestra abandonara el salón.
- ¿Qué te pasa Lou? ¿No quieres jugar hoy? - dijo el rizado mirando atentamente a Louis, notando que sus ojos ya no estaban tan brillantes como hace algunos meses. Harry empezó a observar su salón de clases, si Louis no tenía su mirada brillante, los colores de su aula ya no le fascinaban tanto. Observando al ojiazul frente suyo con la misma belleza de siempre se le ocurrió una idea.
Empezó a alejar las mesas que lo rodeaban a él y al ojiazul creando un circulo vacío sin sentido para nadie. Pero para Harry esa era su pista de baile. ¿recuerdan lo del príncipe y la princesa? Harry quería lo mismo, solo que esa vez no había princesa.
Nadie dijo que los príncipes no se podían enamorar de otro príncipe.
Corrió hacia el tocadiscos que se encontraba en una de las bibliotecas y la música empezó a sonar inmediatamente, camino hasta Louis, lo cargo y abrazo. De forma lenta y un poco graciosa Harry se empezó a mover de un lado al otro colocando su mentón en el hombro de Louis el cual tenía sus ojos cristalizados.
No se movían de su lugar por el peso de Louis, pero para Harry ese era el momento más perfecto que había tenido en su vida hasta ahora.
En su mente se imaginaba en un salón de baile vestido elegante bailando pon Louis por todo el lugar, de la manera más maravillosa y mágica posible. Harry abrió los ojos un poco cristalinos y quito su mentón del hombro de Louis para darle un tímido beso en la mejilla y susurrarle un "Te quiero Lou" casi inaudible para el mencionado. La música acabo y ninguno de los dos se dio cuenta ¿Por qué? Porque estaban tan perdidos en los ojos del otro.
Al siguiente día Harry emocionado y embobado iba tarareando por los pasillos la canción con la que bailo con el ojiazul, cuando da la vuelta en el pasillo siguiente se percata que ahí está la silla de Louis, corre rápidamente hasta ella - ¿Lou? ¿Te mejoraste? ¿Estas caminando? Soy el mejor entrenador del mundo - Harry lo busca por la ventana buscándolo en el patio, pero no lo encuentra, solo encuentra un trozo de la cuerda que utilizaban para jugar guardándola en uno de sus bolsillos, hasta que sin querer escucha la conversación que se está teniendo en la oficina.
-No nos podíamos imaginar que estuviera tan enfermo- dice una de las maestras algo decaída –Nunca se está preparado para algo así- Harry algo curioso apoya su oído en la puerta para seguir escuchando –Bueno, por lo menos ha sido en la noche y sin sufrir- Harry algo asombrado sigue escuchando- La verdad es que su cara era de alegría, Louis murió feliz- harry siente como sus ojos se cristalizan, pero las lágrimas no caen aun- ¿Cómo se lo vamos a decir a los niños? Sobre todo a Harry, Louis se convirtió en su mejor amigo- Harry sigue escuchando, pero ya de espaldas a la puerta –Lo sé- dice la otra maestra- recogeremos sus cosas lo antes posible, pido disculpas al orfanato por esto- Harry que ahora no para de llorar silenciosamente envuelve el pedazo de cuerda que encontró en la silla en su muñeca, a modo de amuleto mientras camina sollozando a la silla de ruedas de Louis.
Pasan 20 años y el orfanato se convierte en un centro de ayuda especial, renovado.
El nuevo maestro de matemáticas va caminando pasando por aquel lugar que conoce como la palma de su mano hasta llegar al su salón respectivo. -Buenos días niños- dice al entrar al aula llamando la atención de todos los niños en el aula, -Soy Harry y soy el nuevo profesor de Matemáticas-. Los niños lo miran con asombro y caras felices, ojos verdes brillantes, sonrisa resplandeciente acompañada por hoyuelos, rizos color chocolate que caen casi hasta sus hombros y diversos tatuajes regados por su brazo, pero lo que más les llama la atención a los niños es aquella cuerda amarrada a la muñeca del profesor.
Fin
Espero que les haya gustado, es mi primera historia y adaptación.
Llore mares mientras la escribía, pero todo valio la pena.
Gracias por leer, y si te saque una lagrima te debo una gomita :3
PersonaNoInteresante <3
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