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El Adios de una Reina

El silencio invadió la madriguera durante algunos momentos, ninguna tenía nada que decir, solo compartían sin pronunciar palabra. Aunque mientras la reina se perdía en sus pensamientos, Hornet se dedicaba a observar al ser marchito. La recordaba más imponente, tan brillante que costaba mirarla y con muchas más ramas saliendo de ella, quizás era por esa especie de chaleco que la tenía amarrada que lucía tan mal.

—Tía Blanca... ¿Por qué estás usando esa prenda que te tiene presa? ¿Eso también fue designio de mi padre?

—¿Esto? Oh no, para nada, estas ataduras me las he puesto yo misma. A decir verdad es el castigo que merezco por las cosas horribles que he hecho, concebir tantos niños para desecharlos como basura... Simplemente inaceptable. Sé que no hay castigo suficiente para pagar por mis pecados, pero algo he querido hacer, ya no soy digna de traer más retoños al mundo, así que até mi cuerpo para impedirme esparcir más semillas. Sé que por otros métodos no podría evitarlo, las raíces siempre tenemos el deseo de reproducirnos. Vivir tantos años con deseos contenidos es complejo, pero me lo merezco, incluso por eso, aun cuando percibo que la infección ya se ha ido, he optado por mantenerme enclaustrada.

—Pero eso fue culpa de mi padre.

—No Hornet, yo también tuve responsabilidad en todo esto, podría haberle dicho que no, muchas veces quise hacerlo, pero nunca lo hice, sobreestimé su sabiduría, así como el sobreestimó a su contenedor perfecto —en ese momento la reina puso una expresión muy afligida—. Ese niño... El único con el que pude pasar algo más de tiempo, solo era capaz de mirarme con esos ojos vacíos sin decir nada, jamás me contaría sus aventuras, no tenía caprichos que cumplirle ni nada... Yo... ¿Sabes? Como soy una raíz puedo reproducirme sola sin necesidad de contar con un macho, pero... Siempre tuve el deseo secreto de tener un retoño que fuera de ambos, de Wyrm y mío y cuando por fin lo tuve... No pude quererlo.

Fue tal expresión de tristeza de la antigua gobernante que a Hornet se le rompió el corazón, sumándole a eso que ya estaba un poco sensible, simplemente estalló en llanto. Con las lágrimas rodando por su rostro se acercó a al alto ser y lo abrazó. La reina se sorprendió al percibir el contacto de Hornet, pero no tardó en sonreír cálidamente y correspondió a su gesto con una de sus raíces.

Ambas se quedaron abrazadas un largo rato en silencio, la reina agradeciendo al destino por traerle a Hornet y ella sacando todas las penas guardadas por años. Finalmente ambas terminaron por caer dormidas.

Hornet abrió los ojos y se encontró en un lugar extraño, era como un jardín hermoso y exuberante, pero antinatural, pues cada planta y árbol parecía hecho de plata. Pero a pesar de eso no se sintió extrañada, con la experiencia que tenía, ya había aprendido a distinguir cuando un sueño estaba siendo manipulado y alguien se había metido en este.

Caminó un poco buscando la fuente de las anormalidades y no tardó en encontrarla, se trataba del rey pálido, pero este no estaba solo.

Se encontraba con la dama Blanca, está lo tenía acunado cariñosamente entre sus raíces mientras refregaba su rostro contra el de él. A su vez el rey también propinaba caricias afectuosas a su pareja y lucía radiante de felicidad.

Hornet estaba sorprendida, siempre vio a su padre como alguien frío y despiadado, jamás creyó que fuera capaz de demostrar afecto por nadie. Al acercarse un poco más terminó por darse cuenta de que este sueño le pertenecía a la tía Blanca, había sido intervenido por su padre y probablemente solo porque estaba allí cerca, Hornet había terminado arrastrada en todo esto.

