Arte
Nota importante: En Hollow Knight las decisiones que uno toma alteran pequeños detalles en el mundo del juego. Una de las decisiones que hay que tomar, es la de matar o no al forja aguijones cuando nos crea el aguiijón final. Si decidimos matarlo pues... Se muere y ya. Pero si lo dejamos vivir, luego podremos encontrarlo en la casa de Sheo compartiendo junto con él el camino del artista. en este fic se da el supuesto de que elegimos no matar al artesano.
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No sé si la curiosidad sea algo realmente bueno o malo, pero sí estoy de acuerdo en que puede traer algunos problemas. Fue mi curiosidad lo que me llevó a ser aprendiz de la maestra Monomon y eventualmente perder la memoria y todo mi pasado. Ahora ya me estoy preguntando si la decisión de quedarme junto a este par de hermanos tan raros para estudiarlos me traerá alguna consecuencia catastrófica en el futuro.
Ya tengo claro que ellos no son insectos normales, no tienen caparazón y sus cuerpos parecen estar compuestos de una materia oscura y extraña, suelen ocultar esto usando una capa encima. Quería estudiar y analizar sus cuerpos pero creo que no se podrá, en un inicio le pedí de buena manera a Hornet que me permitiera revisarla, me amenazó con clavarme su aguja en las entrañas si lo intentaba... Con el carácter que tiene no dudo que sea capaz.
Hollow fue más abierto a cooperar con mis investigaciones y me dejó ver lo que había bajo su capa, así pude observar con libertad el extraño material del que están hechos estos individuos de piel negra, hasta pude tocarlo, era frío al tacto y más blando que un caparazón ¿Cómo no se dañan con esos cuerpos tan frágiles? me hubiera gustado hacer algunas pruebas en Hollow, pero lamentablemente su hermana nos descubrió y me dio una paliza luego de gritarme depravado... Hasta el momento no entiendo que pasa por su cabeza.
Hornet ha estado bastante arisca conmigo desde entonces y mantiene a su hermano junto a ella todo el tiempo ¿Pensará que soy algún tipo de mala influencia para él? Quizás simplemente es muy sobreprotectora, de por sí no es muy abierta con otros individuos ajenos a su familia, parece tener un cierto miedo a que la vean como un monstruo, curiosamente a Hollow parece darle lo mismo, estos hermanos son tan distintos como el día de la noche.
Como parece que Hornet no permitirá que siga investigando a Hollow, no me queda más que tratar de que confíe en mí y me cuente sus secretos, espero que esto ocurra pronto, vivir en Nido Profundo no es fácil, el único lugar seguro es Poblado Distante, el resto está plagado de bestias peligrosas y sin un aguijón propio para defenderme, no puedo salir por mi cuenta. Creo que nunca debí abandonar mi aguijón en el Lago Azul, de hecho ahora pienso que si pretendo viajar a otras tierras debería conseguir otra arma.
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Hornet abrió los ojos aquella mañana y se estiró perezosamente en su cama, la alegraba poder despertarse sola ese día, normalmente Hollow aparecía temprano para interrumpir su sueño y pedirle que jugaran a alguna cosa.
Se puso de pie aún algo somnolienta y se dispuso a salir de su casa mientras se restregaba los ojos, pero no alcanzó a dar ni tres pasos cuando tropezó con algo y cayó. Se levantó algo molesta pensando que Hollow había vuelto a dejar tirados por ahí algunos juguetes o cualquier cosa, pero se encontró con un bulto redondo bastante grande que se agitaba un poco.
La guerrera tomó algo de distancia y observó embelesada como la pelota se desenrollaba mostrando su verdadera identidad de insecto, era Quirrel que estaba dormido.
Una de las cosas que más le llamaba la atención a Hornet sobre la cochinilla era su forma de dormir, le hacía bastantes gracia que se enrollara para esto, según le explicó él, todas las cochinillas del mundo dormían así, esto le causó algo de ternura, por supuesto eso nunca lo iba a admitir en voz alta.
