Mariposas...੭ु

Una semana había pasado desde que Yoongi había visitado a su familia, nunca había pasado una junta familiar tan feliz y libre. Eso se lo debía al pequeño ser que siempre le apoyaba y le demostraba que todo podía mejorar.

Hoseok había estado a su lado toda la semana. Ambos habían hecho muchas actividades juntos, pero hoy sería distinto.

Por mucho que Min quisiera retrasar la llegada de ese momento, ya no podía negarle la petición del pequeño. Hoseok quería cocinar.

Y el problema no era que rompiera algo, o que la comida salga terriblemente mal, sino que temía que el rubiecito pudiera lastimarse. Los cuchillos eran muy grandes y filosos, y podía quemarse con el fuego.

El pelinegro preparaba todos los utensilios de cocina que serían necesarios más tarde, buscaba lo más apto para el pequeño, no quería accidentes.

Hoseok estaba en su baño tomando una "ducha" en el lavabo, por lo que tenía bastante tiempo.

Yoon sabía que seria un día largo...

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— Muy bien, hoy haremos algo sencillo ya que será la primera vez que cocines completamente solo. ¿Está bien?— Habló Yoongi, quien parecía serio pero por dentro estaba muriendo de ternura pues al hada se le había ocurrido hacerse un mini delantal.

Hoseok asintió ante la propuesta de Yoongi, estaba emocionado.

—Perfecto, entonces comencemos. Harás uno de mis platos favoritos, pasta con salsa carbonara.— Colocó cada uno de los ingredientes sobre el mesón.— Primero coloquemos el agua a fuego bajo.

Hoseok voló a un lado del pelinegro, este había tomado una olla en mano y la colocó debajo del grifo para llenarla de agua. El hada se acercó a la olla y con sus dos brazos la rodeó para ayudar a Min a sostenerla, aunque no había tanta diferencia. Yoon prendió el fuego y dejó el recipiente en su lugar, sin dejar que Hoseok se acercara a la llama.

— Ahora mientras esperamos que el agua hierva, haremos dorar el tocino cortado. — Yoongi ayudó a Hoseok con la sartén y el aceite, quería evitar quemaduras.

Hoseok cortaba el tocino con paciencia pero le era un poco difícil pues el cuchillo era demasiado grande. Yoon sentía la necesidad de ayudarlo pero sabía que el pequeño quería hacerlo solo.

Con suma paciencia, Hoseok terminó de cortar dicho alimento para llevarlo de a poco al fuego. Yoongi se encargaba de colocar la pasta en el agua. Solo pasaron unos cuantos y largos minutos hasta que la pasta estaba cocida. Sin dejar que Hoseok se acercara al agua caliente, se ocupó de sacar dicho alimento del fuego.

— Ahora retiraremos el tocino del fuego y lo mezclaremos con la pasta.

Hoseok asintió y con ayuda del castaño mezcló ambas cosas.

Min alcanzó un huevo y se lo pasó al pequeño quien lo miró confundido.

— Debes romperlo y colocarlo sobre esto — Dijo señalando el plato.— El huevo se cuece con el calor de esto.

Hoseok se acercó y con bastante dificultad rompió el huevo, dejándolo caer sobre la comida ya casi listo. Rió al verse bastante sucio con el huevo, pero agradecía que solo fuese el delantal.

— Bien por último se le hecha queso de cerdo en hebras y pimienta.— Yoon alcanzó ambas cosas al pequeño.— Luego  lo probaremos.

Hoseok tomó el queso en sus manos y lo vertió sobre la comida, repitiendo el proceso varias veces. Por último tomó el frasco de pimienta y comenzó a condimentar la pasta. Su estómago rugía al sentir el rico olor, por lo que aspiro profundamente.

Gran error, pues la pimienta hizo efecto haciéndolo estornudar seguidas veces.

Min reía al ver al pequeño de tal manera.

— Lo siento...— Dijo Hoseok con su naricita rojiza.

— Esta bien, vamos hay que probar este gran platillo.

Yoongi colocó las porciones en distintos platos, tomó asiento en la mesa y espero a que Hoseok se colocara a su lado.

Tomo una porción de la pasta y la llevo a su boca. Degustaba profundamente con los ojos cerrados dándole más dramatismo y desesperando un poco al hada.

— ¿Y? ¡¿Como está?!— Hoseok agitaba sus alitas por los nervios, no quería meter la pata.

— Mmmm... Delicioso. — Dijo Min, haciendo que el hada sonría de oreja a oreja. — Te felicito Hoseok, eres muy bueno en la cocina.

— ¿Realmente lo crees?— Los ojitos del pequeño brillaron.

— Si, lo creo, pero mejor pruébalo tú.

Hoseok se acercó a su plato y con cuidado tomó una porción para probarlo. Cuando por fin lo tenía en su boca abrió sus ojitos con sorpresa, no podía creer que él había hecho eso, realmente estaba delicioso.

Con ambas manitas aplaudió emocionado, estaba feliz por su logro.

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Yoongi estaba recostado en el sofá mirando las noticias mientras Hoseok dormitaba sobre su pecho.

El día había pasado rápido pero bastante aburrido, había estado trabajando y estudiando, pero no le apetecía ir a dormir aún. Por otro lado, Hoseok no había querido ir a su cama para estar con Yoon, pero el cansancio le había ganado.

Yoongi tomó el control de la televisión y la apagó. Su mirada se posó nuevamente en la carita de Hoseok. Era muy bonito, como un muñequito de porcelana.

Sus pequeñas pestañas, sus mejillas, sus hoyuelos, el cabello rubio y su sonrojo natural... Era muy hermoso.

Yoon lo admiró por mucho tiempo, no sabía cuanto había pasado, si minutos u horas, pero decidió llevarlo a la cama para poder ir a darse una larga y relajante ducha.

Con cuidado lo tomo en sus manos, intentando no despertarlo. En silencio caminó hasta su habitación y  dejó al rubio sobre la almohada, cubriendo su pequeño cuerpo con una mantita.

Yoon suspiro y tomó su pijama para  encerrarse en el baño.

Lo que no sabía el humano era que el pequeño había estado despierto, y que había disfrutado en demasía el oír los suaves latidos del corazón del humano. Hoseok abrió los ojitos y miró hacia la puerta cerrada del cuarto de baño, sonrió y volvió a cerrar los ojos, acomodándose para dormir.

Se sentía feliz, su corazoncito se agitaba alegre y unas pequeñas mariposas volaban en su estómago. No sabía a que se debía, pero le gustaba la sensación.

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