31 de octubre.

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La pareja mantenía una sincronía con sus besos, las manos de cada uno serpeteanban por la anatomía del otro y unos que otros jadeos o gemidos se lograban escuchar, la sonrisa que compartieron subió el calor en la habitación.

Las manos canela del mayor apretaron los senos del chico provocándole un gemido que solo hizo que su miembro suelte más pre-semen, dejó una de sus manos en el seno y bajo la otra a la parte inferior del vestido negro pegado que tenía el peli púrpura tocando las bragas y con eso el lindo pene de su amado.

— T-tae. . . los niños pueden llegar con sus amiguitos. . . —intento parar el menor, sabía que una vez que su pareja logre masajear de más, no pararía hasta el orgasmo.

— Falta mucho con eso amor. . . —susurro en su oreja dándole un escalofrío.

La colita esponjosa del esposo Jeon se removió, Tae acostó a su omega en la cama y alzó el vestido y segundos más tarde bajar las bragas color negro que tanto le gustaban a su esposo.

— T-Tae. . . —el mayor de la pareja sonrió coqueto y paso su lengua desde el glande hasta la base del pene, la espalda lechosa del omega se arqueo perfectamente mientras gemía por la acción que su marido repetía.— Oh, ¡hyung!. . . ¡A-ah!

De su uretra líquido pre-semen salían a brote por la lengua del tigre híbrido y los dedos del mismo en las bolas. Fue justo cuando el mayor se bajaba la bragueta de sus pantalones negros oscuros, que tocaron la puerta con rapidez y diversión. Generando que la calentura del momento se baje.

Un gruñido salió del tigre.

— T-te dije —murmuro Jungkook tratando de recuperar su respiración.— voy a abrir la puerta. . . —se intentó sentar pero su esposo negó y lo volvió a tumbar en la cama.

— Yo voy, recupera energía —susurro y se acercó a un mueble donde saco unas toallas húmedas y se regreso al conejo. Se aproximó para comenzar a limpiarlo pero apenas se acercó a su pareja el timbre volvió a sonar y con eso más veces.

Una leve risita salió del omega de piel lechosa, las manos del mismo tomaron la toalla húmeda y pronunció: — Ve a abrir, yo me limpio. No te preocupes —acarició la mejilla del Alfa.

El castaño oscuro beso los labios del chico peli morado y se separó frustrado al seguir escuchando el sonido del timbre. Salió de la habitación, bajo las escaleras y se acomodo la túnica negra que tenía como parte de su disfraz a modo que se oculte lo que queda de su erección.

Sonrió cuando vio a sus cachorros en compañia de otros infantes y detrás de estos su mejor amigo Jimin con su pareja.

—¡Papá, tardas mucho en abrir! —reclamo GyeongHui con un puchero moviendo su palo de trono con un cuervo como decoración. La pequeña MinHye –mejor amiga de Gyeong– frunció su ceño pensativo.— ¡fue media hora de espera, mis pies duelen! —dramatizo. JiSeong miro raro a su hermana mayor por un año.

Segun MinHye, solo habían pasado como ocho minutos para que su tío taehyung abriera.

Taehyung por otro lado rió ante el drama de su hija y comprobó que lo había sacado de su omega, dejó pasar a los seis infantes y a la pareja. Los  niños con rapidez se instalaron en la sala con múltiples decoraciones entre naranja, morado, negro y unas que otra con colores igual llamativos.

— Papá, tenemos muchos dulces. ¡Mira! —JiSeong enseño las canastillas llenas de dulce, pronto su hermana se metió y con eso los demás niños comenzaron con un alboroto entre ellos para demostrar quien tenía más dulces. Taehyung con una mirada analítica buscó un dulce que agarrar de la cesta de su hijo y antes de que pudiera meter la mano en la cesta, el sonido de unos tacones resonar hicieron a todos voltear.

—¡Papá Kookie! —Tanto JiSeong como GyeongHui se lanzaron a las escaleras para tomar en brazos a su padre e impregnarse de su aroma.—¡Ven a ver cuantos dulces conseguimos, papá, ven. Mira! —cada hermano tomó una mano y lo llevaron a los sillones, los otros niños saludaron con educación al Omega de cabellos púrpura, quien igual les saludo.