Cuando vio que Quirrel se había incorporado completamente, se cruzó de brazos, tomó la fría y distante actitud que siempre tenía con él y preguntó.
—Buen día ¿Ya te vas?
—¿Pero qué clase de forma de saludar es esa? —Preguntó el insecto indignado.
—Es la forma de saludar a un invasor de hogares que se queda a dormir aun cuando no lo invitan.
—A mí si me invitaron, Hollow me jaló de la mano y me trajo hasta aquí, no le puedes prohibir a tu hermano que invite a un amigo ¿O sí? —Obviamente esta respuesta enfadó a Hornet.
—Hollow es solo un niño que no entiende muchas cosas, obviamente no encuentra nada de raro en invitar a un desconocido con un interés insano por su cuerpo.
—¡Hey! Ya te he dicho que mis intenciones son meramente investigativas, de hecho si me contaras qué son ustedes y de qué están hechos los dejaría en paz y me iría de una vez. No soy ninguna amenaza, por favor, no es como si de pronto fuera a sacar una aguja de la nada y a atacarlo sin darle explicaciones.
Este comentario arrojado al azar le dolió profundamente a Hornet, pues ella había hecho exactamente eso con Hollow tiempo atrás. Estaba seleccionando cuidadosamente las palabras que le iba a contestar cuando el sonido de unos golpes a sus espaldas la interrumpieron. Hollow estaba detrás de ella y como ya era costumbre suya, anunciaba su presencia golpeando el piso con su aguijón. Inmediatamente su rostro de suavizó y saludó alegremente al pequeño.
—Buenos días Hollow ¿Qué tal dormiste?
—......
—Ya veo ¿Los echas de menos? Quizás podamos visitarlos un día de estos.
Ahí estaba nuevamente esa extraña comunicación silenciosa que podían mantener los chicos, ese era uno de los misterios que más intrigaba a Quirrel. Cuando él conoció a Hollow, interpretó que simplemente era un muchachito muy silencioso que gustaba de escuchar hablar a las personas. Jamás se le pasó por la cabeza que él fuera capaz de expresar alguna idea en algún tipo de lenguaje que él no podía entender, pero ahora que lo veía hablar con Hornet, se preguntaba cómo funcionaba este curioso sistema de comunicación basado en gestos. Lamentablemente cuando le preguntó a Hornet como hacía para hablar con su hermano esta no fue muy amable al contestar.
"¿En serio tengo que explicarte como hablar con Hollow? Pero si es algo tan evidente como hablar con cualquier insecto, solo tienes que mirarlo con atención y de inmediato sabrás lo que quiere decir."
Quizás para ella fuera algo obvio, lo conocía bien y se habían criado juntos (Suponía él, pues hasta el momento no conocía la historia de los dos hermanos), era obvio que lo iba a entender.
De pronto sintió que le tomaban la mano y la tiraban suavemente, bajó la mirada y se encontró con el pequeño contenedor tratando de llamar su atención, como invitándolo a ir a algún lado mientras agitaba su aguijón junto a él.
—¿Eh? ¿Qué pasa amigo? ¿Necesitas algo? —Preguntó Quirrel sin comprender la conducta del pequeño.
—¿En serio todavía no puedes entenderlo? —Dijo Hornet—. Hollow te está invitando a cazar, está más que claro.
—Ah, ya veo... Lo lamento amigo, pero lamentablemente no poseo un aguijón, por lo tanto no puedo cazar, ni siquiera soy capaz de defenderme a mí mismo en este momento, no sería más que un estorbo en tu camino. En verdad no sabes cuánto lamento haberme desecho de mi aguja, ahora veo que no era el momento apropiado para dejarla, alguien que desea viajar siempre debe ser capaz de defenderse a sí mismo.
—Entonces.... Por lo que entiendo... Si no te has largado de este pueblo ¿Es porque no tienes aguijón?
—Esa es solo una de la razones, también te había dicho que no me voy porque quiero saciar mi curiosidad sobre ustedes.
