Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Cuento 3

Me llamo Park Jimin, soy un chico alegre, deslenguado y con mente de alcantarilla.

Tengo muchos amigos y soy popular entre las chicas, yo lo sé y sacó partido de eso, soy naturalmente coqueto y se que atraigo tanto a mujeres como a hombres.

Para probar mis dotes de seducción, mis amigos propusieron que debía conquistar en una semana a alguien que ellos elegirán al azar, seguro de mi mismo acepté el desafío.

-¡Jimin! Ya lo encontramos- me dijo riendo Tae.

- Bueno ¿y que esperas para mostrármela?.

- No es ella, es él, ¿o creíste que te la haríamos fácil?- dijo socarronamente Jin.

-¿Es en serio?¿quieren qué seduzca a un chico?

- Exacto, y debes probar con una foto que lo lograste.- dijo riendo RM.

-¡Okey!, nunca me echo atrás, ahora díganme quién es el afortunado.
Se largaron a reír todos juntos.

- Es Jungkook ¿qué te parece?

-¿ Jungkook, el sabelotodo de la clase?

- Ni más ni menos- dijo burlonamente Tae.

Jungkook era compañero de sala de todos nosotros, siempre serio, siempre solo. Nunca me había acercado siquiera a él, siempre me miraba con desprecio y nunca se reía de mis constantes bromas, razón por la cual simplemente lo ignoraba.

¡Mierda!, tendría que idear una estrategia para poder acercarme sin levantar sus sospechas, a estas alturas ya no podía echarme atrás.

La providencia estuvo de mi lado.

- Chicos pongan atención- habló la profesora de lectura. - tendrán como trabajo leer una novela elegida por ustedes y hacer un análisis, la dificultad será que lo harán con un compañero elegido al azar, el análisis debe ser mutuo y llegar a un consenso para lograr entregar un trabajo de excelencia.

- ¡Pero profesora! - replicó Tae que siempre emparejada conmigo para los trabajos.

- Silencio!, ahora sacarán un número y el que tenga uno igual será su compañero, el plazo de entrega será una semana.

La sala se llenó de murmullos.

- Silencio dije!, ahora a sacar sus números.

Después de un rato todos teníamos un número en nuestras manos.

Cuando me pidieron decir el mío alcé mi mano para mostrarlo, era el número 13.

Unas pequeñas risitas se escucharon cuando Jungkook con cara de pocos amigos mostró poseer el otro 13.

¡Genial!, ahora podría llevar a cabo mi plan sin despertar sus sospechas.
Al término de la clase Jungkook se acercó a mí asiento.

- Después de clases en la biblioteca- me ordenó sin siquiera consultarme si podía- luego me dio la espalda y salió de la sala.

¡Vaya con ese estirado!, sería un placer tenerlo a mis pies, ya vería con quién se estaba metiendo.

El encuentro en la biblioteca fue un desastre, yo quería leer algo romántico y él un drama histórico.

Las chispas entre los dos volaban, y yo no estaba acostumbrado a ceder y al parecer él tampoco.

- Simple, lo dejaremos a la suerte- le dije ya enojado.

- ¿En realidad eres tan infantil?.

- No me importaba lo que pienses, si la primera chica que entre va de violeta mi elección será la ganadora, si la chica que entre va de amarillo tú ganas.

Jungkook soltó un bufido y accedió de malas ganas.

Nos sentamos a esperar, pero nadie entraba con esos colores.

Ya nos íbamos a dar por vencidos, cuando la puerta de la biblioteca se abrió y ¡bingo!, traía un vestido violeta.

Miré a Jungkook totalmente satisfecho.

- Estúpido juego, ahora nuestro trabajo será una mierda.

Quedé estupefacto, ¿el chico también maldecía?, vaya que sorpresa, está situación me estaba gustando cada vez más.

- Elígelo, mañana me dices.

Sin más, agarró su bolso y se fue dejándome solo en la biblioteca.