MinHye se acercó a su tío y lo saludo, como sus padres le habían dicho que tenía que hacer y se incluyó con sus primos de cariño a mostrarle al omega los dulces que obtuvo. En otra parte de la casa, especialmente en la cocina tres pares de amigos estaban acomodando en bandejas los aperitivos que comeran los pequeños durante el transcurso de la noche hasta dormir.

Se dirigieron a una mesa que tenían en medio y delante de una ventana tapada con una manta negra, varios globos entre naranja y negro colgados con tiras de papel crepe, la mesa siendo decorada con el mismo papel crepe naranja y negro.

Todo estaba muy bonito, a los adultos le gusto mucho como había quedado todo y no pudieron haber estado más felices de saber que todo estaba saliendo bien.

Luego de un par de minutos, Jungkook se paro de su lugar y fue a la cocina donde ayudo a los demás adultos a poner la mesa, todo con una emoción palpable; el peli morado siempre fue fan de esta festividad, siendo así que intentaba que todo saliera perfecto o más que eso.

Había una película de Disney en la tele reproduciéndose interín los adultos hacían lo suyo en la cocina, fue como en la mitad de dicha película animada cuando los infantes fueron llamados para que tomen sus respectivos aperitivos que deseen.

A cada pequeño se le fue entregado un plato donde uno a uno eligieron las diferentes comidas que querían, luego de hacer su elección con sándwiches de formas curiosas, sopa fría con decoraciones comestibles raras, bebidas con colores curiosos y pequeños dulces con envoltorios divertidos, los pequeños regresaron al sillón donde disfrutaron de cada cosa.

— ¡Whoaa! ¡Mira ese villano! —BoHan, una amiga del grupo habló señalando al villano que aparecía en pantalla.— ¡Se han adueñado de todo!

—¡Eso es muy injusto! —se quejó Gyeong— ¡el programa es de héroes, principitas y principitos; no para villanos! —formó un puchero igual al de su padre alfa.

— Pero si los villanos han sido invitados. . . —se metió Jiseong.— No creo que sea justo para ellos ver solo como los buenos se lucen.

— Exacto, Jiseong-ssi, ellos solo han sido invitados. . . ¡Pero invitados a ver, no invitados a robar el programa! —reclamo molesta.— ¡Es injusto!

— La vida es injusta, Gyeong, —se metió MinHye— aparte, ¿de que te quejas tú, si estas vestida de Maléfica y tu hermano de Cruella?

La hija Kim miro ofendida a su amiguita, ¿cómo se atrevía a hablar mal de un personaje tan cool como lo era Maléfica? ¡Era inaceptable! Por otro lado Jiseong solo bufo y tomó su vaso de refresco mientras veía atentamente como su hermana se preparaba para defender con puño y espada a su preciada Maléfica.

— MinMin. Maléfica nunca será una villana, ella solo es una persona que fue engañada y tratada de la peor manera, todo lo que hizo fue por venganza al hombre que según la amaba pero si te das cuenta en la película ella siempre fue buena

— Hechizo a la hija del rey —HunLee, el mejor amigo de Jiseong se metió.— ¿Qué tiene de bueno eso?

Gyeong rodo sus ojos.— Lo hizo por despecho al rey, se acababa de enterar que el hombre al cual siempre amo solo la uso para quitarle sus alas y con eso la bondad que tenía. ¿Acaso querías que fuera feliz al saber como fue usada solo por la avaricia de un hombre para llegar al poder de un reino? —se cruzó de brazos. HunLee iba a contestar algo cuando fue interrumpido por Gyeong.— Exacto, no lo iba a hacer. Y es por eso mismo que, así como condeno una vida por estar ciega en venganza. . . Así la salvó con amor dándose cuenta que la venganza y hacer acciones con este sentimiento nunca trae cosas buenas, donde al final nos podemos arrepentir de todo lo que hacemos. —Concluyo orgullosa.

La sala se quedó en silencio por pocos segundos.

— Jiseong, ¿por qué Cruella es mala en las películas animadas y en el live action fue buena? —pregunto Jaewoo

— La película animada no es de Cruella y no trata sobre ella, trata y es acerca de cachorros dálmatas y lo lindos que son; pero como la gente de Disney sabía que no conseguiría nada con solo poner a tantos perros en la tele y no tendría tanta fama se inventaron y pusieron un villano dentro de su estúpida y loca trama-

— Jiseong —regañaron en unísono los padres.

