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El regreso de Quirrel

Una persona puede haber viajado al lugar más hermoso de todos, pero siempre anhelará regresar al hogar, dormir en su propia cama y estar con los suyos. Durante mucho tiempo esta clase de sentimientos fueron ajenos para Quirrel. Sin memorias, pasado o vínculos, sólo avanzaba hacia el próximo destino, pero ahora, por primera vez sintió la felicidad de regresar a casa.

Había estado recorriendo algunos parajes maravillosos, llenos de vida, vegetación y muchos insectos interesantes, pero a pesar de ello se sentía feliz de regresar a su ruinoso Hallownest, sobre todo porque en este reino acabado se encontraban sus dos mejores amigos, aquellos que por estos tiempos habían pasado a formar su nueva familia. Por eso ahora a pesar del cansancio que sentía, avanzaba presuroso a través de las galerías y cuevas para llegar a Poblado Distante.

La verdad le hubiera gustado tomar un ciervocamino para llegar más rápido, pero desgraciadamente el viejo insecto solo le obedecía a Hollow, una especie de lazo de gratitud lo unía al pequeño y lo hacía cumplir todas sus peticiones sin chistar, cosa que no hacía con nadie más.

Aunque era entendible, el pobre bicho estaba viejo, su patas no darían abasto para cubrir todas las peticiones de transporte de la creciente población de Hallownest, si hubieran más de estos bichos y se les asegurara su alimentación y cuidado como se hacía antaño, quizás las cosas podrían funcionar, pero ni modo. Por el momento le tocaba caminar, ya casi llegaba.

Se encontraba atravesando el último túnel que lo separaba del lago subterráneo que se encontraba debajo de Poblado Distante, casi corría por la emoción de llegar pronto, ya podía vislumbrar el exterior del túnel cuando algo extraordinario apareció en su camino, haciendo que se detuviera de golpe.

Un pedazo de filete de cavasuelos se acercó a él flotando en el aire a gran velocidad. La cochinilla asustada por la fantasmagórica situación se enroscó en una bola temiendo ser dañado por el filete, por supuesto este no le hizo daño alguno, simplemente pasó encima de él sin tocarlo y siguió su camino derecho hasta el final del túnel.

Cuando Quirrel se sintió a salvo, se desenroscó y observó el pedazo de carne alejarse, el corazón le latía a mil por el susto que se llevó, sin duda esa sería una buena anécdota que contar, aunque probablemente los chicos no le creerían.

De pronto comenzó a escuchar pisadas, dirigió su mirada hacia el lugar del que había salido el filete volador y vio a Hornet corriendo hacia él con gran velocidad y rostro furibundo mientras gritaba:

—¡Regresa aquí maldito gusano! ¡No te perdonaré por esto! ¡Cualquiera que se meta con mi comida pagará por ello!

Quirrel la verdad no entendía la situación, en ese momento guiado más por sus emociones que por otra cosa, abrió los brazos para recibir a la chica, pero fue olímpicamente ignorado pues ella pasó al lado de él sin dejar de correr, como si no existiera. La cochinilla sintiéndose herida se volteó hacia ella para verla alejarse ¿Por qué hizo eso? ¿Acaso ya no era su amiga que lo ignoraba?

Pero como si sus pensamientos la hubieran alcanzado, Hornet se detuvo en seco, se dio la vuelta y lo miró, entonces una resplandeciente sonrisa apareció en su rostro y comenzó a correr hacia él. Como esta vez Quirrel no estaba preparado para recibirla, el abrazo lo tomó un poco por sorpresa, sobre todo porque venía cargado con la energía de la carrera, por lo que terminó cayendo al piso con la chica encima.

—Quirrel has vuelto —dijo Hornet con la voz quebrada por la emoción.

—Sí, he vuelto —contestó el explorador de forma cálida.

Ambos se incorporaron y se miraron de pies a cabeza, como reconociendo al otro luego de tanto tiempo sin verse. Hornet tocó la cabeza de Quirrel asegurándose de que no era un sueño, cosa que le causó bastante gracia al insecto

—¿Qué pasa? ¿Te cuesta tanto creer que he regresado?