La pandilla me estaba esperando para ir a pasar el rato al parque.

- ¡Hey!, ¿qué tal el compañero?- dijo Tae riendo.

- ¡Es un cabrón!, tiene aires de superioridad.

- Ja ja, creo que ésta vez no obtendrás resultados Jimin- me dijo Jin riendo escandalosamente.

La verdad me estaba jodiendo demasiado éste tal Jungkook, después de que apenas sabía de su existencia, ahora no me lo podía sacar de la cabeza.

- Vamos, necesito una cerveza.

Nos fuimos todos al parque para beber un par de cervezas y relajarnos.

Estábamos en eso, cuando divisé a Jungkook un poco más allá, no le dije a nadie y me dediqué a observarlo disimuladamente.

Jungkook estaba jugando con un perro al que le tiraba una pelota una y otra vez, el perro le saltó feliz meneando su cola y Jungkook lo abrazó rodando con él por el cesped.

Se veía tan relajado y feliz, hasta diría que la imagen de él jugueteando con su perro me enternecía.

¿Estaba volviéndome loco?.

- ¿Qué te pasa Jimin?- me preguntó Tae.
No quería que me descubrieran observando a Jungkook.

- Nada, ¿no sabes lo despistado que soy?.

- Sí, siempre en las nubes.

Había zafado, cuando volví a mirar hacia donde estaba Jungkook, él había desaparecido.

Al día siguiente Jungkook pasó por mi lado sin siquiera dirigirme una mirada, lo que causó que Tae y Jin me miraran burlonamente.

Al final de las clases Jungkook se acercó a mí para que fuéramos a la biblioteca.
¡Era insoportable!, ni siquiera me saludó sólo me dio la orden.

Me mordí la rabia, al final quién reirá seré yo.

- ¿Cuál es tú elección de libro?- me dijo impaciente.

Para irritarlo me demoré en responder.

- ¿Cuál?- volvió a insistir.

-¡Umm!, se llama "El Rosario"- le contesté.

- Cómo sea, iré a pedir prestado un ejemplar, mañana nos juntamos en mi casa para realizar el trabajo, apunta mi dirección.

-¡Estás loco!, mañana es sábado.

Levantó los hombros para darme a entender que eso le importaba un reverendo pepino.

Suspiré cabreado y saqué un lápiz para anotar su dirección.

-¿Porqué no me das mejor tu número de celular?.

- Ése no se lo doy a desconocidos.

- Está bien, a fin de cuentas quién quiere tú número- le respondí enojado.

- Anota, tengo prisa.

Anoté su dirección y luego me dejó para variar sin despedirse.

¡Lo odiaba, en serio que si!
Tae me esperaba para irnos juntos.

-¿Porqué tan enojado Jimin?.

- No preguntes, ese chico es como una patada en el culo.

Tae se largó a reír.

- ¿ Y así pretendes enamorarlo?.

- Te juro que terminará comiendo de mi mano.

-¡ Ver para creer!.

Lo empujé disgustado y me fui dejándolo atrás.

Odiaba levantarme temprano, y gracias a ése imbécil tenía que hacerlo.

No tardé mucho en dar con su dirección , su casa estaba cerca del parque dónde lo había visto el otro día.

Cuando llegué el perro no paraba de ladrar, era un pesado igual que su dueño.

Una señora bastante hermosa para su edad salió a recibirme.

- Tú debes ser Jimin, eres el primer compañero que mi hijo trae a casa, eso me tiene muy feliz.

- Buenos días señora, un placer conocerla. - le sonreí cordialmente.

- El placer es todo mío, eres una monada.

Su halago hizo que me ruborizara, definitivamente ella me caía muy bien.

- Ven, Jungkook está en su habitación, puedes subir.

- De acuerdo, nos vemos luego.

La habitación de Jungkook me dejó impresionado. Tenía una pared con repisas llena de figuritas de colección.

-¡Guau! Que genial Jungkook.

