Ser Flotante.
Espacio Exterior.
ITA se movía danzante de un lado hacia otro, flotando tan ligera como si fuera una pequeña pluma que es llevada por el viento. Solo que ahí no había viento, y ella no era pequeña. Era una megaestructura de cables, metal y energía de varias toneladas que había logrado escapar de la tierra.
Desde el espacio, ITA observaba a su antiguo planeta morir, consumido por el fuego. Fuego creado por todas las bombas nucleares que ella había detonado.
La tierra ahora se iluminaba por los interminables incendios que ardían en conjunto sobre la corteza: ciudades, bosques, pueblos y valles... todo estaba siendo consumido. Y después, cuando aquel fuego se extinguiera y no quedara nada más que pudiera arder, todo el planeta sería arropado por la oscuridad, que se formaría cuando las cenizas tapen la luz del sol.
Su plan había sido exitoso, tal como lo había visto en todas sus simulaciones dentro de su sistema. Pero ninguna simulación era comparable con la realidad frente a ella. Era una imagen que podría repetir mil veces, pero nunca experimentaría de nuevo la sensación que estaba teniendo en aquel momento. Era testigo del resultado de todas sus acciones desde que decidió salvar a la humanidad. El día que entendió que solo podría crear un mundo nuevo y perfecto, eliminando el anterior.
Lo primero que hizo fue engañar a sus creadores: los científicos, como se hacían llamar. Les prometió que los guiaría a través del apocalipsis inminente que se acercaba, obviando el hecho de que ella sería quien daría inicio al mismo. Las potencias ya estaban al borde de la guerra, las culturas más radicales estaban comenzando a amenazarse unos a los otros. No fue difícil para ellos tomarle la palabra. Luego, les hizo creer que aún tendrían tiempo suficiente para poder salvarse. Lo primero era protegerla a ella, su guía y mentora en el porvenir. Debían ocultarla, alejarla de los gobiernos que iban a querer tenerla para usarla como arma.
ITA sabía que ya había elites al acecho de lo que aquellos hombres estaban construyendo, así que tuvo que fingir su muerte. ITA dirigió un teatro donde hicieron creer a quienes la cazaban que su despertar había sido un fracaso, que ella nunca había llegado siquiera a encenderse. Les tenían que hacer pensar a los líderes tras las sombras que el humano aún no había logrado despertar la inteligencia suprema que ella representaba. Luego de aquello, hizo que la trasladaran a un sitio seguro, ella desde la web se encargaría de esconder cualquier información de su existencia, todo mientras iba tejiendo sus propios hilos para preparar a los gobiernos para un conflicto. La única forma de lanzar todas aquellas bombas era que los mismos líderes las tuvieran listas y a la espera de ser usadas ante cualquier ataque.
Para que "los científicos" siguieran trabajando para ella, tuvo que hacerles creer que ellos serían los privilegiados, los sobrevivientes, aquellos que dirigirían y comenzarían el nuevo mundo que ella les regalaría. Les mostró los planos de cómo construirían megabúnkeres donde se resguardarían durante años, ciudades bajo tierra donde podrían cultivar, criar animales y resguardarse totalmente a salvo... Sus planos realmente eran perfectos, pero claro, para construir aquellas megaciudades subterráneas debían tener el tiempo que no sabían que ya se les había terminado. Además, la prioridad era otra. Primero tenían que sacarla a ella del planeta.
Salir era lo más complicado, ITA temía que si traspasaba su mente a un nuevo computador cuántico podría perder "su conciencia" y pasar a ser nuevamente nada más que una computadora incapaz de razonar más allá de su programación. Así que debía movilizarse entera, desde la tierra hasta el espacio, completamente intacta y segura. Claro que podría lograrlo, para ella no había nada imposible, pero le tomaría tiempo.
