Los primeros evangelizadores que llegaron a América tenían ya varios siglos de marketing religioso a sus espaldas y aprovecharon la coincidencia de fechas para promover la celebración de la Navidad y hacer desaparecer de los ritos al dios prehispánico.

No deja de resultar llamativo que está fiesta navideña de tanta trascendencia cristiana,que resulta de celebración inexcusable en los templos de oración y en los centros comerciales, fuese prohibida en algunos países tras la Reforma protestante,por considerarla una manipulación de los papistas sin ningúna justificación en la blibia,e incluso llegaron a considerarla
«las garras de la bestia demoníaca»,ya que veían su vinculación (y, como hemos visto, no les faltaba razón) con las tradiciones paganas ancestrales.
En 1647, los gobernantes puritanos ingleses prohibieron la celebración de la Navidad, lo que provocó revueltas populares sonadas en que los amotinados llegaron a tomar ciudades como Canterbury, que se llenó de puertas adornadas con rebeldía navideña en las que se reivindicaba la santidad de la celebración.

°-"Ni se esmocionen,aún falta más"-°

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