Cuarta Flama
Unos rasquidos fueron lo primero que la murciélago logró percibir al recuperar la conciencia. Movió sus orejitas buscando escuchar mejor y tratar de identificar el sonido, pero estando allí con la cabeza enterrada debajo de un ala no se iba a enterar de nada, así que trató de moverse, sin embargo el dolor que sentía por todo su cuerpo la hizo soltar un quejido. Los rasguños resonaron con más fuerza y se acercaron a ella.
—¿Hola? ¿Estás bien? ¿Puedes oírme?
Al principio la pequeña no se movió, por lo que el insecto que le hablaba pensó que había estado imaginando cosas al creer que se había despertado, sin embargo un repentino movimiento lo hizo retroceder rápidamente, justo a tiempo para evitar una bola de fuego lanzada por la criatura, quien ahora aguantándose los dolores que sentía estaba apoyada en el piso con las alas extendidas tratando de verse más grande y con un expresión de odio en el rostro. Esta vez se podría decir que la murciélago si intimidaba un poco, su mirada carmesí brillaba con el poder del fuego.
—O-o-oye... Cálmate... No te voy a hacer daño —dijo el insecto algo asustado.
—Mamá ¡Dónde está mi mamá! ¡Gyaaaaaaaarg! —Rugió.
—No, no lo sé, yo...
—¡Gyaaaaaaarg! ¡Quiero a mi mamáaaaaaaa! ¡Gyaaaaaaarg!
En eso la murciélago abrió la boca de donde se pudo apreciar un brillante fuego carmesí, el ciervocamino retrocedió asustado sin saber qué hacer, cuando de pronto un quejido llamó su atención.
Dan estaba al otro lado de la habitación durmiendo sobre un mullido lecho de hierba con un plato de comida junto a él, ajeno a toda la situación. El ciervocamino se puso tenso, la cochinilla estaba absolutamente vulnerable, si era atacado no podría defenderse e inevitablemente moriría, entonces deseando protegerla, se interpuso entre Ali y su amigo, aún con las patas temblando intentó mostrase firme e intimidar a la murciélago.
—¡Aléjate bestia! ¡O te-te-tendrás que enfrentar mi mi furia!
Más que intimidada Ali se sentía confundida. Miró al ciervocamino, luego a Dan y luego al ciervocamino de nuevo, entonces ladeó la cabeza y dijo:
—¿Gyaarg? ¿Dan? ¿Ladrón? ¿Amigos?
—Sí-si-sí, es mi amigo y no dejaré que.... Un momento, te sabes su nombre ¿Lo conoces?
—Shi gyaaaarg, amigo de tía Horny.
—¿Horny? No me suena ese nombre, lo más parecido que recuerdo es Hornet.
—¡Ella gyaaaarg! ¡Tía Horny!
—Entonces eres la sobrina de Hornet... Sobrina adoptiva supongo, porque según Dan esa tal Hornet es una araña mestiza y tú pareces más un... No tengo idea, nunca había visto algo como tú. ¿Pero qué hacías allí? ¿Acaso eras parte del escuadrón de seguridad?
—Mami y tía Horny capturan a ladrón ¡Gyarg!—Ali entonces entrecerró los ojos y miró al ciervocamino de forma agresiva— Tú eres ladrón...
La pequeña con esfuerzo comenzó a agitar las alas y empezó a volar a baja altura, como supuso eso intimidó al insecto, pero este se apresuró a hablar.
—¡Espera! Sí, soy un ladrón, pero no soy alguien malo ¡En serio!
—¿Gyaaaarg? ¿No malo?
—¡Claro que no! Soy amigo de Dan ¿Cierto? Además no te hice daño, en lugar de dejarte inconsciente en medio del camino te traje aquí para que te recuperaras, cualquiera podría haberte comido afuera.
—Gyaaaaargg.... —La murciélago parecía meditar sus palabras—. Pero ladrones son malos.
—No necesariamente... Es decir, sí, algunos son malos, pero no todos, de hecho, si no fuera por necesidad te aseguro que yo no robaría nada a nadie.
La murciélago lo veía incrédula y el ciervacmino suspiró agotado. Al parecer tendría que darle una explicación apropiada, normalmente para los niños las cosas o son blancas, o son negras, al crecer recién empiezan a comprender que hay matices.