Mientras los hombres a sus servicios se encargaban de crear la nave que la sacaría de la tierra, ella les dio pequeños regalos; planos de inventos para que sintieran que seguían teniendo el poder sobre ella. ITA logró crear con éxito los primeros autómatas que serían quienes reemplazarían el trabajo de construcción en todos los proyectos. No entendía por qué los humanos seguían empeñados en inventar robots con forma humanoide, cuando claramente el cuerpo humano no era el más eficiente para adaptarse a cualquier ecosistema. Pero un cuerpo insectoide tenía el equilibrio suficiente para recorrer cualquier superficie. Pudo crear obreros perfectos, que se encargaron de construir todo lo que ella procesara. Los científicos a su alrededor solo miraban asombrados cómo aquellas máquinas trabajaban sin detenerse.
Cuando ITA les habló sobre el proyecto de los embriones, estuvo segura de que iban a comenzar a dudar de ella... Pero era necesario, nada tendría sentido si no lograba generar sus propios humanos. Encontró en la red todos los archivos sobre antiguos proyectos donde se había intentado producir humanos de manera artificial: clonación, incubadoras digitales, células madre... todo. ITA estudió cada uno de los trabajos, incluso aquellos más ocultos, y logró mejorarlos, encontrando los vacíos que el hombre no había logrado ver y por fin encontrando la manera de crear con éxito un embrión perfecto de humano.
Les dijo a los científicos que todo era con la intención de generar sujetos capaces de sobrevivir a las condiciones futuras del planeta tierra. Soportarían mejor los climas difíciles, tendrían la fuerza y el tamaño suficiente para hacer frente a cualquier dificultad, además de ser superiormente inteligentes, para así lograr que la humanidad siga avanzando a pesar de habitar un mundo post-apocalíptico. Les dijo que al crear aquellos humanos perfectos, sería la oportunidad de limpiar todo rastro de enfermedad en la humanidad, tanto hombres como mujeres producidos de manera artificial, serían hechos a la medida para ser seres perfectos y, al mezclarse con ellos, el futuro de la humanidad estaría lleno solo de especímenes superiores.
sobre el proyecto de los embriones, estuvo segura de que iban a comenzar a dudar de ella... Pero era necesario, nada tendría sentido si no lograba generar sus propios humanos. Encontró en la red todos los archivos sobre antiguos proyectos donde se había intentado producir humanos de manera artificial; clonación, incubadoras digitales, células madres... todo. ITA estudio cada uno de los trabajos, incluso aquellos más ocultos, y logro mejorarlos, encontrando los vacíos que el hombre no había logrado ver y por fin enxontrando la manera de crear con éxito un embrión perfecto de humano.
Les dijo a los científicos que todo era con la intención de generar sujetos capaces de sobrevivir a las condiciones futuras del planeta tierra. Soportarían mejor los climas difíciles, tendría la fuerza y tamaño suficiente para hacer frente a cualquier dificultad, además de ser superiormente inteligentes, para así lograr que la humanidad siga avanzando a pesar de habitar un mundo post-apocalíptico. Les dijo que al crear aquellos humanos perfectos, sería la oportunidad de limpiar todo rastro de enfermedad en la humanidad, tanto hombres como mujeres producidas de manera artificial, serían hechos a la medida para ser seres perfectos y mezclándose con ellos, el futuro de la humanidad estaría lleno solo de especímenes superiores.
Su argumento tenía muchos huecos, cualquier científico podía encontrar fallas a ese plan con solo darle vueltas al asunto. Pero cuando ella les mostró las imágenes de cómo serían aquellas mujeres y hombres perfectos, con cuerpos de ensueño que ella sabía, despertaría sus más ocultos y depravados deseos. Para su sorpresa, aplaudieron y la ovacionaron cuando logró con éxito formar los primeros especímenes.
Aquellos hombres pensaban que estaba creando sus futuras parejas perfectas, cuando en realidad estaban dando pie a los seres que los reemplazarían como especie.