—Y yo ya te he dicho que no te voy a revelar nada —Hornet entrecerró los ojos y luego le dio la espalda abruptamente—. De todos modos creo que sería bueno que consiguieras un aguijón propio para que pudieras cazar, no me gusta la idea de mantener vagos, sé que Hollow se ha asegurado de traerte comida, pero no quiero que siga con eso, hay que conseguirte un arma.
—La verdad estaría encantado de tener una, aunque quizás cueste un poco obtenerla, luego de la caída del rey, el gremio de caballeros ya no existe y no son muchas las personas interesadas en portar aguijones, por lo que los forja aguijones no son muy necesarios, habría que comprar una arma importada y no creo que salga barato.
En ese momento Hollow comenzó a brincar con entusiasmo llamando la atención de los mayores, por supuesto, la única que lo entendió fue Hornet.
—¿Conoces un forja aguijones? ¿Cómo?
—.....
—Ya veo... Ese tipo debe ser todo un maestro, hasta ahora nunca te había preguntado de donde sacaste esa arma tan bonita, pero veo que es toda una historia, de acuerdo, iremos con él, tú nos guías Hollow —levantó la cabeza y de inmediato endureció su expresión al mirar a Quirrel—. Muévete vago.
—Lo que usted diga señorita —Contestó el insecto resignado.
El forja aguijones del que hablaba Hollow vivía en un profundo rincón ubicado en los jardines de la reina, normalmente ese habría sido un viaje de todo un día, pero gracias al viejo ciervocamino siempre dispuesto a recorrer los túneles del reino acortaron mucho trecho.
Cuando bajaron del lomo del viejo insecto, el único que se quedó para dedicarle unas palabras de agradecimiento fue Quirrel, además de ofrecerle un pequeño refrigerio, claro que no pudo quedarse mucho tiempo pues la guerrera le gritó para que se apresurara. El insecto corrió para alcanzar a los dos hermanos antes de que se alejaran demasiado, entonces reprendió a la muchacha.
—Sabes, ya que ese viejo insecto nos hace el favor de llevarnos gratis a donde le pidamos, no estaría de más de que le dieras las gracias.
—Él lo hace porque le gusta, además ¿Por qué me regañas a mí? Hollow tampoco dijo nada.
—No es como que él pueda hacerlo de todas maneras, pero aun así él le dedicó una mirada de agradecimiento al ciervocamino, eso cuenta como unas gracias.
—¿Y luego dices que no puedes entender a Hollow?
—Si pero... Eso... Es... Touché
De este breve intercambio de palabras se puede decir que ambos quedaron meditando un rato.
El lugar donde estaba viviendo el forja aguijones era bastante distinto de cualquier cosa que pudieran haber imaginado, el lugar era más una especie de estudio de arte en lugar de una forja, estaba lleno de pintura, lienzos, esculturas y toda clase de materiales de arte.
—Hollow ¿Estás seguro de que el forja aguijones vive aquí?
El pequeño asintió fervientemente para luego adentrarse en el cuarto buscando a su ocupante. Finalmente lo encontró al fondo trabajando con algo de barro en una escultura que por el momento se veía bastante deforme, el enorme y robusto insecto al sentir la presencia del visitante interrumpió su tarea y clavó sus ojos en él, inmediatamente una sonrisa dulce apareció en su rostro.
—Vaya, pero si no es mi pequeño amigo, hacía tiempo que no te pasabas por aquí ¿Has venido a sumergirte en el apasionante mundo del arte? Siempre son bienvenidos aquellos que quieran sumarse a esta pasión.
—Ejem... ¿Hola? —Interrumpió Hornet acercándose a su hermano, Quirrel la siguió de cerca.
—Vaya... Veo que has traído algunos amigos ¿También están interesados en el arte?
—La verdad no mucho —se apresuró a contestar Hornet—. Si hemos venido aquí es porque necesitamos sus servicios como herrero, mi amigo aquí presente necesita un aguijón nuevo y según Hollow usted es uno de los mejores forjadores que hay.