—A ver... Deja contarte mi historia. Yo junto con mis hermanos nos criamos sin padres, salimos del huevo en un lugar extraño y desolado donde había poca comida, pero aun así la suficiente para mantenernos, éramos pequeños, no necesitábamos comer mucho. Estuvimos ahí durante nuestras primeras etapas porque era un lugar seguro, no había insectos peligrosos, sin embargo al crecer, nuestras necesidades también lo hicieron y nos vimos obligados a migrar, entonces tomamos estos túneles y empezamos a correr. En los túneles crecían algunas hierbas que podíamos comer y también eran lugares seguros para vivir, salvo por la cosa grande.
—¿Cosha grande?
—Sí, la cosa grande, un ser enorme y ruidoso que corría por los mismos túneles que nosotros, nunca hemos sabido qué es pero nos aterra descubrirlo, cada vez que lo oíamos corríamos a escondernos, el ser pasaba corriendo a una velocidad monstruosa sin notarnos y solo cuando sus pasos no se oían salíamos. Gracias a eso aprendimos a ser sigilosos. Bueno, pasó el tiempo y seguimos creciendo, nuevamente la comida se nos comenzó a hacer poca y nos vimos obligados a adentrarnos en territorios habitados por insectos peligrosos, algunos de mis hermanos murieron tratando de conseguir comida... Sí, sé que es algo normal que algunos mueran pero... Somos muy pocos, si nos morimos todos adiós a la especie...
—Gyaaaaaaarg.
—La cosa es que... Ahora algunos de mis hermanos están heridos y no pueden correr con libertad, otros son muy pequeños, una de mis hermanas tiene crías que alimentar y otra ha puesto huevos, la necesidad por comida es mucha, entonces me vi obligado a salir a robar. A mí no me gusta hacerlo, pero soy el único completamente sano y fuerte de mi familia, no me puedo arriesgar a buscar comida en zonas peligrosas, por eso me pareció que la ciudad era un buen lugar para buscar sustento... Dime ¿Soy tan malo por querer alimentar a mi familia? —Ali se lo quedó mirando un momento antes de contestar.
—No.
—Exacto, sé que robar está mal, hay insectos que lo hacen solo para no tener que buscar sustento por sus propios medios y eso está mal, pero yo no tengo otra opción.
—Gyaaaaargg —Ali parecía pensativa—. ¿Y Dan?
—¿Él? Pues... Lo conocí durante una de mis incursiones, fue el único de los ineptos que tiene por trabajadores públicos que pudo encontrarme, pero le conté mi historia y se conmovió, desde entonces me ayuda... Pero creo que esta vez exageró ¿A quién se le ocurre salir de casa cuando está en proceso de cambio de piel? Entiendo que quisiera ayudarme pero no debió hacerlo, por culpa de eso ahora estamos en esta situación.
Justo mientras decía esto, Dan se revolvió en su lecho y entre sueños refregó la cabeza contra la cama provocando una pequeña grieta en su cara, la cual luego se ensanchó dejando a la vista piel nueva.
—¡Oh mira! Ya empezó. Bien, ni modo, ahora no podemos moverlo hasta que termine, así que tendremos que quedarnos aquí un rato.
—¿Aquí Donde?
—¿Dónde estamos? Pues... Es una pequeña cueva en medio de los túneles cerca de Paso Verde. Es uno de los varios refugios que tenemos para ocultarnos cuando hace falta, la entrada está cubierta de hierba así que no es fácil dar con este lugar. —Dijo mientras caminaba hasta un mueble del que sacó algunas hierbas y unas especies de frutos que le ofreció a Ali—. ¿Te apetece algo de comer?
—Gyaaaaarg —dijo sacando la lengua con disgusto.
—¿No comer verduras? Oh, qué mal, eres una depredadora pura, si al menos fueras omnívora, lo siento, no tengo nada que ofrecerte.
La murciélago gruñó molesta, a decir verdad le estaba entrando un poco el hambre, quizás si lloraba un poco el ciervocamino podría salir a cazarle algo. Lamentablemente la pequeña aún no aprendía que había insectos que simplemente no tenían la capacidad de cazar, por lo que ponerse a llorar sería inútil, sobre todo porque el ciervocamino no pensaba dejar la cueva hasta que Dan terminara su proceso de cambio. Sin embargo este ciervacmino era bastante asertivo y en cuanto vio el berrinche que se aproximaba tuvo una idea.