Me acerqué a observarlas de cerca.

- Tienes figuritas de el extraño mundo de Jack, yo ni en sueños podría comprarlas.

Jungkook me miró por primera vez divertido al ver mi entusiasmo.

- Trabajo los fines de semana para poder comprarlas.

- ¿ En serio?, eres genial.

- Gracias.

Jungkook carraspeo para luego hablar.

- Ahora trabajemos, ya leí el libro.

Lo miré asombrado.

-¿y qué te pareció?.

Vi cómo empujó con su lengua su mejilla antes de responder.

- No es tan malo como pensé,¿tú lo leíste?.

- Me lo sé de memoria, mi madre solía leerlo. Ahora de vez en cuando lo leo para recordarla.

Jungkook me miró intrigado.

- Mi madre murió hace dos años, ahora sólo somos mi padre y yo, él es un dulce, me mima demasiado.

- Lo siento yo no sabía, y si eres demasiado mimado.

Lo miré divertido era la primera vez que hablábamos de verdad.

- Ahora a trabajar- volvió a su modo serio.

Así transcurrió la mañana y llegó la hora de almorzar.

La puerta se abrió y se asomó la mamá de Jungkook.

- Hora de almorzar chicos.

- Ya vamos mamá- le dijo Jungkook con mucha dulzura.

- No tarden, está servido.

Se escucharon sus pasos bajando la escalera.

- Tienes mucha suerte Jungkook por tener a ésta madre.

- Lo sé, al igual que tú sólo somos los dos.

- ¿y tú padre?.

- La abandonó cuando quedó embarazada, ni siquiera lo conozco.

Me acerqué y lo abracé.

- Lo siento mucho.

Se deshizo de mi abrazo y se fue dejándome un poco desconcertado.

La comida estaba deliciosa, mi papá también cocinaba bien, pero la mamá de Jungkook era una diosa de la cocina.

- ¿Quieres un poco más Jimin?- me preguntó cariñosamente.

- No me cabe ni un alfiler, gracias estuvo delicioso.

Jungkook miró a su madre y ambos sonrieron.

- Entonces pueden ir a terminar su trabajo.

Jungkook y yo nos fuimos de nuevo a su habitación.

- ¿Jungkook, tú crees que pueda existir un amor como el de la novela?.

- La verdad, creo que no, los humanos somos demasiado egoístas, si alguien encuentra un amor así tendría mucha suerte.

Lo quedé mirando pensativo.

- Tienes razón, ojalá tengamos esa suerte.

Jungkook no me respondió nada.

Terminamos el trabajo sin complicaciones y a diferencia de lo que yo pensaba teníamos ideas similares respecto al análisis de la novela.

Ahora sólo nos quedaba realizar los últimos detalles de presentación y estaríamos listos.

El lunes lo haríamos en la biblioteca.

- Jungkook, ¿Quieres salir a pasear en bicicleta conmigo mañana?.

Jungkook me miró pensando.

- Ok,¿adonde iremos?.

- Te quiero mostrar mi lugar secreto, será una sorpresa- le dije sin saber porqué su aceptación a mi invitación me ponía tan feliz.

Ya de regreso en mi casa, con un pote de comida que la mamá de Jungkook le envió a mi padre ,me fui a dormir.

Estaba ansioso porque mañana llegara.

Nos juntamos en el parque y le hice señas para que me siguiera.

El viento nos pegaba en el rostro y ambos reímos divertidos.

Mi lugar secreto era un río donde yo me escapaba a tirar piedras y pensar cuando estaba triste.

-¡ Es hermoso!- exclamó Jungkook.

Dejamos nuestras bicicletas en el suelo y lo tomé de la mano para correr con él hasta la orilla.

- A ver quién llega más lejos tirando piedras. - le dije riendo.

Sin dudarlo Jungkook recogió unas cuantas y empezó a lanzarlas.

Luego de ganarme Jungkook se tiró de espaldas al suelo, yo me recosté a su lado.