—Ah mi querido Wyrm, estoy tan feliz de reencontrarme contigo, aún si es en esta forma. —A parecer la reina también tenía la capacidad de notar cuando estaba en un sueño intervenido.

—Yo también querida, te extrañé tanto, anhelaba tanto poder estar entre tus raíces como antaño.

—Ay amor, yo extrañaba tanto poder abrazarte, cubrirte y sentirte en mi pecho.

Hornet comenzó a alejarse lentamente, muy conmovedora sería la escena pero era demasiada azúcar para ella, prefería dejarlos solos antes de que las cosas se pusieran más candentes. Sin embargo cierto cambio en el tono de la conversación la retuvo en su sitio.

—Amor, no ha sido solo para reencontrarme contigo que me he presentado en tus sueños.

—Oh bueno, lo imaginaba. Siempre has sido un bicho muy ocupado. ¿Tienes grandes hazañas que cumplir? ¿Proyectos que concretar? ¿Me encargarás alguna otra misión?

—En realidad últimamente he estado bastante desocupado, hacía tiempo que no tenía tanto tiempo libre, la verdad extraño un poco construir mis viejos inventos, pero la muerte tiene sus consecuencias y estas son inevitables.

—¿Muerto? Pobre... Oh cuanto lo siento... —la mirada de la reina se entristeció—. ¿Cómo pasó?

Esta pregunta despertó la curiosidad e Hornet ¿Cómo es que en todo este tiempo jamás se lo preguntó?

—No tengo la certeza de como ocurrió, solo recuerdo... Una oscuridad profunda e inquietante y... 8 ojos brillantes mirándome... Y luego de eso estaba muerto.

—Oh... Parece que si fue un error hacer aquello y Él finalmente decidió dictar su sentencia.

—¿Él? ¿Quien?

—Aquel a quien los antiguos eran leales... Pero no te preocupes por eso. —La reina optó por cambiar de tema rápido— ¿Entonces habías venido aquí para comunicarme tu deceso?

—En parte sí, ya no hace falta que me esperes más, así como tampoco es necesario que te castigues. Libérate de tus ataduras Blanca, ya fue suficiente penitencia.

—Pero... No puedo, no sería justo. El precio que yo estoy pagando no se compara al de esos retoños. Encerrados en el abismo, cubiertos de oscuridad, apartados del mundo... sufriendo por no ser...

—¡Ellos están bien! —Dijo de pronto el rey—. Siguen en el abismo, pero ya no están encerrados, pueden salir cuando quieran, de hecho a veces lo hacen algunos, aunque la mayoría prefiere quedarse allá abajo, no es que lleven una mala vida. Poco a poco han arreglado su hogar, están aprendiendo el arte de la construcción... Todavía hace casas horrendas pero están mejorando. Jem es uno de los mejores constructores, solo con tierra y cascarones vacíos ha hecho cosas bastante decentes, además de que tiene un grupo que lo ayuda bastante, aunque a veces tienden a excederse con el trabajo. Eso siempre hace que Alma los regañe, ella es la más preocupada por el bienestar de los demás, todos la quieren mucho, menos Jaiden que... Bueno, él es un poco rebelde y complicado...

Hornet escuchaba atónita las palabras de su padre, no había ninguna mentira en ellas, todo era tal como lo decía, casi parecía que... El rey pálido había visitado el abismo para ver a las sombras, acaso... ¿Le preocupaban sus retoños?

—Amor... Agradezco que quieras reconfortarme pero no hace falta que inventes semejantes historias.

—No son mentiras ¿Alguna vez hablé contigo diciendo algo que no fuera verdad? —La raíz lo miró con seriedad unos momentos antes de contestar.

—En realidad no... Podría acusarte de muchas cosas, pero jamás te llamaría mentiroso —Hizo otra pausa mientras pensaba unos momentos—. Y dime... ¿Has visto también a nuestro niño? Digo... Al contenedor puro.

—Sí, regresó al abismo a convivir con sus hermanos, ha adoptado el nombre de Big y es el rey de las sombras.