—Mientras esperamos a que Dan termine ¿Qué te parece si te cuento una historia?
—¿Historia?
—Sí, me se unos cuantos cuentos muy buenos, seguro te van a encantar.
—¡Shi! ¡Gyaaaaarg! ¡Historia! ¡Gyaaaaaaarg!
—Bien. Esta historia me la contó un insecto muy sabio y muy viejo, aunque algo raro, tiene ojos de loco que siempre oculta bajo una máscara, pero es buena persona. Este es un cuento muy muy antiguo, tanto que está casi olvidado.
Hace mucho tiempo atrás, antes de que los primeros reyes se levantaran sobre esta tierra, existieron dos dioses, una de ellos era tan luminosa como el trasero de una luciérnaga, y el otro tan oscuro como las fauces de una tarántula. Ambos dioses vivían en armonía sin interferir en los asuntos del otro, para no tener problemas, entre ellos se habían repartido el territorio que dominaban de la siguiente forma, la zona superior pertenecía a la diosa luminosa y las profundidades al dios oscuro.
Durante mucho tiempo vivieron sin tener problemas el uno con el otro, sin embargo cada quien ejercía su soberanía de forma distinta, cosa que producía resultados distintos. A la diosa le gustaba tener control absoluto de todo, por lo que ella dominaba las mentes de sus súbditos a totalidad sin permitirles pensar por ellos mismos, según la diosa esto era lo mejor, así estos seres no podían ser malvados ni pecar, si no cometían delitos no eran castigados y así todos vivían en absoluta felicidad.
El señor oscuro por otro lado, tenía un pensamiento completamente distinto, él permitía a sus lacayos pensar con libertad, errar, equivocarse, traicionar, blasfemar, tenían libre albedrío para hacer lo que quisieran, sin embargo estaban obligados a someterse a las consecuencias, este dios era alguien muy justo, pero terrible pues castigaba sin piedad.
Las distintas formas de gobierno provocaron dos realidades muy diferentes, los seres de la superficie dominados por completo e incapaces de tener ideas propias, permanecieron estancados en el tiempo, viviendo de la misma manera que lo hicieron desde el día en el que llegaron al mundo, en cambio los de las profundidades, con su creatividad e ingenio desatados, comenzaron a crear maravillas, ciudades, reinos, arte, por supuesto con ello también ocurrieron atrocidades, exterminios, guerras, intrigas, sin embargo el dios de las sombras nunca los detuvo, los dejó crear y destruir a gusto, por ello en las profundidades cada día era distinto, único.
Sin embargo, un día la diosa de la luz comenzó a ver con envidia el reino de las sombras, lleno de proezas de ingenio e inventiva, con elaborados templos de piedra y magníficas estatuas incomparables, no como los modestos altares que su propio pueblo le ofrecía. Intentó persuadir señor oscuro de que tomara las mentes de su pueblo y los sometiera a su voluntad, argumentaba que así ya no pecarían más y solo seguirían el camino de la rectitud, sin embargo el dios no estuvo de acuerdo.
"—Amo sus pecados y sus milagros, sus atrocidades y sus hazañas, es la libertad que les otorgué lo que los ha hecho más interesantes que tus patéticas marionetas"
Estas palabras ofendieron a la diosa, quien en un arrebato de ira le declaró la guerra a la oscuridad.
Ambos señores llamaron a todo su pueblo y una cruenta guerra empezó, la más terrible que haya azotado esta tierra y la más pareja que haya existido, ninguno de los dos ejércitos tenía más poder que el otro, nadie podía ganar... Ni tampoco perder. Sin embargo, la diosa anhelando la victoria para poder aplastar los reinos subterráneos que la hacían ver menos, usó su poder divino para volver a su súbditos más poderosos. El dios de las sombras no quiso hacer eso, pues amaba las formas originales de sus siervos y aborrecía los monstruos en los que se habían convertido los sirvientes de la señora de la luz.