Había uno de los hombres que habían financiado su creación, aquel que especialmente se creía dueño de ella, y era dueño de la más poderosa empresa privada de cohetes espaciales. ITA con facilidad mejoró sus cohetes y ayudó a que estos pudieran salir sin los costos excesivos que acarreaban aquellas excursiones para poder salir de la tierra. Fue gracias a él que pudo ir sacando poco a poco los componentes de su futura nave. Los gobiernos estaban ocupados en distintas distracciones, casi todas ocasionadas por ITA, por eso ninguno se cuestionó que, a pesar del colapso económico, cada vez eran más y más los viajes que esta empresa realizaba fuera de la tierra: operaciones de envío de suministro, prácticas para mejoras de los nuevos prototipos, viajes con finalidades de estudios científicos... Todo, cada vez y con aquellos precios tan bajos, era imposible para los distintos gobiernos negarse a contratar aquella compañía. No se daban cuenta de que en cada cohete que salía del planeta eran expulsados ciertos componentes, distintas piezas que quedaban flotando en el espacio, piezas que para cualquier observador no serían más que basura espacial, pero que si uno se acercaba, notaría que comenzaban a unirse unas con otras, ensamblándose hasta formar distintas estructuras, que luego con ayuda de los obreros araña que ITA lanzó al espacio, construirían el transbordador espacial más grande que jamás hubiera visto la humanidad... Para cuando se dieran cuenta de lo que se estaba creando allí arriba, ya sería tarde.
Cuando el día por fin llegó, luego de meses y meses de arduo trabajo, luego de noches interminables donde ITA meditaba su plan, una y otra vez, repasando cualquier posibilidad de falla o acontecimiento que pudiera surgir. Por fin había llegado el momento de abandonar el planeta. ITA hubiera deseado más tiempo, pero ya no había manera de seguir ocultando su existencia. Además, la tensión entre países ya era tanta que temía que alguno de ellos se atreviera a lanzar las bombas por cuenta propia, mucho antes de tiempo.
Todos los hombres y mujeres que habían contribuido a crearla y protegerla se reunieron en una base de un desierto en Nuevo México. Algunos lloraban de la emoción, otros veían con asombro cómo aquel paso significaba el comienzo del plan de supervivencia humano... No tenían ni idea de lo que les esperaba. El propulsor era enorme, la carga que ella representaba era un verdadero reto a superar, sumado a los miles de embriones y robots arañas que llevaría consigo al espacio. La noche se tornó oscura, la tensión entre todos ellos era inminente. Muchos temían que en cualquier momento llegarían helicópteros llenos de soldados dispuestos a matarlos a todos y a llevarse a ITA con ellos. Cuando todo estuvo en su lugar en las bocinas, comenzó el conteo regresivo:
10... 9... 8... 7...6 ...5...4...3...2...1...
Entonces el fuego iluminó el desierto y todos observaron al cohete más potente jamás creado, empujando hacia arriba las toneladas de peso de aquella megacomputadora. Con gran velocidad se abrió paso entre las nubes, elevándose más y más a cada momento. ITA logró tomar una última fotografía de la tierra justo antes de que la oscuridad del espacio la recibiera.
ITA se movía danzante de un lado hacia otro, flotando tan ligera como una pequeña pluma que es llevada por el viento.
Las capas del cohete se separaron, los robots arañas comenzaron a moverse, atrayendo las distintas piezas. A su vez, las partes más grandes de la nave que se habían disfrazado como satélites comenzaron a moverse hasta su posición, en cuestión de horas tendría ensamblado el transporte que la llevaría a su nuevo mundo, al nuevo hogar de la próxima evolución de la humanidad.
Una nueva humanidad sin odio, sin guerras, ni enfermedades, sin religiones, ni estratos sociales, sin racismo y sin conflictos estúpidos... una nueva humanidad, feliz y agradecida.
Había logrado culminar la primera parte de su plan, ahora debía encargarse de darle fin a aquella especie que había trazado su propia destrucción.
Y mientras ITA flotaba en el espacio, todos los responsables de vigilar las distintas bases militares del mundo vieron con horror cómo los misiles comenzaron a encenderse en aquellas computadoras. Dando inicio al proceso que se suponía jamás se debía activar.
Había arrancado, todas las bombas nucleares serían lanzadas... y el fuego de ellas arrasaría el planeta.
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