La Bestia Blanca Errante (II)
(Este cuento pertenece al Ciclo de la OMB).
El Auviros (nombre científico Aurum niveis) comúmente era llamado la Bestia Blanca por su pelaje blanco para camuflarse, su cola suele serpentear la tierra y nieve, la usa para golpear con poder a sus presas. Sus patas son poderosas, y pueden moverse rápido o saltar por terrenos difíciles de surcar.
La criatura había aumentado considerablemente su tamaño y su cuerpo se había deformado levemente por la Niebla Errante, parecía antinatural, quien sabe cuanto tiempo llevaba vagando por la neblina para que su tamaño se desproporcionara, lo que sí sabían Rodrigo y Nicol era que el riesgo había incrementado. Debían presentar un informe, así que debía eliminar a la bestia.
Rodrigo se mostró un poco tembloroso, sentía una profusa angustia en su pecho que se desbordaba al punto de que tenía la sensación que uno de sus párpados saltaba, aunque al observarlo no era así. Inquieto, miró a Nicol quien tomaba datos escribiéndolos en un cuaderno, también mantenía una grabación sobre las cosas que descubrían.
Si bien la Niebla Errante no llevaba tanto tiempo que había consumido Bocanevada, sí se había registrado un informe que esta llevaba un tiempo en la zona aunque a varios kilómetros, los investigadores creen que hubo alguna razón para que esta se arrastrara hasta donde estaba Bocanevada, y terminara devorando el pueblo, ha empezado a tener una actividad inusual.
Nicol le comentó a Rodrigo que debían buscar una zona en altitud, y desde allí disparar con el rifle francotirador que llevaba encima Rodrigo, las armas de los Caballeros Cazadores solían ser de tipo balísita, muchas veces eran armas de fuego y rara vez utilizaban armas cuerpo a cuerpo. Tanto el Caballero Cazador como la Clérigo retrocedieron, y buscaron alguna estructura alta para subirse, perdiendo temporalmente de vista al Auviros.
Ambos subieron hasta lo alto de una casa de tres pisos, y una vez en el techo Rodrigo empezó a prepararse cargando las balas que pensó necesitaría. Nicol observó a su alrededor, utilizó sus lentes de visión aumentada para peinar la zona con un radar que no encontró absolutamente nada, tal parecía que la bestia había desaparecido del mapa ¿Había su presencia, alertado al animal, obligándolo a huir? No estaba segura, pero lo dudaba después de haber visto los cuerpos de todas las personas que él había cazado, muchos de ellos ni siquiera estaban devorados, solo los había matado por deporte.
Cuando Rodrigo se apoyó sobre el tejado, acostándose para observar con la mira y preguntándole a Nicol, ella le contestó que la bestia no estaba por ningún lado. Esto le llamó profundamente la atención, inquieto se levantó un poco intentando ponerse de pie, cuando la criatura salta hacia el tercer piso por la parte trasera del edificio. El animal intentó caer sobre Rodrigo, quien rodó evitando el aplastamiento, pero perdiendo su rifle de francotirador que ahora estaba hecho añicos por las patas del animal. La estructura del edificio retumbó cuando la criatura cayó, posándose frente al Cazador y el Clérigo, quienes sintieron como sus pulmones se congelaban del susto, pero debían prepararse para enfrentarlo o morir.
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