El dios perdió, su reino fue tomado, las sombras sucumbieron ante la luz... Sin embargo el dios no murió. La leyenda dice que se refugió en un lago subterráneo, donde tiñó sus aguas de negro aguardando por su momento de resurgir, además se dice también que sus últimas palabras fueron una profecía.
"—Un día pagarás por tu envidia y tu codicia, pero no seré yo quien dicte tu castigo"
El relato contado por el ciervocamino fue capaz de dejar a Ali en silencio un largo rato y cuando terminó, para la pequeña fue como despertar de un sueño, entonces sumamente intrigada preguntó:
—¿Historia real?
—¿Real? Pues... No lo creo, es solo una leyenda antigua, es decir, aquí no hay diosas controladoras ni nada ¿cierto?
—No
—¿Ves? Es solo una leyenda.
Ali no estaba tan segura porque ciertos elementos de la leyenda le sonaban de alguna parte, pero pronto dejó de lado el asunto, pues algo la distrajo, un ruido sumamente sutil, casi imperceptible pero sumamente conocido. La pequeña se puso en guardia y voló hacia la salida de la cueva, entonces se colocó detrás de la puerta hierba que ocultaba la entrada, el ciervocamino la siguió curioso por saber si algo la había molestado, pues en un momento estaban de lo más bien charlando y al siguiente estaba tensa y en guardia.
El sonido que había escuchado Ali lentamente comenzó a aumentar su intensidad hasta ser percibido por el insecto, este se puso muy nervioso pues algo tenía este que lo perturbaba, era una especie de risilla burlesca y un tanto... Maligna. Sinceramente no sentía ningún interés en encontrarse con el dueño de esas carcajadas, pero este parecía estar acercándose, la risa cada vez era más cercana, hasta que ya fue evidente la criatura estaba detrás de la cortina de hierba, hasta se podía ver un raro brillo rojo pasar a través de las hebras vegetales.
Y entonces ocurrió, la cortina de hierba fue corrida y tanto la murciélago como el ciervocaminos pudieron ver a un insecto cubierto con una túnica azul y una máscara, portando una imponente antorcha roja.
Ali sintió que se le revolvía el estómago, ahora no estaba ni su mami, ni la tía Horny ni el tío Quirrel para ayudarla, solo ella, el ciervocamino que parecía bastante cobarde y la cochinilla que era tan inútil como una roca en ese momento... De hecho era peor que una roca, porque ni siquiera era capaz de resistir un ataque, si el portador de la antorcha arremetía contra él, el pobre bicho moriría y eso pondría tristes a todos.
Ali sabía que aún no tenía el poder para rivalizar con alguno de los seguidores de su padre, sin embargo en aquel momento no pensó en nada, se arrojó contra el insecto encapuchado alejándolo de la guarida.
Para el portador de la antorcha actual, recibir a la mismísima hija del maestro fue toda una sorpresa, según tenía entendido un guardián debía escoltarla y protegerla ¿Dónde estaba?
Tenía a la murciélago encima tratando de morderle el cuello a través de la túnica, pero el voluminoso cuerpo del enmascarado no se lo hizo posible, de forma que sin dificultad agarró a la pobre bestia y la tiró al suelo. Ali chilló de dolor, no estaba acostumbrada a ese trato brusco, sin embargo con algo de esfuerzo se elevó en el aire aún dispuesta a pelear, esta vez comenzó a arrojar bolas de fuego, más grandes que cualquiera de las que hubiera creado antes, pero aún demasiado débiles como para rivalizar con el poder de su oponente, quien sin esfuerzo agitó su antorcha desvaneciendo el fuego de la cría.
Ya desesperada, la pequeña le prendió fuego a sus alas y se lanzó contra el bicho, sin embargo este sin perder la calma, en cuanto la tuvo al alcance la golpeó despiadadamente con la antorcha mandándola a tierra una vez más. Esta vez el dolor superó todo lo que Ali hubiera tenido que soportar en su vida, entonces desesperada chilló pidiendo ayuda, lanzó un grito tan horroroso y agonizante que las criaturas de los alrededores corrieron a esconderse.
Hollow miró a sus espaldas sintiendo una sensación extraña, como de algo que lo llamaba, no podía explicarlo, pero un extraño impulso lo obligaba a dirigirse hacia algún lugar.
—¿Que pasa Hollow? —Preguntó Hornet extrañada por la conducta de su hermano.