— Pero como la gente de Disney sabía que no conseguiría nada con solo poner a tantos perros en la tele y no tendría tanta fama se inventaron y pusieron un villano dentro de su tonta y loca trama para así llamar la atención del público. —reparó— Aunque, ahora que lo pienso. . . todos aman a Cruella solo porque ha salido esa película live action, la quieren por moda —concluyó.

— Tu igual la quieres por moda —BoHan comentó.

— Te equivocas, Bo, a mi me gustaba cruella desde antes que sacaran el live action —respondió.— ¡O sea, era una genial villana con un loco sentido de la moda! Pero admito que me disgustaba mucho el hecho de que solo haga ropa con animales. . . Tipo, hay más materiales ¿por qué animales? —se quejó con un puchero igual al de su padre omega.

Y los niños volvieron a quedar en silencio.

[...]

Ahora todos se encontraban jugando unos juegos de mesa que habían encontrado la pareja Kim para sus hijos, los niños jugaban mientras apostaban los dulces conseguidos en el trayecto de casa en casa.

El pequeño JiSeong por ahora era el que más dulces tenía, no lo pueden culpar. . . Él era bueno en la mayoría de este tipo de juegos, siendo así que los demás infantes e incluyendo a su hermana estaban con pucheros en sus labios al seguir viendo sus dulces irse.

Y cinco minutos más tarde. . .

—¡Ay no, ya, juguemos a algo más! —se quejó MinHye

—Minnie, si jugamos a algo más JiSeong seguirá ganando. —comentó Gyeong

— De que te quejas, Hui. . . Eres su hermana, el te compartirá de sus dulces  —BoHan se metió.

— ¡Falacia! —grito Gyeong— ¡Él apenas y comparte!

El hermano viró sus ojos.— Aveces exageras un poco, Gye —la miro mientras sus manos estaban tupidas de dulces que de poco en poco los acomodaba en su canastita notando como rebosaba.

HunLee se acomodo en su lugar.— Oigan, estoy aburrido. . . ¿Ustedes no? —pregunto entre suspiro, los demás niños hasta JiSeong asintieron.— JiSeong, ¿y tus padres?

—¿Y mis papás? —pregunto ahora MinHye.

Los niños buscaron con la mirada a los mayores pero no los encontraron, así que, fueron como primera opción a la cocina donde encontraron a los cuatro mayores con copas en sus manos mientras platicaban de algo -al parecer chistoso- puesto que los omegas estaban entre risas. Todos miraron como al parecer los adultos luego de varios minutos miraban mucho el celular.

MinHye vio como sus papis se susurraban algo al oído mientras los padres de Gyeong y Jiseong se besaban de una rara manera expulsando un aroma raro pero muy dulce.

— Aquí no van a hacer sus cosas, —los separó Jimin— tienen más alrato

— El aroma de tigre calentado ya huele hasta acá —Yoongi mencionó. El tigre híbrido gruñido bajito.

— Deja de decir idioteces Min —gruño Kim ocultando su cara en el cuello del menor, específicamente en su marca.

— Bueno eso no es- —Jungkook se interrumpió y comenzó a olfatear más el ambiente de la cocina interín intentando no deshacerse en los brazos de su alfa.— Niños. . . Salgan ya, saben que no es bueno espiar a los adultos —los otros tres adultos dirigieron la vista atrás de la barra de la cocina que dividia el comedor.

Los pequeños, disfrazados salieron de su lugar.

—¿Qué hacían allá? —pregunto Jimin.

—¡Estamos aburridos tío Jimin! —se quejó la pequeña Gyeong con drama.— La tele nos aburrió, Jiseong ganó todos nuestros dulces y no queremos jugar más lo que nos dieron para distraernos ya nos aburrió igual —corrió hasta los brazos de su papá omega y terminar siendo cargada por el peli púrpura.

—Oh, entonces. . . ¿están muy aburridos? —cuestionó Tae.

Los niños asintieron.

— Y nada nos podrá quitar este terrible aburrimiento —se hizo para atrás con una mano en su frente, Jiseong solo viró los ojos y se acercó a su hermana para darle una palmada en la frente.