—Claro claro —Blanca solo sonreía con tristeza sin llegar a creer del todo la fantasía que le presentaba su pareja, sin embargo decidió preguntar algo más—. ¿Y el pequeño contenedor que subyugó a la infección? ¿Qué fue de él?

—Pues... en un inicio regresó al abismo, pero luego optó por vivir en la superficie para hacerle compañía a Hornet. Ella lo nombró Hollow y ahora conviven como buenos hermanos, pregúntale a ella si tienes dudas.

Esto último sí sorprendió bastante a la dama Blanca, sonaba demasiado bonito como para ser verdad, entonces simplemente sonrió mientras un par de lágrimas salían de su rostro y todo comenzó a difuminarse, pues el sueño estaba llegando a su fin.

Hornet abrió los ojos y se encontró recostaba en una de las enormes raíces de la tía Blanca, se había quedado dormida encima de ella. Levantó su cabeza y notó que la vieja raíz también estaba despertando, esta dirigió sus ojos hacia ella con una expresión de ternura y amor.

—¿Has despertado Hornet? Creo que nos quedamos dormidas, fue una siesta agradable, sobre todo por el hermoso sueño que tuve, hacía tiempo que no soñaba nada tan bonito.

Al parecer ni el rey ni la reina notaron la presencia de Hornet en el sueño, ninguno supo que ella lo presenció todo, por eso no se sintió sorprendida por la pregunta que ella le hizo.

—Hornet... Tú te encontraste una vez con ese pequeño... Aquel a quien le regalé mi pequeño tesoro confiado por mi amado Wyrm, sé que fue así, él me lo hizo saber en su momento. Ese mismo pequeño es quien logró someter a la infección, pero luego de ello le perdí el rastro ¿Has sabido algo más de él?

—Él pequeño... Es decir Hollow, está viviendo conmigo en un pueblo que se encuentra en la superficie llamado Bocasucia, bueno... También tenemos otra casa en Nido Profundo, estamos donde nos dé la gana, pero pasamos más tiempo arriba, hay más vida allí. Hollow siempre se mete en toda clase de problemas pero aun así... Es un buen hermano, siempre está conmigo.

Entonces una pesada y espesa gota le cayó a Hornet en la cabeza y cuando inspeccionó su procedencia, descubrió que era una lágrima de la reina.

—En verdad... No sabes lo feliz que me hace escuchar eso yo... Hornet ¿Me harías un favor? ¿Podrías ayudarme a retirar estas ataduras?

—Claro tía.

Con un par de cortes propinados por su aguja, Hornet logró rajar la prisión de la raíz, en cuanto esta se vio libre, desató sus ramas las cuales instintivamente se enterraron en la tierra comenzando a engendrar vida. La reina lanzó grito de placer y alivio mientras el piso del lugar se cubría de flores blancas. Sus extremidades se abrieron paso por la tierra extendiéndose cada vez más lejos en su afán por esparcir semillas, la tierra tembló ante la presencia del alto ser que derramaba su energía y sus deseos en ella.

Hornet observaba impresionada y quizás algo asustada el increíble espectáculo de la raíz perpetuándose, ahora entendía por qué en cada lugar donde estaba la tía siempre había hierba y flores. Sin embargo algo iba mal, comenzó a notarlo cuando el brillo del cuerpo de la dama Blanca empezó a decaer, ya había perdido bastante de su esplendor de antaño y parecía que ahora terminaría por extinguirse. Entonces notó la horrible realidad, semejante ritmo de reproducción era demasiado para ella y si no se detenía para recuperarse terminaría muriendo. Entonces escandalizada corrió hasta la raíz más cercana y comenzó a tirar de ella tratando de arrancarla de la tierra.

—¡Detente tía Blanca! ¡Si sigues así vas a morir!

—En realidad debí hacerlo hace mucho —contestó el alto ser.

—¿¡Que!?

