Introducción
Siguió todas las indicaciones que se señalaban en el relato que desde el día en el que se sumergió por primera vez en el agua la había cautivado. Se dejó guiar por la corriente durante varias lunas y en medio de una noche en la que la reina de la oscuridad decidió rendirse ante su propia timidez, logró cruzar el umbral que dividía su mundo con el de los mortales.
Sus energías densas se sentían incluso desde el sitio en el que decidió descansar, todo su cuerpo se estremeció al entrar en contacto con aquellas estelas de luz que provenían desde el fondo del abismo que se extendía bajo sus aletas; casi nulos eran los conocimientos que tenía sobre aquellos seres que habían sido condenados a vivir en las tinieblas, sin embargo, las ráfagas negras y escarlatas que emergían desde Subumbra eran visibles desde toda Lumiria y eran la señal de que los humanos no habían olvidado las tradiciones de antaño, y por las que los feeris, los habían condenado.
Sus sensibles sentidos le permitieron advertir el peligro. Abajo, donde la cascada que se hallaba a su lado se perdía entre la niebla cobriza que ocultaba el inicio del abismo, se llevaba a cabo una batalla; algo nada fuera de lo normal en los mortales, que, tenían el falso ideal de que el fin de sus vidas era conseguir la mayor cantidad de victorias individuales posibles, ansiaban el reconocimiento, pero ignoraban su propio valor interno. Rechazaban su propia naturaleza.
Eran seres pérfidos e impredecibles. No fueron dotados con garras o colmillos como los otros animales que poblaban Lumiria, pero sí con una mente capaz de gestar ideas más afiladas que los dientes de cualquier depredador. Esa característica suya los llevó a la cima, no obstante, también fue la causa de su propia destrucción.
Hace más de un milenio, ellos, reinaban y controlaban a los feeris, sin embargo, se transformaron en víctimas de sus propias creaciones.
Despertaron primero a los aquos, luego los kaynis, le siguieron los ventus y los eldurs. Los feeris fieles a sus principios, acabaron con casi todos los mortales y lograron liberarse de su yugo infernal, devolviéndoles el daño que ellos les habían causado, pensaron que hacían lo correcto, pero cuando estuvieron a punto de exterminarlos fueron conscientes de que en realidad habían desatado un desequilibrio sin precedentes.
Todo en Lumiria tenía una razón de ser, de existir, y la proliferación de los mortales también tenía su fundamento. Con el genocidio de los humanos surgieron los errantes, seres de energía negativa pura, que a diferencia de los feeris, no podían vincularse a un elemento, y en sus intentos desesperados por hallar el sentido de su presencia en el mundo, destruían el equilibrio de Lumiria
No se sabía con exactitud cuáles eran los orígenes de los errantes, y por eso ella estaba ahí. Ella no fue testigo del genocidio de los mortales, cien años de existencia eran pocos para un feeri pero, sus años de estudio la habían hecho teorizar una hipótesis que se empeñaba en comprobar.
Ella suponía que tal como los feeris antes de unirse a su elemento respectivo, los errantes estaban al interior de los humanos, y era esa la idea que le quitaba el sueño y la que la había obligado a iniciar su aventura.
El fragor de las espadas al chocar la sacó de su ensoñación, sus agudos sentidos eran capaces de captar sonidos que pasaban inadvertidos a los humanos. Quería comprobar su teoría. Llevó sus manos escamosas hasta su pecho desnudo; las aletas de su espalda se agitaron produciendo un tintineo suave que eclipsó el estrépito violento que abajo se escuchaba. Despegó sus labios con delicadeza para entonar una canción en tono que todos, absolutamente todos los seres de Lumiria a a excepción de los errantes podían escuchar.
"Escucha a la marea alzar,
al aire que caricias da
al fuego que luz y calor brindará
y la tierra que todo sostendrá..."
Muchas gracias por leer.
Publiqué esta historia en 2023, pero no quede conforme con el resultado. Comenzaré a publicar una nueva versión, que si bien, no es perfecta, creo que esta mejor que la primera.
Espero que esta historia sea de su agrado. En lo personal, he disfrutado bastante escribiéndola y ansió que ustedes puedan disfrutar leyéndola.
¡Desde ya muchas gracias por el apoyo!
¡Un abrazo!
¡Hasta la próxima actualización!
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