—Levanta la cabeza, tonta. . . O la sangre se irá a tu cerebro y luego estarás muy roja y mareada

— ¡Hey! —le mostró la lengua con molestia fingida a su hermano.

— Niños, ¿les parece si Taehyung y Yoongi les cuentan unas historias de terror y después a la cama? —Jungkook opinó.— Igual ya es muy tarde y es la hora de dormir

— Pero papá, apenas son las diez con quince —JiSeong se quejó con su puchero.— Un chance más.

— Ji-

— Si señor Kim, por favor —HunLee se metió interrumpiendo al mayor.

— No, ya es muy tarde y mañana algunos de sus padres vienen muy temprano por ustedes. . . aparte que su niñero ya va a llegar,  —dijo Taehyung tomando en sus brazos a Jiseong, para esto se tuvo que alejar de su omega.— y mientras este llega les contaré con Yoongi unas historias de terror.

El alfa pantera bufo en desapruebo pero no objeto nada; el tigre encaminó a todos al segundo piso donde entró en la alcoba que compartían sus hijos, ahí encontró varias mochilas de diferentes colores y diseños ordenadas en hilera.

Dejó a su hijo en su cama y de reojo miro como su omega hacia lo mismo con su hija para más tarde salir, dejando a Taehyung a cargo; los cachorros se sentaron en las diferentes camas esperando una orden.

—Bien, primero nos vamos a cambiar los disfraces y desmaquillar, cada uno tome sus ropas de pijama y uno por uno nos vamos a ir al baño para cambiarnos —demandó el tigre.

Fue así como veinte minutos después todos los niños estaban acomodados en las diferentes partes del suelo con mantas extendidas esperando a que los mayores comiencen con las tan esperadas historias de terror.

— Bien, comencemos con Yoongi. —El tigre dejó al pantera en medio del medio círculo de niños.

— Ah, bueno. . . —chasqueo la boca y se acomodó sentado en el suelo.— La historia sé llama “La casa del pueblo”

> Érase una vez una familia que hartos de vivir en la ciudad, se mudaron a una casa en las afueras. Alquilando una preciosa casa apartada y tranquila, estaba en un paraje en medio del bosque. A los padres, les resultó increíblemente barata para lo grande que era, casi una mansión. Estaban sorprendidos con la suerte que habían tenido.

Semanas después de haberse mudado, un lugareño que pasaba por allí, les contó que la casa estaba embrujada, y les dijo que era tan barata porque nadie quería vivir en ella. Sin embargo, ellos le dijeron que no creían en historias de fantasmas. Tanto así que incluso se reían de las creencias de aquellas gentes de pueblo.

Tiempo después de vivir allí, la niña pequeña le comentó a su madre

“Mamá hoy el señor Landin me ha contado una historia genial. ”

“¿El señor Landin?”

“Claro mamá, el jardinero. Todos los días paso un ratito con él y me explica unas historias increíbles sobre este pueblo.”

“¿Qué jardinero?”

“Mamá, el jardinero. El que está ahí quitando las hojas de la entrada, como todas las mañanas.”

“Hija, nunca tuvimos jardinero.”

Miraron hacia el porche y allí no había nadie, más que un montón de hojas apiladas y un rastrillo junto a ellas. Aquella misma mañana, hicieron las maletas, cargaron el coche y nunca más regresaron a lo que un día fue su casa.

Los niños sé quedaron en sus lugares mirando directamente al alfa mayor Pantera.

— E-eso no dio tanto miedo. . . —BoHan tartamudeo

— ¿No? —Yoongi cuestionó divertido al ver a los infantes con su olor de creciente miedo. Los niños rápidamente negaron y el Pantera solo se alzó de hombros.— Bueno. . . lo intente —despreocupado de paró del piso, dio apenas un paso cuando se volteó a los niños.— ¡Boo! —los niños no dudaron en dar un grito asustados sacando una risa al Pantera.

—¡P-papá! —se quejó con un puchero MinHye yendo a donde está su progenitor.

— Ya, ya, ya, —Yoongi sobo la espalda de su hija.— Ve a tú lugar porque le toca a tú tío Taehyung decir su historia.