—Solo mi promesa a mi amado Wyrm y mi penitencia me mantuvieron en este mundo, sin embargo ya no poseo ninguna de las dos cargas, soy libre para partir.

—Pero tía...

—He vivido milenios Hornet, incluso conocí a Wyrm antes de que reencarnara como un adorable gusano. Presencié el surgimiento y la caída de Hallownest, estudié con aquellos que vivieron antes, incluso estuve presente en la gran batalla de los dioses antiguos. Yo creo que es más que suficiente ¿No lo crees? Ni este reino ni este mundo ya me necesitan, es hora de partir, pero antes de hacerlo le dejaré este último regalo, vida, porque vida es todo lo que puedo ofrecer.

Hornet la miró con algo de pena pero comprendió su decisión, luego de llorar todas sus tristezas ya no se sentía tan sensible, por eso aceptó con resignación el adiós de su tía, soltó la raíz que estaba sujetando y se colocó frente a ella. Sabía que la vieja reina no podía verla, pero aun así siguiendo viejos protocolos aprendidos durante su niñez, se arrodilló ante ella.

—Ha sido un grato placer compartir estos momentos con usted, aún si fueron breves, mi espíritu siempre estará a su lado y me sentiré honrada al recordarla.

La reina reconociendo el tono formal de las palabras, dedujo que la guerrera se había inclinado ante ella siguiendo un viejo formalismo, le pareció gracioso que recordara semejantes costumbres y decidió replicarla. Con algo de esfuerzo se inclinó hacia adelante.

—El honor es mío mi fiel guerrera, hasta que el destino nos vuelva a juntar, siempre te tendré en mis pensamientos.

Y tras decir estas últimas palabras, finalmente terminó de drenar la energía que le quedaba, su cuerpo perdió el brillo blanco que tanto la caracterizaba y se tornó de un gris opaco. La vida abandonó su cuerpo y este colapsó sobre la hierba con un sonoro estrépito.

Hornet abrió los ojos y contempló el ser inerte. Se puso de pie y lentamente caminó hasta ella, entonces posó una mano sobre la raíz muerta. Poco a poco esta iba perdiendo su calidez y frescura, pronto no sería más que una rama marchita que luego se pudriría y volvería a la tierra siguiendo el ciclo de la vida.

Había presenciado un evento único, la muerte de un alto ser. Sin embargo aquello era una gran pérdida para el mundo, no era fácil que naciera un ser tan extraordinario como este. Aunque ahora que lo pensaba ¿Cómo nacía exactamente un alto ser?

Fue curioso pero aquel pensamiento recibió una respuesta casi inmediata, pues de pronto comenzó a escuchar un pequeño murmullo en las cercanías, algo semejante al de unas garras rasgando la madera. Sabía que eventualmente el cuerpo de la reina sería consumido por el ambiente, pero le parecía algo precipitado que este consumo empezara apenas a los pocos segundos de perecer ella.

Recorrió los alrededores buscando la alimaña que supuestamente buscaba alimentarse del cadáver, sin embargo lo que encontró fue algo mucho más increíble. Debajo de una de las raíces muertas, notó que algo se movía, una cosa blanca y brillante, muy pequeñita. Algo ansiosa comenzó a golpear la madera muerta con su aguijón, sintiendo una cierta culpa por profanar el cuerpo de su tía de esa manera, sin embargo confió en que la perdonaría. Entonces cuando logró romper aquella sección de raíz, se encontró con un pequeño ser blanco de ojos violetas. Una nueva pequeña dama blanca.

Hornet miró estupefacta la nueva vida que había surgido de la anterior ¡Un nuevo alto ser! Y era idéntica a la tía Blanca, salvo por el color de sus ojos.