—¿Hollow? —El enorme insecto miró al aludido con interés— ¿Así que ese es tu nombre? No me había dado cuenta pero hasta ahora nunca me lo habías dicho, jojo, vaya que despistado soy, aunque ahora que lo pienso en el pasado nunca me interesaba realmente por aquellos que requerían mis servicios, solo eran entes vacíos encargados de traerme materiales para trabajar, jamás me importaron sus nombres o sus destinos, pero eso ha cambiado. Ahora empecé una nueva vida, lejos del calor de forja, pero rodeado del calor de la vida, ahora soy otro tipo de creador, uno dedicado a la belleza y el encanto. Ya abandoné la vida solitaria del forjador y no pretendo regresar a ella, por lo tanto me temo que no podré tomar su encargo señorita.
—¿Qué? ¡Pero si usted es un forjador! ¿No nos puede hacer el favor de hacer un último aguijón? De verdad lo necesitamos, le pagaremos bien.
—No, ya no estoy interesado en algo tan banal como el dinero, con lo que da la naturaleza basta para vivir, mientras tenga alimento para el cuerpo y para el alma no necesito nada más.
—¿No hay nada que pueda hacer para que cambie de opinión? ¿Algo que desee?
—Todo lo que deseo ya lo tengo, lo siento jovencita, pero tendrás que buscar a otro insecto para el trabajo.
La negativa del viejo forjador le molestó bastante a la guerrera, pero no podía obligarlo a trabajar, no le quedaba más que retirarse con las manos vacías. Se dio media vuelta sin decir nada y cuando estaba cerca de la salida, otro insecto corpulento de ojos grandes entró en la estancia, este llevaba en sus manos algunas plantas con flores de colores, las cuales arrojó al suelo en cuanto vio a Hornet, entonces levantando los brazos como celebrando aquel encuentro fortuito gritó.
—¡La musa! ¡La musa ha aparecido!
—¿Qué? —decir que la muchacha estaba desconcertada era poco.
—¡Eres la musa que estaba buscando! —Dijo Sheo sujetando a Hornet por los hombros—. ¡Amigo! ¡Por fin apareció la musa que necesitaba!
—¿Esa jovencita era lo que necesitabas para salir de tu bloqueo artístico? —preguntó el forjador.
—Por supuesto, es lo que necesitaba y más ¡Mírala! ¡Es preciosa! Esas piernas delgadas, esa cornamenta, esos ojos alargados, todo en ella es perfecto.
Todos estos comentarios realizados por el artista hacían que Hornet cada vez se sintiera más avergonzada. Nunca jamás nadie se había referido a ella con adjetivos como preciosa, normalmente la describían como fiera, aterradora o terrible.
—Por favor musa mía, permíteme contemplar tu belleza y retratarte en un cuadro.
—Que... Yo... Esto... ¿Quieres pintarme?
—Por supuesto, un grácil criatura como tú debe quedar plasmada en el lienzo.
—Yo... Yo... —El rostro de Hornet estaba tan colorado como la capa que usaba, en esos momentos solo quería se la tragara la tierra y finalmente estalló cuando vio una especie de sonrisa burlona en la cara de Quirrel— ¡No! ¡No quiero que me pinten esto es vergonzoso!
El rostro de Sheo se tiñó de decepción en cuanto escuchó la declaración de Hornet, pero por supuesto no se iba a rendir tan fácil.
—Por favor, sé mi modelo, no será difícil, te necesito. En las últimas semanas he tenido muchos problemas para encontrar inspiración, ningún dibujo me convence, no importa lo que haga, nada me queda bien y me siento desmotivado, pero con solo verte el deseo de pintar vuelve a mí, te recompensaré por eso.
—¡He dicho que no! ¡Y no quiero nada! ¡Sólo quiero irme de aquí!
—¡Espera jovencita! —Dijo de pronto el forja aguijones—. Habías dicho antes que necesitabas un aguijón para tu amigo ¿Cierto? La verdad... Aunque ya estoy retirado podría hacer una excepción por ustedes si cooperan con Sheo. Él en verdad ha estado muy deprimido últimamente por no poder hacer arte como quisiera y nada me haría más feliz que poder ayudarlo. Posa para él, sé su modelo, no te costará nada.
