Sentimientos...੭ु

El pequeño Hoseok no sabía que pensar.

Los últimos tres días habían sido diferentes, no de mala manera, pero el había sentido que las cosas habían cambiado.

Cada vez que Min se le acercaba, cada vez que le acariciaba la cabeza o lo sostenía en sus manos. En cada momento que Yoongi lo llamaba por apodos cariñosos, cuando le llevaba el desayuno o cuando dormían juntos. Simplemente, cada segundo a su lado... Su corazoncito se aceleraba.

Y aunque le gustaba sentirse así, también le daba miedo. Estaba confundido.

No sabia si lo que estaba sintiendo era lo que él creía, pero si era así no podía seguir de esa manera. No importaban sus sentimientos, pues estaba totalmente prohibido sentir algo así por un humano.

Y no quería fallar en su única misión.

Mientras esperaba a Yoongi, el pequeño jugaba con unas hojas de colores que el humano le había dado. Le gustaba recortarlas y pegarlas, lo entretenía y hacía lindos dibujos que le regalaba al humano.

Cortaba los papelitos con cuidado, pegandolos en una hoja blanca. Pasaron un par de horas de esa manera. Y al momento de finalizar el hada estaba completamente satisfecha con el resultado, aunque no sabía si sería bueno regalarle ese dibujo a Min.

Inconscientemente había hecho un dibujo de ambos con corazones alrededor. No quería incomodar al chico.

Con torpeza tomó el dibujo y lo escondió debajo de otras hojas, esperando que Min no lo viera.

Ahora solo quedaba esperar una hora más.

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Min por fin respiraba el aire de su hogar, había sido un día pesado pero por fin estaba en su cómodo apartamento donde el pequeño rubiecito lo esperaba.

- ¡Llegué, Hoseokie!- Avisó mientras caminaba a su cocina en busca de un vaso de agua.

El pequeño llegó volando al lado del humano. Se acercó y dejó un pequeño beso en la mejilla del castaño, haciendo sonreír al chico.

- Me alegra que estés aquí Yoonie, estaba aburrido solo...- El pequeño hizo un lindo puchero.- Me gusta estar contigo.

- A mi también me gusta estar contigo pequeño, pero no quiero llevarte a la universidad, no podría entenderte y hay demasiadas personas allí, es peligroso para ti.- Caminó hasta la mesa, corriendo una silla para tomar asiento. - ¿Que has hecho esta tarde?

- Nada importante...

- ¿Utilizaste las hojas que te di? - Preguntó al verlas sobre la mesa.

- Emm, sí... Pero no me gustó el dibujo. - Dijo nervioso.

- ¿Por qué? Seguramente te ha salido bellísimo.- Se estiró para alcanzar las hojas asustando al hada quien se puso frente a Yoon, agitando ambas manos.

- ¡No, no lo veas Yoonie! - Hoseok estaba cada vez más nervioso, temía ver una mala reacción por parte del humano.

- ¿Tan malo es? Estoy seguro de que es muy lindo Hoseok, no estes así...- Acomodó las hojas de colores para luego tomar las blancas, descubriendo el dibujo escondido entre ellas.- ¿Es este?

Tomo en sus manos el dibujo, admirando lo bonito que era.

A Yoongi se le había dibujado una enorme sonrisa en su rostro, realmente le gustaba el dibujo.

- ¡Está hermoso, Hoseok! No entiendo porqué no te gusta, a mi me ha encantado...- Yoongi no apartaba la vista de la hoja.

- ¿Realmente te gusta? ¿No te molesta que nos haya dibujado juntos?- Preguntó Hoseok, totalmente tímido y con sus mejillas rojas.

- ¿Debería estar molesto? Me ha fascinado, es muy bello, pequeño...- Dejó la hoja a un lado y llamó al hada para que se quede a su lado.

Ambos se miraban mutuamente, no apartaban la vista del contrario.

Hoseok no decía nada, pero realmente quería saber que se le cruzaba por la mente al humano. Parecía cansado pero aún así no borraba la sonrisa de su rostro.

El parecía feliz.

Y Hoseok no sabía cómo sentirse al respecto. Sabia que no faltaba mucho tiempo para tener que irse y dejar al humano atrás. Así eran las reglas, una vez que la misión esté completa debería volver a su hogar y no podría volver a ver a Yoongi.

No le quería decir, o por lo menos no aún, no sé sentía listo para dejarlo. No quería irse sabiendo que lo dejaría nuevamente solo en esa casa, tan pequeña pero tan grande a la vez, tan llena pero tan vacía. Tan cálida pero tan fría...

Y no era solamente por Yoongi.

Al hada le encantaba estar siempre al lado del humano, le encantaba ver cada faceta suya. Cuando reía era tan bello, cuando se enojaba no le daba miedo, solo le parecía tierno. Cuando estudiaba y mordía la punta del lápiz parecía un niño. Cada vez que cocinaban juntos y reían por su torpeza o cuando dormia sobre el pecho del castaño. Todo eso le daba calidez al corazón del pequeño rubio.

Y no podía alejarse tan rápido, como si no le importara.

Porque le importaba demasiado.

Ese sentimiento que había desarrollado en tan poco tiempo, pero tan fuerte que sabía que duraría por mucho tiempo. Incluso podría durar para siempre.

Hoseok sabía lo que sentía, y esperaba que Yoongi sienta lo mismo.

Pero no podía ser egoísta, porque si el otro también se sentía así, solo le causaría sufrimiento cuando su tarea era hacerlo feliz. No quería que eso sucediera...

A Hoseok no le importaba sufrir, pero no soportaría ver a su querido Yoonie de tal manera. Simplemente no podía...

— Te quiero Yoonie... — Dijo el pequeño de la nada.

— ¿A que viene eso? — Dijo Yoon con una expresión de ternura.

— Solamente quería decirlo.— Escondia sus manitas tras de él, totalmente tímido.

— Pues yo también te quiero mucho, Hoseok.— Yoongi acaricio con su dedo el rostro del hada,  haciendo que este cierre sus ojitos para sentir la caricia.

Quedaron en silencio unos cuantos segundos hasta que Hoseok volvió a hablar.

— ¡Quiero comer dulces!— El hada había vuelto a su estado natural, tan feliz y emocionado por todo.— ¿Podemos cocinar algo?

Yoongi estaba cansado pero no le negaría nada al pequeño frente a él.

— Por supuesto Hoseokie.— Contestó para luego levantarse de su lugar caminando hacia la cocina.— Ven, vamos a buscar alguna receta.

— ¡Voy, voy, quiero algo con mucho chocolate!— El hada voló rápidamente detrás del chico, oyendo la risa de este.

— Lo que usted quiera, señorito Hoseok...

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