Se agachó para ponerse a la altura de la recién nacida que la miraba con confusión, esa pequeña cosita no sabía nada del mundo, tenía mucho que aprender, probablemente ni siquiera era capaz de entender el lenguaje hablado. Pobrecilla, arrojada al mundo en absoluta soledad, aunque ahora la tenía a ella, ya no estaba sola, definitivamente la visitaría de vez en cuando. Por un momento se le pasó por la cabeza la idea de llevársela a Bocasucia pero consideró que no era apropiado. Ella estaría mejor allí en los jardines.

Las raíces tenían la ventaja de que no necesitaban cazar para alimentarse, obtenían todo lo que necesitaban de la tierra, su única preocupación era no ser devoradas hasta que tuvieran un tamaño decente y por supuesto, protegida en aquella madriguera, a esta pequeña raíz no tenía por qué pasarle nada malo. Esto llevó a Hornet a pensar que la reina tenía todo esto planeado desde hace mucho, si no ¿Por qué otra razón habría elegido semejante escondite para enclaustrarse? Había lugares mucho más agradables en los jardines.

Acarició a la raíz con cuidado causando en esta una expresión de agrado.

—Bienvenida al mundo pequeña —le dijo Hornet en un tono cariñoso—. Deberás saber que eres un ser de cualidades extraordinarias, un alto ser nacido para ser grandioso, claro que para eso aún falta mucho. Mientras tanto dedícate a aprender y a disfrutar de la vida. Sin embargo necesitarás un nombre por el cual los demás deberán dirigirse a ti, y pues... Tienes ese color blanco tan parecido al de tu madre... Pero no me parece apropiado copiarle el nombre... Pálida... Eh, no, ese nombre definitivamente no y pues.... Mmm.... Me pregunto por qué tengo la creatividad de una piedra con los nombres... Como sea, te llamarás Clara ¡Sí, eso es! ¡A partir ahora eres Clara!

La raíz la miró confundida sin comprender el significado de sus palabras, sin embargo estas se estaban grabando a fuego en su mente, esperando por el día en que tuvieran algún sentido para ella.

—Bueno Clara, debo irme, volveré a visitarte en algún momento, sé que estará bien sola. Quisiera poder decirte algo más pero no creo que tenga nada que pueda resultarte de utilidad salvo que.... Umm.... ¿Sabes? Creo que te diré ciertas cosas que me dijo tu madre, la difunta reina Blanca. Es un mensaje que resultó ser muy importante para mí y quizás te ayude algún día. Nosotros, todos, incluso los altos seres como tú, vivimos para morir y amamos para perder, esto causa dolor, pero el dolor no debe evadirse, solo enfrentarse y eventualmente pasa. No dejes a un lado tus sentimientos, abrázalos, acéptalos y conviértete en un adorable cúmulo de amor como lo fue tu madre.

La pequeña raíz la miró sin entender nada, solo reaccionaba al tono de voz con el que Hornet pronunciaba sus palabras. Pronto la guerrera se puso de pie y se dio la vuelta para salir de la madriguera, dejando a la pequeña en soledad, cosa que a la pobre le pesó bastante, pero no sabía cómo pedirle a aquella criatura grande y agradable que no se fuera. Le hubiera gustado seguirla pero en realidad no quería moverse, se sentía muy a gusto enterrada allí, de hecho hasta que no creciera un poco no podría viajar a otros sitios.

De pronto se presentó ante ella una figura etérea y transparente, un gusano blanco (Aunque ella no sabía lo que era un gusano). Este la miró con algo de melancolía, a su vez la pequeña lo observó sintiendo algo de incomodidad, no sabía por qué pero le molestaba ver a esa cosa triste. Sin embargo como si leyera sus pensamientos, el fantasma cambió su expresión por una más jovial, entonces le acarició la cabeza a la raíz transmitiéndole sensaciones acogedoras y agradables y dándole a entender que no estaría sola pues volverían a visitarla.

Luego de terminar su transmisión de pensamientos sobre la criatura, procedió a dedicarle también algunas palabras.

—Hornet tiene razón, no debes dejar de lado tus sentimientos, ellos son los que impiden que nos convirtamos en monstruos...

