Final˚.༄
Juntos...੭ु
Hoseok sonría más feliz que nunca, estaba seguro de que luego le dolerían las mejillas, pero era imposible borrar la sonrisa de su rostro.
Y es que era totalmente comprensible.
Había pasado una semana desde que vivía oficialmente con Yoongi, y ya se había instalado totalmente en su nuevo hogar.
Actualmente estaba eligiendo ropa para un suceso muy importante.
Por fin había llegado el cumpleaños de Yoongi, que por cierto, la señora Min había querido festejar.
La familia de Yoon no tenía idea de quién era Hoseok, ni siquiera sabían de su existencia. Sería una linda sorpresa y no precisamente para el cumpleañero.
Pero Jung tenía grandes expectativas, sabía que la familia de Yoon no era mala y lo más probable es que lo recibieran bien. Aún así, estaba nervioso.
Quería dar una buena impresión, quería que vieran que era una buena persona y que solo quería darle lo mejor de sí a Min. Y lo más importante...
Quería que vieran lo perfecto que era Yoongi.
Sabia que tal vez no sea muy oportuno, pero aprovecharía la ocasión para dejar ver lo gran persona que era Min, aunque con algunas mentiras de por medio.
No podía decirles que él había sido un hada, lo tomarían por loco.
Así que modificaría un poco la historia para su conveniencia.
Ignorando todos sus pensamientos sobre la familia Min, por fin había dejado de revolver el clóset. Ya tenía su conjunto, uno que sabía que a Min le gustaría.
Era bastante parecido al conjunto que tenía cuando lo conoció. Camisa blanca y pantalones color ocre, pero esta vez dejaría su cabecita al descubierto, le gustaba su cabello rubio.
Rápidamente, el dulce rubio corrió a tomar una ducha, algo que realmente le fascinaba.
En su antiguo hogar no tenían la tecnología avanzada que tenían los humanos, ni nada parecido, por lo que no podían calentar el agua en invierno o regular la temperatura a su gusto.
Y aunque mientras él vivió con Yoon, aún en forma de hada, pudo disfrutar de baños calientes en el lavabo, no había comparación a la llovizna caliente de la ducha.
Si, parecía un niño descubriendo los pequeños placeres de la vida.
Al salir del baño, se vistió y espero a Yoongi sentadito en su cama, el pelinegro había salido a hacer unas compras de último momento y aún no volvía.
Hoseok no quería ser negativo, en realidad estaba siendo muy positivo, pero tenía miedo sobre lo que diría la familia de Min. Lo que menos quería era que el día de su chico se arruinara.
El se encargaría de que estuviese feliz.
.⃗✩₊⋆。
Yoongi no quería entrar, no a la casa donde su familia lo estaba esperando para, supuestamente, festejar su cumpleaños.
No quería ver las reacciones de estos ante su pareja.
Pero aún así se sentía en paz, pues su mano entrelazada con la de Hoseok era todo lo que necesitaba.
Desde que el lindo rubio estaba a su lado todo estaba siendo diferente. Le había podido presentar a sus nuevos -y únicos- amigos, y como se lo esperaba, Hoseok se había llevado de maravilla con esos cuatro chicos.
Les habían contado un poco sobre su historia, un poco cambiada, pero lo más importante. Los chicos rápidamente notaron quien era Hoseok y cuán importante era para la vida de Min. Jimin y Nam fueron muy buenas personas al ofrecerle trabajo al rubio, por lo que ahora se podía decir que se veían casi todos los días.
Yoon se sentía casi completo. Viviendo con su amado rubiecito, pasando buenos ratos con sus amigos, estudiando lo que le gusta sin tanto estrés de por medio gracias a los ánimos del más bajito, y siendo realmente feliz al disfrutar cada día.
Y solo necesitaba una sola cosa para estar realmente completo.
Tenia que presentar a Hoseok ante sus familiares, quería que supieran que el sí tenía a alguien, pero que no era una chica como las que su madre siempre le quería presentar, sino un chico muy hermoso por dentro y por fuera, alguien que parecía irreal, tan dulce y tierno como solo él podía ser.
Y sabía que si no lo aceptaban, no tendría que pensarlo dos veces para salir de allí y no verlos más, porque los quería, pero quería más a su pequeño.
De allí salían tantos nervios y preocupación.
Hoseok por otro lado, trataba de arrastrar al pelinegro a la entrada de la casa de sus padres. Sabia la cantidad de pensamientos y preocupaciones de su chico, pero si no lo enfrentaba de una buena vez, nunca se quitaría la duda.