—Sí, es que... Últimamente mi vida se ha vuelto un poco... Caótica, a veces es difícil distinguir la realidad de los sueños, me han pasado cosas increíbles.

—Te entiendo, de hecho justo ahora me pasó algo muy extraño, antes de que aparecieras pasó volando por aquí un filete.

—¡¿Qué!? ¡¿Por dónde se fue?! —La tranquilidad de Hornet se esfumó en cuanto mencionó al pedazo de comida.

—¿Estabas persiguiendo a esa cosa? ¿Qué rayos era?

—Era el maldito gusano.

—¿Maldito gusano? Parecía un filete de cavasuelos, no de gusano, no estoy entendiendo nada.

—Ah, cierto, tú no puedes verlo, estamos demasiado lejos del aguijón onírico. Descuida cuando Hollow... ¡Hollow! ¡Ni siquiera me preocupé por él! ¡Vamos Quirrel!

—¡¿Qué está pasando aquí!?

—¡Luego te explico, corre!

Ambos corrieron hasta el final de la cueva donde se encontraba Poblado Distante. Las cosas estaban exactamente igual como Quirrel las recordaba, las mismas casas siniestras remendadas con hilo de araña, las plataformas características adheridas a viejas raíces y por supuesto la escalera de cuerda que habían puesto para facilitar el acceso a las viviendas. Sin embargo había algo que desentonaba en todo eso. En la casa más alta, que era justamente la que ocupaba Hornet, había una maraña de hilo colgando en cuya punta había un nudo en el cual estaba atrapado Hollow. El pobrecillo estaba suspendido en el aire clamando por ayuda agitando sus patitas.

—¡Hollow! ¡Resiste tu hermana va a salvarte!

—¿Qué pasa aquí? —Volvió a preguntar Quirrel mirando alrededor confundido, de pronto se fijó en que el filete volador había aparecido de nuevo y flotaba junto a él—. ¡Hornet! ¡El filete volador volvió!

—¿Que? ¡Ahí estas! Yo... —Se detuvo dudosa y miró a su hermano colgando del hilo donde estaba atrapado, luego dirigió su vista hacia el pedazo de comida y suspiró molesta, entre el filete y su hermano era obvio quien tenía prioridad—. ¡Te dejaré pasar por ahora pero ya nos las veremos luego!

—¡Hornet explícame que sucede! ¿Por qué hay filete flotando al lado mío?

—Es mi desayuno.

—¿Y por qué tu desayuno está volando?

—No quiere que me lo coma.

—¿¡Que!?

—¡No hay tiempo!

Y sin decir nada más, la chica utilizó su aguja e hilo para impulsarse hasta las casas, luego con la misma habilidad y velocidad de una araña trepó hasta la casa más alta donde tomó la maraña de hilo y comenzó a recogerla subiendo a su hermanito.

Quirrel suspiró agotado mentalmente, al parecer no necesitaba viajar para vivir toda clase de aventuras raras. Miró al filete y decidió ignorarlo, se metió al agua y comenzó a nadar hasta la escalera de cuerda, quizás Hornet tenía esas extraordinarias habilidades para trepar y colgarse de sitios altos pero él no, así que le tomaría un rato llegar hasta la casa.

Para cuando la cochinilla por fin llegó arriba, Hollow ya estaba a salvo descansando en los brazos de su hermana, exhausto por la situación, pero más tranquilo. Estando los hermanos ahora en paz, Quirrel decidió que era el momento de que por fin le dieran una buena explicación.

—Bien, ya es como la cuarta vez que lo pregunto ¿Me pueden decir ahora sí que rayos está pasando aquí? —Dijo la cochinilla exasperada.

Al escuchar la voz de su amigo Hollow se puso de pie y corrió hasta él abrazándolo efusivamente.

—Hola Hollow, yo también te extrañé —dijo correspondiendo el abrazo—. Pero por favor, díganme que...

—Sí, sí, ya te explicamos —lo interrumpió Hornet—. Ahora que tienes a Hollow encima todo estará más claro, por favor mira hacia tu derecha.