—¡He dicho que no! —Gritó la guerrera decidida.
Tras soltar aquellas palabras sacó su aguja y la clavó en el techo, entonces usando su hilo se impulsó fuera del estudio.
—Incluso sus movimientos son elegantes y hermosos —dijo Sheo con los ojos brillantes de emoción, la cual decayó repentinamente al recordar que no podría usarla de modelo— Lástima que mi mente no es capaz de retener esa belleza el tiempo suficiente como para plasmarlo en una pintura.
—Esto... —intervino de pronto Quirrel—. Creo... Que iré a hablar con ella, espérenme un poco.
La cochinilla se apresuró a salir de la habitación para alcanzar a Hornet, Hollow quiso seguirlo, pero Quirrel lo detuvo diciéndole que él se encargaría de todo y que lo esperara ahí. El pequeño obedeció tranquilamente y regresó junto a los dos corpulentos insectos dueños del lugar.
—Bueno, mientras esperas a tu amigo, —dijo Sheo— ¿Qué tal unas lecciones de pintura?
Quirrel caminó en los alrededores del lugar guiándose más por su intuición que por otra cosa, aunque también se dio el trabajo de buscar pistas, como agujeros de aguja por ejemplo, aunque era difícil pillarlos en la vegetación de esa zona, pero tras mucho buscar logró dar con la muchacha, quien se encontraba sentada junto a una posa de agua abrazando sus piernas con un rostro cabizbajo.
—Por fin te encuentro —dijo Quirrel sentándose junto a ella— ¿No crees que esa forma de irte fue un tanto maleducada? Actúas como una niña salvaje incapaz de decir gracias o hasta luego.
—Ya cállate, tú no entiendes nada —Dijo enterrando la cabeza entre sus piernas—. Yo... Estaba tan avergonzada...
—¿Y por qué tanta vergüenza? ¿Te molesta que te digan que eres bonita?
—Es que eso no es verdad, no soy linda, soy un monstruo, un ser artificial hecho de oscuridad que trata de ocultar su anormalidad con esta capa. ¿Acaso él querría pintar este cuerpo extraño sin caparazón?
—Vaya... Parece que te afecta mucho eso de ser un poco diferente al resto pero... Nadie dijo que tenías que sacarte la capa para ser retratada, de hecho esa prenda es casi parte de tí misma. La verdad yo no entiendo mucho estas cosas de artistas pero a ese pintor le gustó como lucías, tal como estás ahora. Y... No sé si esto te haga sentir mejor pero... Cuando te vi el otro día colgando desnuda en tu columpio de hilo sobre las termas, también pensé que eras muy bonita.
En ese momento a Quirrel le llegó un golpe en la cabeza de parte de Hornet que lo miraba con el rostro colorado.
—Pervertido —Dijo la chica.
—¿Qué? ¿Por qué?
—Porque sí.
—Eso no es una respuesta decente.
—Tú no mereces respuestas decentes.
Quirrel suspiró incapaz de entender a la muchacha, por experiencia sabía que las mujeres eran algo complicadas, pero Hornet parecía serlo aún más que una mujer promedio.
Ambos pusieron rumbo al estudio del maestro Sheo donde finalmente Hornet se sometería a ser retratada.
Si bien la guerrera estaba algo nerviosa al principio, se tranquilizó mucho cuando vio que nadie le hizo quitarse su capa, simplemente le pusieron una silla en el centro de la sala y le pidieron que se sentara ahí tranquilamente. Quien la retrataría sería Sheo, mientras que por su parte, el forja aguijones se retiraría del estudio hacia su antiguo hogar donde tenía la forja y algunos materiales para crear el aguijón prometido.
Hornet estuvo sentada cerca de media hora mirando hacia el vacío y perdiéndose en sus pensamientos tratando de que el tiempo pasara rápido, de vez en cuando observaba a Sheo dar pinceladas al lienzo como si fueran estocadas, pero el insecto no parecía muy convencido con su trabajo.
—Mmmm... A esto le falta algo, —dijo el hombre haciendo una mueca—. Definitivamente aquí falta algo... ¿Qué podrá ser? ¡Un momento! ¡Ya lo tengo!
Sheo dejó a un lado sus pinceles y corrió a buscar un par de sillas extras las cuales puso a los lados de Hornet, luego de eso tomó a Hollow y lo sentó en una de ellas, luego le pidió a Quirrel que ocupara el otro asiento, después de eso regresó a su puesto detrás del lienzo.
—Entonces... ¿Ahora tenemos que posar todos? —Preguntó Quirrel.
—Siéntete honrado, ahora formas parte de la hermosa escena que estoy creando.
Nadie dijo nada más y así transcurrió la tarde. Hornet y Quirrel de vez en cuando intercambiaban un par de palabras tratando de no moverse mucho para no estropear la escena de Sheo y luego de unas cuantas horas, finalmente el pintor terminó su obra, coincidentemente lo hizo al mismo tiempo que el forja aguijones regresaba de su trabajo con la nueva arma en sus manos. El anciano insecto le ofreció el artefacto a su nuevo dueño, quien lo aceptó gustoso.
—Wow, en verdad es un buen trabajo —exclamó la cochinilla blandiendo su nuevo aguijón—. Incluso diría que es mejor que mi viejo aguijón, muchas gracias señor.
—No es nada joven, haré lo que sea por ver a mi maestro crear sus maravillosas obras de arte. A todo esto ¿Cómo va el cuadro?
—Acabo de terminarlo amigo mío —contestó Sheo orgulloso.
—Deja ver —El prominente insecto se acercó hasta el lienzo le dio un buen vistazo a este—. Vaya... En verdad es el mejor trabajo que has hecho en mucho tiempo, te felicito y tenías razón en que esa chica era la modelo perfecta.
—Con los años de experiencia que tengo mis sentidos artísticos se han agudizado, en fin. Ahora esta pequeña pieza te pertenece a ti —dijo tomando el cuadro y entregándoselo a Hornet.
—¿Eh? ¿Eso es mío? —Parecía bastante confundida—. Pero si usted lo pintó.
—Yo lo pinté, pero no necesito conservar el cuadro, la gran experiencia fue pintarlo, el deber de admirarlo es para el mundo y para ello, la obra debe salir de aquí a tierras lejanas donde puedan verla más personas. Por eso te lo entrego a ti y te agradezco por tu ayuda, ahora las ideas sobre pinturas fluyen por mi mente, no puedo esperar para empezar el siguiente cuadro.
—Vaya... Yo... No sé qué decir...
—Un gracias estaría bien —Le susurró Quirrel al oído.
—Yo... Pues... Gracias.
Sonrojándose un poco, la joven hizo una ligera reverencia y salió del lugar seguida de cerca por su hermanito.
—Bueno, creo que yo también me retiraré —dijo Quirrel—. Ya no tenemos más asuntos pendientes en este lugar. En verdad ha sido una agradable experiencia compartir con ustedes y espero que nuestros caminos vuelvan a cruzarse en otro momento.
—Siempre serán bienvenidos en este lugar —dijo Sheo con una sonrisa—. Cuídense mucho y trata de domesticar un poco a esa niña, no es una mala chica pero le falta algo de roce social.
—Sí, no se preocupe, me encargaré de ella, adiós y agracias por todo.
El cuadro recibido por Hornet pronto se convirtió en uno de sus tesoros favoritos, hasta antes de ese día jamás se interesó por las obras de arte de ningún tipo, pero aquella imagen la hacía sonreír. Los tres estaban retratados con mucha gracia y con tal energía, que parecían vivos, además el cuadro transmitía dulzura y alegría, como si fueran una familia feliz. Desde entonces, ese cuadro siempre colgó de la pared en la casa de Hornet.
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