— Vamos Yoonie, no pasará nada, yo estaré contigo... Confía en mí, ¿Si?— El rubio puso sus lindos ojitos suplicantes haciendo que Min no pudiera resistirse.
— Solo tengo miedo de que digan algo malo sobre ti, no quiero presenciar eso, bebé.— Dijo bajito, dejando de lado su pequeña aura intimidante.
— No tienes que preocuparte por eso, si dicen algo será su problema, no nuestro, pero tienes que hacer el intento. — Hoseok se acercó un poquito más a Yoon y dejó un dulce besito en sus labios.— Todo saldrá bien, pase lo que pase.
Yoon soltó un suspiro y asintió, haría el intento.
Ambos se acercaron a la puerta, tocando timbre para esperar a que alguien abra. En ningún momento soltaron sus manos.
La puerta frente a ellos se abrió revelando a la señora Min. Ella sonrió y se acercó a abrazar a su hijo.
— Oh Yoongi, feliz cumpleaños hijo... Deja de crecer por favor.— Ella se alejó un poco acariciando la mejilla de si hijo con cariño, mirándolo con amor. Sin embargo notó al chico a un lado, luciendo increíblemente tierno con sus mejillas sonrojadas.— Oh, ¿Y este pequeño de aquí?— Ella dio una pequeña sonrisa de amabilidad y dulzura. — ¿Como te llamas, dulzura?
— Un gusto señora Min, soy Jung Hoseok...— Hizo una respetuosa reverencia ante la mayor, para luego incorporarse nuevamente y soltar una pequeña risita.— Me alegra mucho por fin conocerla.
— Por favor pasen, la familia está dentro, ellos quieren verte Yoon...— Dijo ella con tono dulce, tenía curiosidad por saber quien era ese lindo rubio, pero no quería meter la pata.
Los chicos pasaron dentro de la casa, guiándose por el ruido de las voces en la sala. Al parecer eran bastantes personas.
Solo que no notaron un pequeño detalle, y es que la señora Min había notado perfectamente sus manos entrelazadas. Ella sonrió, creía saber quien era ese lindo rubio...
Al entrar a la sala, las voces se tranquilizaron un momento para volver a sonar, esta vez con felicitaciones al cumpleañero.
— ¡Feliz cumpleaños pequeño Min!— Dijo el padre de Yoon, abrazando fuertemente a su hijo.— Todos aquí te estábamos esperando, pensábamos que no querrías venir.
— Ya, pero he venido, cumplí con mi parte.— Dijo Yoon riendo, algo que la familia Min no veía hace tiempo.
Y de esa manera, Yoongi saludó a sus abuelos, sus tíos y primos. Estaban todos allí y eso lo ponía un poco más nervioso de lo que ya estaba. Tendría que presentar a su pareja ante toda su familia, que ni siquiera sabían que era homosexual.
El día pasó entre risas y mucha comida, la familia Min era muy divertida y unida, parecían muy buenas personas. Hoseok se había presentado, pero no había dicho que relación tenía con Yoon. Aún así, lo recibieron muy bien, Jung habló un poco de su nuevo trabajo y como por fin había podido mudarse a la ciudad. Dando a entender el porqué no lo habían visto antes. Las risas y ocurrencias de Hoseok dejaban encantados a todos los presentes.
Esa era su verdadera magia.
Pero al momento de tener que terminar con la pequeña reunión, Min por fin tomó el valor suficiente para levantarse de su asiento y hablar frente a todos sus parientes. Ellos prestaron atención rápidamente ante el llamado del pelinegro.
— Bien, primero quiero agradecerles a todos por esta pequeña fiesta, he tenido un día maravilloso a su lado...— Los presentes sonrieron pero no dijeron nada, notaban los nervios del chico.— Yo... quería decirles algo muy importante, algo que mi abuela y mi madre seguramente ya saben, sus miradas las delatan.— Todos rieron ante lo dicho por Yoon.— Como saben nunca he tenido pareja, ni nada por el estilo porque no me ha interesado en toda mi vida, creía que era una perdida de tiempo y algo tonto... Pero ya no más.
Yoon estiró una de sus manos, incitando a que el rubio la tomara, quien aceptó rápidamente. Este se levantó de su asiento y se quedó a su lado, aún sin soltar sus manos.
— Como saben, el es Hoseok, una personita muy hermosa, alguien que tiene un corazón increíblemente puro y dulce, quien ha hecho mis días muy felices y bellos desde hace ya un tiempo... Hoseok es mi pareja, la persona que amo más que a nadie y que daría todo para que estuviese bien en todo momento. Espero que puedan aceptarlo, aceptarnos...