La niña asintió con un pucherito y se acomodo en su lugar de nuevo ahora abrazando a Gyeong. Seguido a esto Yoongi salió del cuarto.

— Mi historia se llama, el juego de las escondidas. —comenzó emocionado.

> Era una noche de Halloween, dos hermanos que no querían ir a ninguna celebración, se habían quedado solos en casa, mientras sus padres estaban en la fiesta de unos vecinos.

Tras un rato viendo películas, decidieron jugar al escondite. El hermano mayor comenzó a contar hacia atrás mientras escuchaba los pasos de su hermano alejarse en busca de un buen escondite.

Cuando terminó de contar, comenzó a buscar a su hermano. Empezó buscando en sus escondrijos favoritos: el armario de la entrada, detrás del sofá, bajo la cama, en el cesto de la ropa. . . Sin embargo, no estaba en ningún sitio. «¿Qué escondite habrá encontrado?», pensaba el hermano mayor que comenzaba a cansarse de buscar tanto sin encontrarle.

De repente, comenzó a escuchar unos sonidos extraños que procedían del armario de su habitación.

“¡Sal, sé que estás ahí, te he encontrado!”.

No obstante, nadie abrió la puerta. Esperó unos segundos y harto del juego, abrió él mismo el armario. Miró detrás de los abrigos y las camisas pero, no vio a nadie allí. Se inclinó un poco hacia delante alargando la mano e intentando tocar el fondo del armario y, de repente, una mano fría agarró su mano e intentó tirar de ella hacia el armario.

Enfadado le gritó a su hermano que le soltara pero, entonces, una voz detrás de él dijo:

“Pero, ¿qué haces?, ¿no puedes encontrarme?”

Era su hermano pequeño, entonces, ¿quién tiraba de él hacia dentro? El hermano mayor comenzó a gritar aterrado tratando desesperadamente de liberarse de aquella mano que intentaba meterle en el armario. Su hermano tiraba de él también hasta que consiguieron soltarle.

Sobre su mano quedaron unos arañazos que jamás desaparecieron. Durante años, cada 31 de octubre, escucharon unos ruidos extraños procedentes de aquel armario, que nunca, se atrevieron a volver a abrir.

Y las luces se apagaron de manera inmediata haciendo que un grito salga de los infantes. Todos los niños esperaron algo hasta que las luces se volvieron a encender pero esta vez el alfa tigre no estaba logrando que los niños tiemblen de miedo.

Jungkook entró al cuarto de sus hijos algo preocupado por todos los múltiples gritos que escucho, rápido sintió como los niños se iban a su anatomía dando un pequeño desequilibrio.

— Niños, ¿qué pasa? —preguntó con paciencia y su voz dulce.

— ¡Papá no está! —Jiseong habló.

— ¡Desapareció cuando terminó de contar su historia! —Gyeong continuó.

— Pero cariño. . . Tu padre no puede desaparecer así nada más —contestó sintiendo algo tras suyo.

— ¡Claro que si! —se metió MinHye.

— Cariño- —y el grupo de los menores soltó un grito por las luces apagadas de nuevo, esta vez los niños se pegaron al Omega en busca de protección.— ¿Tae?

— P-papi. . . —susurró Gyeong.

— Aquí estoy amor. —acarició su espalda.

La menor se pego más a su padre omega y le agarro parte de su vestido.

— ¡Papá! —grito Jiseong al sentir como era atrapado y llevado para atrás.— ¡Es el monstruo! ¡Me va a llevar y comer-!

Jungkook desesperado buscó el interrumptor de luz y al encontrarlo prendió con rapidez el mismo.

—¡Taehyung! —reclamo aliviado y algo molesto.

[...]

— Bueno hobi, los niños ya están arropados en el cuarto —comentó Jungkook.— Nosotros llegaremos por ahí a las tres o tres y media de la mañana, o antes —tomó su bolso y un abrigo.

— No sé preocupe señor Kim, ustedes lleguen a la hora que gusten. Sus hijos y  sus amigos están en buenas manos —el pelirrojo adolescente de diecisiete años aseguró.

Fue así como las dos parejas adultas salieron de ahí y tomaron rumbo a un bar cerca de sus casas. Ahora les tocaba a ellos divertirse a su manera.

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