—........
—¿Sientes que algo te llama? Qué raro...
—Quizás es su instinto maternal que le dice que su retoño está en problemas —dijo el viejo ciervocaminos que los acompañaba en su exploración por los túneles.
—No bromee, Hollow no puede tener instinto maternal porque no es madre ¡Ni siquiera es hembra! Y la criatura que buscamos no es su hija, no están emparentados, ni tampoco son de la misma especie...
A Hollow no le importaba lo que dijera Hornet, su inexistente instinto maternal le decía que debía ir a cierto lugar y eso haría, así de un salto se montó en el ciervocamino y le pidió que partiera. Hornet por poco se queda abajo, tuvo que usar su aguja e hilo para subirse al transporte, aunque no logró acomodarse bien, pues quedó colgando del asiento trasero solo sujeta por sus manos.
La murciélago estaba en el piso chillando de dolor mientras era azotada por la antorcha del seguidor, este sin duda ni pena maltrataba a la niña haciendo que su miedo y dolor alimentaran la flama. El insecto parecía frustrado, si seguía haciendo eso terminaría matando a la criatura y el ritual fracasaría. No era la primera vez que pasaba, pero el maestro estaba muy ilusionado con esta cría, según él jamás había engendrado a un ser tan espléndido, ni había encontrado un guardián tan apto, sería una decepción para él. Pero no podía detenerse, para que el ritual fuera exitoso debían llevarse las situaciones al extremo, el terror digno de una pesadilla debía alimentar el fuego que luego lo consumiría, así debían ser las cosas.
Ali ya se había rendido y yacía inerte en el piso, a duras penas manteniendo la consciencia, en aquel momento solo quería que todo acabara, no deseaba tener más dolor, quería ver a su madre y a su padre, tenía miedo y ya no le quedaban fuerzas para pelear. Entonces antes de que un último golpe acabara con ella, el portador de la antorcha fue embestido por el cuerno del ciervocamino.
El insecto azul logró empujar al encapuchado hasta la pared, donde comenzó a apretarlo con todas sus fuerzas buscando acabar con él. La presión en su cuerpo pronto hizo que el portador de la antorcha tuviera problemas para respirar, sin embargo aún no estaba acabado, como pudo agitó la antorcha e invocó unas pequeñas flamas que prendieron el caparazón del cornudo, este entonces comenzó a correr desesperado mientras se quemaba vivo, la oportuna intervención de Ali, quien con su poder de control del fuego pudo apagar el fuego le salvó la vida.
Sin embargo esa fue su intervención final, el seguidor de Grimm se paró frente a ella y levantó la antorcha con el punzón en alto, listo para clavarlo en la murciélago y acabar con su vida. Ali cerró los ojos sintiendo el terror más grande de su vida, pero justo antes de que fuera asesinada, un disparo de alma golpeó al insecto alejándolo de su víctima. Ali levantó la cabeza y vio a Hollow de pie, completamente furioso con su aguijón en la mano y su instinto asesino manando de él.
Sin dudar ni un instante, realizó un dash hacia el encapuchado, lo único que quería era destrozarlo, realizó un corte rápido que el bicho apenas pudo bloquear, sin embargo Hollow siguió atacando sin piedad, pero cuando notó que su oponente bloqueaba más golpes de los que recibía, optó por saltar, luego tomó algo de altura con las alas de monarca y lo atacó desde arriba. El portador de la antorcha no pudo hacer nada, aquel ataque mortal terminó su existencia.
Como era habitual, el fuego de la antorcha comenzó a consumir al caído, ahora le tocaba a Ali actuar, pero la pobre estaba tan débil que a duras penas podía arrastrarse hasta el cadáver. Hollow con una tremenda pena caminó hasta la pequeña y la tomó en brazos, entonces la llevó hasta el fuego carmesí donde la pobre haciendo un esfuerzo extremo logró cumplir su parte del ritual.
Como era de esperarse, el fuego pronto la rodeó en una brillante llamarada roja, la cual luego de apagarse, reveló a una murciélago algo más energizada, pero aún muy lastimada.
Mientras tanto en otro lado, Hornet trataba de atender a un joven ciervocamino herido, mientras que el ciervocamino viejo solo se dedicaba a llorar.
