Cómo forma de soltar el pasado Melissa necesita contarle a alguien de confianza lo que ocurrió; es que con guardarlo no logra aliviarse del sofocante hecho. La cuestión de hacerlo o no descansa en que no está segura de si ese alguien existe. Le han pasado muchas cosas, le han fallado muchas amigas, la han engañado amores y se le ha reído su familia... Tanto que no logra tener entera confianza para soltarse y mostrarse como es y lo que lleva dentro realmente.

La aqueja el recuerdo de un exnovio con el que no debió ilusionarse, pues sabía que en su corazón solo había una mujer y no era ella, por supuesto. Con él solo había peleas y cuando no peleaban pueden adivinar que hacían entonces. Melissa sabía que él la veía como un objeto sexual y no como la mujer que es, sin embargo la confundían a veces los celos que él tenía por sus amistades masculinas, y lo pendiente que estaba de ellos. Hasta que una noche decidida a terminar todo ahí, pues ya no soportaba el griterío y sus humillaciones, él le dijo de forma directa lo que sospechaba y ella se defendió sin titubear ni temer; estaba cansada ya y supo que estar sola no era lo más terrible. Sin embargo y para su sorpresa él lo tomó muy bien, no se enojó, no le gritó, no la ofendió; le dijo que la amaba y que respetaba su decisión.

Pero mas tarde, esa misma noche, él la toma por los cabellos y la arroja en el colchón; la desviste y manosea todo su cuerpo; aunque ella con miedo por lo brusco dice que no, él elige no oírla y sigue.
Entre lo que recuerda Melissa, él la lastima y le dice cosas horribles en su oído miestras la ultraja. Ella, aunque trate, no puede defenderse, él la amenaza y su fuerza la somete, tiene una imagen vaga en su memoria de cuando ella dice "basta" y él presiona su cara contra la almohada asfixiandola hasta quedar inconciente; no sabe cuánto duró todo ello. Se fue de allí cuando despertó la mañana siguiente.

Había algo más que no notó en ese día espantoso y se dió cuenta por como la miraban los amigos de su exnovio al cruzarla por algún sitio ¡y es que después de la ruptura los encontraba por todas partes! Eso era la cámara encendida de su teléfono móvil.
El imbécil lo había grabado todo y lo había compartido al grupo como chiste.

Ella nunca pudo ver el video, y aunque sabe cómo realmente fue el hecho siente vergüenza por todo lo que pueda pensar la gente. Sus propios amigos lo vieron y se burlaron, imagínese...