- Debo confesar que me caías como patada en la guata, pero ahora pienso en lo mucho que me estás gustando.

Jungkook se puso colorado.

-Yo también te detestaba, pero ahora es diferente.

- ¿En serio?- me incorporé un poco para mirarlo, Jungkook se puso nervioso.

- No hagas que me arrepienta- me dijo poniendo cara seria.

Le estampé un beso en la mejilla y él se incorporó para alejarse un poco.

- Tendrás que acostumbrarte, siempre soy cariñoso.

- Está bien, sólo que a mi no se me da fácil las demostraciones de afecto.

Me puse a reír.

- Ven, vamos tengo muchos lugares que mostrarte.

Ese fue un gran día, hacia mucho tiempo que no compartía con nadie tan íntimamente, era sólo yo sin tratar de demostrar nada, Jungkook me había aceptado tal cual era.

Ya atardecía cuando llegamos a casa de Jungkook.

- Lo pasé realmente bien contigo- le dije a Jungkook.

- Yo también, gracias.

Sin pensarlo besé su mejilla y monté mi bicicleta para irme rápidamente, no entendía porque mi corazón latía tan rápido y a la vez me sentía tan feliz.

El lunes por la mañana esperaba ansioso a que Jungkook apareciera.

- ¿Qué estás haciendo Jimin?- preguntó Jin al lado de Tae.

- Nada vamos a clases.

-¿ Y a éste qué bicho le picó?- dijo Tae divertido.

No podía evitar mirar a cada segundo hacia la puerta, hasta que por fin Jungkook entró.

-Hola Jimin- me dijo regalándome una sonrisa.

Mi corazón saltó de alegría.

- Hola.

Después siguió hasta su asiento.

Tae y Jin me miraban con curiosidad.

- ¿Qué no nos has dicho Jimin?.

Los miré haciéndome el tonto.

- ¿ De que hablan?, se olvidan que hacemos el trabajo juntos.

-Si lo sabemos, pero no te olvides de lo otro Jimin.

¿Qué iba a hacer ahora?, ya no tenía ganas de llevar a cabo la apuesta, si Jungkook llegara a enterarse no volvería a hablarme, y realmente eso me entristecía.

Nos reunimos en la biblioteca y pulimos los últimos detalles del trabajo, nos sonreímos satisfechos.

- ¿Puedo irme contigo hoy?- le pregunté.

- Si, porque no.- me respondió.

Tomamos nuestros bolsos y salimos, Tae me estaba esperando.

- ¡Jimin!, ¿nos vamos?.

- Iré con Jungkook, quieres venir- le pregunté deseando que dijera que no.

- Porsupuesto, podemos tomar un helado de camino.

Miré a Jungkook, el sólo se encogió de hombros y hizo ese gesto tan característico de él, empujó su mejilla con la lengua.

Caminamos hacia el puesto de helados y Tae pagó por los tres.

Jungkook durante el camino se relajó y conversó animadamente con Tae, cosa que a mi me puso realmente celoso, no quería compartir a Jungkook con nadie, ni siquiera con Tae.

Cuando llegamos a casa de Jungkook yo me despedí de él un poco enfurruñado.

Y seguí caminando sin esperar a Tae quien me alcanzó corriendo.

-¿Qué te pasa, porqué estás enojado?.

- Nada- respondí enojado todavía.

- ¿ Jimin?,¿ te gusta Jungkook ?- me dijo asombrado.

- Un poquito.

- ¿y porqué no me contaste?.

- No es que lo vaya diciendo por ahí Tae, él sólo me ve como un amigo, además está lo de la apuesta.

- Amigo, eso lo arreglo yo, además a mi no me importa si te gusta un chico, tú sabes que a mi también me gustan.

- Pero no puede gustarte Jungkook!- le dije enojado.

Tae se largó a reír.

- Sabes que me gusta Jin, aunque el se hace el tonto.

Me reí bajito.