La cochinilla obedeció sus instrucciones algo escéptico, fue entonces que se encontró de nuevo con el filete, pero esta vez no era solo el trozo de carne, esta estaba sujeta por un gusano pálido de aspecto etéreo que flotaba en el aire.

Al principio sintió sorpresa, luego confusión y finalmente miedo. Algo se removió en las profundidades de la mente de Quirrel, parte de sus memorias defectuosas afloraron y pudo ver la imagen de un imponente gusano, recordó a cinco caballeros inclinándose ante él, a su maestra alabándolo y a él sintiéndose subyugado por aquella presencia tan abrumadora, la presencia de un ser superior.

El insecto retrocedió alterado e inmediatamente se inclinó ante el fantasma sin atreverse a mirarlo a los ojos.

—Su majestad, su humilde servidor se inclina ante usted honrado por su presencia.

—Vaya, parece que por fin alguien aquí muestra algo de respeto —dijo el rey complacido.

—¡Quirrel no te puedes inclinar frente a este tipo! —Se quejó Hornet empujando a su amigo haciendo que cayera al piso.

—Pe-pe ¡Pero es el rey! —Gritó Quirrel alterado incorporándose.

—¡No es el rey! Hallownest ya no tiene rey, él es solo un fantasma, un remedo del líder que una vez hubo, no tiene autoridad ni poder, de hecho nadie puede verlo, es menos que una persona. Además, si empiezas a rendirle honores se le subirán los humos a la cabeza.

—Que tú seas una bruta sin modales no significa que los demás deban serlo —declaró el rey de forma mordaz.

—¿A quién le llamas bruta? ¡Maldito gusano!

Luego de eso siguió una de las discusiones que el gusano y su hija solían tener y que comenzaban a hacerse habituales entre ellos. Quirrel levantó su indigna cabeza y observó a los dos peleadores. Esto era bastante anticlimático.

Él sabía que había estado ante la presencia del rey pálido alguna vez en su pasado, aunque no podía recordarlo, pero la impresión que le había causado estaba grabada en su subconsciente. Tenía el respeto y la adoración hacia esa criatura impregnada en su mente y verlo pelear como un chiquillo con Hornet, le quebraba la ilusión y lo hacía sentir algo incómodo.

Se puso de pie a pesar de que no había recibido la autorización del monarca y se quedó observando la escena, fue entonces que sintió la presencia de Hollow a su lado y le preguntó.

—¿Ellos siempre están peleando así?

Hollow asintió en silencio y comenzó a explicar algunas cosas con una elaborada mímica, pero Quirrel nunca había sido muy hábil para interpretar las señales del pequeño así que no entendió mucho. En este punto la cochinilla ya estaba bastante fastidiada, no entendía nada y nadie se molestaba en explicarle tampoco, así que se sobrepuso un poco al temor y respeto que le inspiraba el rey y alzó la voz.

—¿Alguien por favor me explica bien que pasa aquí? —Sus palabras sonaros fuertes y seguras, pero en cuanto el fantasma posó su mirada en él, se recogió intimidado y completó con un hilo de voz—...Si no es mucha molestia...

Padre e hija se miraron y asintieron accediendo a cumplir la petición del explorador. Durante la siguiente media hora le contaron todos los pormenores de su primer encuentro en el santuario de almas y luego su particular visita a la vidente. Por supuesto el rey omitió todos los detalles de la conversación personal que tuvo con la polilla. Finalmente culminaron el relato explicándole todos las características del aguijón onírico. Luego de toda la información que le soltaron, Quirrel no sabía que decir.

—Yo... Esto... Es... Rayos. Pensaba que te sorprendería con la historia del cavasuelos gigante que monté, pero me has superado y ni siquiera te has movido de casa.

—¿Un cavasuelos gigante? ¡Genial! —Los ojos de Hornet brillaban de la emoción, aunque su amigo sabía que no era por la experiencia de montar un animal tan extraño, sino por la idea de que existieran, la carne de cavasuelos era la comida favorita de Hornet.