—Por fin encontraba a otro de mi especie, otro de mi sangre, luego de tantos años solo para verlo sucumbir.
—Tranquilo anciano, no pasa nada, él estará bien —intentaba tranquilizarlo Hornet—. Tiene algo quemada la cola, pero con un baño en las aguas termales debería estar bien.
Hollow se acercó a su hermana con la pequeña Ali en sus brazos quien estaba tan agotada que ya no quería volar.
—Increíble, tenías razón, Ali si estaba aquí, todavía no me explico como la encontraste.
—......
—Pues que tengas instinto maternal sin ser madre es aún más extraño. En fin. Tenemos al ladrón, tenemos a Ali, solo falta encontrar a Dan.
—Adentro gyaaarg —Dijo la murciélago sin fuerzas apuntando a la cortina de hierba.
Siguiendo las instrucciones de la cría, Hornet corrió las plantas y encontró la guarida secreta donde Dan descansaba y ya se encontraba en mitad de su proceso de cambio de piel.
—Oh rayos —exclamó Hornet—. Dan está cambiando de piel ¡Le dije que empezaría esta noche! —Se volteó a mirar al resto—. Chicos, no podemos dejar a Dan aquí solo, está demasiado vulnerable, pero tenemos a dos criaturas que necesitan atención... Creo que..... —Suspiró pesadamente—. Creo que tendremos que separarnos, me quedaré cuidando a Dan hasta que esté listo y ustedes vayan a buscar la fuente termal más cercana, eso dos lo necesitan.
Tanto Hollow como el viejo ciervo asintieron y Hornet los vio alejarse de mala gana, seguramente el ladrón en cuanto se sintiera mejor escaparía, probablemente el viejo se lo permitiría, no iba a condenar a uno de su especie casi extinta y con el volumen que tenían ese bicho, dudaba que Hollow pudiera detenerlo, muy diestro sería en batalla pero no tenía la fuerza para inmovilizar a un insecto grande.
Pasaron varias horas antes de que Dan despertara de su letargo luciendo una hermosa piel nueva de color azul, ahora sí era el vivo retrato de su padre, salvo que su vientre era un poco más gris, quizás eso era característica de su difunta madre.
Cuando Dan abrió los ojos se sintió sumamente confundido, no conocía aquel lugar ¿Dónde estaba? ¿Cómo había llegado allí? ¿Qué había pasado con Lester? Entonces se levantó asustado ¡Lester su amigo ciervocamino! ¿Habría logrado escapar? ¿Estaría bien? Sin embargo sus preguntas tardarían un rato en ser contestadas, pues primero le tocaba a él dar explicaciones. La primera persona con la que se encontró al levantarse fue con Hornet, quien la verdad no se veía para nada feliz.
Aquella fue una conversación sumamente incómoda, llena de regaños y reclamos, pero Dan hizo lo que pudo para resistirla y sobre todo, por defender a su amigo ciervo, pues ante todo quería dejar claro que él era solo un pobre chico esforzándose por alimentar a su familia, sin embargo tenía claro que Hornet no podía hacer nada, sería la justicia de la ciudad la que decidiera lo que iba a ocurrir con Lester.
Hornet suponía que el ciervo estaría fugado, sin embargo, grande fue su sorpresa cuando al salir de la cueva oculta, lo encontró esperándola con Hollow y Ali montados encima y con el viejo siervo a su lado.
—Tú... ¿Qué haces aquí?
—¡Lester! ¡No se supone que te vean! —Dan lucía alarmado.
—Pues yo... Voy a entregarme, esto ya no puede seguir,
—Pero tu familia....
—Estarán bien sin mí... Espero —contestó con pesar.
El viaje de vuelta a la ciudad fue largo y triste, en cuanto llegaron un ejército de cucarachas los recibió, unas armadas con lanzas rodearon al ladrón, mientras que otro grupo grande encabezados por una cucaracha hembra mayor, recibió a Dan casi con lágrimas.
—Aaaaaah mi niño, estaba tan preocupada —sollozaba la dama.
—Mamá, ya soy un adulto.
—No importa para mí siempre serás mi niño.
No había forma de combatir esa lógica.
