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Un trabajo para un caballero

Vivir en la superficie ya se había vuelto algo normal para Hornet, si bien al principio aún quedaba en su interior algo de temor respecto a los murciélagos, con el pasar de los días este se fue borrando y lentamente se integró a la gente de Bocasucia. Mantenía buenas relaciones con todos, aunque con quien se llevaba mejor era con Iselda. La hormigón le causaba bastante admiración y le permitía conocer un punto de vista más femenino de las cosas, era bueno tener otra chica con quien hablar, hasta el momento sus mayores interacciones habían sido con Quirrel y Hollow. Bueno, Hollow no tenía género, pero él se identificaba con un chico y pensaba como uno, así que se podía considerar uno.

A su vez, con quien peor se llevaba era con Zote, a quien había catalogado como "el loco del pueblo", para ella definitivamente debía estar mal de la cabeza. Según él, era el guerrero más grandioso del mundo, había acabado con la vida de miles de oponentes, había triunfado en el coliseo de los insensatos y había realizado montones de otras hazañas, las cuales, según contaba, las había llevado a cabo con su aguijón "terminavidas". Tras darle un vistazo al arma, a Hornet le quedó claro que todo lo que decía no podía ser verdad, ese aguijón era de madera y de una muy ligera, con suerte si la golpeaba con eso muy fuerte podría dolerle un poquito.

Para su sorpresa Hollow sabía más de la historia de Zote, le habló de todas las veces que salvó la vida del viejo insecto y como le dio una paliza en el coliseo de los insensatos. Definitivamente esa versión de la historia le parecía mucho más creíble que las mentiras que contaba. Pero lo más extraño de Zote era que él parecía creerse sus mentiras, las decía con tal convencimiento que casi hacía dudar que las cosas no hubieran ocurrido como él decía, e incluso negó conocer a Hollow de antes.

Pero no pasó mucho para que se diera cuenta de lo mal que estaba Zote, cuando luego de un largo período en el que no pusieron pie en Bocasucia, el bicho se olvidó de ellos y tuvieron que presentarse de nuevo. Al parecer este tipo tendía a olvidar las cosas y luego reescribía los recuerdos según su conveniencia, vaya molestia.

Pero dejando a Zote de lado, el resto de Bocasucia era agradable, ya había acondicionado la casa para ser habitada y de vez en cuando pasaban la noche ahí, mientras que poco a poco la iban decorando y convirtiéndo más en un hogar.

Hornet había descubierto que la tienda de Sly era el mejor lugar para comprar muebles y otras cosas, lo que vendía era bonito y tenía una gran calidad, el problema: Los precios.

—¿Cómo puede costar esta mesa 1800 Geo? —Reclamó Hornet a la mosca.

—O lo tomas o lo dejas, no pienso bajar mis precios.

—Te doy 1200

—1800

—1300

—1800

—1400

—1800

—¿No piensa cambiar aunque sea un poquito el precio?

—1900

—¡Pero eso es aún más caro!

—Ya te lo dije, no pienso bajar mis precios, o lo compras a 1800 o nada.

—Maldito usurero —Refunfuñó la chica mientras se iba de la tienda indignada.

Afuera Hollow la esperaba junto a Elderbug, quien para variar le estaba soltando uno de sus largos discursos sobre los viejos tiempos y la necedad de los insectos de ahora, el pequeño por supuesto solo lo miraba silenciosamente sin mover un músculo.

—Ven Hollow, hay que irnos.

—¿....?

—No hubo negocio, ese maldito tacaño no aceptó bajar el precio, supongo que la mesa tendrá que esperar hasta que ahorre lo suficiente.

Ambos hermanos emprendieron la marcha hacia su hogar. Les tocaba pasar frente a un enorme tablón de anuncios que habían instalado recientemente, allí vieron a un insecto pegando un cartel. Los ojos de Hornet se abrieron de sorpresa al darse cuenta de que era una cochinilla y corrió a abrazarlo loca de alegría.

—¡Quirrel has vuelto! —Exclamó la muchacha.

—Eh... Me disculpará pero mi-mi nombre no es Quirrel, yo so-soy Dan —explicó el insecto tímidamente.

Al escuchar eso la guerrera se apartó de él y lo miro con atención. El chico era una cochinilla, pero no era igual a Quirrel aunque tenía un cierto parecido, su caparazón era ligeramente más gris, su estatura un poco más baja y su actitud más tímida.

—Lo siento —se disculpó Hornet—. Te confundí con un amigo, pero claro, él no es la única cochinilla del mundo.

—No-no se preocupe, de todos modos los abrazos son buenos para la salud —contestó con un cierto nerviosismo.

—¿Quién dijo eso?

—Mi madre...

Apagando su voz lentamente, se dispuso a continuar con su tarea para disimular los nervios que le provocaba la chica. Al ver al insecto apoyar sus manos en el cartel, Hornet no pudo evitar fijarse en este, comenzó a leerlo encontrando información muy interesante.

—¡Una recompensa de 1500 geo! —Gritó la guerrera.

—¡Sí! —Chilló Dan asustado.

—Perdón te asusté.

—No-no se preocupe... Cu-cualquiera se sorprende co-con esa recompensa.

—Deben estar desesperados por aniquilar a todas esas cosas para ofrecer tal cantidad de dinero.

—Sí... Bueno... El jefe se me-meterá en problemas si no limpia el san-Santuario de Almas de la plaga antes de que aca-cabe la semana. Tenía la esperanza de que apareciera algún ca-caballero noble como los de antaño que-que quisiera limpiar el lugar sin esperar nada a cambio... Bueno, el jefe es muy aficionado a las historias de caballeros, de hecho es admirador de los 5 grandes.

—Pero hoy en día ya nadie es tan noble, tampoco hay un rey a quien jugarle lealtad —comentó Hornet.

—Es verdad, los tiempos de los caballeros ya pa-pasaron —Dan miró a Hornet ahora con algo más de confianza sintiendo que sus nervios se calmaban—. Como sea, el jefe nos mandó a nosotros a pelear contra los monstruos que viven ahí. Pero no somos tan fuertes —el insecto mostró una mano que tenía herida y vendada—. Así que al jefe no le quedó más remedio que ofrecer una recompensa a quien limpie el santuario de las alimañas que lo habitan.

—1500 geo por matar a un montón de monstruos, suena bien, con ese dinero más lo que tengo ahorrado podríamos comprar la mesa y otras cuantas cosas. ¿Qué dices Hollow?

El pequeño contestó con un asentimiento levantando una mano para mostrar su apoyo y entusiasmo.

—Genial, entonces haremos de caballeros y cumpliremos las misión de matar a todas las bestias que pueblan el Santuario de Almas —Hornet imitó un poco la actitud de los caballeros y sus solemnes discursos—. Nos cubriremos de gloria... Y de geo por supuesto.

—El único que merece ser cubierto de gloria soy yo —gritó una voz masculina.

Aquella declaración provenía nada menos que de Zote el todopoderoso, o Zote el loco como le había puesto Hornet. Seguramente había aparecido para presumir su grandiosidad como caballero y contar alguna de sus hazañas imaginarias, jamás se le ocurrió que él también estaría interesado en el trabajo del cartel.

—Si lo que necesitan es un caballero de verdad, entonces a quien deberían acudir es a mí, Zote el todo poderoso, yo junto a mi aguijón "Terminavidas" hemos apagado la luz en los ojos de cientos ¿Dije cientos? ¡Quiero decir miles! Mis hazañas son incontables y mi poder implacable. Cualquier amenaza perecerá ante mi fuerza.

—Woow ¡Usted debe ser alguien increíble! —Exclamó Dan con estrellas brillando en sus ojos.

A Hornet le hubiera gustado explicarle a la cochinilla que Zote era un charlatán y que todo lo que parloteaba era mentira, pero la última vez que se le había ocurrido decir algo como eso frente a viejo insecto, este la había retado a un combate por la ofensa. Por supuesto lo había vencido sin recibir ni un rasguño y al día siguiente Zote andaba contando la encarnizada batalla que había tenido con ella y la espectacular victoria que había obtenido.

Enojarse con él no tenía sentido, el pobre insecto desvariaba, desde entonces simplemente procuraba no meterse con él. Pero ahora estaba en juego una gran cantidad de Geo y eso no lo podía dejar pasar.

—Se agradece su interés señor Zote, pero nosotros tomaremos ese trabajo, seguramente podremos arreglárnoslas sin su invaluable ayuda —Dijo Hornet tratando de refrenar su lengua para no sonar grosera.

—Ja ¿Qué van a poder hacer ustedes mocosos? Lo que se necesita aquí es un caballero de verdad, no unos niños llevando aguijón —Esto último lo dijo mirando de forma despectiva a Hollow, aunque este acostumbrado a sus desaires, permanecía impasible.

—No subestime nuestras habilidades, somos más que aptos para el trabajo.

—Claro, dándose aires de grandeza cuando a duras penas saben tomar un arma.

—Sabemos mucho más que eso...

La paciencia de Hornet ya se estaba acabando, la pobre tenía el puño temblando de rabia y se aguantaba las ganas de golpear a ese charlatán, por fortuna para ella, en ese momento el inocente Dan intervino.

—Si quieren todos pueden apuntarse a la misión, créanme que esas cosas son complicadas, cuando fuimos a enfrentarlas éramos una cuadrilla de 9 cucarachas y yo, y no pudimos contra ellos.

Al final acordaron ir todos a aquella misión, claro que Zote les advirtió a los hermanos que no estorbaran en su camino, por su parte estos se limitaron a suspirar y a mover la cabeza con fastidio.

Al día siguiente Zote, Hornet y Hollow estaban en la Ciudad de las Lágrimas frente al ascensor que los llevaría al Santuario de Almas, delante de ellos se encontraba una cucaracha dándoles algunos datos de lo que tenían que hacer.

—El santuario de Almas solía ser un lugar donde se juntaban los científicos más brillantes y estúpidos del reino.

Los tres lo miraron algo extrañados ¿Como las palabras brillante y estúpido podían ser aplicadas a la misma persona?

—No me miren así, lo digo en serio. Estos tipos eran muy listos, pero las cosas para las que usaban su inteligencia eran estúpidas, miren que eso de tratar de vivir para siempre ¿A quién se le ocurre semejante tontera? En fin, según lo que he investigado, estos idiotas hicieron experimentos con una energía llamada alma, supuestamente la tenemos todos los seres vivos dentro y ellos asumían que al inyectarse alma extra prolongarían sus vidas indefinidamente. Los experimentos fallaron rotundamente. Los cuerpos de los sujetos de prueba no aguantaron tanta alma y se rompieron. Quedaron reducidos a unas masas gelatinosas sin forma que se arrastraban por el lugar atacando a quien se les pusiera al frente.

Esto a Hollow le hizo sentido, sacó el diario del cazador que todavía llevaba consigo y revisó las notas, seguramente las criaturas a las que se refería la cucaracha eran aquellas conocidas como "error".

—Estas cosas gelatinosas tienen la capacidad de esconderse en cualquier hendidura, vasija, grieta, lo que se les ocurra, por eso es tan complicado eliminarlas. Además parece que adquirieron la capacidad de partirse y reproducirse, son un asco. Hasta ahora habíamos dejado este lugar en paz, pero el gobernador quiere reabrir este laboratorio y necesita que las instalaciones sean seguras.

—¿Tenemos gobernador? —Preguntó Hornet algo extrañada.

—Sí, hace poco lo eligieron por votación popular.

—¿Entonces es algo así como el nuevo rey?

—No, claro que no, está lejos de ser siquiera algo parecido a un rey. Para empezar su jurisdicción se limita a Ciudad de las Lágrimas, lo que pase más allá de este lugar no es su problema. En realidad lo eligieron para ordenar un poco el gremio de comerciantes y encargarse del mantenimiento de la ciudad. Por supuesto nadie le hace ninguna reverencia cuando pasa y tampoco lo llama "su majestad". Y aun así muchos se tomaron muy en serio su ascenso al poder y tratan de asesinarlo para tomar la corona que no existe. En serio esta gente...

La cucaracha se cruzó de brazos y comenzó a murmurar algunas cosas para sus adentros, como si se estuviera quejando. De pronto pareció despertar de sus pensamientos, y volvió a prestarle atención a sus oyentes, se aclaró la garganta y continuó.

—En fin. Esas pobres cosas sin cuerpo todavía van por ahí arrastrándose y atacando a todo el que se acerca. En sí no son tan fuertes, pero son muchas, y en un espacio tan estrecho como son los pasillos del laboratorio luchar con ellas es un asco. Si tiene alguna técnica para luchar en ese tipo de lugares o para enfrentar grupos les recomiendo que la usen. Acaben con todas esas cosas y denles descanso, estoy seguro de que para esos seres existir debe ser todo un infierno. Cuando hayan acabado con todos regresen, habrá una bolsa repleta de Geo esperándolos.

Sin más explicacionesa, los tres guerreros se subieron al ascensor hasta llegar a la torre conocida como el Santuario de Almas.

El lugar tenía un aspecto algo desolado, habían largos pasillos tétricos donde la luz era escasa, en el piso se veían algunas herramientas y frascos de cristal rotos, sillas volcadas, papeles e informes desperdigados, incluso arañazos en las paredes.

—Este sitio se ve terrible —Comentó Hornet—. Seguro que las bestias de este lugar son muy salvajes, mira como dejaron todo.

Hollow no quiso decirle que en realidad la mayor parte de esos destrozos eran su culpa. Cuándo él recién exploró el Santuario de Almas, el lugar no se veía tan mal, pero sus peleas constantes con todo lo que habitaba ahí hicieron que todo quedara así.

—¡Ja! ¡No importa lo salvaje de que sea el enemigo, sucumbirá ante mí! —Declaró Zote sacando su aguijón de madera para luego salir corriendo lejos.

—¡Zote! ¡Espera no seas imprudente! —Le gritó Hornet, pero el insecto no le hizo caso.

Al final ambos guerreros no tuvieron más remedio que seguirlo para que no se metiera en problemas.

Seguramente por lo ruidoso que era el pequeño bicho, perturbó a los errores que a esa hora dormían la siesta, estos por supuesto se pusieron furiosos y salieron por montones para enfrentarlo. Así fue como Zote, hinchado de valor y con una seguridad férrea, se detuvo y observó a la manada de monstruos, estos chillaron comunicando su molestia, pero el fiero guerrero no retrocedió, cerró los ojos y corrió hacia ellos agitando su aguijón como loco.

En un inicio los errores fueron precavidos y se apartaron de su camino, aunque uno de ellos, el más despistado, se movió muy tarde, por lo que le tocó recibir en su cuerpo los feroces embistes de Zote, la criatura gritó y se retorció de... Susto. Porque cuando se dio cuenta de que el aguijón de madera era absolutamente inofensivo detuvo sus alaridos y lo miró enojado.

El resto de los errores comenzaron a acercarse al insecto chillando y con deseos de devorarlo, pero Zote no se daba cuenta de nada pues estaba con los ojos cerrados golpeando y pensando que estaba dominando la situación.

Pronto la manada de monstruos estuvo a solo unos pasos de él, entonces se arrojaron en un ataque conjunto que podría haber acabado con la vida del bicho. Sin embargo en ese momento, una ráfaga de poder concentrado impactó contra el grupo pulverizando sus cuerpos hasta la nada.

El error que estaba junto a Zote miró la escena estupefacto sin comprender lo que había pasado, pero antes de que pudiera moverse siquiera un paso, una aguja le atravesó la cabeza matándolo instantáneamente. La aguja luego fue recogida a través del hilo que tenía atado y regresó con su dueña.

—Llegamos a tiempo —jadeó Hornet—. Por poco lo mata.

En ese momento, Zote notando la ausencia de los chillidos de los errores, abrió los ojos para ver qué sucedía y se encontró con los restos de las criaturas esparcidas por doquier.

—¡Ja! Han sucumbido ante mi poder, por algo soy Zote el todopoderoso. Sus destinos quedaron sellados en cuanto puse un pie aquí.

Hollow movió la cabeza, exasperado y Hornet se agarró la frente rogando a los cielos que le dieran paciencia para soportar a ese loco.

Pero aquella no sería la única gran hazaña de Zote, este decidió continuar su exterminio de la fauna de la zona, por lo que nuevamente salió corriendo en busca de más enemigos, por supuesto los hermanos lo siguieron otra vez.

Así fue como durante el siguiente par de horas se la pasaron salvando a Zote de toda clase de peligros. El insecto parecía tener un talento especial para atraer a estas alimañas, aun cuando una habitación se veía absolutamente vacía, bastaba que Zote pusiera un pie en ella para que emergieran todos los errores que estaban ocultos y lo atacaran, entonces aparecía Hollow a protegerlo blandiendo su aguijón y repartiendo cortes por doquier, o Hornet extendía su hilo y capturaba a las bestias para luego acabarlas con su aguja.

Eventualmente comenzaron a sacar ventaja de Zote para atraer a los errores, cosa que les permitió abarcar un gran número de enemigos en poco tiempo, incluso Hornet pudo colocar algunas trampas de hilo y espinas muy eficientes que eliminaron gran cantidad de objetivos.

A pesar de que la tarea encomendada era fácil, los esfuerzos por proteger a Zote más las largas horas trabajando les pasaron factura y eventualmente terminaron agotados, aunque la primera en sucumbir al cansancio fue Hornet, quien llegado el momento, cuando parecía que ya no habían más enemigos en el lugar, se sentó en una enorme silla y se recostó sobre la mesa que tenía al frente.

—Estoy muerta, ya no quiero más guerra. —Se quejó la muchacha.

—Bah, ya decía yo que esto sería demasiado para unos novatos como ustedes. —Se burló Zote.

Hornet le lanzó una mirada asesina que Zote pareció ignorar sin problemas, mientras se alejaba de ella hacia un ascensor que se encontraba al fondo del cuarto.

—Parece que ya acabamos con las bestias de esta zona, pero aún falta revisar el último piso, la Torre del Vigía. Ya que la señorita está agotada se puede quedar aquí descansando, yo iré a terminar el trabajo —dijo el insecto subiéndose al ascensor.

—.... —Hollow miró a su hermana de forma interrogante mientras apuntaba al ascensor.

—Yo ya me rindo, si tú quieres síguelo, yo me quedaré aquí un rato. Por mí que se muera ese tipo ¡Ya no lo aguanto!

No es que Hollow le tuviera demasiado aprecio a Zote, pero su conciencia le impedía abandonarlo, aunque no tenía mucho sentido, se sentía algo responsable de su existencia, al fin y al cabo, había salvado su vida demasiadas veces.

El pequeño tuvo que esperar a que el ascensor bajara antes de subirse en él y llegar hasta el punto indicado. Una vez arriba se encontró con Zote mirando el lugar con desprecio, no se veían errores en el lugar, al parecer aquellas criaturas solo habitaban los pisos inferiores, no hacía falta preocuparse tanto por el bienestar del supuesto caballero.

Zote pareció algo decepcionado de no encontrar un rival con el cual demostrar su fuerza, y no habiendo nada más de su interés allí, procedió a retirarse. Pasó junto a Hollow sin dirigirle la palabra con una actitud altanera y llena de confianza, por su parte este solo lo vio dirigirse al ascensor tranquilamente.

Hollow tampoco tenía ninguna razón para quedarse en ese lugar, pero un ataque de nostalgia lo hizo permanecer en el sitio. Comenzó a caminar por la que antaño fue la residencia de Lurien, las cosas estaban tal como las había dejado, aún estaba el telescopio que tanto le gustaba, por supuesto no dejó pasar la oportunidad de darle un vistazo a la ciudad.

Caminó un poco más por el cuarto, se recostó en un sofá algo destartalado y miró el techo, en sus tiempos de esplendor esa habitación seguro fue muy lujosa, habían muebles muy bonitos, candelabros enormes llenos de detalles y algunos adornos bastante finos, era una belleza de lugar.

Se reincorporó del sofá recordando la primera vez que había estado ahí, en ese momento estaba tan ocupado tratando de acabar con los soñadores que ni siquiera se dio el tiempo de contemplar esas maravillas, lo único que hizo en ese tiempo fue dirigirse a la cama que estaba al fondo de la habitación y asesinar a su ocupante. Aunque asesinar no era exactamente lo que había hecho, el tipo de existencia que llevaba el vigilante no se podía llamar vida realmente.

Ahora Hollow se encontraba contemplando el lecho donde antiguamente dormía Lurien, apoyó una mano en este como si quisiera sentir algo del calor perdido tanto tiempo atrás, pobre Lurien... Pobre Monomon.... Pobre Herrah, habían tenido que sacrificar tanto por el reino para que finalmente todo fuera en vano ¿En qué pensaría el rey cuando les pidió semejante tarea? ¿Habría sentido pena por lo que había hecho padecer a esos pobres insectos? ¿Algún remordimiento habría oscurecido sus noches? ¿Estaría recordando a sus siervos cuando se encerró en el Palacio Blanco protegiéndose de la infección? No había forma de saberlo, el rey había muerto, ni siquiera en su cáscara vacía quedaron recuerdos que pudiera leer con su aguijón onírico, ese misterio quedaría abierto para siempre.

De pronto el pequeño sintió una presencia en el lugar, se volteó a ver si alguien había subido por el ascensor, pero no vio a nadie. Inspeccionó rápidamente toda la habitación, quizás un error estuviera oculto en algún lugar mientras lo acechaba, pero tampoco había nada, continuó vigilando hacia todos lados hasta que una tenue luz captó su atención.

Aquella luz no venía de ninguna fuente, era como si brillara en la nada con un aspecto etéreo. En base a sus experiencias previas, Hollow sabía que eso era un fantasma y probablemente nadie más que él podría verlo pues la capacidad de ver fantasmas era algo otorgado por el aguijón onírico. Le extrañó un poco que hubiera un fantasma allí, no parecía el tipo de lugar donde la gente muere habitualmente y no creía probable que hubiera quedado algo del viejo Lurien allí.

Se acercó a la luz, cuando estuviera los suficientemente cerca el fantasma revelaría su identidad y probablemente le hablaría. Por lo que se había percatado, aunque todas las personas en el mundo siempre necesitan ser escuchadas, los que más anhelaban comunicarse son los fantasmas ¿Qué clase de historias le contaría este viejo espíritu?

Pero cuando Hollow estuvo frente a frente con el fantasma y vio de quien se trataba, su cuerpo se puso tenso y la ira lo invadió. Frente a él se encontraba un gusano descolorido, casi blanco, vestido con ropajes de la seda más fina y con una cabeza muy similar a una corona. Un ser que a pesar de su pequeño tamaño imponía respeto. Una criatura que era la causante de todos sus pesares y era a quien más odiaba en el mundo.

Era el fantasma del rey pálido.

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Quizás les parezca curioso que me refiera al rey pálido como gusano. Hasta ahora habrán notado que me invento las especies de los personajes, en ingún lado dice que Quirrel sea una cochinilla o que los pequeños caballeros sean escarabajos o que Iselda sea un mosquito, de hecho pienso que varios personajes como Divine por ejemplo son insectos inventados, pero trato de asemejarlos a algo que conozca. Quirrel por ejemplo con su cuerpo arqueado me parecía semejante a una cochinilla. Los cuernos de hornet y Hollow me recuerdan a las tenazas de algunos tipos de escarabajos, así que decidí que todos esos bichos con cuernos eran escarabajos. Iselda me parecía que se asemejaba a muchos insectos y a ninguno en particular, pero muchos parecen estar de acuerdo en que es una mosquito.

Pero mi problema con el rey pálido era que no se parecía a nada, la verdad le veo cara de extraterreste. Al final me apoyé en un diálogo de Grimm para decidir su especie. La primera vez que hablamos con Grimm él dice que ese reino es un buen escenario para el ritual, este reino fertilizado por gusano y raíz. Esa frase me parece una forma poética de decir que es un reino construido por el rey pálido y la dama blanca, obviamente la dama blanca es la raíz, por lo tanto al rey pálido le toca ser el gusano. Esto me hizo bastante sentido cuando recordé que al rey pálido jamás se le ven los brazos, claro, puede que estos simplemente estén cubiertos por su ropa, o puede que carezca de ellos completamente debido a su especie, además de que los gusanos y las raíces se complementan muy bien. Resumiendo, para efectos de este fic el rey es un gusano. Fin.

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