Hornet recorrió un largo camino a través de zarzas, matorrales y toda clase de vegetación en su avance hacia la salida de los jardines, sin embargo, cuando ya había cruzado la mayoría de los lagos de ácido y le faltaba poco para salir de Paso Verde, se encontró con su familia.

Quirrel, Hollow y Ali caminaban por allí gritando su nombre mientras la buscaban en los alrededores. Hornet se sintió conmovida y algo mal por hacerlos preocuparse de esa manera, así que les gritó llamando su atención. Como respuesta todos corrieron hacia ella atrapándola en un abrazo apretado y quizás un poco incómodo, no estaba acostumbrada a ser rodeada de tanto amor.

—Chicos... Por favor, espacio personal...

—Oh, perdón, lo sentimos —dijo Quirrel disculpándose por todos.

—Está bien, yo también lamento haberlos preocupado. Actué como una tonta.

—Sí... Digo no... No tanto —Quirrel estaba siendo cuidadoso con sus palabras, temía que Hornet estallara de nuevo, su estado de ánimo parecía algo inestable.

—Sí lo fui, fui una tonta, pero ya estoy bien, no volveré a hacerte estos escándalos de nuevo ni a decir cosas tan crueles, puedes irte de viaje tranquilo, te estaremos esperando como siempre ¿Cierto Hollow? ¿Ali?

—¡Shi! ¡Gyaaaaaarg! —Dijo la pequeña mientras que Hollow se limitó a asentir en silencio.

—Es bueno oírlo... —Dijo Quirrel algo inseguro— ¿Segura que estás bien con todo esto?

—¡Claro que sí! ¡Estoy bien! ¡Entiendo y acepto que tienes que irte! Simplemente.... —De pronto una idea cruzó por la mente de Hornet—. Simplemente tendrás que compensarme por esto.

—¿Compensarte?

—Sí, me tendrás que traer un recuerdo bonito de tu viaje.

—De acuerdo, de acuerdo, te traeré algo. —Dijo de forma jocosa mientras emprendía la marcha para salir del Paso Verde y dirigirse a los Cruces Olvidados.

—¡Pero eso no es todo! —Continuó Hornet siguiéndole el paso—. También tendrás salir conmigo a pasear.

—Está bien, te llevaré a algún lado. —La cochinilla parecía divertida con las demandas de Hornet.

—Y tendrás que preparar ese estofado de cavasuelos que te queda tan bien.

—Lo que diga jefa.

—¡Y también tendrás que dormir conmigo!

Ante estas últimas palabras la cochinilla detuvo sus pasos y la miró con sorpresa. La mestiza mostraba una expresión de fingida molestia, claro que Quirrel no fue capaz de captar el engaño.

—Yo... Esto... Pues... De acuerdo, como quieras.

—¡Sí!

Hornet rió divertida, en realidad lo último no lo decía en serio, pero al parecer Quirrel no captó la broma, de todos modos le gustaba la idea de tenerlo cerca, aprovecharía todo el tiempo que pudiera con su amigo antes de perderlo.

Porsu lado, Quirrel solo miró la sonrisa de la guerrera y suspiró con resignación.Quizás estaba consintiendo demasiado a esa chica, pero no podía evitarlo, legustaba verla feliz, de hecho haría lo posible porque su viaje durara lo menosposible, no quería que pasara demasiado tiempo antes de poder ver esa sonrisaotra vez.

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Voy a ser sincera, los capítulos que siguen hasta que Quirrel vuelva otra vez son relleno, hecho para cerrar algunos puntos que me hubiera gustado que se cerraran en el juego, para dejar que Ali consiga más flamas y para alargar este fanfic porque no le queda tanto. Ahora pueden sugerir ideas de algo que podría pasar y si cuaja más o menos con la historia, podría tomarse en cuenta (por favor no exagere con sus ideas, me gusta tener el control de mi historia)

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