Todo quedó en silencio por unos minutos, hasta que el señor Min habló por primera vez, algo confundido.
— No... no lo entiendo, no me mal entiendas hijo, no me molesta que seas gay, ¿Pero por qué nunca nos has dicho? ¿Por qué no has confiado en nosotros?
— Yo...
— Yoongi tenía miedo.— Hoseok interrumpió a su novio, no quería que se sintiera mal o culpable, por lo que diría todo lo que pensaba.— Tenia miedo de que su familia lo rechace, que no lo aceptaran o que lo tacharan como alguien raro. El no ha sido realmente feliz en mucho tiempo, solo recibía malos comentarios de la gente, pero se que los que más le dolían y molestaban eran los de su familia.— Hoseok cubrió un poco a Yoongi con su cuerpo, aunque mucho no podía hacer por su delgada figura, intentaría darle seguridad al pelinegro.— Se que no lo hacían con maldad, pero también se que siempre lo han tratado como alguien raro solo por ser un poco diferente, solo por ser él mismo, siempre le han preguntado por una pareja, una que no tenía, siempre le han dicho que su carrera no era para él, o que su trabajo no era el mejor. ¿Pero han pensado realmente en él cada vez que decían algo así?
Todos quedaron en silencio, comprendiendo lo que el rubio quería decir. Solo pensaban en ellos mismos.
— Nunca han pensado en cómo se sentía ante esos comentarios o como podían afectarle. Yoongi es muy responsable en su trabajo, nunca ha faltado y siempre ha sido respetuoso con todos los clientes, incluso cuando algunos de ellos no lo merecían. Es uno de los mejores en su clase, tiene unas notas impecables, es realmente bueno en lo que hace. También es alguien divertido, dulce, cariñoso y cálido cuando se siente cómodo. — Hoseok tenía sus ojos brillosos al hablar de Yoongi y la señora Min lo notaba, ella no podía estar más feliz, su hijo estaba en buenas manos.— Yoongi es la persona más hermosa de este mundo, él es perfecto como es y no necesita cambiar, porque si yo pude enamorarme de quien es realmente, el resto de las personas también pueden apreciarlo como se merece.
Todo volvió a quedar en silencio, haciendo que Hoseok se diera cuenta de todo lo que había dicho.
Su rostro y orejas se habían vuelto rojitos nuevamente.
— Creo que me he pasado...— Dijo en susurro, dándose la vuelta para atrapar a su novio en sus brazos, escondiendo su rostro en el cuello de este.
— No Seokie, no sabes cuanto aprecio lo que has dicho, te amo bebé, te amo muchísimo. — Le susurró Yoon en el oído mientras lo abrazaba fuertemente. No podía creer todo lo que había dicho su dulce rubiecito, pero se lo agradecía demasiado.
De pronto sintieron unos brazos rodearlos. Era la señora Min.
— Me siento muy feliz de ver que mi Yoonie tiene a alguien tan maravilloso como tú, Hoseok. Gracias por cuidar de él como nosotros no lo hemos hecho, bienvenido a la familia, lindo.— Dijo ellos antes de soltarlos y alejarse un poco, con una dulce sonrisa en su rostro.
Y de esa manera, todos se acercaron a la pareja, muchos disculpándose con Yoongi, otros abrazandolos y deseándoles lo mejor. Pero lo importante era que los aceptaban.
Yoon pudo respirar tranquilo, todo había salido mejor de lo que pensaba, todo gracias a su lindo rayito de luz.
— Sabes bebé, ya quiero volver a casa, quiero terminar mi día con el mejor regalo de todos...— Dijo Yoon luego de todas las felicitaciones y cariños de su familia.
— ¿Que regalo, Yoonie?— Dijo Hoseok mientras limpiaba las migajas de pastel de sus labios. Parecía un niño pequeño comiendo, se estaba ensuciando todo.
Yoongi quería llenarlo de besos y mimos.
— Tu eres mi regalo bebé, el mejor regalo que el universo pudo darme.— Y sin importarle el desastre que tenía Hoseok con su porción de pastel, se acercó y dejó un suave beso en sus labios.
Hoseok se alejó tímido y rió bajito.
— Espera que soy un asco~ — Tomó una servilleta y se limpió.— Pero estoy de acuerdo, vayamos a casa Yoonie.
Ambos se despidieron de los presentes, no sin antes cortar otro pedazo de pastel para Hoseok, y así se retiraron del antiguo hogar de Yoon.
Listos para volver a su departamento, y terminar el día de la mejor manera.
Juntos...
Fin.
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