15: Suya
A un costado de la cama siento su cuerpo relajado y tendido. Escucho su respiración. Pero no está dormido. Giro mi cuerpo para quedar frente a frente y le pregunto que si no puede dormir. Me responde que no, y me sonríe. Le ofrezco una taza de café y dice que eso le quitaría aún más el sueño, entonces le ofrezco un vaso de leche caliente. Me sonríe pícaro y pregunta que si la quiero yo. Que a mi no me gusta le contesto sin entender hasta que veo su rostro. Y afirmo que no, no me gusta tampoco y el se ríe. Me dispongo a levantarme de la cama porque yo si quiero un café pero me toma de la cintura y me dice que me quede, me empuja hacia sí y quedo de espaldas, cómo estaba al inicio. Tengo ganas de hablar, si no quiere café mejor hablemos, ya que el sueño no le llega y yo si no se duerme primero no puedo dormir tampoco. Entonces le pregunto qué pasa por su cabecita, que hay dando vueltas allí que lo mantiene despierto. Se muerde la uña mirando al techo y al sentir que ese movimiento lo separa de mí me volteo a verlo, "¿estás pensando en ella?" le digo, asiente sin dejar de morderse el dedo. "¿Volviste a escribirle?" Niega. "¿Por qué no?" Frunce los hombros. Lo miro a los ojos, esos ojos verdes que me encantan en cualquier enfoque o rayo de luz que le de en la cara, esa cara, cómo de cachorro mascota que aunque te rompa el sofá le perdonas porque es dueño de tu vida. "Escribile" lo animo, y hace con sus labios una línea. "Te voy a extrañar cuando vuelvas", confieso. "¿No tenes ningún problema con que vuelva con ella?" me pregunta mirandome a los ojos. "Y no. Yo sé que vos la querés todavía, ¿Por qué voy a retenerte?", y lo digo con toda seguridad. Que si lo quiero me pregunta, y sí, pero le explico que no es suficiente, que para querer que se quede conmigo es necesario el mismo amor y las mismas ganas de estar juntos, no me sirve saber que duerme conmigo amando a otra mujer. Solo me mira, ¡Dios, cómo me gusta su mirada!. "Entonces sos capaz de no hablarme ni verme más aunque me ames" dice serio. "Que yo te ame no significa que te vaya a amarrar. Sos grande, y sos libre de elegir dónde y con quién estar. Pero no podes decidir a quién amar, parece, y no está bien que pretendas que esté detrás tuyo o pausando mi vida, mucho menos siendo la segunda cuando vos estás con alguien más. Ahora te disfruto aprovechando cada momento que estoy en tus brazos porque me gustas, porque te quiero, pero es esto, nada más, yo también quiero ser amada, y al no serlo, se deja volar, se suelta." sostengo. Que no sabe que va a hacer me dice. Me abraza y me sonríe. Que también me quiere y eso lo pone en duda. Me acaricia las piernas sabiendo cómo eso me pone. En un santiamén estoy encima suyo y su sonrisita me debilita, me puede. Nos besamos. Acaricio sus pálidas mejillas mientras el pone un mechón de pelo detrás de mi oreja. Apoyo mi nariz en la suya y me roba besitos chiquitos. Lo adoro. Me gusta. Es mío, aunque no lo sea, en realidad no me importa, es mío cuando está conmigo mirándome así. Y me hace suya dejando de existir lo demás.
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