capítulo 7
Cuento
Tengo ganas de tí...
¿Nunca les ha pasado que tienen fantasías con un chico que para ustedes es inalcanzable?.
Bueno eso le pasaba a Jungkook, estaba total y completamente enamorado del chico más popular y endemoniadamente sexy y bello de la universidad.
Jungkook era su compañero de clases, aunque Jimin jamás había reparado en él, ¿ quién se fijaría en un chico promedio, quitado de bulla y solitario?, porque Jungkook no tenía amigos y siempre vagaba solo, su único talento era ser buen estudiante.
Jungkook tenía un cuaderno donde dibujaba al objeto de sus fantasías, lo tenía riendo, haciendo pucheros con esa boquita abultada y rosada, también dibujaba sus ojos y tocándose el pelo, incluso lo había dibujado con alas como si fuera un ángel, en realidad tenía incontables imágenes plasmadas en su cuaderno, que por las noches miraba una y otra vez antes de dormir.
Un día cualquiera, se dirigía de vuelta a su casa, cuando una discusión hizo que prestara atención.
Era Jimin siendo acorralado por dos hombres que forcejeaban por quitarle su mochila, Jimin se veía realmente asustado.
Jungkook se acercó en silencio por la espalda de aquellos hombres.
- Déjenlo en paz, la policía no tarda en llegar. - dijo Jungkook esperando que su mentira funcionara.
Los dos hombres voltearon a verlo con cara de pocos amigos.
- ¿Y a tí quién te llamó, soplón de mierda?- dijo uno de ellos.
Jungkook tragó saliva nervioso.
- Sólo les estoy advirtiendo, ustedes verán si se quedan o se van...- dijo Jungkook con más valor del que realmente sentía.
Los hombres se miraron y uno de ellos sin previo aviso le dio un puñetazo a Jungkook en el estómago haciendo que éste se doblara al perder el oxígeno, luego salieron corriendo perdiéndose en el callejón.
Jimin se acercó al chico que lo había ayudado.
- Gracias, ¿ te encuentras bien?- preguntó Jimin preocupado al ver la palidez del chico.
Jungkook a duras penas sonrió.
- No te preocupes, estoy bien, ¿ y tú?- le preguntó Jungkook a Jimin.
- Bien, por lo menos no lograron llevarse nada. - le respondió Jimin.
Jungkook se incorporó y le dedicó una sonrisa.
- Eso es bueno- dijo Jungkook rascando su cabeza nervioso al estar hablando con el objeto de sus sueños por primera vez.
- Bueno, gracias de nuevo, me tengo que ir, mis amigos me esperan. - dijo Jimin despidiéndose.
Jungkook asintió y tomando su mochila del suelo caminó de regreso a su casa.
¿ Qué esperaba?, Jimin ni siquiera lo reconoció, ni siquiera sabía quién era, eso hizo que aterrizara, el era y sería invisible a sus ojos.
Al otro día Jimin entró al salón y por primera vez vio a Jungkook sentado solo al final de la sala.
Lo observó disimuladamente, realmente era un chico patético, sin sentido de la moda, ¿ realmente alguien en estos tiempos se vestía con buzo ancho y polera casi dos tallas más grandes que su cuerpo?, Jimin sentía pavor de que el chico se le acercara, sus amigos se burlarían si sabían que lo conocía, así que trató en lo posible de ignorarlo.
Jungkook no era tonto, tampoco adornaba con atributos morales a Jimin, el sabía perfectamente que él y sus amigos vivían de apariencias, y si tuvo algún remoto pensamiento de que Jimin al verlo lo saludaría o algo, con la actitud que vio en él sabía que sería olímpicamente ignorado.
Jimin por su parte estuvo toda la clase inquieto esperando que en cualquier momento el nerd se le acercara, pretendiendo que eran amigos, pero grande fue su sorpresa cuando el chico al terminar la clase pasó por su lado ignorándolo completamente, y eso lo molesto y mucho.