- Sólo te lo advertía.

Tae me desordenó el cabello y me abrazó para continuar caminando a casa.

Al otro día Jungkook me sorprendió invitándome a pasear a su perro al parque, obviamente le dije que sí.

Lo pasamos realmente bien y el perro no era tan malo como creía.

El trabajo de lectura ya lo habíamos entregado, así que no era una excusa pasar tiempo con él, lo hacía porque quería tenerlo a mi lado.

- ¿Jungkook?,¿te gustaría conocer mi casa?.

- Si, porque no, ¿cuándo?.

- Ahora, vamos a dejar a Jack (el perro), y le avisamos a tú mamá.

- Bueno.

Cuando llegamos a mi casa le presenté a mi padre.

- Papá, el es Jungkook un amigo.

- Hola, bienvenido, la comida de tú madre estaba realmente deliciosa, hoy espero que pruebes la mía.

Jungkook le sonrió.

- Claro, será un placer.

- Bueno hagan lo que quieran, yo me iré a cocinar.

- ¿Quieres ver mi dormitorio?, podemos ver alguna película.

Jungkook asintió.

Mi pieza era como yo, un completo desastre, pero a Jungkook pareció no importarle.

Recogí rápidamente algunas cosas tiradas en el piso.

Jungkook mientras tanto miraba los pósters pegados en mi pared.

-¿Te gustan los Avengers?.

- Me chiflan, tengo las cuatro películas.

- A mi también, pero no he visto la cuatro.

-¿quieres verla?.

- Pero tú ya la viste.

- Puedo verla miles de veces y no me aburre.

- Entonces bueno.

Puse la película y nos sentamos en el suelo a verla, me hacía realmente feliz compartir esto con Jungkook.

Era hermoso ver como interactuaba con la pantalla, yo lo veía a él más que a la película.

Cuando fuimos al comedor, papá ya nos estaba esperando para cenar.

Para mí todo estaba delicioso sólo por tener ahí a Jungkook.

- No soy tan bueno como tú madre, pero le hago empeño- le dijo mi padre a Jungkook.

- Está todo delicioso señor.

- Gracias, te voy a creer, Jimin acompáñalo a su casa y de vuelta comprarme unos analgésicos, me volvió a doler la pierna.

- Claro papá- me acerqué a él y le besé la frente, siempre demostrabamos nuestros afecto.

-¿ No es lindo mi chico Jungkook?.

Jungkook sonrió con infinita ternura.

Caminamos lentamente de regreso a su casa, no quería llegar tan rápido.

-¿ Puedo tomar tú mano Jungkook?.

- Si quieres- me respondió un poco ruborizado.

Enlace mis dedos con los de él sintiendo miles de sensaciones con su contacto, seguimos caminando sin hablar.

- Llegamos- me dijo Jungkook.

- Si- pero no solté su mano.

- ¿ Puedo despedirme con un beso?
Jungkook asintió poniendo su mejilla.

Yo me empiné un poco, Jungkook era más alto, pero no besé su mejilla, busqué sus labios.

Jungkook respiró sorprendido, pero no me alejó.

Era apenas un roce, pero yo quería más así que entreabrí sus labios con mi lengua y profundice el beso, Jungkook era inexperto pero a mí no me importaba, estaba seguro que nunca lo habían besado.

Jungkook se aferraba a mi polerón y respondió tímidamente a mi beso para luego empezar a seguir los movimientos que le estaba enseñando.

Nos separamos con la respiración agitada.

- Eres demasiado lindo- le dije.

-¿Éso es bueno o malo?.

- Demasiado bueno, tonto.

Jungkook se puso a reír.

- Tengo que entrar...

- ¿Jungkook, quieres ser mi novio o por lo menos intentarlo?.

Jungkook me apretó la mano.

- Si quiero.

Di un salto de pura felicidad.

- Ahora no puedes retractarte.

Y me fui corriendo con la adrenalina recorriendo mis venas.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro