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Se cierra el telón

Hollow meditó bastante las palabras dichas por el bardo, estas no habían sido del todo claras, pero al parecer le estaba insinuando una forma de acabar el ritual. Sus ojos se abrieron de la sorpresa, esto era un rayo de esperanza, quizás podría escapar del control de Ali y permanecer en el reino para salvar a su familia, pero para eso, debía regresar al lugar donde todo empezó ¿Donde quedaba eso exactamente?

Si se ponía a revisar sus recuerdos, el único lugar que se le venía a la mente era el circo, aquel instante cuando había visto el espectáculo de Grimm y posteriormente, el momento en el que le presentaron a Ali, así fue como empezó todo, no hubo nada antes ¿O si?

De pronto aquella memoria que había enterrado en el fondo de su mente lo atacó de golpe. Si hubo algo antes, algo que se había esforzado por mantener en secreto, sobre todo de su hermana. Ya lo había regañado mucho por aceptar ser el tutor de un murciélago demoníaco, seguro se enfadaría mucho más si averiguaba que el también los había invocado.

Todo había ocurrido por accidente, había ido a visitar a Mato y cuando regresaba a casa, un mal paso lo había hecho caer en una cueva donde descubrió una pared falsa. Su curiosidad infinita y sus ansias de explorar lo llevaron a romper esa pared y encontrar la antorcha. Una antorcha enorme, fabricada con un diseño elegante e intrincado, que resultaba un espectáculo a la vista.

Nuevamente su curiosidad le hizo encenderla, y comprobó maravillado que el fuego que ardía en este artefacto, tenía un color inusual pero muy bonito. Esa noche cuando regresó a casa, se encontró con aquel misterioso circo, cuyos colores le recordaban mucho la antorcha de la flama escarlata.

En su momento no relacionó ambos sucesos, pero algunos días después asumió que la antorcha y el circo estaban ligadas. Sin embargo jamás le mencionó nada a Hornet y ella no tenía por qué descubrirlo, no era muy aficionada a pasear por los acantilados aulladores.

Y ahora, nuevamente retornaba a aquella cueva oculta con la esperanza de cambiar su destino, de desligarse de aquella responsabilidad que él mismo había adquirido.

Caminó lentamente a través de la cueva, notando como con cada paso cierta luminosidad rojiza aumentaba, hasta que finalmente, cuando llegó al fondo, se encontró con esa hermosa antorcha que tanto le había gustado la primera vez que la vio. El artefacto seguía tal como lo recordaba, con ese bonito y complejo diseño lleno de vueltas y detalles, y con su flama ardiendo con la misma intensidad del primer día.

Junto a la fuente de luz se encontraba Brumm, con actitud solemne aguardando la llegada del elegido. Lo observó a través de su máscara, pero a Hollow se le hacía imposible adivinar su expresión. Con algo de timidez se acercó al bardo.

—Así que me has seguido hasta aquí, donde el ritual comenzó ¿Me ayudarás a romperlo entonces? Es doloroso desafiar al Maestro, pero nuestra cosecha... Profana este oscuro y silencioso reino. La veré fallar. Mmmm... ¡Ahora permítenos destruir el ancla y desvanecer al Maestro! Nunca deberá regresar de nuevo.

Hollow masticó las palabras del músico con cuidado, había algo en ellas que no terminaba de gustarle ¿Acaso había dicho desvanecer al maestro? ¿Qué significaba eso? ¿Iban a destruir a Grimm? ¿Y qué pasaría con Ali? ¿Qué sería de todos los demás integrantes del circo? Él quería recuperar su libertad, pero no si eso significaba sacrificar inocentes.

Lamentablemente no había tiempo de pensar, el ruido del metal siendo golpeado lo interrumpió. Brumm estaba usando una pequeña antorcha para destrozar la carcasa metálica que protegía la antorcha mayor. El metal gemía con cada golpe debilitándose a cada instante, hasta que finalmente terminó por ceder. Una explosión de fuego emergió a través de la rotura, esparciendo su calor y su luz escarlata, este era el punto más lejano al que podía llegar Brumm, ahora era el turno del pequeño.

Hollow sacó su aguijón no muy convencido de lo que estaba a punto de hacer ¿Valía la pena su libertad a cambio de la vida de otros? Brumm parecía muy convencido de querer acabar con el ritual ¿Pero qué tal Ali? Esto le quitaba las posibilidades de convertirse en una maestra y liderar su propia colonia, cualquier sueño de grandeza que hubiera tenido moriría allí, su futuro sería truncado. Y como si alguien hubiera estado persiguiendo sus pensamientos, cierta voz lo interrumpió.

—¿Brumm? Ma...

Hollow bajó el arma y Brumm se estremeció. La hija del maestro los había descubierto, si llegaba a delatar su traición, no quería imaginar las penas del infierno que le haría pasar, pero Ali no parecía enojada, solo sorprendida y quizás un poco dolida. Se acercó hasta ellos lentamente y se posó en el suelo frente a Hollow sobre sus pies que últimamente había comenzado a usar más.

—Así que...¿Esto es lo que quieres?

—..... —Hollow bajó la mirada sintiendo la culpa carcomerlo.

—No me voy a enojar contigo si esto es lo que realmente quieres. Nadie tiene derecho a obligar a nadie a hacer algo que no quiere. Mi destino es obedecer y servir a alguien que no me agrada y no puedo escapar. No creo que ese futuro me haga feliz, y será un futuro muy largo, según papi la magia del fuego alarga nuestras vidas por siglos. Y eso es mucho tiempo. No quiero vivir siglos siendo infeliz, comparado a eso, la idea de desvanecerme ya no parece tan mala.

La expresión de horror de Hollow lo decía todo, él no quería que Ali se desvaneciera. Dejó su arma tirada a un lado y corrió a abrazar a Ali, tratando de explicarle sin palabras sus sentimientos, quería decirle que él no la culpaba de nada, que amaba tenerla a su lado, y que si había alguna forma de evitar todo esto, de no tener que hacerla desaparecer estaba dispuesto a intentarla.

—Vamos Hollow, no te arrepientas ahora, este es el camino que elegiste, sigue hasta el final, yo estoy contigo.

El contenedor la miró sintiendo como las lágrimas acudían a sus ojos. Durante más de un año cuidó de esta pequeña criatura, la recibió siendo una cría que apenas era capaz de balbucear algunas palabras, que era incapaz de cazar por su cuenta y ni siquiera tenía patitas desarrolladas. Y ahora tenía a una niña perfectamente independiente, con grandes capacidades y una gran voluntad. Le había dado tanto, todo para que ahora se desvaneciera en la nada ¡No podía permitirlo!

—¡No! —Le gritó Ali mostrándose algo más agresiva— ¡No desperdicies la última oportunidad que tienes de ser libre!

—........

—Yo nací condenada... No te preocupes por mí. Solo... Ve y apaga la flama, que nuestro último acto sea recordoso.

—Memorable suena mejor —dijo Brumm desde el fondo.

—Eso, memorable —Hollow solo le dedicó una triste mirada—. Hazlo por tu familia.

Ali supo como tocar el punto débil de Hollow, su familia, para él era lo más sagrado que tenía y daría lo que fuera por verlos bien, su familia era la única cosa por la que sería capaz de abandonar a Ali, aún con el pesar de su corazón. Si tan solo las cosas hubieran sido diferentes, si Big no hubiera estado enfermo, si no fuera tan urgente su ayuda, si tan solo... Pero no, las cosas eran como eran, la canción eterna debía terminar y por ello bailarían a su son interpretando el acto final.

Hollow se dirigió hacia donde el fuego escarlata ardía rasgando el aire con su brillo,, desesperado por mantenerse encendido. Tomó su aguijón que había dejado en el piso y miró con melancolía su objetivo, Brumm seguía junto a ellos observando impasible. Entonces ya sin dilatar más el momento, cerró los ojos y golpeó la antorcha, una y otra vez, hasta que el fuego terminó por estallar envolviendo todo con su rojo infernal.

El pequeño sintió como las flamas lo envolvían mientras un calor abrazador lo torturaba, el brillo era tan intenso que a penas podía ver, la fuerza del fuego lo empujaba y le era casi imposible tenerse en pie, entonces en medio de ese caos de sensaciones, percibió algo húmedo y suave en su mejilla, un beso. Con esfuerzo se volteó a ver y encontró a Ali junto a él mirándolo con una sonrisa triste.

—Te amo Hollow... Gracias por cuidarme. Y... Aun si debo desaparecer para siempre... Estoy feliz de haber existido... Adiós.

Eso fue lo último que Hollow supo de Ali, pues luego de eso, la energía desbordada de la antorcha lo sobrepasó y perdió el conocimiento.

Una voz hacía eco a lo lejos, sonaba distante y apagada, aunque poco a poco se iba esclareciendo. Lentamente las palabras cobraban sentido y la dueña de la voz revelaba su identidad.

—¡Hollow! ¡Por favor despierta! —Gritaba Hornet desesperada.

—¿......? —La miró aturdido.

—¡Oh Hollow! —La mestiza abrazó a su hermano con un gran alivio—. Ya me temía lo peor, no sabes lo preocupada que estaba.

—Hornet, tranquilízate, recuerda tu fuerza, no lo vayas a ahogar —Dijo Quirrel llamando la atención de la chica.

—¿Eh? Oh cierto —soltó su agarre y dejó a su hermano descansar sobre su regazo, se veía bastante débil.

—¿Estás bien amigo? —Quirrel colocó su manos sobre la cabeza del pequeño de forma afectuosa, este asintió débilmente.

—Creo que solo está algo agotado —dijo el rey pálido que también estaba junto al grupo—. No es de extrañar, lleva dos días sin comer. Un poco de descanso, algo de alimento y estará bien.

—Eso espero —dijo Hornet—. Yo... Creí que no te volvería a ver más, cuando ocurrió ese terremoto y el circo se desvaneció pensé que...

—¡.......! —Hollow se incorporó de golpe abandonando todo rastro de debilidad, entonces se aferró a la capa de su hermana y la miró desesperado.

—¿Ali? No la hemos visto, no hay rastro de ella, ni de ninguno de los miembros de la tropa.

Hollow soltó a Hornet y la miró un instante con incredulidad, hasta que finalmente se entregó a la realidad y enterró su rostro en su pecho soltando su llanto.

—Hollow... ¿A qué te refieres con que destruiste el ancla?

Pasaron algunos días en los que la melancolía invadió la casa de los protagonistas de esta tragedia. La ausencia del miembro más joven de la familia era notoria, durante más de un año fue parte de su rutina y su vida, su desaparición repentina dejó un profundo vacío en cada uno de ellos. Hollow ya no se mostraba tan travieso e inquieto como siempre, Quirrel lucía desganado e incluso Hornet comía menos.

Sin embargo, un día sus melancólicas existencias fueron interrumpidas por algo fuera de lo común, música.

Una nueva cara se presentaba en Bocasucia, se trataba de un simpático insecto mestizo llamado Nymm, quien  había llegado al pueblo sin nada más que su acordeón y las ganas de hacer amigos.

—Ah. ¡Hola! ¡Hola! Soy nuevo por aquí, es maravilloso ver una cara tan amigable en una ciudad tan triste. El viejo insecto de ahí ha sido muy amable, pero sigo encontrando este lugar un poco melancólico, con el viento, la oscuridad y el sentimiento de declive... Esperaba que mi música pudiese animar este lugar.

Sí, Nymm era un amor de bicho, amigable y servicial, aunque en opinión de Quirrel se pasaba de amistoso con Hornet y para su disgusto ella se veía muy contenta conversando con él.

—Quirrel ¿Estás celoso de Nymm? —Dijo Hornet con una risilla al ver la molestia de su pareja.

—Claro que no ¿Por qué lo estaría?

—..... —Hollow que también caminaba a su lado le lanzó una mirada acusadora.

—¿Tú también? Se supone que eres mi amigo y debes apoyarme.

—¿Apoyarte en que? ¿En una mentira que ni tú te crees? Admite que estás celoso de Nymm.

—Bueno, tal vez un poco —Volteó la vista algo avergonzado—. Pero ¿Cómo quieres que no lo esté luego de verlos hablar durante media hora? Tú nunca eres tan abierta con bichos desconocidos ¿Qué tiene ese tipo que te atrae tanto?

—Ay Quirrel —Hornet abrazó a la cochinilla— Cualquier cosa que me parezca atractiva de ese bicho no se compara a todo lo que me atraes tú. Y si hablé tanto con él fue porque tenía algunos datos muy interesantes.

—¿Datos interesantes?

—Sí, por ejemplo ¿Sabías que Nymm no tiene recuerdos de su pasado?

—¿Te atrae la gente con amnesia? —Como respuesta recibió un coscorrón de parte de Hornet— Au, lo siento era broma.

—No digas tonteras, lo único que me atrae de Nymm es el misterio que lo envuelve, aquella conexión especial que lo une a alguien que nosotros llegamos a conocer muy bien.

—¿De qué estas hablando?

—Quirrel, míralo bien ¿No te parece familiar? —Quirrel dirigió sus ojos hacia el insecto que tocaba en medio del camino, ahora que se fijaba, algo tenía que le parecía conocido pero no podía precisar que—. Fíjate en sus cuernos, en la contextura de su cuerpo, en su collarín de pelo y en cómo toca el acordeón ¿Quien fue el último acordeonista que conociste? —Los ojos de Quirrel se abrieron de la sorpresa.

—¡El acordeonista de Grimm!

—¡......!

—Exacto, Brumm.

—¿Pero cómo podemos estar seguros de que es él?

—No podemos estarlo, nunca tendremos la certeza de que se trata de él. Sin embargo, el parecido es innegable, además de su habilidad con el acordeón, incluso él mismo afirma que el circo le trae unan cierta nostalgia, una extraña mezcla de miedo y anhelo por algo que no recuerda que sucediera.

—Mmm.... Si eso fuera verdad, entonces esa sería la solución al misterio de qué pasa con los bichos del clan cuando se destruye el ancla. Pierden la memoria, por eso no hay testimonios de sus destinos, increíble. Y esto... Sería una esperanza para Ali.

—¡Exacto! Quizás... Quizás en algún lugar del mundo, ella está bien, puede que no nos recuerde, pero está viva ¿No sería genial pensar en eso?

—¡......! —Hollow brincó de alegría pensando en esa posibilidad, ni siquiera la cuestionó, para él su pequeña Ali estaba viva y quizás, con algo de suerte la vería de nuevo algún día.

Gracias a esta noticia Hollow recuperó su ánimo de siempre y salió corriendo a perderse entre las calles de Bocasucia.

—Vaya, bastó una simple hipótesis para que se recuperara —dijo Quirrel.

—Sí, en parte eso es lo que me gusta de él, es muy positivo. Por cierto, hablando de hipótesis, tengo otra más todavía.

—¿Hipótesis de que?

—Pues... Resulta que la falta de memoria no es lo único que tú y Nymm tienen en común.

—¿Que otra cosa?

—Pues... Él tiene un tatuaje detrás de su cabeza en un lugar que él no puede ver, es un tatuaje de un corazón envuelto en llamas idéntico al que tú tienes detrás de la cola.

—¡¿Que?! Espera un momento... No querrás decir que...

La mirada que le dedicó la guerrera fue toda la respuesta que necesitó, entonces guardó silencio mirando al cielo de forma pensativa.

En un lugar bastante lejano, en un sitio que destacaba por su aridez, un grupo bastante variopinto se reunía junto a una hoguera a compartir la poca comida que habían logrado reunir. Los integrantes de esta particular reunión eran sumamente extraños, insectos de especies imposibles, mestizos de araña y mantis, de gusano y escarabajo, de mariquita y palote. Pero curiosamente el individuo que más destacaba de todos ellos era el único raza pura, un alto y elegante murciélago de ojos rojos.

El individuo comía con cierto disgusto, el asqueroso guiso que le habían servido no era algo digno de su refinado paladar, no estaba habituado a comer esas porquerías, aunque tampoco podía recordar cual era su alimentación habitual, en realidad no recordaba nada de nada, con suerte sabía su propio nombre.

Suspiró con cierto pesar, lamentablemente no podía aspirar a nada mejor, no en ese momento. Debía agradecer el tener algo que llevarse a la boca, el lugar en el que se encontraba era difícil de sobrellevar. No había mucha comida y las amenazas eran muchas. Aunque claro, él tenía la ventaja de poder manipular el fuego, un arma poderosa y eficaz contra cualquier criatura, pero lamentablemente la razón por la que lo habían rechazado en las últimas dos colonias de murciélagos a las que había tratado de unirse.

"Es un demonio de fuego, que se vaya, mátenlo"

Las palabras de rechazo de sus congéneres aún resonaban en su cabeza. Le había dolido su desprecio, pero no tanto como para reprimirlo. Se las podía arreglar perfectamente solo, la verdadera razón por la que lamentaba el que no lo hubieran aceptado era por la pequeña niña que viajaba con él.

Era una niña encantadora, muy guapa, con un cuerpo fuerte, una inteligencia notable y el mismo poder de fuego que él. Curiosamente esta chica que respondía al nombre Scarlet tampoco tenía memoria, no sabía nada de su pasado, característica que compartían y que los había unido. Algo en ella le hacía pensar que se podía tratar de su hija, desde el instante en que la vio sintió un profundo afecto hacia ella, aunque si era el caso, se le hacía un tanto incómodo no poder recordar con quien la había tenido, pero de todos modos eso no tenía importancia. Aún si no se trataba de su hija, ya había decidido que la cuidaría hasta que alcanzara una edad apropiada.

Grimm suspiró apesadumbrado, el destino de la pequeña sería muy solitario, no podría tener más familia que él, no habrían amigos que le tendieran un ala, nadie la querría como pareja, solo si era muy afortunada quizás podría aspirar a un amante temporal, en verdad era un destino muy triste.

—¿Otro plato? —La mantis araña lo interrumpió ofreciéndole un poco más de aquel asqueroso guiso.

—No gracias, Suficiente alimento por ahora —contestó con cortesía.

—¡Yo quiero más! —Brincó Scarlet.

—Por supuesto pequeña, las larvas necesitan alimentarse para estar saludables.

Grimm admiraba el entusiasmo con el que comía su hija, no le hacía asco a nada, sospechaba que en algún momento de su vida esta pobre chica había sido sometida a algún tipo de maltrato, había notado que su cuerpo tenía muchas cicatrices, como si la hubieran azotado hasta el cansancio. Sentía su sangre hervir cada vez que pensaba en eso ¿Quien podía ser tan cruel como para hacerle eso a una pequeña? Además tenía la impresión de que la pobre había padecido de hambre, de lo contrario no entendía como podía comer ese horrible guiso con tantas ganas.

Bueno, él también estaba obligado a comer, para los mestizos rechazados de otros reinos, no había hospitalidad ni caza segura, eran corridos y despreciados, tal como lo era él. Por eso en medio de su soledad y desamparo se había unido a este grupo de bichos, sobre todo buscando algo de protección para su niña, afortunadamente los habían recibido con los brazos abiertos.

—Oye Scarlet —dijo una grillo mestiza—. ¿Qué tal si le muestras a la tía Ambi uno de esos trucos que me enseñaste el otro día? Ella tiene muchas ganas de verlo.

Grimm miró la escena interesado ¿Scarlet sabía trucos? ¿Qué clase de trucos?

La pequeña llena de confianza y alegría abrió las alas y expulsó fuego por la boca convirtiéndose en una bola ardiente la cual se elevó hasta el cielo, donde se quedó suspendida en el aire durante unos instantes para luego estallar liberando decenas de flores rojas incandescentes.

—¡Bravo Scarlet! ¡Eres la mejor! —Aplaudían los insectos, en eso Grimm se puso de pie.

—Yo... También sé trucos —dijo con sus ojos destellando de emoción.

El murciélago mayor de pronto desapareció en medio de una explosión de fuego, para luego reaparecer en el cielo junto a su hija, quien al principio se asustó por su repentino movimiento, pero Grimm con una sonrisa la tranquilizó y la invitó a bailar, cosa que ella aceptó con gusto.

Ambos comenzaron a danzar en el cielo soltando hermosas chispas de fuego con cada paso. Cada giro era adornado con una llamarada, o con alguna flor candente. Fue un acto hermoso y apasionado, que dejó encandilados a los bichos que los contemplaban desde el suelo. Todos estallaron en vítores ante el espectacular cierre en el cual padre e hija giraron juntos hasta quedar suspendidos en el aire, en medio de una explosión de murciélagos y flores de fuego.

—¡Bravo!

—¡Es bellísimo!

—¡Los amo!

Ambos mamíferos aceptaron los cumplidos agradecidos mientras bajaban a tierra y retomaban sus asientos.

—¡¿Dónde aprendieron eso? —Preguntó un pulgón brincando de la emoción.

—Pues... La verdad es que no...

—No lo recuerdas, entiendo, como casi la mitad de las cosas que te preguntamos.

—No seas tan rudo Crip —Lo reprendió la grillo mestiza—. De por sí es difícil vivir sin tener conciencia de quien eres, imagínate si estuvieras en su lugar.

—En realidad no es tan grave —dijo Grimm amablemente—. Yo... Casi siento alivio por no recordar mi pasado, no sé que habré vivido pero a veces cuando pienso en ello tengo miedo.

—No puede haber sido un pasado tan malo ¿O si? Yo creo que ustedes eran artistas de circo, esos trucos que hacen con fuego son muy bonitos, yo pagaría por verlos.

Entonces las palabras de circo resonaron en la cabeza de Grimm, despertando una cierta nostalgia, un deseo de algo perdido y enterrado en lo profundo de su ser. Miró a su hija que se veía tan afectada como él. Sólo con esa mirada el murciélago tomó una decisión.

—Scarlet, vamos a formar un circo.

—¿Oh? Parece que se tomaron muy en serio mis palabras —dijo la Grillo.

—Sí... Quizás, pero la verdad es que la idea del circo me resulta sumamente atractiva, casi siento como si hubiera nacido para actuar en uno.

—Bueno, suenan bien, pero con su reputación de murciélago demoníaco, dudo que algún circo lo acepte, por muy buen artista que sea.

—¿No escuchaste lo que dije? No me voy a unir a un circo, yo haré mi propio circo. Será la compañía de Grimm, un lugar abierto para recibir a todos los insectos mestizos y rechazados que no tengan un lugar donde ser acogidos. Todos formaremos una gran familia de artistas que deslumbraran al mundo con su belleza y elegancia, demostrando que nosotros también somos valiosos y tenemos mucho que ofrecer. Sé que será duro, pero confío en que puedo lograrlo... En que podemos lograrlo. Y ya que hablamos del tema ¿Alguien quiere unirse al show?

Con ese emotivo discurso, Grimm dio sus primeros pasos para construir lo que sería su nueva vida, una de libertad, luchas, escenarios y mucho glamour, todo lo que aspiraba para él. Sin embargo, detrás de esos sueños de grandeza, había un objetivo muy noble. La verdadera razón por la que Grimm quería formar este circo, era para brindarle a su niña un hogar, un lugar donde sería querida y acogida, un nido propio.

Quizás aquella no sería una familia de murciélagos convencional, pero habría amor y protección, todo lo que Scarlet necesitaría en su futuro y la gran herencia que le dejaría para el día en que ya no pudiera acompañarla más en el escenario. Pero aún faltaba bastante para el cierre del telón de su vida, mientras tanto, el show debía continuar.

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Fin del segundo DLC.

Uf... Este desenlace me costó muchísimo escribirlo, la verdad me pensé unos 5 posibles finales para la compañía de Grimm basándome en las dos opciones que ofrecía el juego y aún a última hora me vi tentada de cambiar todo (Maldito RodgrigoGiraldo y sus ideas excesivamente geniales), pero finalmente me decidí por este pues lo consideraba el menos triste y el que me dejaba más cómoda para trabajar con el último DLC.

Y sobre la misteriosa imagen del final, tengo la idea de una secuela en la cual el rey pesadilla decide reclamar a sus súbditos liberados atacándolos a través de sus sueños, Ali y Grimm se ven en aprietos, sobre todo porque no pueden recordar quien es este Dios, pero escuchan hablar de un misterioso artefacto conocido como Aguión Onírico que los podría ayudar, cosa que los hace regresar a Hallownest. La verdad la idea está en pañales y en realidad no estoy segura de si la escribiría en algún momento, algunas cosas dependerían de lo que ocurriera en Silk Song, pero al menos de momento puedo decirles que ellos se encontrarán de nuevo algún día. Las circunstancias y la situación, lo dejo a su imaginación.


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