Jimin sin pensarlo mucho se despidió de sus amigos y salió de la sala viendo como el chico se perdía por el pasillo, corrió hasta alcanzarlo y tomándolo del brazo lo detuvo.
Jungkook lo quedó mirando con curiosidad.
-¿ Pasa algo?- preguntó Jungkook.
- ¿ Porqué me ignoraste?- preguntó Jimin.
-¿ En serio quieres que te responda?, seamos sinceros, no te habría agradado ni un poco si lo hubiera hecho, y yo no seré popular como tú, pero me respeto y no dejo que nadie me humille, olvida que te ayude, eso no nos hace amigos, así que no tienes que preocuparte, no me acercaré a tí. - Jungkook se soltó del agarre de Jimin y se fue sin decir nada más.
Jimin quedó atónito, ¿ cómo supo ése extraño lo que pensó?, ni siquiera sabía que era compañero de clases, en realidad nunca antes lo había visto, ni siquiera sabía su nombre, pero si sabía que la actitud del chico lo había herido más de la cuenta.
Desde ese día Jungkook se tornó en la obsesión de Jimin, no podía evitar seguirlo con la mirada donde sea se encontrara, tenía como un radar para detectar su presencia.
Fue así como empezó a conocerlo, se vestía siempre igual, importándole un bledo lo que pensara el resto, era muy solitario, casi siempre estudiando o leyendo, y lo que más le molestaba era que nunca, pero nunca lo miraba.
Jimin de tanto observarlo conocía cada detalle del chico, su lunar bajo su boca, sus dientes de conejo que simplemente lo hacían tierno, sus ojos rasgados de color negro de tupidas pestañas, y un pelo color azabache que le caía desordenadamente por su rostro, de tanto mirarlo terminó enamorándose perdidamente de él.
-¿ Porqué miras tanto a ése chico?- le preguntó Tae uno de sus amigos.
- Estás loco, no miró a nadie- le dijo Jimin ruborizado.
- ¿ No te gustará ese nerd, verdad?- siguió preguntando Tae.
-¿ Y qué si me gustara?- le respondió Jimin mirándolo.
- ¿ Es broma verdad?, eso sería caer bajo amigo. - respondió Tae masajeando sus sienes que le dolieron de sólo imaginárselo.
- No te preocupes, eso no pasará- le dijo Jimin, aunque decirlo no aminoró el dolor de decirlo.
No sé si el destino o la providencia hicieron que Jungkook y Jimin terminaran colaborando juntos en un proyecto.
- Jimin tu irás con Jungkook, a ver si mejoras tu nota- dijo la maestra.
Jimin no dijo nada, por fin podría interactuar con Jungkook sin despertar sospechas.
- Profesor, creo que no es conveniente, a mi me gusta trabajar solo- le rebatió Jungkook a la maestra.
Jimin estaba furioso, nunca nadie lo había despreciado de tal manera.
- Exacto, por eso lo hago Jeon, tú necesitas aprender a trabajar en equipo y Jimin a esforzarse un poco más, así que estaré atenta, si no lo logran, los repruebo a los dos, ¿ entendido?- terminó la maestra.
Jungkook asintió y no dijo nada más, en el fondo moría de ganas por tener a Jimin a su lado aunque fuera unos pocos momentos.
Cuando terminaron las clases Jimin se acercó al banco donde Jungkook echaba sus cosas a la mochila.
- ¿ Jungkook?- dijo Jimin con timidez.
- Lo siento, pero no puedo hacer nada.
- Por mí está bien, pongámonos de acuerdo donde haremos el trabajo- le dijo Jimin restándole importancia al hecho de que tendrían que colaborar juntos.
- En la biblioteca, pero creo que no será suficiente, no tengo problemas en que vayas a mi casa. - dijo Jungkook sin mirarlo.
- Ok, nos turnaremos entre tú casa y la mía, si no tienes problemas- le dijo Jimin.
Jungkook asintió y agarrando su mochila salió seguido de Jimin.
- ¡ Jimin!- gritó Tae antes de que éste saliera- ¿ nos vamos juntos?.
- Hoy no Tae, trabajaré con Jungkook en el proyecto. - le dijo Jimin.
- Ok, nos vemos entonces, llámame por la noche ¿sí?- dijo Tae mirándolo curioso.
- Te llamaré, adiós- se despidió Jimin corriendo tras Jungkook que ya se había ido.
Fue de esta manera que ambos chicos empezaron a compartir tiempo juntos y a conocerse.
Jimin conoció a los padres de Jungkook y lo cariñosos que eran con su hijo, lo meticuloso y ordenado que era con sus cosas, y quedó asombrado del talento de Jungkook para dibujar, su pieza tenía muchos dibujos realizados por él y eran realmente impresionantes, por primera vez se sintió en desventaja, él no era bueno en nada, sólo era un chico bonito y punto.
Jungkook por su parte descubrió la inmensa ternura que escondía Jimin tras su fachada de niño sexy y popular, sus padres eran sencillos y amables y amaban inmensamente a su hijo, su sonrisa era contagiosa y Jungkook siempre terminaba riendo con sus ocurrencias, no era una lumbrera en los estudios, pero le ponía mucho empeño y Jungkook notaba sus esfuerzos.
Se podría decir que se sentían muy cómodos juntos, se complementaban.
Un día en casa de Jungkook, mientras esté se daba una ducha, Jimin aburrido empezó a curiosear por su habitación y un cuaderno de tapa morada llamó su atención.
Grande fue su sorpresa cuando al revisarlo se encontró con múltiples dibujos de él, en diferentes poses, pero el más hermoso de todos era uno donde tenía unas hermosas alas saliendo de su espalda.
Jungkook salió del baño y vio a Jimin con el cuaderno en sus manos y el mundo se desmoronó frente a él.
Jimin lo miraba y acercándose le preguntó.
-¿ Así es cómo soy a tus ojos?- preguntó ansioso por la respuesta.
Jungkook ruborizado hasta las orejas respondió.
- Sí, olvídate que lo viste, yo...
- Jungkook nadie me había impresionado como tú, es increíble que veas en mí lo que nadie ve, tú me ves con el corazón, yo no soy nada al lado tuyo, sólo soy un chico bonito y punto.
- Jimin no digas eso, todos somos únicos, yo me amo tal cual y si alguien alguna vez me ama debe ser por lo que soy sin pretender cambiarme.
A Jimin se le aguaron los ojos al escucharlo.
- Jungkook yo... hace tiempo me enamoré de tí, pero no creía que tuviera alguna posibilidad contigo.
- Jimin te agradezco tus palabras, pero no creo que sea real, tú mundo y el mío son muy diferentes.
- ¿ Sólo eso dices cuando te estoy confesando que te amo?.
Jungkook lo miró con ternura y unas lágrimas empezaron a rodar por sus mejillas.
- Jimin...yo también te amo, pero es imposible... tú te sentirás avergonzado de mí y yo terminaré destrozado.
Jimin acortó la distancia y rodeando el cuello de Jungkook lo besó, era un beso tímido y lleno de anhelos, las lágrimas de ambos se mezclaban en sus labios.
- Escucha Jungkook, nunca estuve tan seguro de algo, no te voy a perder por tonterías, solo somos tú y yo, el resto no importa, quién me quiera de verdad te querrá como yo, bueno no dejaré a nadie acercarse demasiado, porque tú eres mío, sólo mío.
Jungkook río por las palabras de Jimin.
Y volvieron a unirse en un beso que ambos ansiaban, porque los dos a pesar de ser tan diferentes, se complementaban, eran uno sólo y eso para ellos era más que suficiente.
Fin
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