—Bueno, ahora sí ya no estoy tan confundido con lo que pasa aquí, aunque no puedo decir que esté del todo tranquilo —le lanzó una mirada temerosa al rey.

—No te preocupes —dijo Hornet notando la incomodidad de la cochinilla—. Este fantasma roñoso es inofensivo, mejor ignóralo. Y a todo esto... —La chica se puso de pie entusiasmada—. ¡Ahora que has vuelto tenemos que celebrar! Vamos a cazar algo muy bueno.

—¡En lo único que siempre piensas es en comer! —Se quejó el Wyrm—. ¡Ya te he dicho que cuides tus comidas o engordarás demasiado!

—¡Y yo ya te he dicho que estoy bien porque hago mucho ejercicio! ¡Déjame en paz y no te metas con mi comida!

Esas palabras le recordaron a Quirrel el incidente con el filete de cavasuelos y decidió preguntar por ello.

—Ah ¿Preguntas por qué me estaba llevando el filete? —Dijo el rey con tono de superioridad—. Pues resulta que esta jovencita tuvo la brillante idea de comer mientras practicaba su tejido.

—Antes de que llegaras solía hacer eso y nunca hubo problemas —se defendió la chica.

—Pues eso está mal, o comes o tejes pero no puedes hacer las dos cosas al mismo tiempo ¿Dónde aprendiste tan malas costumbres? —Se dirigió de nuevo hacia Quirrel—. Por supuesto tenía que disciplinarla, ella es una princesa y debe estar a la altura, así que le quité el filete para que se dedicara a tejer tranquila, pero ella no se lo tomó bien.

—Era comida.

—¿Y por qué Hollow terminó colgando de la casa? —Preguntó Quirrel.

—A pues... No sé ¿Por qué estabas colgando Hollow?

—.......

—Ya veo. Cuando estaba tratando de tejer Hollow me estaba ayudando, entonces cuando salí corriendo detrás del viejo, quiso seguirme, pero se tropezó y se enredó con el hilo, entonces salió arrastrándose y se asomó por la plataforma de la casa para buscarme, pero perdió el equilibrio y se cayó, afortunadamente el hilo enmarañado en el que estaba atrapado se enredó en las maderas de la plataforma y no cayó al agua, Hollow nada muy bien, pero con los movimientos restringidos se habría ahogado... De hecho ¡Eso fue muy peligroso Hollow! ¡Debiste esperar a que regresara!

—.....— Le dedicó una triste mirada a su hermana pidiendo disculpas.

—Está bien, te perdono, pero ten más cuidado a la próxima ¿De acuerdo?

—.... —El pequeño asintió recuperando su entusiasmo habitual.

—Bien, entonces ¿Vamos a cazar? —Su hermano asintió de nuevo mostrando su agrado ante la idea—. Genial ¿Vienes Quirrel?

—Hornet, acabo de llegar de un viaje sumamente agotador, la verdad es que no tengo ganas ni de moverme.

—Oh cierto, perdón, que desconsiderada. Entonces será mejor que te quedes aquí, duerme un rato si quieres, volveremos pronto.

—¿Lo vas a dejar dormir aquí? —Preguntó el rey pálido.

—Sí ¿Algún problema con eso? —Parecía que a la chica le bastaba escuchar la voz de su padre para sentirse irritada.

—Oh no, ninguno en realidad, solo quería saber si podrían dejar el aguijón onírico para poder hablar con Quirrel tranquilamente.

—¿Y de qué quieres hablar con él? Mira viejo, si le llegas a decir alguna cosa rara te juro que...

—No le diré nada malo, será solo una cordial conversación entre caballeros, te lo prometo.

Hornet entrecerró los ojos con sospecha, pero aun así accedió a la petición de su padre, entonces con una señal le indicó a su hermano que dejara el aguijón, este obedeció y colocó el artefacto encima de la mesa principal de la casa. Luego de despedirse afectuosamente de su amigo (Y de ignorar a su padre), ambos hermanos se fueron y lo que siguió en la vivienda fue un largo e incómodo silencio.

—Yo... Creo que prepararé un poco de té —dijo Quirrel levantándose y dirigiéndose a la cocina tratando de calmarse, estar a solas con el rey lo tenía hecho un atado de nervios.

El fantasma observó atentamente a la cochinilla, notó claramente que esta se manejaba con mucha confianza y comodidad en la casa, sabía exactamente donde estaba cada cosa, las tazas, las hierbas, donde hervir el agua, era como si fuera su propia casa. Había escuchado a Hornet hablar con nostalgia de un querido amigo que había ido de viaje, pero nunca mencionó que este viviera con ella ¿En verdad eran solo amigos?

Luego de algunos minutos, Quirrel terminó de preparar el té, entonces se dirigió hacia la mesa con dos tazas de la bebida humeante, una de las cuales le ofreció al viejo monarca.

—No, no te preocupes, con mi condición de difunto en realidad no necesito comer ni beber nada.

—Ah, lo siento —Se disculpó Quirrel temiendo haber ofendido al rey.

La cochinilla comenzó a beber de su taza de forma nerviosa, no podía evitar sentirse intimidado por el monarca, él era un humilde explorador y estudioso ¿Cómo podría ser digno de estar frente a semejante figura de autoridad?

—¿Dónde vives Quirrel? —Preguntó el gusano de forma casual.

—¿Eh? ¡Ah! ¡En ningún lugar mi señor! —Respondió con nerviosismo.

—¿Cómo es eso?

—Esto... Yo... Solo soy un viajero que vaga por el reino y más allá buscando satisfacer su curiosidad, no tengo casa ni algo a lo que llamar hogar realmente. Pero la señorita Hornet ha sido muy amable conmigo al ofrecerme cobijo. —Se aseguró de destacar la palabra señorita, no quería que el rey se llevara una mala impresión de él por hablar de su hija con demasiada confianza.

—Pero aquí hay muchas casas vacías, podrías quedarte con la que quisieras ¿Por qué vives con Hornet?

—¿Por qué vivo con ella? Pues yo.... Esto... No sé qué decir realmente. La verdad es que un día Hollow me invitó a dormir aquí y luego pues... Nunca me fui. Al principio Hornet se quejaba de mi presencia pero luego dejó de molestarle, de hecho en los últimos tiempos hasta me esperaba para dormir... Y... —Quirrel terminó con el rostro rojo al recordar eso. Quizás qué pensaría el rey de él, que era un maldito que se aprovechaba de los buenos sentimientos de su hija para tener techo y comida gratis.

—Ya veo —dijo el rey imperturbable—. Entiendo que no tengas un hogar por elegir la vida del errante, pero ¿Qué hay de tu familia?

—¿Familia? Pues no la recuerdo.

—¿No la recuerdas?

—Yo no tengo demasiados recuerdos de mi pasado, sé que nací en Hallownest pero más allá de eso no tengo información, con suerte recuerdo vagamente a la maestra Monomon que me instruyó en los conocimientos del mundo.

—¿Eres el aprendiz de Monomon? —El rey se veía sorprendido—. Con razón te me hacías familiar, así que eres ese Quirrel, no era solo un alcance de nombres.

—¿Nos conocíamos?

—Nos vimos un par de veces pero nunca conversamos directamente, aunque tu maestra solía hablarme de ti y gracias a esto te conocí un poco. Dime ¿En serio no recuerdas nada de tu familia? ¿Nada de nada?

—Nada, no sé de mis padres, no sé si tengo hermanos u otros parientes.

—Yo no hablaba de tus padres o tus hermanos exactamente ¿En serio no recuerdas a... ? Bueno, no importa. Eso ya es un pasado enterrado. Para ti ya debe ser bastante duro carecer de historia y no saber nada de ti mismo como para que un extraño venga a exigirte conocimientos perdidos que jamás volverán.

—En realidad no es algo tan malo, he aprendido a vivir con mi situación y verle el lado bueno. Sé que me ha tocado enfrentar grandes desgracias, pero estas simplemente se borraron de mi mente, ya no tengo malos recuerdos, solo veo las maravillas del presente.

—Es una forma muy positiva de enfrentar tu situación.

—No tendría sentido amargarme por algo que no tiene solución, jamás recordaré nada, no tengo pasado pero a partir de mi presente puedo construir mi historia. Por eso quiero vivir todo lo que pueda, viajar y ver el mundo y ahora gracias a la señorita Hornet y a Hollow, tengo algo que más o menos puedo llamar familia y un lugar al cual regresar. Prefiero mantener una actitud positiva y ser paciente, algún día cuando hayan pasado algunos años, tendré un pasado construido y muchas anécdotas que contar.

Al parecer Quirrel se había emocionado hablando pues todo rastro de timidez había desaparecido, incluso había elevado un poco la voz. El rey pálido se quedó observándolo en silencio bastante interesado en él. En cuanto la cochinilla se dio cuenta de esto volvió su temor y guardó silencio bebiendo un poco de té.

—Has despertado mi interés y mi admiración —dijo el Wyrm finalmente—. Ahora tengo claro por qué Monomon te eligió como su aprendiz. —Hizo una pequeña pausa—. Dime.... ¿Te casarías con Hornet?

—Pffffffttt —Quirrel terminó escupiendo el té que tenía en la boca de la sorpresa—. ¿¡¡Que!!?

—Sí, es verdad, las cochinillas no son la especie más respetada ni admirada —dijo el Wyrm más para sí mismo que para el insecto—. Bueno, muchos dijeron que un pequeño gusano tampoco podría gobernar y miren donde llegué. Es cierto que mi aparente debilidad me trajo problemas con algunas tribus como la de las mantis, pero aun así logré prevalecer.

—¿De-de-de que habla? —Dijo nerviosamente— ¿A qué se refiere con gobernar?

—Oh cierto, no estás enterado. Mi estancia en este mundo tiene un único propósito, levantar nuevamente Hallownest y llevarlo a su gloria de antaño. Pero para ello hace falta un gobernante digno, alguien que pueda heredar mi legado y Hornet, siendo mi única descendiente en condiciones de tomar el poder, debe ser la futura reina. Sin embargo es tan impetuosa, impaciente, salvaje y bruta que temo no pueda dar el ancho del cargo. Pero con un compañero tranquilo, sensato, paciente e inteligente como tú podría llegar a ser una buena líder.

—Que-que-yo- rey-no- eso...

—Por la forma afectuosa en que Hornet habla de ti, no creo le desagrade la idea de hacerte su compañero, podrían ser una buena pareja. —Este comentario hizo que a Quirrel se le subieran los colores a la cara—. Sí, parece un buen plan, ahora solo falta que Hornet acepte su destino como reina, un momento.... ¡Cierto! La vidente dijo que un lazo de amor podría motivarla a aceptar el poder, seguro que si tú se lo pides dirá que sí ¿Se lo podrías preguntar?

—¿¡Que!?

Justo en ese instante, de forma muy oportuna (O quizás inoportuna), los dos hermanos entraron en casa luego de una fructífera cacería.

—¡Volvimos! ¡Miren todo lo que trajimos! Esta noche tendremos un festín —Hornet parecía contenta mostrando las presas recién capturadas, de pronto se fijó en que su amigo actuaba algo raro—. ¿Quirrel pasó algo? Te ves nervioso.

En efecto, la cochinilla estaba con los nervios crispados, podía sentir la mirada del rey en su espalda instándolo a que le pidiera a la chica ser reina. Sin embargo, el sentido común y el respeto que tenía por su amiga le impedían formular aquella petición, pero por otro lado la devoción que tenía hacia el rey lo obligaba a obedecer sus deseos.

El pobre no pudiendo decidir entre el uno y la otra, se hizo una bola y no dijo nada.

—¿Quirrel? —La chica se acercó a la bola y la movió sin obtener reacción alguna—. ¡Quirrel!

—Supongo que me excedí un poco con él, no debí presionarlo tanto y de forma tan repentina, —dijo el rey pálido.

—¿Qué le dijiste viejo? —Pregunto Hornet de forma acusadora.

—Nada... Demasiado grave.

—¡Viejo!

Como repuesta el fantasma de esfumó en el aire con una sonrisa burlona.

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