Cuando finalmente los ánimos se calmaron y todos admiraron la nueva piel azulada de Dan, procedieron a ocuparse del joven ciervocamino quien estaba recogido de susto en su rincón. La matriarca se dirigió hacia él con cara de pocos amigos, su pequeño hijo había estado en peligro por su culpa y eso era algo imperdonable.
—Bien sabandija, ahora por fin te tenemos, luego de todos los líos que has causado por fin estás en nuestras manos, bicho desgraciado, como has podido poner en peligro a mi pequeño Dan, ahora pagarás por todos tus crímenes, ya veremos si eres tan esquivo en la cárcel.
El bicho la miró con tristeza lamentando su cruel destino, sin embargo como se esperaba, Dan salió en su defensa.
—¡Mamá esto es injusto! ¡Lester no es malo!
—Es un ladrón.
—Lo hizo para alimentar a su familia.
—Y los insectos que trabajan en los restaurantes también quieren alimentar a las suyas, su crimen es claro y debe pagar por él.
—Pero... Pero....
—Disculpen que me entrometa —dijo de pronto el viejo ciervocamino—. Pero si este jovencito de aquí pudiera pagar de alguna forma lo robado ¿Lo perdonarían?
La cucaracha lo miró severamente durante unos momentos sin creer lo que oía, pero sin cambiar su expresión seria contestó.
—Pues sí, se le perdonaría, pero dudo que cuente con suficiente Geo para pagar todo lo que debe.
—En realidad creo que hay una forma de salde su deuda.
—¿De verdad? —Preguntaron las cucarachas atónitas.
—¿En serio viejo? —Preguntó el joven ciervo aún más sorprendido.
—Claro, puede pagar con trabajo.
—¿Y en qué cosa podría trabajar? —Preguntó el chiquillo interesado.
—Transporte. Esa es la profesión tradicional que han tenido los ciervos desde tiempos antiguos. Ya tenemos los caminos y las estaciones construidas, no hay que invertir en eso, solo faltan ciervos dispuestos a trabajar. Cada habitante de Hallownest podría pagar una pequeña tarifa para que se le lleve a donde desee ir, trabajando un par de meses dejaría saldada su deuda. Luego podría seguir trabajando y quedarse con el Geo que gane, con eso podría comprar comida honradamente para su familia.
—Pues a mí me parece una buena idea —dijo Hornet.
—A mí también —reconoció la matriarca—. Aunque siento que traerá algunas complicaciones, eres solo un ciervo, no darás abasto para todos los insectos que quieran viajar, este lugar tiene bastante población.
—Bueno... Quizás... Le pueda pedir ayuda a mis hermanos —dijo el joven.
—¿¡Hay más ciervos!? —Exclamó el viejo sorprendido.
—Sí, varios más, tengo cuatro hermanos y 6 hermanas... Bueno, no somos hermanos de sangre pero nos criamos juntos y es como si lo fuéramos. Mi hermana mayor tiene cinco crías y la que le sigue ya tiene una partida de tres huevos, somos bastantes.
—Toda una familia.... —Decía el anciano impresionado.
—Con eso ya se puede montar toda una compañía de transporte —sugirió una cucaracha—. De hecho propongo que profesionalicemos el sistema, del dinero recaudado se podría tomar una porción para los cuidados de los siervos y el mantenimiento de los caminos y el resto lo pueden usar ellos como gusten. Creo que más o menos así era el sistema en los tiempos del Rey Pálido.
—Pues yo acepto lo que quieran si con eso mi familia puede estar bien tenida, lo que digan me parece bien —aceptó Lester.
—Fabuloso, con esto solucionamos los problemas de transporte público —dijo la matriarca contenta— Creo que poco a poco Hallownest comienza a recuperar su viejo esplendor.
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Primera de las cosas del juego que quería dejar cerradas, la situación de los ciervocaminos, ahora hay muchos y no siempre viajarán en el viejo ciervo. Y aún cuando este capítulo es de relleno, aproveché de introducir algunos elementos que servirán para el final. Como que mis rellenos no son tan rellenos después de todo.
Hey ¿Alguien sabe por qué gusta tanto unir a Hornet con Lurien? He estado leyendo algunos fanfics en inglés y a ese público parece que les gusta bastante verlos juntos, ya sea como pareje o en otro tipo de relación más fraterna. Curioso, curioso.
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