(Este cuento pertenece al Ciclo Narrativo del Prisionero de Uránide).

"Retorcido, el símbolo está envuelto en el ardiente horror del antiguo, quien duerme en el vientre, en una prisión en otra dimensión."

El Cazador observó la inscripción, y sintió como una parte de él era arrastrada pero se resistió. Levantándose y apartando la vista.

"¿Qué mierda pasó aquí?"

Se preguntó, mientras caminaba mirando a su alrededor. No había nada más que escombros, pero los datos indicaban la alta actividad de animales en la zona.

El incienso, los símbolos escritos en el piso, las estatuas de una criatura humanoide con criaturas similares a sanguijueras enormes saliéndole de la boca, todo lo desconcertaba.

"Esto, debió ser un culto ¿Pero a qué clase de Dios le estaban rezando?"

Se cuestionó, cuando encontró un cuaderno húmedo, entonces lo recogió.

"Que él, con su influencia infinita nos cobije, nuestro señor. Préstanos tu bendición para domar a los salvajes, a los déspotas y a los desobedientes, permítenos que las bestias nos teman, y nos obedezcan, antiguo señor del miedo, Dios del Horror."

El Cazador guardó el libro, quizá le serviría de evidencia más tarde pero no conocía a ningún dios con ese título, que lo llamaran "Señor del Miedo, Dios del Horror". Miró la estatua, e imaginó que sería él.

Algo por dentro, cada vez que miraba la estatua lo atraía, pero no podía entretenerse más. Superó la vaga sensación de ser arrastrado y salió de la cabaña, al lado de mar. Allí vio algo que no había visto antes ¿Siempre estuvo ahí, o solo tras estar en la cabaña, fue que pudo notarlo?

Habían restos de una sustancia gelatinosa que poco a poco se solidificaba, también habían marcas en la arena de alguna criatura.

Al acercarse, se tomó su tiempo para observar los rastros palpándolos. Fue cuando tomó algo de su equipamiento e hizo un análisis rápido respecto a la composición de este.

"Proteínas de rasgos gelatinosos que al exponerse al oxígeno del aire se solidifican, cambiando su composición y estructura. Esta proteína puede volver a su estado natural al exponerse al agua."

Tras revisar la composición y la estructura química, se levantó.

"Es una criatura acuática, de enorme tamaño sin apéndices que funcionen como patas. Parece ser algún tipo de ser que serpentea, de ese tamaño solo puedo imaginar a una criatura..."

El suelo comenzó a temblar, y la piel del Cazador se erizó. Solo un momento le tomó para voltear la vista hacia la cabaña, y notar cuanto tiempo llevaba la mareda en ese estado. Al voltear, miró el agua y notó una capa negruzca sobre la superficie.

"Mierda."

Pensó, cuando comenzó a correr hacia la cabaña destruida. Entró y se ocultó detrás de unos escombros, con su corazón latiendo a miel por hora.

Del agua se levantó una enorme bestia serpentina, con cuatro pares de colmillos y una larga lengua bífida, y ojos cristalinos nebulosos. La bestia entonces observó a su alrededor, mirando con atención.

"¿Cómo no me di cuenta que las escamas seguían reblandecidas? No hace mucho tiempo que ocurrió esto, es una Serpanecra."

Con su corazón latiendo casi hasta reventar, escuchó su movimiento arrastrándose por la arena. El Cazador tomó un pedazo de vidrio del suelo, y usando el reflejo intentó observar hacia el exterior, sin salir de donde se escondía.

La observó, su pura cabeza debía medir unos cincuenta metros. Su cuerpo era ancho, y se movía en todas direcciones, había detectado el movimiento del Cazador y lo estaba buscando.

Ni siquiera los más hábiles Wreckers se atreverían a enfrentar a una bestia así, y menos solos.

"¿Qué mierda hace una Serpanecra tan cerca de la superficie? Tiene que haber una razón."

Tras unos extensos segundos, la Serpanecra volvió a meter la cabeza al agua. El Cazador intentó calmarse tomando aire, y se deslizó por las ruinas, detrás de la cabaña para devolverse a su motocicleta.

La criatura estaba observando desde el agua, él entonces escaló un muro para salir, despacio intentando no hacer ruido, sin embargo, se deslizó sin querer y golpeó la estatua del Dios del Horror, esta cayó al suelo haciendo ruido y la Serpanecra lo escuchó, levantando la cabeza del agua.

El sonido del agua moviéndose espantó al Cazador, quien agarrándose con todas sus fuerzas se lanzó detrás de la pared y en pánico corrió hacia su motocicleta, la VAD estaba lista, esperándolo.

Utilizó su traje con comando de voz.

"Enceder VAD, quitar limitadores de velocidad, máximas capacidades desbloqueadas, usuario D-R-A-K-1-0-0-9-8, prioridad para escapar."

Corriendo saltó encima de la VAD y partió de inmediato, a máxima velocidad. La Serpanecra lo observó, y comenzó a escupir un líquido negro similar al alquitran en dirección hacia él.

La arena relentizaba su avance, así que desplegó el modo de hipervelocidad. La VAD aumentó drásticamente su velocidad, alejándolo de la Serpanecra, quien viendo que se escapaba decidió no seguirlo.

Serpanecra:
Criatura bífida acuática con nombre científico de Aquilamia gelatinodontis que vive en agua salada. Debido a su tamaño no se suele ver fuera del agua, además de que sus escamas gelatinosas se endurecen fuera de esta.

Esta criatura se reproduce por huevos, y puede alcanzar tamaños colosales a lo largo de varios años, pues suelen llegar a vivir más de doscientos años. Si bien está documentado su desarrollo y sus métodos de caza, no hay demasiados estudios que expliquen sus cualidades debido a que suele ser esquiva con los seres humanos.

Hace muchos años, hubo un evento llamado "La Desaparición de Hillchlyn", donde una Serpanecra adulta atacó el pueblo de Hillchlyn, destruyéndolo en cuestión de minutos. Se considera a la criatura Serpanecra un animal salvaje en extremo peligroso, pese a lo evasivo que suele ser con las zonas terrestres y los seres humanos.

Se tienen algunos registros de que ha atacado embarcaciones, confundiéndolas con sus presas. Sin embargo, estos casos son escasos, y las criaturas suelen perder rápidamente el interés en las embarcaciones.